jueves, 28 de febrero de 2013

“¿Esto os escandaliza?”(Juan 6, 61)



Por Julio Ricardo Castaño Rueda
Miembro de la Sociedad Mariológica Colombiana

La renuncia del papa Benedicto XVI les recuerda a los profetas del desastre las palabras de Jesús: “…Pero Yo les digo la verdad: les conviene que Yo me vaya; porque si no me voy, el Consolador  no vendrá a ustedes; pero si me voy, se lo enviaré…”  (Juan 16-7).

Lo grave del asunto no es la dimisión de un santo pontífice. Lo asombrosamente tedioso del evento es la amnesia prepago de los enemigos del catolicismo. Ellos sólo venden las profecías de los agoreros de feria.

La verdad es que la Iglesia es un sacro-oficio (sacrificio) de 2.000 años. En resumen, el fundador fue abandonado por sus discípulos ante una frase sublime: “…el que come mi carne y bebe mi sangre vive en mí y yo en él…” (Juan 6- 56). Judas lo vendió, Pedro lo negó y su pueblo lo crucificó.

En los primeros 300 años de apostolado los suyos fueron merienda de fieras. La situación de crisis permanente siguió vigente por entre los siglos a ritmo de ignominia. El papado soportó el estigma de la simonía, la lujuria, el nepotismo y el cisma. Sí, la Iglesia carga con la cruz de 1.500 millones de pecadores por una senda redentora. Ella se crucifica, perdona y resucita como el pan nuestro de cada día.

La Iglesia, divina y humana, es un milagro atemporal. No la venció la Roma Imperial, no la derrotaron las hordas asiáticas, ni sus propios defectos porque Martín Lutero, El Apóstata, fue un gran defensor de la Santísima Virgen María. Los nazis no pudieron asaltar El Vaticano. Los tanques soviéticos salieron de Austria ante el empuje del Santo Rosario. La mansedumbre petrina vio caer a la tiranía comunista bajo el muro de la infamia.

En síntesis, ningún peligro podrá destrozar la verdad de la Santa Iglesia Católica, Apostólica y Romana porque: “…El Señor es mi pastor nada me falta. En prados de hierba fresca me hace descansar, me conduce junto aguas tranquilas y renueva mis fuerzas. Me guía por la senda del bien, haciendo honor a su nombre…” (Salmo 23 1-3).

jueves, 21 de febrero de 2013

La Perfecta Consagración a Jesús o “TOTUS TUUS”



P. Miguel Patiño Hormaza, smm
Miembro de la Sociedad Mariológica Colombiana

Respondiendo a una deuda de amor y fidelidad con la Santísima Virgen, al fin, a lo largo de este año he escrito 35 catequesis como preparación para la Perfecta Consagración a Jesucristo por las manos de María. Presento la siguiente que corresponde a la Catequesis nro. 30 ya que trata del valor de este itinerario espiritual cristiano fundamentado en el misterio de la Encarnación y que busca, en términos de hoy, refundar el cristianismo de cada cristiano a partir de la Alianza Bautismal vivida en unión y dependencia total de María, para ser fieles a nuestra consagración al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo y realizar mejor nuestra misión de ser luz del mundo y sal de la tierra estableciendo en el mundo la soberanía de Dios, es decir, el reinado de Jesús por María. Hoy con gusto presento estas unas reflexiones un poco yuxtapuestas con ocasión de los 50 años de la Sociedad Mariológica.

Me encanta esta expresión latina porque expresa en síntesis lo fundamental de la Consagración total a Jesús, sabiduría encarnada, por manos de María. Se trata de una donación total (totus), se trata de una dependencia total (tuus), se trata de una relación entre tú y yo, una relación que san Luis María no teme en llamar “esclavitud de amor” y que mucha gente joven de hoy la acepta sin reticencias como me consta. Del 7 al 9 de julio del 2001 participé en el primer. Encuentro Nacional de “Esclavos de María” en Salta, Argentina. También he participado en dos congresos nacionales sobre la esclavitud mariana realizados en Guatemala. Como que frente a muchas esclavitudes actuales, se descubre que “la esclavitud de amor” nos hace realmente libres y felices. Como testimonio más reciente están esos laicos asociados bajo el nombre de “Lazos de Amor Mariano”, que unas dos veces por mes llevan al Seminario de Choachí más de 100 personas, entre las cuales muchos jóvenes, muchachos y muchachas, para renovar su vida cristiana a través del “Totus Tuus”.

Por algo, el Santo Padre Juan Pablo II tomó esta expresión como lema de su vida espiritual y apostólica, que fue tan fecunda. Y no se avergüenza de confesarlo. Recordemos el testimonio que nos dio en San Lorenzo, el 19 de septiembre de 1996, al devolverle la visita que Montfort le había hecho a su predecesor Clemente XI el 6 de junio de 1706, en la homilía, ante todos los consagrados religiosos de la diócesis de Luçon. Leyó lo esencial de la fórmula monfortiana de consagración aplicándosela: “Yo,... Juan Pablo, yo Carlos- pecador infiel, renuevo y ratifico hoy en tus manos (las manos de María) los votos de mi bautismo; renuncio para siempre a Satanás, a sus pompas y a sus obras y me consagro totalmente a Jesucristo, la Sabiduría encarnada, para llevar mi cruz en su seguimiento todos los días de mi vida…” (ASE 225). Que un anciano Papa diga en este tiempo estas palabras en una homilía que sale al mundo entero y que es dicha con ocasión de una visita pastoral a la primogénita Francia para celebrar sus 1.500 años de cristianismo con el bautismo de Clodoveo, eso ratifica a nivel eclesial la intuición de san Luis María de Montfort para “refundar el cristianismo” a partir de la alianza bautismal. Y lo más lindo fue el gesto que hizo a continuación, dejando a un lado el papel y dirigiendo su dulce y segura mirada a los participantes, añadió: “la repetimos cada día”. Comentando este gesto, el padre ex general, Bill Considine, dijo que “Al emplear su nombre de bautismo, su nombre de Papa y el de san Luis María, entretejió toda su vida con la experiencia de Montfort”.

Y es que en realidad el “Totus Tuus”, expresión de la Consagración Total, es lo medular de nuestro camino espiritual y apostólico. Esto lo desarrolla ampliamente el P. Gaffney en el artículo sobre la Consagración, publicado en el Diccionario de espiritualidad monfortiana (P. 270ss. de la edición en castellano). El P. Gaffney se complace en decir, citando a san Luis María que “La Consagración Total tiene unos fundamentos tan sólidos que «no se la podrá condenar sin trastornar los fundamentos del cristianismo; VD 163, ver VD 180».

El P. Pío Suárez, especialista en la Palabra de Dios y en la palabra de Montfort, estaba convencido de la importancia de recuperar en la Iglesia, en su acción pastoral y espiritual, el sentido profundo y fecundo a la consagración bautismal y de las diversas consagraciones, expresado en la Biblia y en el Magisterio, pero que ha quedado represado en el papel. El “Totus Tuus” propuesto por Montfort es precisamente, según su testimonio, un camino corto y seguro, accesible a todos para vivir dichas consagraciones. En un artículo muy interesante que escribió en 1988 en el primer intento fuerte de Congregación para promover el doctorado del P. de Montfort, el P. Pío destaca el fundamento bíblico de la Consagración, tomado sobre todo del tema de la alianza que atraviesa toda la Biblia y culmina en el bautismo y la Eucaristía, pasando por la encarnación y la cruz.
Nuestra consagración bautismal no es otra cosa que la participación en la misma consagración de Jesucristo, el Siervo de Dios, que no ha venido a hacer su voluntad sino la del Padre, Heb 10,6, que no ha venido a ser servido sino a servir, que aceptó libremente –Héme aquí- el designio crucificante de la Encarnación para conducirnos a la nueva tierra de promisión.
Urgente reto pastoral. En su tesis de grado Vivir el Bautismo en comunión con María, el P. Jaime Cabrejo, smm, anota este reto pastoral: “en el pueblo cristiano es muy arraigada la devoción mariana. Pero muchas veces ésta se limita a una práctica pía de devoción privada, intimista e interesada, sin ninguna o con muy poca relación con el resto del misterio cristiano, en especial con el bautismo y con todas sus exigencias de configuración con Cristo, de conversión y de vivencia comunitaria de la fe. Pareciera a veces –es al menos mi observación particular en algunas diócesis de Colombia- que la evangelización caminase en una dirección y la devoción mariana en otra, sin encontrarse o a veces incluso en competencia,” Introducción a la Tesis.

El misterio de la Encarnación es el fundamento del Totus Tuus, pues como dice san Luis María al inicio del Tratado de la VD, 1   Por medio de la Santísima Virgen María vino Jesucristo al mundo y también por medio de Ella debe reinar en el mundo[1].

Contemplemos un momento el misterio de la Encarnación, la obra maestra del Dios creador. Permitámonos una contemplación sideral, no para quedarnos en las nubes: el espacio sideral y los astros y estrellas que lo recorren. La velocidad de la luz es de 300.000 km. por segundo. Hasta ahora barrera insuperable para la técnica humana. A esta velocidad, el sol está a 8 minutos/ luz de la tierra. Es decir, la luz se demora 8’ para recorrer los 150 millones de kilómetros que nos separan del Sol. El sol está, pues a 8’ luz de nosotros. Esta distancia es poca si se compara con la estrella más cercana a nosotros después del sol, y que se llama Alfa a 4,5 años luz. Pero esta distancia es pequeña si se la compara con Aldebarán (de la Constelación[2] Tauro) a 68 años luz y con la Const. Orión a 900 años luz, y todo esto dentro de nuestra galaxia, la Vía Láctea, cuyo centro está a 26.000 años luz del sol. La galaxia Andrómeda que está a 2,2 millones años luz, es la galaxia más cercana a la nuestra y es el objeto más distante que se puede ver a simple vista desde la tierra. La Vía Láctea y la Galaxia Andrómeda pertenecen a una agrupación pequeña de unas 20 galaxias, y tienen 100.000 o 200.000 millones de estrellas cada una. Hay millones de galaxias... Bueno, detengámonos y adoremos al Señor con el salmo 8: Señor, dueño nuestro, ¡qué admirable es tu nombre en toda la tierra!... Cuando contemplo el cielo, obra de tus manos; la luna y las estrellas que has creado, ¿qué es el hombre, para que te acuerdes de él; el ser humano, para darle poder?... Señor, dueño nuestro...

Meditemos algo más. Hoy que se ha llegado a descubrir lo que se ha llamado el “Mapa de la vida humana”. Este descubrimiento es tan importante que se le compara al giro copernicano en la astronomía logrado por Galileo. Se ha descifrado el genoma o código genético completo de una persona. El código genético contiene todas las características hereditarias de una persona. Pues bien, el cuerpo humano tiene cerca de 100 billones de células. Dentro del núcleo de cada célula se encuentra los 23 pares de cromosomas conformados principalmente por el ADN. En cada uno de los cromosomas hay miles de genes que son los portadores de la información genética de los seres vivos. Esto servirá, se espera, para curar los males hereditarios a partir de los genes defectuosos... Ciertamente el poder de Dios Creador y su Sabiduría son inconmensurables. Ciertamente se requiere ser muy sabio y poderoso para crear cielos y tierra... y más aún al ser humano y hasta una sola célula del ser humano…

Bueno, Uds. dirán qué tiene que ver esta digresión con la Encarnación. Pues bien, este Dios vivo y verdadero a quien no sabemos qué admirar más, en su sabiduría y poder en lo macro y en lo micro de la creación, este Dios a quien no pueden contener los cielos de los cielos ni el espacio sideral con sus millones de galaxias, ha querido bajar a la Tierra, simple moronita sideral, para encarnarse en el seno de una criatura, que aunque es la más excelsa de todas, nos dice san Luis María, es “menos que un átomo, o mejor, es nada, porque sólo Él es El que es, Ex 3,14” VD 14… Con cuánta razón exclama María con voz profética ante la profesión de fe de Isabel: “Desde ahora me felicitarán todas las generaciones porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí”, Lc 1, 48-49.

En su libro María y la debilidad de Dios, El P. Jean Morinay, smm, contemplando extasiado este misterio de la encarnación concluye que Dios necesitaba poco para crear el cielo y la tierra, pero “mucho para borrarse” en el Niño de Navidad. En su libro la humildad de Dios, el P. Varillon dice “Poco poder hace falta para hacerse ver, mucho para borrarse”. Y “Dios se borra al encarnarse. Juan Pablo II dice: «El encuentro de Dios en la inmensidad del universo no es tan desconcertante como su encuentro en el pesebre de Belén y en la Eucaristía». Cada vez que oramos mi oración preferida, la Coronilla, estamos proclamando lo que dice un himno a la Virgen: “Tú llevas a quien el mundo entero no puede contener”. Se entiende mejor que la “humildad profunda” que le pedimos a Dios al meditar el misterio de la Encarnación es ante todo, la humildad de Dios en su anonadamiento, ver Filp. 2, 5-11. Ésta es en el fondo la primera bienaventuranza, presupuesto y fundamento de las demás.

Hay tres anonadamientos de Dios que conmueven profundamente al P. de Montfort, que Dios le otorga también vivir profundamente y que nos propone como los máximos motivos para amar a Dios. El anonadamiento de la Encarnación, el anonadamiento de la pobreza y el anonadamiento de la Cruz. En los tres se destaca a un Dios que no ha venido a ser servido sino a servir y a dar la vida para la redención de todos. Un Dios que no sabe otra cosa que amar y salvar: ¡Jesús, Salvador, es decir, el que salva al ser humano, aquel cuya característica es amar y salvar al ser humano!, ASE 120.

En VD y SM, Montfort destaca más el anonadamiento de la Encarnación, en el que todo un Dios, “todopoderoso siempre independiente y suficiente a sí mismo”, acepta depender de una criatura.

En ASE y luego AC, destaca más el anonadamiento de su pasión hasta la Cruz como expresión máxima de la Sabiduría del amor, para concluir: Y, hablando razonablemente, conocer lo que nuestro Señor ha padecido por nosotros y no amarlo con ardor... es algo moralmente imposible”, ASE 166.

En su vida personal y misiones, en sus Cartas y Cánticos y en sus Fundaciones religiosas, Reglas Manuscritas y ACM, destaca más el anonadamiento de la pobreza, siendo pobre y sirviendo y evangelizando a los pobres.

El P. de Montfort nos propone precisamente amar a Dios imitándolo en lo mismo que Él ha hecho: depender totalmente de un ser humano, ser pobre y padecer hasta la Cruz. Se trata, pues de entrar en la misma experiencia divina de la sabiduría del amor.

El P. Morinay anota al respecto: “Entre las tres opciones que el Amor ha hecho, en su sabiduría, para unirse a nosotros: la pobreza, la cruz y la dependencia de María, Montfort nos invita sobre todo a ésta última porque contiene a las otras dos y es quizás la más humana”, pues Dios “Padre no dio ni da su Hijo sino por medio de María, no se forma hijos adoptivos ni comunica sus gracias sino por Ella. Dios Hijo se hizo hombre para todos solamente por medio de María, no se forma ni nace cada día en las almas sino por Ella en unión con el Espíritu Santo, ni comunica sus méritos y virtudes sino por Ella. El Espíritu Santo no formó a Jesucristo sino por María y sólo por Ella forma a los miembros de su Cuerpo místico y reparte sus dones y virtudes”, VD 140. Se hacen ahora más claros los dos fines principales del Totus Tuus o esclavitud de Jesús en María que Montfort propone: 1) “honrar e imitar la dependencia inefable que Dios Hijo quiso tener respecto a María para gloria del Padre y para nuestra salvación”. Dependencia que se hace total en el misterio de la Encarnación; y 2) “agradecer a Dios las gracias incomparables que otorgó a María, y especialmente el haberla escogido por dignísima Madre; elección realizada precisamente en este misterio”, Ver VD, 243.

Por todo ello, san Luis María llega a esta conclusión “Si honrar a la Santísima Virgen es necesario a todos los hombres para alcanzar su salvación, lo es mucho más a los que son llamados a una perfección excepcional. Creo personalmente que nadie puede llegar a una íntima unión con Nuestro Señor y a una fidelidad perfecta al Espíritu Santo sin una unión muy estrecha con la Santísima Virgen y una verdadera dependencia de su socorro”, VD 43.

Espiritualidad Trinitaria. El P. Gaffney en su artículo sobre la Trinidad, publicado en el diccionario de espiritualidad en Castellano, reconoce con la Iglesia que “El misterio de la Santísima Trinidad es el misterio central de la fe y de la vida cristiana... es la fuente de todos los otros misterios de la fe; es la luz que los ilumina”; luego critica con algunos teólogos contemporáneos el hecho de que la fe en el misterio de la Trinidad no tenga ningún impacto en la vida de los cristianos, que carecen realmente de una espiritualidad trinitaria. Afirma por el contrario, lo que demuestra a lo largo del artículo, que la fuerza y la pertinencia de la espiritualidad de san Luis María está en que “logra compartir a sus oyentes y lectores la experiencia viviente de la grandeza e intimidad del Dios Trinidad, principio y fin de la creación y meta última de la fe bautismal”. Y al final, anota de manera conclusiva: “De múltiples maneras... san Luis María insiste en su enseñanza que María es la compañera de la Trinidad en todas sus obras de gracia = de divinización de la creación. Luego añade que “Montfort le grita hoy al mundo que el olvido de María sólo puede llevar al debilitamiento de la experiencia vital del misterio de la Trinidad...” “Es imposible entrar en la espiritualidad de Montfort sin ser atraídos a una vida de la Trinidad misma”. Finalmente concluye que la mística trinitaria, a los ojos de Montfort, es una mística misionera y comunitaria, como lo es el mismo misterio, un misterio misionero y de comunidad o familia. “Montfort nos recuerda que todo cristiano está llamado a hacer una experiencia profunda de la Trinidad” y nos enseña por qué y cómo. Personalmente para mí, la mayor riqueza del mensaje espiritual de san Luis María es que acerca a todos los cristianos los misterios centrales del cristianismo: el misterio de la Trinidad, el misterio de la Encarnación y el misterio de la Redención y enseña cómo sumergirse en ellos y vivirlos gracias a dos secretos: María y la Cruz.

Con ocasión del Congreso celebrado en octubre de 2000 en Roma, sobre Montfort, una espiritualidad trinitaria en comunión con María, el santo Padre nos dijo al final, el 13 de octubre, unas palabras que nos expresan cómo el Totus Tuus puede llevarnos a las más altas cumbres de la unión y del dinamismo místicos, gracias a la presencia de María en la relación con cada una de las personas divinas:

“Sí, toda la espiritualidad Cristo céntrica y mariana que enseña Montfort deriva de la Trinidad y lleva a ella…  “María es totalmente relativa a Dios, y yo la llamaría muy bien la relación con Dios, la que sólo existe en relación con Dios”, VD, 225. Por esta razón la Toda Santa lleva hacia la Trinidad. Repitiéndole a diario Totus tuus y viviendo en sintonía con ella, se puede llegar a la experiencia del Padre mediante la confianza y el amor sin límites, ver VD 169 y 215, a la docilidad al Espíritu Santo, ver VD 258, y a la transformación de sí según la imagen de Cristo”, ver VD 218-221.

Para responder orando:

¿Qué características del “Totus Tuus” te impactan más y por qué?
¿Hacia dónde apunta esta espiritualidad del “Totus Tuus”?
¿A qué me llama el Señor a través de esta meditación?


Siglas:

VD: La  Verdadera Devoción a la Santísima Virgen; Autor: San Luis María de Montfort
SM: El Secreto de María; Autor: San Luis María de Montfort.
ASE: El Amor de la Sabiduría Eterna; Autor: San Luis María de Montfort.
AC: Carta a los Amigos de la Cruz; Autor: San Luis María de Montfort.
ACM: A los Asociados de la Compañía de María; Autor: San Luis María de Montfort.



[1] Este es el tema que el P. de Montfort desarrolla en toda la obra. En la que aparecen ecos frecuentes de esta misma frase (ver 13, 22, 49, 83,158, 217, 272; ver SM 58). La idea, a su vez, reaparece en tantas y tantas páginas monfortianas: María ha recibido a Cristo del Padre para entregarlo a los hombres... Ella es, por otra parte, el camino real y directo que nos conduce a Jesucristo (ver Nos. 152-168). El Papa Juan Pablo II, en su encíclica La Madre del Redentor nos presenta a María como quien “precede” a la venida de Jesús y la prepara (No. 3), como quien “precede” también a la Iglesia convirtiéndose en su modelo y prototipo  (No. 5), como quien nos “precede” a cada uno en particular en el camino de la fe (Nos. 27-28) y de la historia (No. 49) a fin de que nuestro encuentro con Cristo sea cada vez más íntimo y perfecto (No. 21). Ella, en efecto, recibe del Padre al Hijo de Dios (No. 39): “Singularmente unida a El (Cristo) en su primera venida por su cooperación constante lo estará también a la espera de la segunda” (No. 41).
[2] Constelación es una agrupación convencional de un grupo de estrellas fijas, con una determinada figura y un nombre propio. En la actualidad se aceptan 88 constelaciones, 12 de ellas pertenecen al Zodíaco: Piscis, Aries, Tauro…
Galaxia es un sistema estelar compuesto por un inmenso conjunto de estrellas. Una de estas galaxias es la Vía Láctea a la cual pertenece nuestro Sistema solar… Alrededor del sol giran 8 planetas mayores…

jueves, 14 de febrero de 2013

El Rosario en la copla popular colombiana



El padre Leonardo Ramírez Uribe, S.J., es uno de los apóstoles modernos del Santo Rosario y ha dedicado su vida a impulsar esta bella práctica piadosa con distintas actividades.
Una de ellas lo sorprendió en 1936 cuando se encontró con el padre Jeremías Rodríguez en el pueblo de Sopó (Cundinamarca). El ministro catequizaba a sus fieles con unas coplas referentes al Rosario.
Los años pasaron y la idea germinó. En unos congresos con los padres agustinos en Chía (Cundinamarca) se le ocurrió pedirles a los campesinos que improvisaran coplas referentes al rosario. A los mejores intérpretes les regalaba una camándula. (1987).
El mismo modelo se aplicó con igual éxito entre los amigos del Monasterio de la Visitación en Bosa (Cundinamarca), y en Barbosa, Santander. La respuesta entre los amantes del tiple, superó las expectativas. El padre Ramírez comenzó a predicar con la frase: “Compro coplas con rosarios”. La convocatoria atrajo a muchos copleros que dejaron sus estrofas en documentos sacados en mimeógrafo. La buena acogida llegó a manos del padre Pío Suárez del Centro Mariano Monfortiano donde se editó un folleto con 100 coplas. Así comenzó esta historia folclórica-teológica.
Mientras el padre Ramírez relataba el origen de este oficio de recolector de plegarias se acordó de que en 1967 le pidió una copla al famoso Indio Rómulo:
“El sol se hizo para el día.
La luna para la noche
Y tu rosario María
Es de gracias un derroche”.

1. Quinientos años llevamos
De recitar el rosario,
Con su rezo celebramos
Este quinto centenario.

2. Cinco cuerdas tiene un  tiple
Cinco dedos tengo yo,
Y en cinco misterios cuento
La historia que nos salvó.

3. El rosario es como un libro
Hecho de luz y dolor:
Sus misterios nos enseñan
La vida del Salvador.

4. David con cinco guijarros
Venció al gigante Goliat,
Y yo por cinco misterios,
Pongo en fuga a Satanás.

5. De cinco mil calmó el hambre,
Con cinco panes, Jesús:
Y con cinco misterios,
Se llena el mundo de luz.

6. Me gustan mucho las coplas
Referentes al rosario
Y tenemos que rezarlo
Como el alimento diario.

7. Rezando yo mi rosario
No estoy triste ningún día,
Y me siento acompañado
Por Jesús y con María.

8. Rezar el rosario es bueno
Por toda la humanidad,
Y hacerlo diariamente
Es una necesidad.

9. Cuando yo iba pa’ mi pueblo
Esto me dijo un canario:
“Ande ligero a la iglesia
Que están rezando el rosario”.

10. Uno con cinco talentos
Entró al gozo del Señor,
Y otros con cinco misterios
Entran en su corazón.

11. Mucho alegran los repiques
Cuando llaman al rosario,
Parece que hasta cantaran
Los rejos del campanario.

12. Rezad el rosario siempre
Si las penas os maltratan,
Pues el rosario es de temple
Y al demonio desbarata.

13. Dudo mucho que encontremos
Algo mejor que el rosario,
Si es de todas las virtudes
Verdadero relicario.

14. Hace cuatro y medio siglos
Bogotá reza el rosario,
Y vamos a festejar
Este sesquicentenario.


15. Con el rezo del rosario
Conseguimos salvación,
Pues muy bien todos sabemos
Que es la Biblia hecha oración.

16. Mi madre nos enseñó
A rezarlos con frecuencia:
Por eso siempre lo hago,
Con amor y reverencia.

17. En nuestro trabajo diario
No podemos olvidar
Rezar el santo rosario
Para poder prosperar.

18. De todas la oraciones
El rosario es la mejor:
Así honramos a la virgen
Y reforzamos la Legión.

19. Y al hombre que hablar sí puede,
Decir le toca y no en juego
“Gloria al Padre, Gloria al Hijo,
Y al Espíritu Santo”.

20. Hoy comienza el mes de octubre
 El mes del santo rosario:
El creyente en él descubre
Paz, amor, consuelo diario.

21. Ahora en el mes de octubre
Nos vamos a proponer,
Con el rosario en la mano,
A la gente convencer.

22. El siete de este mes santo,
El rosario triunfó en pleno
Derrotando al agareno
En el golfo de Lepanto.

23. En este mes del rosario
Siento unas ganas de orar:
Rogarle a diario a la Virgen
Que nos alcance la paz.

24. Mi jamilia prometió
De noche u  si no de día.
Rezar en el mes de  octubre
El rosario de María.

25. Y fue el papa León XIII
Lleno de luz celestial
Quien consagró el mes de octubre
A esta oración sin igual.

26. Yo siento tanta confianza
En el poder del rosario,
Que no me rindo ni tiemblo
Ante ningún adversario.

27. Cuando rezo mi rosario
Se me ensancha el corazón:
Nuestra Señora me escucha
Y me da su bendición.

28. En una güelta´el camino
Un rosario me topé:
Salió a perderse el Mandingas,
Y asina yo me salvé.

29. Subiendo por una cuesta
Un rosario me topé,
 Y yo le jui echando mano
Y ahí mesmito me endiosé.

30. A yo el padrecito Luis
Me regaló este rosario
Y cómo me ha defendió
Del demonio y sus plagiarios.

31. Le decía a un diablo enjermo
Otro que taba alentao:
“Yo se lo que le acontece,
Vusté tá discoyuntao
Y eso le pasa por  terco
Por bruto y atatabrao;
Quesque enjentrarse al rosario
Es lo pior que se han inventao”.

32. La oración que nunca falla
Es la del santo rosario:
El mismo Jesús la acoge
Y se la lleva al sagrario.

33. El demonio es un corsario
Y me quiere derrotar
Pero a yo no me la gana,
Lo venzo con el rosario.


34. El rosario de María.
Es oración celestial,
Récenla los pecadores
Que con ellas se acobarda
Todo poder infernal.

35. Es muy cierto que el rosario
Es la oración por la paz
Y en la casa que se reza
Se destierra a Satanás.

36. El rosario es patrimonio
Que protege a los mortales:
Pone en fuga a los demonios
Y a las huestes infernales.

37. A nada le teme el infierno
Como le teme al rosario:
Es el arma destructora
De su poder milenario.




38. Cuando estoy entristecido
Cuando el dolor me acobarda,
Yo no me siento vencido
Es el rosario mi arma.

39. Cuando lavo en la quebrada
Rezan conmigo el rosario,
El viento por la cañada,
Con sus trinos el canario.

40. Cuando lavo en la quebrada,
Rezo con gusto el rosario,
Y me siento acompañada
Por el viento y los canarios.

41. Yo jui el que me le enjrenté
A un diablo cachipandiao;
Cogí el rosario y le dije:
“ya te tengo descornao”.

42. Yo al rosario lo venero
Por todo lo que nos da:
Nos da paz, también sosiego,
Fe, esperanza y caridá.

43. A la Virgen le prometo
Siempre el rosario rezar
Por que es el arma que tengo
Para poder pelear.

44. Rezar el santo rosario
Es una gran devoción:
Por eso en familia quiero
Continuar la tradición.
45. El rosario es siempre bueno
Rezarlo en comunidá:
Recémoslo con empreño,
Y verán que bien nos va.

46. Para luchar en la vida
Nos vamos a disponer,
Con el arma del rosario
Nadie nos podrá vencer.

47. Cuando yo me esté muriendo
Y el diablo me quiera alzar
Recen todos el rosario
Pa’ poderlo conjurar.


48. El rosario es nuestra arma
Lo digo yo con franqueza
En cualquier parte del mundo
Así sea en nuestra mesa.

49. Ella es la Reina del cielo
Y la Madre del Señor,
 Nos aleja del pecado
Y consuela en el dolor.

50. Jamás te  alejes, hermano,
De aquella buena Señora,
A quien honran los cristianos
Con el rosario de aurora.

51. Legionarios somos todos,
Y a la Virgen veneramos.
Rezando el santo rosario
Por donde quiera que vamos.

52. A la Virgen del Rosario
La tengo que coronar
Con una corona de oro
Que del cielo ha de bajar.

53. Si hay odio en tu corazón
Y deseos sanguinarios,
Invoca a nuestra Señora
Y reza pronto el rosario.

54. Guerrillero que te duermes
Con el arma fraticida
Reza el rosario y despierta
Con el alma arrepentida.

55. Si en la noche te despierta
Angustia desoladora
No lo dudes, reza presto
El rosario de la aurora.

56. Y si los hombres tuviera
El rosario a modo di’ arma,
Las gentes en paz vivieran,
Presto reinaría la calma.

57. Estando muy deprimido
Casi rompiendo a llorar
Comencé con mi rosario
Y me devolvió la paz.

58. Parece que son mentiras
Pero así es la realidad:
Rezando el santo rosario
Sí alcanzaremos la paz.

59. Pues recemos el rosario
Con toda devoción
Para que a los guerrilleros
Les ablande el corazón.

60. Cuando yo “taba chiquito”
Ya me sabia pirsinar;”
Mi mamá me dio un rosario
Y en él me enseñó a rezar.

61. No será el santo rosario
Oración para los sabios
Pero  por aquí en el campo
Él nos endulza los labios.

62. A un novio que yo tenía
Mi amor no le prometí
Pues por rezar el rosario
Él se burlaba de mí.

63. Una novia yo tenía
Pero no la proseguí
Por que al verme mi rosario
Ella se burló de mí.

64. El rosario se asemeja
A nuestra forma de arar:
El arado con su reja,
El yugo, la yunta  güeyes
Y el hombre que los maneja.

65. el yugo es el Padrenuestro,
Los güeyes a lao y lao,
Como las AVES y SANTAS,
Al par y a paso marcao
Y ninguno siadelanta.

66. Va en el arado el misterio
Que con su reja, por dentro
De la entraña del terreno,
Lo va aprestando p’al siembro.




67. Mucho de acuerdo de niña
De los rosarios de la aurora
Pero todo siacabó
Con estos tiempos de ahora.

68. Por la cañada gritaba
Un diablo muy condenao:
“¡El rosario nos la gana
El rosario es de cuidado!”

69. El sacristán de mi pueblo
Trepao en el campanario,
Todas las tardes repica
Pa’ llamarnos al rosario.

70. Empréstame tu rosario
Para encomendarme a Dios,
Para rogarle a la Virgen
Que no me aparte de vos.

71. Con el rosario como arma
El cielo me ha de ayudar:
 Me devolverá la calma
 Y así sí podré triunfar.

72. Y de ahora en adelante
Yo tengo más devoción:
Rezaré el santo rosario
Para nuestra devoción.

73. Esto nos dijo el obispo
En visita pastoral:
“rezando siempre el rosario
Nadie nos puede ganar”.

74. Llamamos de la Legión
A programar el rosario:
 Por eso, mucha atención
 Y que lo recen a diario.

75. En mi casa nunca falta
El santísimo rosario,
 Y por eso he conquistado
A muchos pa’ legionarios.

76. En Moniquirá rezamos
El santísimo rosario,
Y pa’ Barbosa pedimos
No falte lo necesario.

77. El rosario lo sabemos
Todos los moniquereños
Y por eso lo enseñamos
Con dulzura a los citeños.

78. Yo quiero dar testimonio
Del amor que me obligó
A alejarme del demonio:
El rosario me salvó.

79. Yo siempre quise a la Virgen
Y mi hogar le encomendé
Bajo su manto divino
Siempre el rosario recé.

80. ¡Ay! Virgencita querida,
Madre de Chiquinquirá
Del rosario, que es mi vida,
No me aleje yo jamás.

81. Hermanos de la Legión
Tengan esto muy presente:
Con el rosario en la mano,
Vamos a salvar la gente.

82. Legionarios somos todos
Y a la Virgen veneramos,
Rezando el santo rosario
Por donde quiera que vamos.

83. Si desde el monte Calvario
Dimas el cielo alcanzó
¿Por qué no con mi rosario
Otro tanto podré yo?

84. Una señora tenía
Un marido muy borracho:
Pues con el santo rosario,
Le hacia agachar el cacho.

85. A pesar de mi salud
Me tiene aquí presente,
Y por  remedio del rosario
He conquistado a la gente.

86. Le pedimos a la Virgen
Nos ayude a progresar,
 Y ella al oído nos dice
“Hay que rezar y rezar”.

87. El preasidium legionario
De Cite quiere cantar
A la Virgen del Rosario
Nuestra Patrona inmortal.

88. Yo no sé por dónde pueda
 Engañarme Satanás,
 Si el rosario me hace fuerte
Y a él lo vuelve incapaz.

89. Con cinco escenas de gozo,
Fijadas en la memoria,
Contemplamos asombrados
Como entró Dios en la historia.

90. A yo me gusta el rosario
Por ser oración bendita:
Lo rezo al pie del sagrario
Y enjrente a la virgencita.

91. Manque vustedes no creigan
Mi rosario me salvó,
Di un precipicio muy jiero
Al que el diablo me jondió.

92.  Ningún misterio me gusta
Como el de la Anunciación,
Por que del nace la augusta
Fuente de la salvación.

93. Donde rezan el rosario
No falta lo necesario:
Por eso en Moniquirá
Todo es dulce y legionario.

94. El infierno a nada teme
Como le teme al rosario,
Por que es arma que destruye
Sus poderes milenarios.

95. Esto dijo el armadillo
Desgranado su rosario
“Aquí vivo, canto y río
Y aquí subo hasta el Calvario”.

96. Como era de Somondoco
Y ella de Tibirita,
Decían juntos el rosario
Por las ánimas benditas.

97. El alcalde de mi pueblo
Muy devoto de María
Dio un decreto prescribiendo
El rosario día y noche.

98. Por mucho que el diablo grite
Y, por mucho que pelee,
No podrá contra el rosario
Que recita el que en Dios cree.

99. Esto dijo el armadillo
Subiendo pa’ Monserrate:
“Día y noche digo el rosario
No habrá quien me lo arrebate”.

100. Si los cristianos recitan
El rosario sin cesar,
El Señor dará a los hombres
Gozo, alivio, dicha y paz.










jueves, 7 de febrero de 2013

Un ministro anglicano desilusionado reza, a María




            “Uno se siente demasiado fatigado para llevar sus preces al cielo, pero, representándose su madre querida que le enseñó a orar, se decide a hacerlo una vez más. Se arrodilla junto a la cama, y tiene conciencia de que puede ser ésta la última oración que haga. Sin saberlo, en la sequedad y en el hastío, uno hace la más importante oración de su vida.

            Como por inercia, sin emoción, se vuelve uno hacia otra Madre, y dice sencillamente: “Madre de Dios, yo me entrego ahora a Vos; recibidme”. Nada más. Pero en el mismo instante uno se da cuenta de que ésta es la oración que Ella había estado esperando. Este darse uno a sí mismo puede ser excelente preparación para la gracia. Ahora uno se da cuenta que no puede resolver los problemas de su vida con las solas luces de la engreída inteligencia humana. Ella puede interceder por uno a su divino Hijo y alcanzarle a uno el más precioso de todos los dones, aquella gracia particular, el don de la fe que iluminará el entendimiento y hará patente el único camino, la única verdad, la única vida...”

            “Recapacita uno acerca de sus “tres madres” dice el mismo ministro anglicano después de su conversión a la Iglesia católica: La Iglesia es la Madre Santa en cuyo regazo uno vive. Evoca en su memoria el recuerdo de la madrecita suya, de cabello negro, arrodillada y rogando, y se persuade de que son sus oraciones las que le han conducido a casa. Uno repara en aquella otra Madre, la Madre de Nuestro Señor, su Madre, la Madre de su sacerdocio, que pacientemente le ha conducido al hogar. Y no fue por habérmelo yo ganado o merecido, sino porque su corazón maternal tuvo compasión de un hijo que estaba aturrullado, cansado, amedrentado. Mi oración hacia Ella será siempre:

            Amable Señora, vestida de azul,
Enséñame cómo he de rogar,
 Pues Dios es tu pequeño hijo
 y tú sabes la manera”.

            De la autobiografía del ahora sacerdote católico
 James A. Vanderpool.

Tomado de la Revista Regina Mundi