jueves, 28 de agosto de 2014

La Asunción de María


Papa Benedicto XVI

La fiesta de la Asunción es un día de alegría. Dios ha vencido. El amor ha vencido. Ha vencido la vida. Se ha puesto de manifiesto que el amor es más fuerte que la muerte, que Dios tiene la verdadera fuerza, y su fuerza es bondad y amor.

María fue elevada al cielo en cuerpo y alma: en Dios también hay lugar para el cuerpo. El cielo ya no es para nosotros una esfera muy lejana y desconocida. En el cielo tenemos una madre. Y la Madre de Dios, la Madre del Hijo de Dios, es nuestra madre. Él mismo lo dijo. La hizo madre nuestra cuando dijo al discípulo y a todos nosotros: «He aquí a tu madre». En el cielo tenemos una madre. El cielo está abierto; el cielo tiene un corazón.

En el evangelio de hoy hemos escuchado el Magníficat, esta gran poesía que brotó de los labios, o mejor, del corazón de María, inspirada por el Espíritu Santo. En este canto maravilloso se refleja toda el alma, toda la personalidad de María. Podemos decir que este canto es un retrato, un verdadero icono de María, en el que podemos verla tal cual es.

Quisiera destacar sólo dos puntos de este gran canto. Comienza con la palabra Magníficat: mi alma «engrandece» al Señor, es decir, proclama que el Señor es grande. María desea que Dios sea grande en el mundo, que sea grande en su vida, que esté presente en todos nosotros. No tiene miedo de que Dios sea un «competidor» en nuestra vida, de que con su grandeza pueda quitarnos algo de nuestra libertad, de nuestro espacio vital. Ella sabe que, si Dios es grande, también nosotros somos grandes. No oprime nuestra vida, sino que la eleva y la hace grande: precisamente entonces se hace grande con el esplendor de Dios.

El hecho de que nuestros primeros padres pensaran lo contrario fue el núcleo del pecado original. Temían que, si Dios era demasiado grande, quitara algo a su vida. Pensaban que debían apartar a Dios a fin de tener espacio para ellos mismos. Esta ha sido también la gran tentación de la época moderna, de los últimos tres o cuatro siglos. Cada vez más se ha pensado y dicho: «Este Dios no nos deja libertad, nos limita el espacio de nuestra vida con todos sus mandamientos. Por tanto, Dios debe desaparecer; queremos ser autónomos, independientes. Sin este Dios nosotros seremos dioses, y haremos lo que nos plazca».

Este era también el pensamiento del hijo pródigo, el cual no entendió que, precisamente por el hecho de estar en la casa del padre, era «libre». Se marchó a un país lejano, donde malgastó su vida. Al final comprendió que, en vez de ser libre, se había hecho esclavo, precisamente por haberse alejado de su padre; comprendió que sólo volviendo a la casa de su padre podría ser libre de verdad, con toda la belleza de la vida.

Lo mismo sucede en la época moderna. Antes se pensaba y se creía que, apartando a Dios y siendo nosotros autónomos, siguiendo nuestras ideas, nuestra voluntad, llegaríamos a ser realmente libres, para poder hacer lo que nos apetezca sin tener que obedecer a nadie. Pero cuando Dios desaparece, el hombre no llega a ser más grande; al contrario, pierde la dignidad divina, pierde el esplendor de Dios en su rostro. Al final se convierte sólo en el producto de una evolución ciega, del que se puede usar y abusar. Eso es precisamente lo que ha confirmado la experiencia de nuestra época.

El hombre es grande, sólo si Dios es grande. Con María debemos comenzar a comprender que es así. No debemos alejarnos de Dios, sino hacer que Dios esté presente, hacer que Dios sea grande en nuestra vida; así también nosotros seremos divinos: tendremos todo el esplendor de la dignidad divina.

Apliquemos esto a nuestra vida. Es importante que Dios sea grande entre nosotros, en la vida pública y en la vida privada. En la vida pública, es importante que Dios esté presente, por ejemplo, mediante la cruz en los edificios públicos; que Dios esté presente en nuestra vida común, porque sólo si Dios está presente tenemos una orientación, un camino común; de lo contrario, los contrastes se hacen inconciliables, pues ya no se reconoce la dignidad común. Engrandezcamos a Dios en la vida pública y en la vida privada. Eso significa hacer espacio a Dios cada día en nuestra vida, comenzando desde la mañana con la oración y luego dando tiempo a Dios, dando el domingo a Dios. No perdemos nuestro tiempo libre si se lo ofrecemos a Dios. Si Dios entra en nuestro tiempo, todo el tiempo se hace más grande, más amplio, más rico.

Una segunda reflexión. Esta poesía de María -el Magníficat- es totalmente original; sin embargo, al mismo tiempo, es un «tejido» hecho completamente con «hilos» del Antiguo Testamento, hecho de palabra de Dios. Se puede ver que María, por decirlo así, «se sentía como en su casa» en la palabra de Dios, vivía de la palabra de Dios, estaba penetrada de la palabra de Dios. En efecto, hablaba con palabras de Dios, pensaba con palabras de Dios; sus pensamientos eran los pensamientos de Dios; sus palabras eran las palabras de Dios. Estaba penetrada de la luz divina; por eso era tan espléndida, tan buena; por eso irradiaba amor y bondad. María vivía de la palabra de Dios; estaba impregnada de la palabra de Dios. Al estar inmersa en la palabra de Dios, al tener tanta familiaridad con la palabra de Dios, recibía también la luz interior de la sabiduría. Quien piensa con Dios, piensa bien; y quien habla con Dios, habla bien, tiene criterios de juicio válidos para todas las cosas del mundo, se hace sabio, prudente y, al mismo tiempo, bueno; también se hace fuerte y valiente, con la fuerza de Dios, que resiste al mal y promueve el bien en el mundo.

Así, María habla con nosotros, nos habla a nosotros, nos invita a conocer la palabra de Dios, a amar la palabra de Dios, a vivir con la palabra de Dios, a pensar con la palabra de Dios. Y podemos hacerlo de muy diversas maneras: leyendo la sagrada Escritura, sobre todo participando en la liturgia, en la que a lo largo del año la santa Iglesia nos abre todo el libro de la sagrada Escritura. Lo abre a nuestra vida y lo hace presente en nuestra vida.

Pero pienso también en el Compendio del Catecismo de la Iglesia católica, que hemos publicado recientemente, en el que la palabra de Dios se aplica a nuestra vida, interpreta la realidad de nuestra vida, nos ayuda a entrar en el gran «templo» de la palabra de Dios, a aprender a amarla y a impregnarnos, como María, de esta palabra. Así la vida resulta luminosa y tenemos el criterio para juzgar, recibimos bondad y fuerza al mismo tiempo.

María fue elevada en cuerpo y alma a la gloria del cielo, y con Dios es reina del cielo y de la tierra. ¿Acaso así está alejada de nosotros? Al contrario. Precisamente al estar con Dios y en Dios, está muy cerca de cada uno de nosotros. Cuando estaba en la tierra, sólo podía estar cerca de algunas personas. Al estar en Dios, que está cerca de nosotros, más aún, que está «dentro» de todos nosotros, María participa de esta cercanía de Dios. Al estar en Dios y con Dios, María está cerca de cada uno de nosotros, conoce nuestro corazón, puede escuchar nuestras oraciones, puede ayudarnos con su bondad materna. Nos ha sido dada como «madre» -así lo dijo el Señor-, a la que podemos dirigirnos en cada momento. Ella nos escucha siempre, siempre está cerca de nosotros; y, siendo Madre del Hijo, participa del poder del Hijo, de su bondad. Podemos poner siempre toda nuestra vida en manos de esta Madre, que siempre está cerca de cada uno de nosotros.

En este día de fiesta demos gracias al Señor por el don de esta Madre y pidamos a María que nos ayude a encontrar el buen camino cada día. Amén.


Tomado de L'Osservatore Romano, edición semanal en lengua española, del 19-VIII-05.

jueves, 21 de agosto de 2014

Los ejemplos en las glorias de María. Capítulo III.


Padre Luis Aníbal Arias Marín, Cssr.
Sociedad Mariológica Colombiana


Al hacer este recorrido de los ejemplos no se pretende asumir todos los aspectos, sino sólo dar algunas pistas para un trabajo futuro. Estudiando con mesura y dedicación los ejemplos, el lector se acercará a una fuente profunda, como Las Glorias de María. Los antecedentes descritos brindan la posibilidad de valorizar y de mirar críticamente los ejemplos que utiliza Alfonso.

“Los ejemplos cierran los capítulos de Las Glorias de María, se trata de narraciones con diversidad de forma y de contenido: episodios sacados de la vida de los santos, milagros que parecen creados para una imaginación sin frenos, relatos que vuelven a llamar la fábula y la novela, recuerdos personales de sucesos prodigiosos y en fin, hechos históricos demostrables y demostrados. Cierran los capítulos, casi para hacer sólida la verdad o sembrar las páginas de fuegos breves encendidos para resaltar una advertencia o una exhortación urgente, con el intento preciso de detener la mirada que pudiera pasar distraída. A esta manera de dar punto final a los capítulos de Las Glorias de María, la llama Alfonso: ejemplos” .

Para no caer en interpretaciones subjetivas, que tienen un valor siempre relativo, es mejor interrogar directamente al santo: El mismo puede decirnos qué piensa de sus ejemplos.

“Hay personas que se vanaglorian de haber roto el yugo de las que llaman preocupaciones populares, y que no admiten más milagros que los que leemos en las Sagradas Escrituras, figurándose que los demás son fábulas y cuentecillos de vieja. A estos tales responde el sabio y piadoso P. Crasset con una atinadísima observación. Dice que así como las gentes de bien no tienen reparo en admitir los milagros, así también los impíos y malvados se sienten como arrastrados a mofarse de ellos. Y añade, que si revela gran debilidad de espíritu el admitir sin examen todo lo que se refiere, así también rechazar los milagros que nos refieren personas graves y de cuenta, da indicios de ser, o un impío, pensando que Dios no puede llevar a cabo semejantes maravillas, o un temerario, que rehúsa dar crédito a testigos tan abonados. [...] ¿y hallaremos después mil dificultades para creer lo que nos relatan autores cristianos doctos y probos? Menos peligro hay en creer y admitir lo que refieren con alguna probabilidad personas virtuosas, sin que los sabios las nieguen, y sirven por otra parte para edificación del prójimo, que el rechazarlo con temerario desdén y sobra de soberbia”

La mayoría de los ejemplos alfonsianos se encuentran en Las Glorias de María. Figuran toda clase de relatos: históricos, legendarios, píos, hagiográficos, el ejemplo milagro y aquel tipo de personificación imaginaria. Sumando también los ejemplos, dispersos dentro de los capítulos, tomados en sentido amplio, su número va más allá de 190. Si en las narraciones de hechos históricos o de milagros, cuya edificación depende de su historicidad, S. Alfonso exige certeza, él sigue otro criterio cuando propone los ejemplos en Las Glorias de María.

¿Qué valor tienen los ejemplos en S. Alfonso?

“Los ejemplos pueden mirarse en su posición material, como parte integrante de un contexto doctrinal o ascético y pueden ser vistos como creados por el autor, al cual se le puede siempre pedir si entiende con aquellos relatos hacer historias u ofrecer símbolos” .


1. FINALIDAD DOCTRINAL Y VITAL EN LAS GLORIAS DE MARÍA.

Las Glorias de María empiezan con una muestra de la Salve Regina, la oración de los hijos desterrados de Eva. Es un trabajo de conocimiento perfectamente asimilado y con una habilidad narrativa en la cual el sentido común es bien afirmado y simultáneamente ilustrado. El que lea a S. Alfonso estará empeñado con él en la exploración de lo que Padres, teólogos y narradores populares dicen de María, Madre y Reina. En Las Glorias de María, un factor decisivo que marcó la vida de Alfonso, fue el querer comunicar la salvación con el lenguaje de los sencillos. A mitad del setecientos el porcentaje de la población alfabetizada en el Reino de Nápoles era solamente el 5 o 10 por ciento y en la ciudad de Nápoles era el 40 por ciento . Este dato permite recordar que el analfabetismo era altísimo. Pues bien, los ejemplos hacen parte del lenguaje y del estilo popular que significaban para Alfonso respeto y comunión con el pueblo, a la vez que permitir la asimilación convencida de la verdad como fuente renovada según el evangelio. Era crear la posibilidad para el pueblo de comprender, reflexionar, asimilar y vivir la verdad .

Los ejemplos fueron algunos medios propicios para llegar a esos “analfabetas”, a aquellos que el Reino y la Iglesia habían olvidado, los necesitados de auxilios espirituales y para los cuales Alfonso fundó la Congregación. Aquí entra la sabiduría del que sabe descubrir en las necesidades de los otros, el amor de Dios que sigue vivo, que sigue buscando a los hombres; transmitirles un mensaje, saber comunicarles la Buena Nueva de la salvación. La Revelación es comunicación, los relatos, los ejemplos, las experiencias personales y comunitarias, la obra de la evangelización, todo es comunicación, pero sólo comunica a Dios, quien tiene una experiencia profunda de Él, como la tuvo Alfonso. María es un lugar de revelación para seguir comunicando a los hombres y mujeres de nuestro tiempo, el mensaje de la liberación. María supo escuchar para comunicar. Ella misma es una comunicación viva del que es la Palabra definitiva y que ofrece al mundo la salvación.

Uno de los objetivos de Alfonso al escribir Las Glorias de María, era el anunciar, especialmente en la misiones, la salvación por medio de María. Su experiencia pastoral está testimoniada por la presencia de María.

Alfonso estaba convencido de que en la predicación, sobre todo a las gentes sencillas de las zonas rurales y las gentes de las periferias de las ciudades, había que hablarles de las verdades de la fe y de la Virgen María con el lenguaje del corazón. El, considerado por muchos autores como el servidor de María, tenía un amor grande por ella y después de Jesucristo, la consideraba su grande Reina. Precisamente el comentario de la Salve Regina, es todo un desfogue de amor por mostrar a María como Madre y Reina, títulos propios de la tradición, a la que Alfonso profesaba fidelidad. También sobresalen los apelativos de Madre de misericordia, vida, dulzura, esperanza.

Hoy la mariología quiere poner un interés actual por la figura histórica de María, NDM es una muestra clara de los esfuerzos teológicos - pastorales de los mariólogos, por presentar a María, dentro del esquema histórico salvífico, sobre todo el querer recuperar la presencia de la Virgen María inserta en el misterio de Cristo y de la Iglesia; aparecen así diversas corrientes:
“La mariología contemporánea parece caracterizarse por una curva evolutiva, que comienza con un marcado interés por la vida concreta de María, sigue con la atención al significado salvífico de su vida terrena y llega a una visión sintética en la que encuentran sitio los dos aspectos precedentes. Frente a la tendencia especulativa postridentina, que se complacía a veces a ultranza en el estudio de las verdades marianas, corriendo el riesgo de caer en abstracciones, ha surgido entre los católicos la exigencia de recuperar la imagen histórica y existencial de la Madre de Jesús [...] Muy pronto, junto a esta corriente, que pretendía reconstruir con la máxima precisión posible la historia de María, surge otra de signo opuesto. Es la corriente histórico-salvífica, en la que convergen la teología kerygmática y el redescubrimiento patrístico-litúrgico, que se apoyan en los ejes esenciales del anuncio evangélico, dejando a un lado o relativizando mucho lo que es secundario. Acogida en su aspecto positivo por el Vaticano II, la corriente histórico-salvífica surtió un efecto benéfico en la teología, en la predicación y en la piedad, estimulando a insertar a María en el contexto global del misterio de Cristo y de la iglesia” .
La “Salve Regina” es el trasfondo teológico de Alfonso para relatar sus ejemplos. Cuando se leen Las Glorias de María con atención, con espíritu crítico y con audacia misionera, se ve en ellas, realizada una de las intuiciones de su autor, llegar al pueblo sencillo y llegar con María, “sólo Dios conoce la grandeza de María”  en su totalidad. Las Glorias de María giran en torno a dos afirmaciones: La Virgen María es Madre del Redentor y es Madre de misericordia.

“Protestantes y jansenistas han infundido miles de escrúpulos y miles excitaciones que no podemos lograr vencer. No se podía volver más al candor milagroso con el cual se amaba a la Virgen María en los siglos antecedentes. Se tenía como un recelo, una cautela, un temor. Alfonso con su doctrina de teólogo, con su llameante y ardiente alma de devoto incomparable; con su genio de escritor popular, ha echado fuera gran parte de aquellas excitaciones, ha conducido el alma cristiana, delante de María, a aquella feliz libertad del amor” .

La misericordia es la forma más alta del amor, que encuentra en el corazón de una madre la fuente más natural. Así, se puede observar como todo el conjunto de la obra Las Glorias de María está impregnado de este espíritu de misericordia. Alfonso es consciente de este apelativo grande para con la Virgen María. En plena conformidad con los Doctores de la Iglesia, el Santo nos da sus testimonios que el comparte: María se llama madre de misericordia porque la piedad que conserva por nosotros, hace que nos ame y nos socorra, según S. Bernardo; el amor de todas las madres juntas no llega al amor que María lleva a uno solo de sus devotos; la gran caridad que reina en el corazón de María hacia todos, la obliga a abrir a todos el seno de la misericordia; María está llena de tanta misericordia que debe llamarse la misma misericordia .

Este apelativo a María como Madre de Misericordia es una de las expresiones más vivas de Las Glorias de María. Por tres motivos María es Madre de misericordia: es mediadora de gracia; es Madre de Dios y es nuestra abogada y nuestra paz. Se puede pasar a hacer una reseña de los modos como usa Alfonso los ejemplos en Las Glorias de María.


1.1 María mediadora de gracia: para Alfonso la misericordia de María se expresa a través de la oración: las oraciones de los Santos junto a Dios son oraciones de amigos, pero las oraciones de María son plegarias de Madre. El Santo profundiza esta convicción en Las Glorias de María desde la introducción, en el predicar a María; de la confianza en su intercesión depende la salvación de todos. Está claro que no es la Virgen María la que salva: Ella intercede, ora y obtiene la salvación para aquellos que confían en ella:

“Por si alguno creyera demasiado avanzada alguna proposición escrita en este libro, hago aquí protesta de haberla escrito y entendido en el sentido de la Santa Iglesia y de la santa Teología. Así por ejemplo, al llamar a María ‘mediadora’ mi intención ha sido llamarla tan sólo como Mediadora de gracia, a diferencia de Jesucristo, que es el primero y único mediador de justicia. Llamando a María ‘omnipotente’, como la han llamado otros [...] he pretendido significar que ella, como Madre de Dios, obtiene de él cuanto le pide a beneficio de sus devotos; puesto que ni de este ni de ningún otro atributo divino puede ser capaz una pura criatura como es María. Llamando, en fin, a María nuestra “esperanza”, entiendo llamarla tal, porque todas las gracias (como defiende S. Bernardo) pasan por sus manos” .

El núcleo en torno al cual gira todo el contenido del libro de Las Glorias de María es el capitulo V donde S. Alfonso resume toda la tradición católica sobre la mediación de la Virgen María en su famosa tesis: tenemos necesidad de la intercesión de María para salvarnos . Alfonso, Doctor de la oración, no podía no implicar la oración de la Virgen María en la obra de la Redención . Apasionado intensamente de Jesús y de María, Alfonso se preocupa de no ofuscar el uno por ensalzar el otro y afirma refiriéndose a S. Bernardo: “No piense de oscurecer las glorias del hijo quien mucho alaba a la madre; cuanto más se honra a la madre tanto más se honra el hijo”. Luego continúa su pensamiento por medio de Jesucristo quien ha dado tanta autoridad a María de ser mediadora de nuestra salvación, no ya mediadora de justicia, pero sí de gracia y de intercesión .

Alfonso hace una distinción substancial entre la mediación de justicia propia de Jesucristo, que es meritoria y salva, y la mediación de la Virgen María que es gracia, un don recibido de Dios para los otros y que consiste en la oración. La intercesión de María no es absoluta pero moralmente necesaria. En otras palabras Dios no quiere concedernos las gracias sin la intercesión de la Virgen María .


1.2 La maternidad divina: la elección de la Virgen María de parte de Dios a ser mediadora de gracia justifica todos los otros títulos atríbuibles en la Salve Regina. La Virgen María es Reina porque usa la piedad y la providencia hacia los pobres, es Madre y Vida nuestra porque nos obtiene la gracia que es vida del alma. Dios la oye favorablemente porque la ama intensamente:

“Dios [...] el cual siendo caridad eterna y divina (1 Jn 4, 7-8; 16), lleva a cabo todo según un designio de amor: la amó y obró en ella maravillas (Lc 1,49); la amó por sí mismo, la amó por nosotros; se la dio a sí mismo y la dio por nosotros”. (MC 56).

Las oraciones de María ejercitan junto a Dios una gran fuerza y son expresión de su riqueza espiritual y de la plenitud de misericordia que están en su corazón materno. Todos pueden hacer la experiencia de la dulzura materna de la Virgen María y garantizar su salvación .

Alfonso establece un paralelo simple pero eficaz entre nosotros y Jesucristo al presentar la maternidad de María. Todos sabemos que entre María y Jesús se establece un vínculo indisoluble, desde la concepción hasta la muerte. Analógicamente, una símil ligazón de naturaleza espiritual se establece entre  María y cada persona.

La maternidad de la Virgen María es de naturaleza diversa de aquella de las otras madres: María es nuestra madre, no de carne, sino de amor. El solo amor que nos tiene la hace ser nuestra madre. La oración, la misericordia la empujan a hacerse próxima a cada uno de nosotros. El amor de María es teologal: la primera razón del grande amor que María lleva a los hombres es el grande amor que lleva a Dios. ¿Pero quién más que María ha amado a Dios? Su amor es universal y crístico porque todos los hombres han estado redimidos de Jesucristo, por esto, María nos ama bastante porque nosotros hemos estado recomendados por su Hijo. Nosotros somos hijos demasiado queridos de María, porque somos el precio de la muerte de Jesucristo. Si poco nos amase poco demostraría de estimar la sangre del Hijo, que es el precio de nuestra salvación .

El amor de la Virgen María es siempre sin exclusión: María es madre también de los pecadores que quieren convertirse. María es madre de Jesús y madre del hombre, por esto cuando ve algún pecador apartado de su Hijo, ella no puede soportarlo y hace todo lo posible por reconciliarlo en la paz. La maternidad de la Virgen María es un don que Dios propone al hombre. Por esto Alfonso recuerda a todos que María acepta por sus hijos todos aquellos que lo quieren ser y aquellos que buscar vivir según su vida. Ella es madre de cada cristiano amado de Jesucristo y en el cual vive él con su Espíritu. Como Madre la Virgen María nos indica la verdadera vida que es Jesús y de él nos obtiene el perdón de los pecados mediante su intercesión. Ella se coloca en nuestra existencia como Aurora siempre adornada de luz que aleja la noche del pecado y da principio al día de la salvación .

Nosotros somos hijos salvados, resucitados con la cooperación y la mediación de la Virgen María. Nuestro ánimo se llena de gloria en el profesar que después de Dios no tenemos otra esperanza que María .

Los ejemplos encontrados en Las Glorias de María quieren expresar de muchas maneras, el modo como Alfonso ha entendido y vivido el amor por la Virgen María. Aquí entra en juego el sentimiento y la persuasión. Detrás de los ejemplos hay toda una filosofía de parte de Alfonso, no relatar simplemente, relatar con sentido y significando lo que Dios quiere de cada persona. Los ejemplos hacen entender mejor por qué Dios ama, por qué Jesucristo es camino, por qué María nunca se cansa de salir en nuestra defensa . Alfonso explica y da razones para luego con el ejemplo dar una enseñanza. El significado de los ejemplos en Las Glorias de María es teológico y espiritual.


1.3 María nuestra abogada y nuestra paz: coherente con su pensamiento sobre la mediación, Alfonso no descuida el título de abogada, por esto llama a María nuestra abogada, porque es tan grande la autoridad que las madres tienen sobre sus hijos, que aunque éstos sean reyes y tengan absoluto dominio sobre todos los vasallos, jamás las madres pueden llegar a ser vasallas de sus propios hijos, basta que hable María y el Hijo ejecuta todo .

La defensa que María tiene junto a Dios está llena de motivos de misericordia, piedad, caridad y fidelidad. Alfonso está convencido que no hay criatura alguna que pueda obtener para nosotros tantas misericordias, como nuestra buena abogada María. Un acento particular tiene el puesto de la perseverancia en Las Glorias de María. La Virgen María es nuestra vida porque nos obtiene la perseverancia . María es nuestra paz, por la íntima relación con Jesús, María es así llena de gracia, piedad y misericordia.

La paráfrasis de la Salve Regina, toca todos los atributos de la Virgen María. Lo que más palpita en el corazón de Alfonso, es el atributo más sentido y más analizado en todos sus componentes humanos: Madre de misericordia. Ella es la persona hacia la cual tiende la confianza de los fieles. Aquí se puede percibir otra de las intuiciones alfonsianas, crear en el pueblo una confianza hacia María, con la oración, con los homenajes externos que le podamos ofrecer.

Es interesante un dato significativo: en el inicio de toda misión se debe consagrar la misión a María y crear en los fieles una capacidad para la confianza en Ella. Alfonso es un hombre lleno de amor por Jesucristo y María. Un hombre capacitado para amar a los sencillos, hijo de una historia marcada por el racionalismo, se puede decir sin temor a equivocarse, Alfonso, superó la aridez con el amor. Sus escritos tienen en el fondo la experiencia de Dios, por esto en Las Glorias de María se conjugan muy bien los conocimientos teológicos, los ejemplos y la oración: síntesis de una auténtica fe.


2. DIFERENTES VALORACIONES DE LOS EJEMPLOS ALFONSIANOS.

Alfonso comenzó a escribir Las Glorias de María en 1734 en Villa Líberi y las terminó en Ciorani en 1750. No ha debido carecer de lo necesario para la elección de su primer trabajo, pues lo precedía una entera tradición de escritores que habían escrito sobre la Salve Regina, para erigir sus construcciones marianas apologéticas y expositivas. En el XVII, por efecto del renacimiento patrístico y un poco por la necesidad apologética, la ascética mariana, se viste de una erudición fácil y un poco fragmentaria hasta la mitad del XVIII, es decir, hasta S. Alfonso, que resume y sintetiza los modos literarios y las conquistas de las abundantes investigaciones precedentes. Alfonso es continuador, por consiguiente, de un método que contaba cerca de dos siglos de vida; también el título de Salve Regina no era nuevo para el santo, ya circulaban algunas obras con este nombre en latín y en italiano. Alfonso se encuentra de frente a los hombres del XVII y el XVIII como su compendiador, un ingenioso que unifica y da forma a los elementos esparcidos e informes de la teología, de la ascética, de la devoción .

Las Glorias de María están compuestas de dos partes: en la primera se comenta en diez capítulos la antífona litúrgica Salve Regina; en la segunda parte se ilustran las principales fiestas de la Virgen, los siete dolores, sus virtudes y los obsequios de devoción con sus prácticas hacia la Madre de Dios.

El libro contiene 130 ejemplos; 41 cierran los capítulos y los párrafos; 89 forman parte de colección de varios ejemplos concernientes a María Santísima. Una colección tomada de muchos libros de milagros de la Virgen.

Con esta obra, Alfonso se ha propuesto cantar los honores de María y hablar de su gran piedad y de su potente intercesión, recogiendo todo aquello que han dicho los Padres y los autores más célebres de la misericordia y de la potencia de María.

“Los ejemplos en Las Glorias de María, históricos o legendarios, guardan toda la verdad que Alfonso ha leído junto con la verdad de la Iglesia, que se los transmitía. No se pretende una verdad histórica, sino una verdad dogmática; la verdad que ha perpetuado la tradición cristiana a través de toda la Edad Media con los teatros, los sermones, los tratados espirituales, los vitrales y los bajorrelieves de las catedrales, como por ejemplo, en el Milagro de Teófilo, arrancado por María del poder de Satán. Estas leyendas doradas marianas, aun cuando no sean históricas - y frecuentemente lo son - ilustran, como las parábolas, y los ejemplos, una verdad que desafía a la crítica: la creencia común de los fieles, y, por tanto, la fe de la Iglesia en María, abogada todopoderosa de las causas desesperadas” .

¿Cuál es la credibilidad de los ejemplos alfonsianos en su época? Alfonso en su narrativa con finalidad devocional propone ejemplos probables, es decir, ejemplos que pueden ser creídos como hechos acontecidos con una cierta probabilidad. No olvidemos que vivió varios siglos atrás, cuando apenas comenzaba el racionalismo iluminista.

Las Glorias de María, que los mariólogos han definido como una auténtica obra maestra; contiene muchos ejemplos, que son también el blanco preferido de las críticas al santo. También han sido consideradas como poco serias y, a causa de sus narraciones de milagros poco críticas. Pero ha habido autores serios que han sabido apreciar la sustancia del libro.

San Alfonso se diferencia de autores como Agostino Manni y Silvano Razzi, considerados libres creadores de ejemplos, tejedores de leyendas edificantes que toman del pueblo. Alfonso sabe bien distinguir entre métodos propios de la hagiografía científica y aquellos de la literatura devocional. Los primeros deben conciliar el deseo de edificar con la fidelidad a la verdad histórica: al escribir la vida de los santos es mejor referir pocas cosas ciertas que muchas e inciertas. Aquí, por consiguiente, el canon crítico es la certeza; por consecuencia S. Alfonso declara que al escribir su obra ha procurado exponer hechos sólidos que son apreciados y sacados de autores serios, y ha quitado por su parte, aquellas cosas que ha encontrado como dudosas. Por tanto, él acepta como criterio la certeza, que excluye no solo, las cosas falsas sino también las cosas simplemente dudosas. En la literatura devocional los ejemplos son legítimos incluso autores que, para ilustrar un atributo de la grandeza de María o de los santos, aluden a los ejemplos fundamentados sobre la sola probabilidad no reprobada de los doctos.

En el siglo XVIII se ponen en contacto con los escritos de S. Alfonso John Henry Newman (1801-1890), que le atribuía el mérito de haberlo ayudado a superar el último obstáculo para su ingreso en la Iglesia católica . Las resistencias a la doctrina y a la persona de S. Alfonso, se dan en Alemania, sobre todo con sus escritos de devoción, como es el caso de Las Glorias de María que fueron muy criticadas por motivo de sus relatos de milagros y de las historias de fantasmas contenidos en ellos. Los ejemplos adoptados por Alfonso venían bien para los napolitanos, pero no para los alemanes.

Por consiguiente, los relatos de S. Alfonso completan y extienden una enseñanza, lo representan como un cuerpo organizado, como decía el Liber de miraculis di Potone. Otro aspecto es el de una doctrina inmersa en la práctica y en el caso concreto de un hombre. El Speculum humanae salvationis llamaba tal procedimiento evangelio de los pobres, muy usado por la lectura de la Biblia, que por esto venía adornada de espléndidas imágenes ilustrativas. Alfonso mantiene la denominación: relatos probados tomados de la vida de los santos, leyendas, milagros, sucesos personales, todos son llamados ejemplos.

Otros discursos, no fáciles, imponen los ejemplos considerados en su aspecto subjetivo, así como llegan a la mente del autor. Pero ningún relato en los escritos de Alfonso revela la libre creación de un artista. Son narraciones que tienen una cierta probabilidad o verdadera semejanza con la vida, en otros términos, ejemplos adaptados a la edificación en aquello que presentan con solidez concreta y verdad espiritual fácil de asimilar .

El punto de partida de la crítica en campo alemán fue el año 1846, año de los debates sobre los conventos en el parlamento de Brovevan, en cuyo centro estaban los redentoristas. En aquella ocasión el príncipe y consejero del reino Ludwig von und zu Oettingen-Wallerstein criticó violentamente Las Glorias de María, por su concepción superficial de la religión y de sus increíbles cuentos de milagros. Joseph von Görres, considerado el incansable campeón de los derechos de la Iglesia, juzgó la publicación de la obra bastante inoportuna. Esta obra oportuna para la Calabria del setecientos pero no para la Alemania del ochocientos.

La revista católica “Der Katholik” había definido los relatos de los milagros historias casi estúpidas. También el “Archivo für theologische literatur”, dirigido por Ignaz von Döllinger, quien era entonces todavía un ultramontano, había opinado: el autor sera lo mejor un santo, pero en la Alemania del 1842, él no habría escrito probablemente las mismas cosas que había escrito años antes en la Italia meridional. Efectivamente Las Glorias de María, con sus cuentos de aventuras, más bien escandalosas, fueron objetivo de la crítica hasta el siglo XX. Es más fueron condenadas como fetichismo de la Virgen y como parto de una confundida y enferma fantasía de un monje. Otros decían que esta obra podía ser publicada en Alemania, sólo después de haber sido purificada. Los ejemplos aducidos por S. Alfonso eran buenos para los napolitanos pero no para los alemanes .

También habría que decir que lo que le interesaba al santo no era la efectividad de los ejemplos, sino la verdad más profunda que está contenida en ellos.

“Hemos descartado la tendencia semi-crítica o directamente seudo crítica de quien piensa en una justificación de los ejemplos de S. Alfonso sudando en la investigación de fuentes históricas inexistentes u otro tanto que históricas. Las notas críticas que acompañan los ejemplos de Las Glorias de María serán revisadas con otros criterios, se puede decir, más críticos, cierto, pero más adheridos a la verdadera historia de los ejemplos. Puede ser que resulte no una disminución de S. Alfonso, pero sí una alzada de tono: su inmersión en la historia que le pertenece, cerca cronológicamente, pero no por esto menos rica de vida. Después que continuemos leyendo los ejemplos con el espíritu de quien quiere se rehace a sí mismo bebiendo de la verdad espiritual de las cuales son desleídas aquellas mismas verdades que fueron vistas con rapidez intuitiva, de Giovanni Colombini en la Leyenda de María Egipciaca. Y del P. Delehaye, cuando hecho calma para un mejor sentido crítico, descubrió en la leyenda áurea la verdad: cuánto verdaderas y más de la historia” .


3. TIPOLOGÍA DE LOS EJEMPLOS EN SAN ALFONSO.

3.1 Contexto socio-religioso de los oyentes.

Sea este el momento oportuno para hablar del contexto socio-religioso de los oyentes para los que escribió S. Alfonso los ejemplos en Las Glorias de María. Se habla de la angustia religiosa que en este momento parece vivir el pueblo cristiano con una intensidad particular. La angustia religiosa se presenta como una sensación con intensidad superior a la del miedo, aquella refleja un estado de ánimo debido a algo impreciso y no identificado explícitamente por quienes lo viven, al mismo tiempo que tiende a proyectarse sobre todas las manifestaciones de la vida con un matiz de pesimismo radical.

Dicho estado de ánimo se concretiza en una imagen tétrica del mundo y de la existencia humana: conciencia muy aguda de la finitud y negatividad de las cosas (mal, pecado, muerte); vivencia de la inseguridad ante la naturaleza (inclemencias atmosféricas, cataclismos, pestes y enfermedades) y ante las exigencias morales de la vida cristiana (ocasiones, peligros, tentaciones, pecado); temor ante las consecuencias escatológicas a que puede estar expuesta la debilidad humana (castigos divinos, juicios de Dios, condenación eterna, penas en el purgatorio, tormentos en el infierno). En el fondo la angustia religiosa del siglo XVIII constituye un modo de vivir la fe al que va unida esta sensación. Nada de extraño que refleje actitudes y comportamientos característicos de la angustia patológica ante la responsabilidad personal y ante el propio obrar, como podrían ser los de miedo, inhibición, fuga, negación, represión, compensación, sublimación.

San Alfonso responde con sus ejemplos a muchas preguntas: ¿por qué esa conciencia tan aguda del pecado? ¿Por qué esa obsesión por el infierno? ¿De dónde proviene esa atmósfera de miedo? Una sociedad que tiene miedo necesita también algo que le devuelva la seguridad . Ahora esta angustia se manifiesta de diversas formas, en la vida ordinaria:

- Visión negativa y pesimista de las realidades terrenas.

- Presencia familiar de la muerte: escasez, hambres, guerras, pestes y epidemias, brevedad de la duración media de la vida humana, enfermedades, predicación popular, prácticas de piedad.

- Concepciones, actitudes y prácticas de carácter mágico, supersticioso o paranormal ante los desafíos de la naturaleza y ante los problemas más apremiantes de la vida.

En la espiritualidad cristiana:
- Conciencia muy aguda del pecado, frecuencia de las ocasiones y de las reincidencias, urgencia de la confesión y dificultades para hacerla de un modo adecuado; frecuencia del sacrilegio y de la blasfemia; abandono de la práctica de la confesión.

- Inseguridad ante la salvación personal, certeza de la muerte y desconocimiento del momento en que habrá de tener lugar; rigorismo pastoral en el confesionario; doctrina sobre el corto número de los que se salvan, conciencia y castigo de Dios ante las desgracias; manifestaciones de desesperación en la hora de la muerte.

- Ascética preocupada por los peligros morales, por las ocasiones de pecado, por la tentación y por la necesidad constante del examen de conciencia y del arrepentimiento.

- Ideal de santidad basado en las virtudes negativas: abnegación de sí mismo, renuncia a la propia voluntad y a las inclinaciones naturales, mortificación, humildad, obediencia, castidad, penitencias corporales.

- Miedo a la felicidad, a hacer lo que agrada, a la satisfacción en el cumplimiento del propio deber, a la afirmación de la propia personalidad (soberbia).

- Imitación de las cosas buenas que hicieron los santos; deseos de apariciones de la Virgen María.

En la acción pastoral:
- Atención preferencial a las actitudes y prácticas penitenciales de conversión.

- Insistencia en las verdades eternas, en el sacramento de la confesión y en la importancia de los últimos sacramentos.

- Argumentos de temor en la predicación extraordinaria, en la piedad popular; en la ascética monástica y en las distintas formas de oración y meditación.

En la reflexión moral: -frecuencia del escrúpulo religioso .
Considerado todo este cúmulo de características, se observa cómo S. Alfonso responderá con sus ejemplos y narraciones a unas situaciones determinadas y por esto aprovechó el recurso de los ejemplos no para aumentar la angustia de su pueblo sino para mostrar a María como camino de confianza y de misericordia.


3.2 Elementos estructurales.

Algunos elementos estructurales son:
El lugar: donde sucede el relato.
El tiempo: la fecha en que posiblemente acaeció.
La fuente: el libro o autor de donde fue tomado el relato. Pueden existir diversas fuentes porquen puede ser diversos los autores que citan la misma narración. El ideal será siempre presentar la fuente originaria.

El hecho: es propiamente la narración, lo que aconteció. El relato puede tener varios hechos y no se debe perder de vista el relato principal que es donde se encuentra el mismo fin que se propone el relator.

Los efectos: consecuencias positivas o negativas de los mismos hechos.

El fin que se quiere alcanzar: finalidad que se propone el autor al hacer el relato.

Se presentará más adelante una tabla con la aplicación de dichos elementos estructurales en algunos ejemplos de S. Alfonso.


3.3 Sintaxis narrativa.

La semiótica es un juego. Esta afirmación podrá parecer ingenua o presuntuosa; sin embargo, al tratar de explorar las condiciones del significado, al fijarse como objetivo el examen de las raíces del sentido, al poner los textos “patas arriba” para dilucidar lo que está “por debajo” del sentido, ¿qué hace posible el significado que manifiestan los textos, los relatos que leemos? No se intenta restituir a un texto su génesis, su historia. Para sintetizar se puede decir: no se trata de ¿que dice el texto? Ni ¿quién dice este texto? sino de ¿cómo dice este texto lo que dice? Sólo existe sentido por y en la diferencia: ése principio, reconocido por F. de Saussure y L. Hjelmslev, que constituye la base del desarrollo de los estudios estructurales .

Se llama programa narrativo a la sucesión de estados que se encadenan a partir de una relación de sujeto y objeto. Un relato no es una crónica o descripción de un hecho verdadero o imaginado sino una totalidad estructurada que percibe el significado y la actualidad del evento. El estudio del relato para establecer una gramática narrativa está tomado de VLADIMIR PROPP, con su libro Morfologia della fiaba. (1929). Examinando los cuentos de hadas populares rusos, descubre un conjunto de elementos que se suceden como leyes fijas:

- Una sucesión fija de 31 acciones de los personajes o funciones del relato, - Siete tipos de personajes (princesa, magnate, héroe, opositor, donador, ayudante, falso héroe), dinámica de la secuencia: acción negativa que causa un desequilibrio, la pérdida de un ser amado; está encargado un héroe ayudado o contrastado, el héroe supera la prueba y colma el vacío, al final viene premiado.

Continuando el estudio de Propp, A. J. Greimas, Sémentique structurale, París 1966, establece la ley fundamental de la sintaxis narrativa de cada relato en la transformación entre una situación inicial y una situación final. Ella tiene un esquema narrativo en cinco tiempos:

Situación inicial: que representa el influjo, es el momento en que se establece el programa narrativo. Es la escena donde entran en relación dos sujetos: el remitente y el destinatario del influjo. Es propiamente la actividad persuasiva. El objetivo del remitente es hacer, es decir, constituir un objeto para un programa dado.

Determinación del objeto que falta. Llamada del héroe.

Prueba calificante o calificada: que es la capacidad o la realización del cambio por el sujeto agente. Llamaremos capacidad a las condiciones necesarias para realizar el cambio en cuanto están atribuidas al sujeto agente. La capacidad del sujeto agente puede reducirse a cuatro elementos: el deber-hacer, el querer-hacer, el poder-hacer, el saber-hacer. El sujeto tiene que estar en capacidad de realizar ciertos elementos, es propiamente el objeto calificante. La realización calificante es necesaria para efectuar la realización principal. Hay diferentes modos de calificación, pueden jalonar un itinerario narrativo y mostrar el progreso de un personaje. Calificación del héroe, llamada de ayuda.

Prueba o realización principal: Todo relato se constituye en torno al cambio de los estados, es decir la realización, que corresponde a la ejecución del hacer-ser. Hay que tener en cuenta todos los elementos constitutivos de la realización el estado inicial, el estado final, combate, victoria.

Prueba Glorificante: Es el estado de reconocimiento y valoración, que es la calificación de los enunciados de estado y la actividad interpretativa. En ciertos relatos se desarrolla solamente esta fase. Comunicación del objeto que falta. Agradecimiento del héroe.

Prueba final: eliminación del defecto inicial .

En la presentación global del componente narrativo se articula el programa narrativo en las anteriores fases. El componente narrativo no se identifica con el relato que se lee, es una construcción que sirve para describir el significado. El elemento base de la descripción es el enunciado narrativo que corresponde al cambio de estados. Se pueden registrar los siguientes pasos:

Un enunciado de acción.
Un sujeto de la acción o sujeto agente.
Un enunciado de estado inicial.
Un enunciado de estado final.
Un objeto valor.
Un sujeto de estado relacionado con esos valores

Desde el punto de vista del sujeto agente, el enunciado narrativo atestigua un cambio de estado: se trata de una adquisición de valor (restauración respecto a una situación inicial deficiente o eliminación de la carencia) o de una pérdida de valor (deterioro respecto a una situación inicial positiva: es el daño). También desde este punto de vista, el enunciado narrativo registra la realización. Esta debe ser concebida en su articulación con la capacidad. Antes de ser sujeto de la acción en la realización, el sujeto agente es sujeto del deber-hacer, del querer-hacer, del saber-hacer y del poder-hacer: pasa por las fases en las que se va constituyendo como sujeto capaz.

En los relatos, las fases de constitución del sujeto agente corresponden a realizaciones narrativas secundarias, en las que se cambian los estados calificantes de ese sujeto… esas realizaciones secundarias constituyen la prueba o realización calificante: el sujeto agente está calificado, capacitado para realizar el cambio narrativo principal, llamado también prueba o realización principal. Estas dos pruebas o realizaciones son inconcebibles la una sin la otra: “para ser es necesario estar capacitado, y la capacidad existe siempre en vista de un hacer” .

Ahora se tratará de aplicar en la medida que se pueda, a algunos ejemplos de Las Glorias de María a través de tablas, los elementos estructurales y la sintaxis narrativa.


3.4 Aplicación de los elementos estructurales y de la sintaxis narrativa a siete ejemplos de Las Glorias de María.


Ejemplo 1.

En la primera parte de Las Glorias de María, capítulo I María es presentada como “Reina de misericordia”, la salvación de los pecadores será la corona de María, corona bien digna y propia de una Reina de la misericordia. Con tal propósito se debe leer el siguiente ejemplo.

Se refiriere en la vida de sor Catalina de San Agustín que, en el mismo pueblo en que vivía esta sierva de Dios, habitaba también una mujer llamada María, la cual en su juventud había llevado vida licenciosa, y aún en la vejez se obstinaba en proseguir la carrera de sus desordenados apetitos. Arrojada por esto del pueblo, fue a refugiarse en una cueva que había fuera del poblado, donde murió consumida por una enfermedad repugnante, abandonada de todos y privada de los sacramentos; por lo cual la enterraron en el campo como si fuera una bestia. Sor Catalina, que tenía la piadosa costumbre de encomendar a Dios las almas de todas las personas que pasaban a la otra vida, al saber la muerte desgraciada de la pobre anciana, ni siquiera pensó en rezar por ella, teniéndola por condenada, como la tenían todos. Más he aquí que al cabo de cuatro años, se le apareció de improviso a Sor Catalina un alma del Purgatorio, que le dijo: “Ay, Sor Catalina, que desventurada soy. Tú encomiendas a Dios las almas de todos los que mueren, sólo de la mía te has olvidado”. “Mas, ¿tú quién eres?” “Yo soy la pobre María que murió en la cueva”. “¿Cómo y te has salvado? Sí, por la misericordia de la Virgen María me he salvado”. ¿Y cómo? prosiguió la religiosa “Cuando estaba para morir, al verme tan cargada de pecados y abandonada de todos, acudí a la Madre de Dios y le dije: Vos, Señora, sé que eres el refugio de los desamparados: vedme aquí abandonada de todos; sois mi única esperanza, sólo Vos me podéis ayudar; tened compasión de mí. Entonces la Santísima Virgen me alcanzó la gracia de hacer un acto contrición; al punto morí y tuve la gran ventura de salvarme. Mi adorada reina me alcanzó también la gracia de que se abreviasen las penas que padezco; así es que sufro en intensidad lo que debía purgar en muchos años. Sólo necesito para salir del Purgatorio, que se me apliquen algunas misas: te ruego que las hagas celebrar, que yo, agradecida, te prometo encomendarte siempre a Dios y a María”. Sor Catalina, mandó celebrar las misas pedidas, y a los pocos días se le apareció de nuevo la anciana, más resplandeciente que el sol y le dijo: “Gracias, gracias: me voy al Cielo a cantar las misericordias de Dios y a interceder por ti”.

ELEMENTOS ESTRUCTURALES
Lugar Tiempo Fuentes
Canadá. 1668. Ragueneau, S. I., Vita di S. Nueva.
Francia. Caterina di Satn Agostino.
Versione italiana del P. Poggi, lib.
4, cap 3, Napoli, 1752, p. 267.
Hecho Efectos Fin-Objetivo
Inicial: una mujer abandonada por todos.
Fin previsto: infierno.
Fin logrado: salvación.
Motivo: invocación al morir. Conversión en la hora de la muerte. Confianza en la Virgen María.
TABLA 1A

SINTAXIS NARRATIVA
Situación inicial Situación final
Una pecadora
Invocación a María Salvación.
Prueba cualificante Prueba principal Prueba glorificante
Conversión en la hora de la muerte María escucha. Arrepentimiento Sufrimiento. María le concede la gracia.
TABLA 1B


Ejemplo 2.

En el capítulo segundo, termina Alfonso el discurso con este otro ejemplo, en el cual se descubre a dónde llega la ternura que tiene esta buena Madre con sus hijos cuando está cerca la muerte:

“Estaba ayudando a bien morir el Párroco de cierto lugar a un hombre rico, que moría en una casa lujosamente amueblada, y asistido de criados y parientes y amigos. El sacerdote vio también a los demonios en forma de perros que acechaban aquella desventurada alma para apoderarse de ella, como en efecto lo hicieron por haber muerto en pecado. Entre tanto llamaron al Párroco para que fuera a asistir a una pobre mujer que estaba muriéndose y deseaba recibir los sacramentos. No pudiendo abandonar al rico, tan necesitado de su pastoral ministerio, mandó en su lugar a otro sacerdote, el cual tomando el santo Viático, fue a la casa de la enferma. Al entrar en su pobre casa no vio criados, ni amigos, ni lujosos muebles, porque la enferma era pobre y estaba recostada sobre un poco de paja. Pero vio en cambio un gran resplandor que iluminaba toda la estancia, y a la cabecera de la moribunda vio a la Madre de Dios que la estaba consolando y con el pañuelo que en la mano tenía la enjugaba el frío sudor de la muerte. Al contemplar la visión, el sacerdote no se atrevió a entrar, mas la Virgen María lo invitó a que se acercase. Entró el ministro del Señor, y la misma augusta Señora le ofreció un asiento, y sentado en él, oyó la confesión de la sierva fiel a la Virgen María; luego le dio el santo Viático, que recibió la enferma con gran devoción, y después su dichosa alma, en brazos de María, voló al Cielo” .

ELEMENTOS ESTRUCTURALES
Lugar Tiempo Fuentes
Venecia 1550 BELLOVACENSIS,
 Speculum historiale, lib. 7, cap. 96,
 Venetiis 1591, fol 87, col 1-2
Hecho Efectos Fin-Objetivo
Una mujer pobre muriéndose quiere recibir los sacramentos. Aparición de María.
Presencia del sacerdote. María que despliega su ternura con sus devotos
TABLA 2A

SINTAXIS NARRATIVA
Situación inicial Situación final
Una persona pobre.
Aparición de María. Al cielo por María.
Prueba cualificante Prueba principal Prueba glorificante
Quiere recibir los sacramentos. María consuela. Confesión -Comunión. María fiel a sus devotos.
TABLA 2B


Ejemplo 3.

En el capítulo cuarto, parte I, concluye contando un hecho de vida de Francisco de Sales como se narra en su vida.

“Tenía el santo como diecisiete años cuando estaba estudiando en París, gozando de celestiales delicias en el trato familiar que tenía con Dios. Pero el Señor, para probarlo más y unirlo más estrechamente consigo, permitió al demonio que lo tentase de desesperación, haciéndole creer que todo lo que hacía era perdido, puesto que por divino decreto estaba condenado a eterna reprobación. Al mismo tiempo le dejó Dios en tan grande oscuridad y aridez de espíritu, que permanecía insensible ante los pensamientos más consoladores de la bondad divina; de manera que la tentación torturaba con violencia el corazón del santo joven, hasta el punto de que las angustias y desolaciones le robaron el sueño y le hicieron perder el apetito, el color y la alegría, siendo objeto de compasión a cuantos le veían. Mientras duró tan deshecha tempestad, sólo cruzaban por la mente del Santo pensamientos de desconfianza, y únicamente brotaban de sus labios palabras de dolor. ¿Conque me veré privado - exclamaba - de la gracia de Dios, que tan bueno y tan amable se ha mostrado conmigo en mi vida pasada? Oh amor, oh belleza a la cual he consagrado todos mis afectos, ya no podré gozar más de vuestras caricias. Oh Virgen santísima y Madre de Dios, la más hermosa de todas las hijas de la celestial Jerusalén. -Aunque no tendré la dicha de veros en el paraíso y no me será dado contemplar un día la belleza de vuestro hermoso rostro, no consintáis por lo menos que vaya a blasfemar y maldecir vuestro nombre en el infierno. Estos eran en aquella sazón los delicados sentimientos de su corazón afligido pero enamorado a la vez de Dios y de la Virgen.

Por espacio de un mes duró tan dura prueba, al cabo del cual tuvo el Señor a bien poner término por medio de la consoladora del mundo, la Virgen Santísima, a quien el Santo había consagrado su virginidad y en quien tenía puesta toda su confianza. Cierto día, al volver a casa, entró en una iglesia en la cual acertó a ver una tablilla suspendida de la pared: la leyó y se encontró con la siguiente oración de S. Bernardo: “Acordaos, oh piadosísima Virgen María, que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han implorado vuestra protección lo hayáis abandonado”. Y postrado ante el Altar de la Virgen, rezó con todo su corazón esta plegaria, renovó el voto de virginidad, prometió rezar todos los días el rosario, y luego añadió: Reina mía, sed mi abogada cerca de vuestro Hijo, al cual no me atrevo a recurrir. Madre mía, si en la otra vida he de ser tan desgraciado que no pueda amar a mi Señor, tan digno de ser amado, haced, Señora, que mientras viva en la tierra lo ame con todas mis fuerzas. Esta gracia es la que os pido y de vos espero. Así habló a la Virgen. Y abandonado en brazos de la divina misericordia, se resignó por entero a la voluntad de Dios. Más apenas había puesto fin a su oración, cuando la dulcísima María lo había librado de la tentación, recobró el santo la paz del alma y aún la salud quebrantada del cuerpo. A partir de aquel día, no sólo cultivó la devoción a María que tan arraigada tenía en el corazón, sino que se esforzó en sus escritos y por medio de sus discursos, en publicar por todas partes las alabanzas y misericordias de su liberadora” .

ELEMENTOS ESTRUCTURALES
Lugar Tiempo Fuentes
París 1584 Gallizia,Vida de S. Francisco de Sales, lib. I cap. 4; Hamon, Lib I cap. 3
Hecho Efectos Fin-Objetivo
Un santo experimenta la aridez espiritual Con la confianza en María se recupera la paz. María nuestro socorro en la tribulación.
TABLA 3A
SINTAXIS NARRATIVA
Situación inicial Situación final
Angustia espiritual.
Habla con María María refugio Salvación
Prueba cualificante Prueba principal Prueba glorificante
María ayuda a recobrar la paz. Aridez- angustia.
Lucha en la tentación. María socorro y consuelo
TABLA 3B



Ejemplo 4.

Célebre es la historia de Teófilo, escrita por Eutiquiano, Patriarca de Constantinopla, testigo ocular del siguiente hecho:

“Era Teófilo Arcediano de la iglesia de Adana, en Cilicia, y gozaba de tanta fama y reputación de santo que el pueblo lo quiso proclamar por su Obispo, más lo estorbó su humildad. Años adelante le acusaron unos malvados de malversación de bienes, por lo cual fue depuesto de su cargo. Tan gran sentimiento le causó esto, que cegado por la pasión, se fue en busca de un mago judío para que lo pusiese en relación con Satanás y le ayudase en su desamparo. Respondióle el demonio que si quería su ayuda renegase de Jesús y de María, su Madre, y que levantase acta de ello firmada por su propia mano. Teófilo firmó la execrable escritura. El día siguiente, habiendo reconocido el Obispo la inocencia de Teófilo, le pidió perdón y le devolvió su empleo. Pero desde aquel día Teófilo, que se sentía desgarrado por los remordimientos de conciencia causados por su gravísimo pecado, no cesaba de llorar. En tal deshecha tormenta se va a una iglesia de la Virgen, se arroja a sus pies y derramando torrentes de lágrimas exclama: “Oh María, Madre de Dios, siendo Vos tan piadosa, no quiero desesperarme; si queréis podéis ayudarme”. Así estuvo por espacio de cuarenta días, llorando y suplicando a la Virgen que le perdonara, al cabo de los cuales se le apareció una noche la Madre de la misericordia y le dijo: “¿Teófilo que has hecho? Has renunciado a mi amistad y a la de mi Hijo. ¿Y esto por qué? Por complacer a tu enemigo y al mío”. “Perdonadme, señora -repuso Teófilo-, y alcanzadme el perdón de vuestro Hijo”.

Al ver María tanta confianza: “No temas -le dijo-, que yo pediré al Señor por ti”. Animado Teófilo con estas palabras, redobló las lágrimas, las penitencias, las oraciones, sin querer separarse de los pies de la santa imagen. A los pocos días se le apareció María por segunda vez y con risueño semblante le dijo: “Animo, Teófilo, he presentado a Dios tus lágrimas y oraciones, las ha aceptado y te ha perdonado; pero en adelante has de serle agradecido y leal”. Señora -replico Teófilo-, esto no basta para devolverme totalmente la calma; mi enemigo tiene todavía en su poder la malvada escritura, por la cual consta que renegué de Vos y de vuestro Hijo; bien podéis hacerme que me la devuelva”. “Tres días después, al despertar Teófilo una noche, se encontró con la escritura en el pecho. Al día siguiente se fue a la Iglesia, en la cual estaba el Obispo rodeado de gran concurso de fieles. Teófilo se arrojó a los pies del Prelado, le refirió, anegado en llanto, todo lo ocurrido, y luego le alargó el infame escrito. El Obispo lo mando  quemar en presencia de todo el pueblo, que lloraba de pura alegría, ensalzando a la vez la bondad de Dios y la misericordia que María había usado con aquel desventurado pecador. Teófilo volvió a la iglesia de la Virgen y al cabo de tres días murió gozoso y contento, dando gracias a Jesús y a María” .

ELEMENTOS ESTRUCTURALES
Lugar Tiempo Fuentes
Cilicia.
Anatolia sudoriental. 537-538. Eutiquiano, Bernardi, Sermo(44) in Natività de B:V:M. ML 144, 740.
Hecho Efectos Fin-Objetivo
Teófilo es calumniado y depuesto de su cargo.
Invoca a Satanás.
Acude a María. Renegó Levantó escritura de Remordimientos. María es más poderosa que el demonio.
TABLA 4ª

SINTAXIS NARRATIVA
Situación inicial Situación final
Un clérigo calumniado y depuesto.
Aparición de María. Recobra la calma
Conversión.
Muere feliz.
Prueba cualificante Prueba principal Prueba glorificante
María ve la confianza Remordimientos.
Oración lágrimas María concede las gracias que se piden.
TABLA 4B


Ejemplo 5.

En las crónicas de los padres Capuchinos se refiere que había en Venecia un célebre abogado que vivía en deplorable estado de conciencia, por haberse enriquecido con fraudes y malas artes. Una cosa tenía de bueno y era el rezar cada día una oración a la Santísima Virgen; y sin embargo, a este simple acto de piedad debió el haberse librado, por la misericordia de María, de las penas eternas del infierno. Veamos cómo:

“Este abogado trabó amistad con el Padre Mateo de Basso, y a puros ruegos le obligó a que fuese un día a comer en su casa. El religioso le complació. “Voy a enseñarle Padre -le dijo el abogado al llegar a casa-, una maravilla que jamás habrá visto. Tengo una mona tan diestra, que me sirve como un criado: lava la vajilla, prepara la mesa y me abre la puerta”. “Cuidado -repuso el Padre-, que este animal no sea algo más que una mona; que lo traigan aquí.” Llaman a la mona una y muchas veces, y no responde; la buscan por todas partes, y no aparece. Al fin la hallaron en el sótano de la casa, oculta debajo de una cama, sin querer salir de su escondite. “Vayamos nosotros a buscarla”, dijo el religioso al abogado; y al llegar el religioso y el abogado donde estaba la mona: -le gritó el Padre, “sal fuera, y de parte de Dios te mando que me digas quién eres”. La mona entonces declaró que era el demonio y que estaba allí espiando el día en que el desalmado abogado omitiese la oración que acostumbraba rezar a la Madre de Dios, porque el Señor le había permitido que a la primera omisión lo ahogase y lo sepultase consigo en el infierno. Al oír esta declaración el pobre abogado cayó a los pies del siervo de Dios, pidiendo ayuda y consejo. El religioso alentó al penitente y a la vez mandó al demonio que abandonase aquella casa sin hacer daño alguno. “Sólo te doy licencia, para que en señal de haber salido, hagas un agujero en la pared de la casa, -que en mucho tiempo por permisión de Dios no se pudo tapar-, por más que muchas veces intentaron cubrirlo con piedra y cal. Al fin por consejo del religioso, pusieron una lápida de mármol con la figura de un ángel. El abogado se convirtió y es de esperar que perseverase hasta la muerte en el buen género de vida que emprendió” .

ELEMENTOS ESTRUCTURALES
Lugar Tiempo Fuentes
Venecia. 1600 Z. boverio, Annali dell`ordine de Fratri Minori Capuccini, Tomo I, parte 2, a. 1552, num. 69-71, Venezia 1643, p-69-71.
Hecho Efectos Fin-Objetivo
Un abogado librado del infierno por la devoción a María. Deplorable estado Presencia del demonio. Conversión.
TABLA 5A




SINTAXIS NARRATIVA
Situación inicial Situación final
Un abogado malo.
Aparición de María. Perseverancia en el bien.
Prueba cualificante Prueba principal Prueba glorificante
María ve la perseverancia de sus devotos. Conciencia perversa.
Pide ayuda y consejo. María escucha sus devotos que la invocan.
TABLA 5B


Ejemplo 6.

En el capítulo VIII, donde S. Alfonso presenta a María como nuestra salvación, no sólo en esta vida sino en la otra se refiere el siguiente ejemplo:

Refiere Cesáreo que un monje cisterciense, devotísimo de María tenía deseos de verla una vez y no cesaba de pedirle este favor. Salió cierta noche al jardín del monasterio y poniéndose a contemplar el estrellado firmamento, exhalaba encendidos suspiros que dirigía a la reina de sus amores y de sus deseos. De repente ve que hiende los aires una hermosa virgen, cercada de resplandor, que le dice: “¿Tendrías a bien, Tomás, oír mi canto?” Ya lo creo, repuso el monje. Entonces aquella virgen cantó con tan suave melodía, que el devoto religioso se creía trasladado al cielo. Cesó el canto y desapareció la visión, con lo cual entró el monje en grandes deseos de saber quién se le había aparecido. Estaba pensando en estas cosas, cuando se le aparece otra virgen, también de incomparable hermosura, que le hizo oír sus celestiales melodías. Esta vez Tomás no pudo dominar los deseos que le consumían de saber quién era la que así cantaba, y le preguntó por su nombre: “la que viste hace poco, era Catalina; yo soy Inés, mártires de Jesucristo. Nuestra Señora nos ha enviado para consolarte; dá gracias a María y disponte a recibir una gracia mejor” dijo y desapareció. Con ésto el religioso concibió mayores esperanzas de ver al fin a su celestial Reina. No salieron fallidos sus deseos, porque algunos momentos después sintió que el pecho se le inundaba de puro gozo. Vio luego un gran foco de luz y entre los resplandores de la luz divisó, rodeada de ángeles, a la Madre de Dios de una belleza incomparablemente mayor que la de las otras dos santas., y le dice: “siervo mío e hijo mío, he agradecido tus homenajes, y he escuchado benigna tus ruegos; tenías grandes deseos de verme; aquí me tienes, mírame; y ahora quiero también hacerte oír mi canto”. Y la Santísima Virgen se puso a cantar, pero con tanta suavidad y armonía que el devoto religioso, de puro gozo, perdió el sentido y cayó desmayado en tierra. Tocaron a maitines; reuniéronse los religiosos en el coro, y al no ver a Tomás, corrieron a buscarle en la celda y en otros lugares del monasterio; finalmente, entraron en el jardín y lo hallaron como muerto. El superior le mandó que declarase todo lo que le había sucedido; volvió en sí el monje a la voz de la obediencia, y refirió en presencia de todos, las mercedes que le había dispensado la Madre de Dios .

ELEMENTOS ESTRUCTURALES
Lugar Tiempo Fuentes
Arnsburg.
Alemania. 1600 Caesarius, Heisterbacensis monachus. Ord. Cist., Illustrium miraculorum et historiarum, lib. XII, Anterpiae, 1604, lib. 7, cap. 22, pag 408-410
Hecho Efectos Fin-Objetivo
María hace oír su canto a un monje. Aparición de María. María que se muestra complaciente con sus devotos.
TABLA 6A

SINTAXIS NARRATIVA
Situación inicial Situación final
Un místico quiere ver a María.
Aparición de María. María es bondadosa.
Prueba cualificante Prueba principal Prueba glorificante
María consuela. Perseverancia del místico. María fiel a sus devotos.
TABLA 6B


Ejemplo 7.

En el capítulo IX, S. Alfonso habla de la clemencia y la piedad de María para con los pecadores que a ella invocan, con tal objetivo se debe leer el siguiente ejemplo:

“Refiere el P. Bovio, que vivía en Dormans, de Francia, un hombre casado, el cual, olvidado de su esposa, tenía tratos deshonestos con otra mujer. Indignada la esposa por el infame proceder de su marido, pedía a Dios con muchas instancias que lloviesen castigos sobre los culpables. Cierto día entró en una iglesia y fue a postrarse delante de una imagen de la Virgen que allí había, para pedir justicia contra la infame mujer que había robado el afecto de su marido. La desgraciada pecadora iba todos los días a rezar un Ave María a aquella misma imagen”. Una noche la Madre de Dios se apareció en sueños a la afligida esposa; esta apenas se dio cuenta de lo que veía, comenzó a repetir la misma canción: Justicia, Madre de Dios, justicia. Pero la Virgen le respondió: “¿justicia? ¿A mí me pides justicia? Busca otros que te la hagan, que yo no te la puedo hacer”. Y luego añadió: “Has de saber que esta pobre pecadora me reza todos los días una salutación tan de mi agrado, que no puedo consentir que la persona que la rece padezca o reciba castigo por sus pecados”. A la mañana siguiente esa mujer fue a oír misa en la ya mencionada iglesia. Al salir de ella se encontró con la amiga de su marido: al verla comenzó a insultarla y llamarla hechicera, que con sus hechizos y malas artes había logrado hasta encantar a la Santísima Virgen. “Calla mujer, decían los que la oían, ¿qué es lo que dices?” “¿Y por qué he de callar?” -replicaba ella – “digo la verdad, la pura verdad. Esta misma noche se me ha aparecido la Virgen, y al pedirle yo justicia me respondió que no la podía hacer por una oración que esta malvada, le reza todos los días”. Preguntaron después a la infeliz pecadora cuál era el saludo que dirigía a la Virgen Santísima. “El Ave María”- respondió la interrogada -. Al saber que María se mostraba tan misericordiosa con ella por tan mísera devoción, fue a arrojarse a los pies de la Santa Imagen; en presencia de todo el mundo pidió perdón de sus pasados extravíos e hizo voto de perpetua castidad. Vistió después hábito de Beata, se hizo construir una celdilla contigua a la iglesia de la Virgen, se encerró en ella, y hasta su muerte estuvo haciendo penitencia de su pecados” .

ELEMENTOS ESTRUCTURALES
Lugar Tiempo Fuentes
Dormans.
Francia. 1600 BOVIO, Esempi e miracoli Della Vergine, parte 5 cap. 32, Venecia 1749, 282-288. Este lo había tomado de LABRE, Nova Biblioteca manuscriptorum librorum, Parisiis, 1657, I, 551-652. El autor originario de la narración es el monje Gauterio, Cluniacense.
Hecho Efectos Fin-Objetivo
Oración de una pecadora a la Virgen María No recibe castigo quien reza a María. Clemencia y piedad de María.
TABLA 7A

SINTAXIS NARRATIVA
Situación inicial Situación final
Una mujer pecadora da un saludo a María. Cambio de vida.
Prueba cualificante Prueba principal Prueba glorificante
María hace justicia Hace penitencia Vida consagrada. María fiel a sus devotos escucha.
TABLA 7B


4. MARIOLOGÍA NARRATIVA Y LOS EJEMPLOS DE SAN ALFONSO.

Al elaborar este trabajo se ha querido hacer una aproximación a los ejemplos alfonsianos desde esta perspectiva de la mariología narrativa, hoy en día apenas estudiada. No se ha dicho todo sobre el tema, los mariólogos van entrando en este ámbito y por esto la oportunidad de revalorizar y revisar bajo esta mirada la misma mariología de S. Alfonso.


4.1 Recuperación moderna de la teología narrativa-narrante.

Dos ideas para clarificar: la primera, cuando se hable de mariología narrativa, siempre debe ser en relación con la teología narrativa y la segunda se sitúa este estudio a nivel de presupuestos. Existen diversas obras sobre la teología narrativa, algunos autores como Halbfas, Schillebeecks, Ricoeur, han intentado hacer de la teología narrativa el punto de partida, elaborando síntesis generales o profundizando ámbitos y argumentos particulares . La tesis más acreditada de la teología narrativa es la siguiente:

“Narrar significa transmitir la experiencia de fe de los hombres y las mujeres de todo un pueblo. Esa experiencia vivida llega a ser “palabra”, “texto” que otros pueden leer, interpretar y nuevamente transmitir, por lo cual va narrado; no hay otro modo para comunicarlo. Ciertamente la narración no es entendida como hecho lingüístico formal, sino como hecho lingüístico antropológico, total” .

Ricoeur comenta que el principal presupuesto fenomenológico de la hermenéutica es la experiencia. Se deben superar las antítesis entre verdad y método, entre explicación y comprensión, entre hermenéutica y ciencias del hombre. Más allá del conflicto, propone el diálogo, más allá de la oposición, la conciliación, más allá de la dicotomía, el arco hermenéutico del explicar y del comprender. La teología es una ciencia que tiene como fundamento la Revelación de Dios en sus varias manifestaciones, pero desarrolla su pensamiento e individua los métodos para la comunicación con el aporte de otras ciencias como la filosofía, la lingüística y la hermenéutica; es difícil comprender la realidad y comunicar un contenido de fe sin el soporte de estas ciencias; así con sus orientaciones ellas dan una contribución para una mejor comprensión y comunicación de la Revelación .

“Pues la verdad se presenta y se enuncia de modo diverso y en obras de diversa índole histórica, en libros proféticos, o poéticos, o en otros géneros literarios. El intérprete indagará lo que el autor sagrado dice o intenta decir, según su tiempo y cultura, por medio de los géneros literarios propios de su época” .


4.2 Relaciones de la narración con la verdad, la historia y la ética.

4.2.1 Narración y verdad: el lenguaje es un discurso, mediante el cual sucede la comunicación. Los dos polos del discurso son el evento, es decir, el acto de decir, (noésis) y el significado, es decir lo que se ha dicho (noema). Los aspectos específicos del discurso como evento son:

“-El carácter locutivo: enunciado mediante el cual sucede la transmisión del contenido a los otros;

-El carácter alocutivo: que es la fuerza del decir, viene exteriorizada en la mímica, en los gestos y también en los paradigmas gramaticales los cuales hacen posible la fijación mediante la escritura;

-El carácter para-locutivo que corresponde al discurso, en cuanto estímulo, porque obra en virtud de su influencia directa sobre las emociones y sobre las disposiciones afectivas de quien recibe la comunicación y no tanto sobre el reconocimiento de las intenciones de quién comunica” .

El conjunto de estos elementos constituye el acto completo del lenguaje. La historia de la salvación se puede decir es un relato. En efecto, toda la historia, tanto la historia universal de la humanidad, como la historia de los pueblos y de las naciones o historia personal, se hace y se continúa haciéndose sin cesar presente y activa gracias a unos relatos . Y entonces, ¿cuál es el interés del relato?:

“El interés del relato consiste en dar todo su relieve a este juego mutuo de libertades y por tanto en tomar totalmente en serio tanto la enunciación como lo enunciado. Porque el relato no es una cosa, es un acto, en cuanto que es transmisión o tradición. Supone un narrador que habla o que escribe y unos oyentes o lectores que escuchan y leen. Como dicen los lingüistas, todo relato es “elocutivo”, supone un Yo y un Tú que se hablan, así como otros de los que se habla diciendo ELLOS[...] Además, el relato es inseparable del efecto que produce. Por eso Jesús hablaba en parábolas, a fin de invitar a cada uno de sus oyentes a situarse con libertad ante el reino de los cielos. El relato, pieza maestra del discurso humano y quizás su “matriz” (P. Beauchamp), pone en relación y mantiene en relación a los hombres. Está esencialmente ordenado a la comunicación”

4.2.2 Narración e historia: para Ricoeur el concepto de texto en el campo de la hermenéutica no sólo es el texto escrito sino también, cada acción significativa en la historia de los hombres. Esta acción es intencional, orientada, a la cual se da el impulso hacia una dirección. Cada texto, por consiguiente también la acción sensata, hace parte del mundo lingüístico de los signos y esconde un significado.

Sesboüé habla de “breve antropología del relato”: Cuéntame, entonces... Mamá, cuéntame un cuento antes de dormirme... Todos, grandes y pequeños, ricos y pobres, participamos de ese deseo de escuchar o de contar historias, ejemplos, verdaderos o falsos, da lo mismo. Revivimos entonces nosotros mismos todas las peripecias; nos identificamos más o menos con sus héroes o personajes principales. Encontramos en ello cierto gusto. Ese es el secreto del éxito de los cuentos, de las parábolas, de los ejemplos, de las noticias, de las novelas o de las películas: de una forma o de otra cuentan siempre una historia en la que nos proyectamos. ¿Cuál es el resorte secreto de esa necesidad que tenemos de relatos? parece ser que el relato viene a colmar algo que nos falta. Al relato se le puede considerar como el que engloba a los demás géneros literarios, por la sencilla razón de que el hombre vive en el tiempo y por tanto en la sucesión de unos acontecimientos y unas palabras .

4.2.3 Narración y ética: se debe buscar a través de la hermenéutica no solamente el sentido abstracto de un texto, sino el quién de esa acción:

“El retoño frágil nacido de la unión de la historia y de la ficción, es la asignación a un individuo o a una comunidad, de una identidad específica que podemos llamar su identidad narrativa, esto quiere decir relatar la historia de una vida y la historia relatada dice el quién de la acción” .

La experiencia es parte vital de la narración y de la ética, sin ella, se caería en un discurso fácil en unas verdades definidas; como se dice: la experiencia crea ciencia, así en la narración, la experiencia de una persona o de un grupo invitan a detenerse en la acción concreta del que cuenta, del que relata. María fue una mujer de una experiencia, profunda y meditativa (Lc 2,19.51), experta en el silencio y en la atención a la Palabra de Dios. Ella celebra las maravillas del Señor y aguarda en la esperanza las obras grandes suyas en favor de la humanidad, en el mismo momento en que en su fe y en su amor las experimenta en sí misma. Esta mujer concreta, María de Nazareth, fue el lugar de la llegada de Dios en carne a este mundo. Mujer humilde y fuerte, silenciosa y al mismo tiempo incisiva en las palabras decisivas que pronuncia en el Evangelio. María es icono, porque en ella se realiza la revelación de lo escondido, lo mismo que icono es la visión de las cosas que no se ven, así también la Virgen Madre es, ante las miradas puras de la fe, el lugar de la divina Presencia. Es a ella a la que se quiere narrar en su concreción y en su densidad para contemplarla como la Madre del Señor, que es al mismo tiempo la concreción del relato y la densidad fecunda del símbolo .


4.3 Narrar a María.

Después de tantas discusiones sobre María de parte de la teología manualística deductiva, llega el momento de la recuperación de la historicidad de ella (del tratado a la narración). María, por consiguiente, no es un teorema, sino una persona concreta. La mariología narrativa no es un relato - memoria sobre María, sino sobre Dios que obra y se revela en María. Por esto es importante mirar la modalidad de comunicación de los contenidos de fe, es decir, la acción de Dios que se revela y la respuesta del hombre, esto es solamente posible a través de la propuesta vivida mediante la potencia redescriptiva de la narración que permite  acoger no sólo el sentido abstracto de un texto, sino también el significado profundo:
a) el quién de la acción, en el cual es posible inscribir una intención y conducir una intervención en el mundo que es causa de efectivos cambios.
b) la respuesta del quién, aquí estoy, en el horizonte ético-moral en el cual se corta el sentido de la acción, porque cada obrar es principio o pre-anuncio de efectos para el otro .

Hoy en día se va descubriendo la dimensión profunda del relato, su espesor, porque el lenguaje no es tal si no comunica una dimensión interior, una vida, como sucede con los relatos de fe. La salvación cristiana es un acontecimiento realizado por Dios en nuestra historia. El relato es una actualización del pasado, un recuerdo que si no se cuenta se pierde, cae en el olvido. Mediante el relato el recuerdo queda vivo, sigue influyendo y hasta dando sentido a nuestra existencia. Lo mismo ocurre también con la historia de salvación que no sólo transmite con palabras, se hace también gesto, mimo, símbolo. Ese es el sentido del memorial; pero el porvenir pertenece igualmente a nuestra memoria, gracias a las representaciones que nos hacemos de él, de los proyectos que tenemos sobre él, de la esperanza que ponemos en él, por eso el relato nunca acaba, lo mismo ocurre con el relato de la historia de salvación :

La narración permite entrar en las vicisitudes de la vida de María tomando el significado profundo, es decir, aquel modo nuevo de vivir escondido y al mismo tiempo hecho manifiesto, desde el relato histórico y de la obra de ficción propia de la literatura y del arte donde la tradición es rica.

Los significados no se imprimen en la memoria sin un soporte lingüístico, que es entonces el género literario, como los relatos de la Anunciación, de la Visitación, de los episodios de la infancia de Jesús, de las bodas de Caná, de los sufrimientos de María al pie de la cruz, de su gloria por la resurrección del Hijo de Dios. Desde la estructura del relato se llega a tomar el significado de la vida de María y de actualizarlo en el propio tiempo .

A propósito de la incidencia de la Virgen María en nuestros días, la exhortación Apostólica sobre el culto a María recuerda:

“En el culto a la Virgen María merecen también atenta consideración las adquisiciones seguras y comprobadas de las ciencias humanas; esto ayudará efectivamente a eliminar una de las causas de la inquietud que se advierte en el campo del culto a la Madre del Señor; es decir, la diversidad entre algunas cosas de su contenido y las actuales concepciones antropológicas y la realidad sicosociológica, profundamente cambiada, en que viven y actúan los hombres de nuestro tiempo.

Ante todo, la Virgen María ha sido propuesta siempre por la Iglesia a la imitación de los fieles y no precisamente por el tiempo de vida que Ella llevó y, tanto menos, por el ambiente socio-cultural en que se desarrolló, hoy día superado casi en todas partes, sino porque en sus condiciones concretas de vida Ella se adhirió total y responsablemente a la voluntad de Dios (Lc 1,38); porque acogió la palabra y la puso en práctica; porque su acción estuvo animada por la caridad y por el espíritu de servicio: porque, es decir, fue la primera y la más perfecta discípula de Cristo: lo cual tiene valor universal y permanente”. (MC, 34-35).

- María puesta en diálogo con Dios, da su consentimiento activo y responsable y ha revelado su libertad para colaborar en la obra de la salvación de los siglos, como se ha llamado justamente a la encarnación del Verbo.

- La opción del estado virginal por parte de María, que Dios la disponía en el misterio de la Encarnación, no fue un acto para cerrarse a algunos de los valores del estado matrimonial, sino que constituyó una opción valiente para consagrarse totalmente al amor y a la obra de Dios.

- María totalmente abandonada a la voluntad de Dios. Ella no fue una mujer pasiva o resignada o de religiosidad alienante, antes bien, fue mujer que no dudó en proclamar que Dios es vindicador de los humildes y de los oprimidos y derriba de sus tronos a los poderosos, como se lee en el Magnificat.

- Una mujer fuerte que conoció la pobreza y el sufrimiento, la huida y el exilio, para llevar a cabo el proyecto de liberación del hombre de parte de Dios.

- María no fue una mujer celosamente replegada sobre su propio Hijo, sino que como mujer, con su acción favoreció la fe de la comunidad apostólica en Cristo y en el Calvario dilató su función maternal con dimensiones universales . Todo esto se encuentra en los relatos evangélicos.

Las expresiones renovadas que interpretan la vida de María: María icono de Cristo, icono de la humanidad reconciliada, Virgen de la escucha, del silencio, Alfonso le da a la Virgen María, movido por el sentimiento y por su espíritu misionero y mariano, los títulos de: Madre de misericordia, Madre del Redentor, pero, todos estos títulos bellísimos y verdaderos, derivados de conceptos y de categorías, muchas veces sin incidencia en la vida. Las frases de síntesis pueden ser comprendidas y retenidas sólo como conclusiones de un camino de interpretación, de un hecho o de un relato.

Las varias interpretaciones de los episodios evangélicos, hechos a lo largo de la historia, que llegan a nosotros a través de la literatura cristiana, para indicar la riqueza de un texto escrito, reclaman una vivencia y abren posibilidades para un nuevo futuro. Dichas interpretaciones no eliminan la materialidad del relato, más bien atraen y derivan, en cuanto ligan, la trama de la historia con los personajes, así, hace emerger todo el espesor de un contenido transmitido y que ha llegado hasta nosotros. Todo cuanto se explica con frases y afirmaciones lógicas ya se ha dicho en el relato, en los cuadros de vida que ellos presentan a la mente de quien escucha. Es necesario apreciar y respetar la diversidad de los lenguajes. El momento sistemático no es superior y otras expresiones del anuncio como la oración, la alabanza, la acción de gracias derivadas de una mirada global a la intervención de Dios en la historia y expresadas en forma narrativa. El lenguaje y la palabra van unidos en su dimensión antropológica que abrazan todo el hacer y el decir del hombre .

Es necesario hablar de la ejemplaridad moral de María, porque ella, unida de una manera especial al proyecto de Dios, acepta con voluntad dócil la palabra de Dios y la hace experiencia viva en su vida. Por esto recuerda Forte:

“Respecto a la época patrística, la mariología moderna -marcada por un interés más agudamente antropológico- se esfuerza por ver en la Virgen el modelo de la criatura plenamente realizada según el plan de Dios, el ejemplo más puro del hombre redimido[...] La exaltación de María era ya patrimonio común del oriente y del occidente. Gregorio Palamas, que reconoce en María el compendio brillante del destino humano: “María es la causa de los que fueron antes de ella, está al frente de los que la siguieron, es la reconciliación entre los tiempos. Fue objeto del anuncio de los profetas, la primera de los apóstoles, el vigor de los mártires, el fundamento de los Doctores... es la gloria de la tierra, el gozo del cielo, el ornato de toda la creación. Es el comienzo y la raíz de todos los bienes inefables. Es la cumbre y la perfección de la santidad”. En occidente, el desarrollo de esta perspectiva del misterio de la Virgen Madre de Dios se amplio ulteriormente como reacción frente a las negaciones de la Reforma: celebrar Las Glorias de María pasó hacer la forma más concreta y al mismo tiempo densamente simbólica de rechazar el pesimismo antropológico que surgía de la exasperación del “soli Deo gloria”, reafirmando la identidad propia de la tradición católica en su optimismo substancial sobre la dignidad del hombre y su destino según el proyecto de Dios” .
Donde mejor se puede ver la ejemplaridad de María es en el Magnificat. María se presenta como la que proclama las maravillas de Dios no sólo en el pasado sino también en el presente. Ese es el sentido y el significado de los relatos, memorial del pasado que se actualiza en el presente y se prolonga en el futuro. Así María proclama a todas las generaciones lo que Dios es y lo que Dios hace por la humanidad:

"El Magnificat es el cántico de alabanza puesto en labios de María, presenta el valor revelado o kerygmático de la escena, en cuanto evidencia en forma poética aquello que ya había expresado con breves palabras prosaicas Isabel. El cántico constituye la más antigua teología mariana, porque testimonia cómo el joven cristianismo consideraba a la Madre de Dios” .

Los significados del Magnificat se encuentran en la historia de todos los pueblos: cada pueblo, cada comunidad busca el significado de los relatos de acuerdo a las circunstancias propias de cada cultura, ese es el significado profundo de la narración, el Magnificat tiene connotaciones de liberación, en particular, allí donde domina descaradamente la opresión de los ricos contra los pobres:

"El Magnificat es espejo del alma de María. En ese poema logra su culminación la espiritualidad de los pobres de Yahvé y el profetismo de la Antigua Alianza. Es el cántico que anuncia el nuevo Evangelio de Cristo, es el preludio del Sermón de la Montaña. Allí María se nos manifiesta vacía de sí misma y poniendo toda su confianza en la misericordia del Padre. En el Magnificat se manifiesta como modelo “para quienes no aceptan pasivamente las circunstancias adversas de la vida personal y social, ni son víctimas de la alienación”, como hoy se dice, sino que proclaman con María, que Dios ensalza a los humildes y si es el caso, derriba del trono a los potentados. (Juan Pablo II. Homilía Zapopan 4, AAS LXXI, p. 230)".
Narrar a María se debe convertir en la tarea constante del cristiano, ella siempre será motivo para ser relatado. Su vida unida a la voluntad de Dios hace que se le considere como modelo y ejemplo. Es María revelación plena del designio de Dios que quiso que su Hijo la tuviera por Madre y nos la diera a nosotros para que siga siendo Madre de la Iglesia.

- “María es, por consiguiente, la Hija de Sión en la cual la sinagoga llega a ser Iglesia, el pueblo de Dios de la primera alianza llega a ser pueblo de la definitiva alianza en Cristo.

- María de Nazareth hace parte de la historia del pueblo elegido, en continuidad con las otras figuras femeninas que han tenido un compromiso salvífico en favor de él.

- En María se cumplen las promesas de Dios respecto del Mesías y de la Madre de él y llega a ser realidad lo que antes era figura y sombra.

-En María comienza la historia del cristianismo, en cuanto ella, como mujer creyente y madre de Jesús, inicia la serie de los cristianos”.

La historia de María se prolonga en la historia de la Iglesia. Se abre entonces, un panorama de testimonios en forma narrativa que, después de los Evangelios, únicos e irrepetibles, mueve a los escritos apócrifos y pasando por los milagros del medioevo, llega a los relatos de ejemplos literarios como se ha visto en Las Glorias de María y en la iconografía de los tiempos modernos y contemporáneos. De María siempre se podrá narrar, siempre habrá algo que contar, porque ella es el rostro materno de Dios, porque innumerables son los episodios, los milagros y los ejemplos que siguen manifestando su amor:

“Una mariología con sus debidos fundamentos bíblicos opondrá siempre una dura resistencia a cualquier aprisionamiento ideológico, y así se mostrará más cercana a una época que, como la actual, reacciona de tantas maneras contra el “logocentrismo” de la modernidad, contra ese imperialismo de la razón que ha demostrado sus limites insuperables” .


4.4. NARRATIVA MARIANA EN SAN ALFONSO.

Ahora se quiere hablar de la narrativa mariana de S. Alfonso, porque él no sólo narra los ejemplos en Las Glorias de María; es una constante de muchos de sus escritos. La investigación de la naturaleza, de la semejanza es evidente en S. Alfonso, para quien era no solamente importante la sensibilidad moral y la forma literaria sino que era necesaria la aceptación de los hechos; esto dominaba en toda su narrativa ad aedificationem, sea en el púlpito sea en el libro devoto .

Es propio de la estructura de la espiritualidad alfonsiana estos dos elementos: la oración y la gracia. La oración para Alfonso no es un ejercicio primariamente ascético, esa debe ser una exigencia radical de la misma naturaleza humana y estar relacionada con la dinámica de la misma salvación. Por esto es tan importante para Alfonso en la vida cristiana la oración como el gran medio de la salvación. Si se miran con atención los capítulos de Las Glorias de María, conservan la misma estructura: consideración, ejemplo y oración. Si la consideración es sobre el socorro de María, el ejemplo responderá a este socorro y la oración será como la súplica viva del que acudiendo donde María, encuentra socorro y protección.

Así escribe y habla el santo de una narrativa mariana en las misiones parroquiales:

Antes de recitar el rosario debe hacerse la introducción con la narración de algún hecho sobre la protección que tiene la Virgen María sobre sus devotos del rosario y al final según las circunstancias. La narrativa contiene tres partes: introducción, hecho y moralidad.

La introducción se debe hacer sobre el mismo hecho que se narra, pasando de una proposición general a la particular del hecho. Por ejemplo, si el hecho del socorro dado de María a cualquier devoto es en la hora de la muerte, se dirá: en todos los tiempos y a todos los necesitados la Madre nuestra María socorre a sus siervos, pero especialmente en el momento de la muerte donde se tiene más necesidad de su protección.

En el hecho se deben narrar aquellas cosas que pertenecen a la proposición, tocando las circunstancias raras y sin hacer paréntesis. Después dirá el autor que lo refiere, las circunstancias del lugar y del tiempo.

La moralidad se deducirá del mismo hecho narrando la conclusión, según la proposición particular permitida . Es propiamente el significado para la vida práctica. La insistencia de la devoción por la Virgen María será uno de los puntos obsesivos de Alfonso. La salvación ofrecida por la protección de María, llega en su momento justo a sus oyentes con una narrativa mariana, es más será un de sus mayores promotores de semejanza y simplicidad, esto es de la más clara y convincente autenticidad. No es posible alargarse sobre este punto porque sería objeto de otro estudio complementario al de los ejemplos en Las Glorias de María. Alfonso escribió y hablo de narrativa bajo dos puntos de vista para la edificación; se puede llamar mariología narrativa devocional y una mariología narrativa para el pueblo sencillo. No se puede hablar de una mariología narrativa en Alfonso con los cánones de la hermenéutica moderna pero sí se puede decir que tuvo una intuición narrativa con un estilo propio y de acuerdo a unas circunstancias particulares y de la época.


4.5 Valores y límites de la narrativa alfonsiana.

Ahora podemos dar una valoración personal de los ejemplos de Las Glorias de María. En esta obra devocional se puede ver reflejada en cierto modo la experiencia profunda de Dios en S. Alfonso. Experiencia que ha manifestado en sus escritos y que quiso transmitir al pueblo sencillo. Uno de los valores importantes de Alfonso en su obra devocional es la manera como asume del pueblo sus vivencias, su manera de pensar. Estaba convencido de la necesidad de anunciar la salvación que ofrece Jesucristo y que María hace parte de esa salvación. En Alfonso se puede hablar de una narrativa devocional y edificante; sus ejemplos, sus relatos muestran el amor hacia María. Su narrativa nace por la cercanía al pueblo, ese pueblo de los sencillos a los que la Iglesia había olvidado, allí aparece Alfonso con su intuición del sentido común. Dicha capacidad del sentido común hizo que Alfonso buscara los medios para acercarse al pueblo humilde.

Los ejemplos que han sido desde siempre tema de investigación de los estudiosos del folklore y de la literatura, recientemente han comenzado a serlo para los que estudian la historia. Los que utilizó S. Alfonso- sea como teórico de la predicación, sea como autor de textos de oratoria y ascéticos- serán colocados en su justa perspectiva y valorados por lo que realmente fueron y quisieron ser. Los ejemplos esparcidos en Las Glorias de María, constituyen una prueba de la sensibilidad de Alfonso en la elección de los medios más idóneos para transmitir a las masas iletradas el único tipo de enseñanza que tuvieron en condición de acoger y asimilar.

La voz de los pobres es escuchada claramente como narra S. Alfonso en sus ejemplos y en estas narraciones el temperamento del santo es revelador, puesto que escuchar al pueblo no era cosa común en esa época. Los pecadores, los pobres y los ignorantes son actores dinámicos en los ejemplos alfonsianos, ellos buscan y encuentran, tocan y se les abre, piden y se les da.

En una sociedad culta en aumento, Alfonso reconocía que el sentido común estaba obteniendo un significado en la escritura, pintura, ediciones, música. Nápoles se estaba expandiendo con los editores, o por lo menos con hombres que trabajaban con pequeñas máquinas de imprenta y a través de las tiradas de las obras ascéticas y devocionales de Alfonso, entonces la voz de los pobres estaba empezando a ser escuchada en el Reino de Nápoles.

Los ejemplos expresaron en el medioevo y en Las Glorias de María, una forma popular de narrar, hacer conocer y mostrar a María como Madre.

A la vez que se muestran los valores de los ejemplos en S. Alfonso, también se deben reconocer sus límites. Los ejemplos alfonsianos respondieron a unas situaciones muy determinadas como se ha visto; incluso el ambiente de la misma mariología era muy diverso. Los atributos a María eran de realeza, hoy en día sin perder de vista esta dimensión se quiere redescubrir la dimensión antropológica de María, es decir, como persona que vivió en unas situaciones determinadas y que como persona es creatura, parte del mismo diseño de Dios.

Otro límite: falta de credibilidad de los ejemplos alfonsianos. Hoy en día, se exige la credibilidad; la mayoría de las narraciones no se entienden por los cambios religiosos y culturales que se viven en el mundo y en la misma Iglesia.

También se debe decir que los ejemplos alfonsianos no tienen un fundamento bíblico. Este elemento es indispensable para hablar de Mariología narrativa. Sólo desde la Escritura se nos revela Dios que actúa en María.

La falta de un lenguaje hermenéutico que facilite una interpretación de las mismas narraciones. Con el estudio de la hermenéutica hoy en día se sugiere la ayuda de otras ciencias del lenguaje, no descubiertas en el momento que vivió S. Alfonso pero que necesitan su estudio hoy.


CONCLUSIONES.

Después de haber tratado ampliamente en el primer capítulo sobre el género literario de los ejemplos, su definición, características, los géneros análogos y la tipología según la clasificación de varios autores, en el capítulo segundo se entró en el uso de los ejemplos, la literatura de los ejemplos para entender mejor los escritos de S. Alfonso, sus obras ascéticas que son la mejor prueba de cómo el Santo utilizó los ejemplos en sus escritos con ese carácter pedagógico y el sentido de persuasión característico de su espíritu misionero. En el tercer capítulo en la obra concreta Las Glorias de María, donde abundan los ejemplos de todo género, se ha profundizado el sentido y lo que caracteriza propiamente los ejemplos en Alfonso, se han citado algunos con su significado teológico, espiritual y pastoral. Así visto todo el conjunto del trabajo se ha querido enfocar todo desde la mariología narrativa.

Alfonso, cantó Las Glorias de María, con la certeza de narrar a María. Allí se realizaron unas de sus tantas intuiciones; su elección por el pueblo lo llevó a escribir y hablar de María. El fue un relator de lo que la tradición ha dicho de María y superó con sus intuiciones por el pueblo sencillo, la aridez del racionalismo con el sentimiento y el amor.

Una mariología narrativa se puede realizar solamente si se vuelve a tomar el Evangelio y descubrir en ellos a María, la sierva del Señor, esa es su auto identificación. Ella, la que ha pronunciado tan pocas palabras, pero, su silencio en la Escritura no es ausencia; hace posible que todas las generaciones la sigan llamando bienaventurada, porque el Poderoso ha hecho obras grandes en Ella; únicamente contemplando a María como un misterio se le puede narrar. La revelación es un relato, una narración que se comunica, es un encuentro de relatos. La historia de la salvación, en el relato bíblico, se presenta como algo que concierne a toda la humanidad: tiene su origen en la creación y llega hasta el final de los tiempos. Se desarrolla en el acontecimiento público: Jesús de Nazareth; en dicho acontecimiento está presente María. Pero en esa historia nosotros no entramos uno a uno, como en una historia simplemente colectiva, en la que figuramos como masa; esa historia universal es la historia personal y comunitaria de cada uno, de la Iglesia y de toda la humanidad. María tiene una historia personal, la historia de la creyente que asumió en su vida los designios de Dios que la amó desde siempre, por esto también, es posible seguir narrando a María. Una mariología narrativa es posible con los ejemplos y otros géneros literarios si se inserta en las culturas de los hombres y mujeres de nuestro tiempo. En las culturas María también puede seguir significando y siendo la mujer icono del misterio salvífico para la humanidad. Una de las imágenes más conocida de la mujer, a nivel mundial es la imagen de María, se le puede entonces, relatar, narrar, se le puede colocar como ejemplo para nuestro mundo y para las culturas.

¿Es posible hacer una mariología narrativa con el género literario de los ejemplos? Sólo es posible, si se parte del Evangelio; allí María es el Ejemplo por excelencia. Es posible una mariología narrativa, si dejamos que María siga siendo un relato con sentido, con significado, únicamente insertando a María en Jesucristo Parábola de Dios y en la Iglesia, María será un relato para narrar a muchas generaciones y a muchas culturas. Es la persona, su vida adherida a la voluntad de Dios la que nos puede llevar a construir una mariología narrativa.

Alfonso en su narrativa edificante y devocional está golpeado de la fineza del gusto y de la sobriedad, evita las extravagancias, con tal de que se lleve el mensaje que quiere transmitir. Su narrativa mariana es una intuición para aproximarse con ojos críticos a lo que el santo quiso cantar siempre de María y que por amor a Ella lo hizo escribir con celo encendido por su pueblo Las Glorias de María.

El arte real de contar historias de Alfonso concede un valor a todos los ulteriores esfuerzos de los Redentoristas para celebrar con dinamismo misionero este año, el Tercer Centenario del Nacimiento de su Fundador.


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Tomado de la Revista Regina Mundi, nro 59