jueves, 28 de abril de 2016

Oración del Legionario



¡Señor Jesucristo, unido a todos mis hermanos que militan bajo el estandarte de María, vengo a saludarte y darte gracias por haberme llamado a formar fila en este valeroso escuadrón de la Legión de tu Madre!

Compadécete de mi debilidad y ayúdame a llevar con honor mi título grandioso y comprometedor de Legionario de María. Tú me invitas a la perfección del Padre del cielo…¡Me aterra Señor, mi debilidad! ¡Me sobrecoge la cobardía! No sé cómo corresponder a tu invitación… ¡Llegar a ser más y más semejante a ti, vivir de tu espíritu, tener tus sentimientos! Pero sé que a mi lado está tu Madre y, apoyado en su maternal solicitud, quiero realizar mi compromiso fundamental de santificarme. Solo cuando esté lleno de ti cuando ya no sea yo quien vive, sino tú quien vives en mí, mi segundo compromiso –el del apostolado- brotará como consecuencia necesaria de mi vida y seré para mis hermanos el testigo viviente y alegre de tu resurrección.

Ayúdame, Señor, a ser como tu Madre, siempre disponible, siempre a tu servicio y al de mis hermanos. Ayúdame a  ser como María un porta-Cristo, que lleve tu mensaje de vida a todos los hombres del mundo con la ilusión y dinamismo de quien sabe con certeza en quien ha creído y sabe que contigo y con María es absoluta mayoría y triunfará de todos los obstáculos para gloria del Padre en el Espíritu Santo.

¡Señor Jesucristo, ayúdame a ser de verdad Legionario de tu Madre!

Tomado de la revista Heraldo de la Reina, nro 126. Junio-julio de 1980. Bogotá, Colombia.


miércoles, 20 de abril de 2016

Características de la piedad mariana en China


            Con todo, la erección de un santuario no es sino una manifestación de la devoción mariana. El culto que China rinde a la Santísima Virgen y su fisonomía especial no serán bien comprendidos sino enmarcándolos en el cuadro de la civilización en la cual se desarrollaron.

            Ahora bien, tres corrientes culturales y religiosas han ejercido sobre el alma china una influencia profunda: el confucianismo, el taoísmo y el budismo. En sus relaciones humanas, el chino, conforma su conducta a las reglas del confucianismo, mitigado por la filosofía taoísta, mientras que su vida interior es orientada por el budismo.

            Frente al culto mariano, la influencia de la filosofía taoísta permanece débil. El taoísmo en la mentalidad china, representa la contemplación o el misticismo, como el confucianismo la ética. El preconiza el retomo a la naturaleza, se subleva contra lo artificial. El está, en materia de arte y de literatura, en favor del campo y de la naturaleza. Tiene el culto por la sencillez. Un profesor sinólogo de Roma llegaba hasta afirmar: “Si san Francisco de Asís hubiese nacido en China, sería considerado como un gran taoísta, porque en él se hallan realizadas todas las grandes aspiraciones taoístas en el sentido más elevado y más completo”.

            El taoísmo, sin embargo, apenas ha contribuido a incitar al alma china a la búsqueda de bellos sitios para venerar allí a María. La influencia del budismo es muy otra.

            …El budismo es en China tan antiguo como el cristianismo en Europa. Ahora bien, entre las divinidades de China, existe una diosa por nombre Kuan-Yin, que evoca nuestra Virgen María. En sus comienzos no había divinidades en el budismo. Kuan-Yin fue introducida posteriormente. No se sabe con seguridad si se trataba de una mujer o de un hombre divinizado. Pero en la práctica común, Kuan-Yin ha llegado a ser la diosa más popular en el budismo, la madre de los pobres y de los abandonados.

            He aquí la leyenda: Kuan-Yin era la hija de Miau-Chang-Lan, rey de Shelin. Desde su juventud, ella deseaba consagrarse a la vida monástica, y habiendo vencido la oposición de su padre, entró en el convento de Lan-Shu-Shien. Posteriormente su padre la recobró, pero no pudiendo lograr hacerle llevar una vida profana, ordenó que fuera estrangulada. El alma de Kuan-Yin, después de haber descendido a los infiernos, volvió a tomar posesión de su cuerpo y, resucitada la joven, fue milagrosamente transportada a la isla de P'OTO. Algunos años más tarde, habiendo enfermado su padre, Kuan-Yin cayó en su casa y para curarlo, sacrificó sus propios brazos. Su padre conmovido, ordenó entonces le erigieran con gran honor “una estatua con manos y pies perfectos”. Y fue así como se construyó la estatua de Kuan-Yin. Ella es la diosa de la piedad y de la bondad, y ordinariamente se la representa sentada sobre una flor de loto.

            Delante de esta figura femenina, los budistas chinos se prosternan ofreciéndole sus homenajes, pidiéndole verse libre de sus males. Particular-mente las esposas estériles vienen a implorar el nacimiento de un hijo que, recree el hogar.

            La costumbre tan difundida de venerar esta diosa, no ha podido menos que facilitar la introducción de la devoción a la Santísima Virgen, pues los chinos más pronto tradicionalistas, y en guardia contra toda novedad, hallarían, abriéndose a la luz de la fe, una figura femenina, y cuánto más bella que la de Kuan-Yin, la sonrisa de la Virgen María, y sobre todo su sonrisa maternal.

            En efecto, los católicos chinos veneran ante todo a Nuestra Señora, porque Ella es la “Madre” que comparte nuestros dolores y nuestras alegrías, y nos guía en nuestra vida cotidiana.

            Aquí tocamos un punto importante de la psicología religiosa de los chinos a propósito de la Santísima Virgen. Ella es “nuestra Madre”. Y encontramos aquí la tradición confucianista, tercer y capital elemento de patrimonio cultural chino.

            En Europa, María es llamada “la Virgen” más frecuentemente que “nuestra Madre”. En China, al contrario, el vocablo preferido es el de “nuestra Madre”. Aún llegará a traducirse: Ntra. Sra. de Lourdes o de Fátima, por “Sta. Madre de Lourdes y de Fátima”. Luego se trata aquí, no de un asunto de terminología y de costumbre, sino de un hecho de importancia capital, y que no puede comprenderse sino cuando se conoce el papel de la piedad filial enseñada por el confucianismo.

            Mientras los padres viven, sus hijos trabajan para asegurarles la comodidad y el descanso. Después de la muerte de los padres, los hijos continúan presentando ofrendas a su memoria. Si se pregunta a un chino por qué practica y cultiva las virtudes, él responderá que procura glorificar el nombre de sus padres. Si se quiere dar una advertencia severa a un chino
que no marcha por el buen camino, es preciso decirle que tenga cuidado de no manchar la memoria de aquellos que le son caros. A los ojos de un chino, la dignidad más sublime está representada por el Cielo, que para él es ya un Ser Supremo personificado, pero como el cielo está muy distante de los hombres, son los padres quienes se lo representan; así, los hijos veneran a sus padres como a los representantes del Cielo.

            …Esta piedad consiste sobre todo en un respeto afectuoso. Ella es por excelencia a base de caridad. Enseñada desde las primeras edades de la historia y practicada sin interrupción en el curso de largos siglos, ella corre por las venas de los chinos como la sangre.

            Esta piedad familiar de los chinos, impone a los niños una obligación que va más lejos, si se quiere, que aquella que impone el IV mandamiento. En China un hijo permanece siempre hijo, aún a los 60 años, y conserva por este hecho la obligación de obedecer a sus padres y de servirles. Toda su vida está ordenada al servicio de sus padres. “Honrar a sus padres” es el pensamiento constante de los chinos y el motivo principal de toda acción buena y heroica. Es la llama que arde en los corazones y estimula las energías.

            Si en la sociedad la mujer desaparece, en la familia, por el contrario, ella reina. La dueña de casa goza de toda su autoridad, es objeto de un gran respeto, y es cerca de ella donde los niños buscan consejo para la vida cotidiana, y sólo con su aprobación toman los hijos la decisión de un negocio importante. La madre china es verdaderamente el árbitro supremo del hogar en el cual ella conserva siempre su influencia y autoridad. Una palabra suya puede traer a sus pies al hijo, aunque sea primer ministro.

            La piedad filial, fuente de todas las virtudes, lazo de perfección, y que se expresa por una veneración afectuosa, debía pues, naturalmente, constituir la base psicológica del culto mariano.

            Es natural en efecto, que esta ideología china acerca de la piedad filial con todo lo que encierra de afecto confiado hacia la madre, haya; venido a aplicarse a la devoción a la Santísima Virgen. Recurrir a la “Santa Madre”, venerar su persona, invocar su ayuda, presentarle homenajes filiales, o manifestarle un afecto muy especial… todo parece normal a los chinos que son católicos.

            Tales son los elementos psicológicos que son más propios del alma china: que del alma occidental, y que dan a la devoción de los católicos de China, hacia María, su nota específica.

(Por un sacerdote chino; traducido de Ultramare por las RR. HH. de la Presentación, Bogotá).

Tomado de la Revista Regina Mundi núm. 4.



jueves, 14 de abril de 2016

Las huellas de María Ramos


Por Julio Ricardo Castaño Rueda
Sociedad Mariológica Colombiana



Doña María Ramos tuvo la sencillez suficiente para sostener una fe prodigiosa que le permitiera vivir en un mundo hostil a la feminidad. Su vida le pertenece al anonimato del siglo XVI. De su historia se sabe muy poco. Toda su vida quedó iluminada por el portentoso milagro ocurrido el 26 de diciembre de 1586 en los aposentos de Chiquinquirá.

Unas pocas líneas formadas en orden cronológico, tomadas de varias fuentes, insisten en querer destacar el destello feliz de la devoción mariana de una María sevillana consagrada en Chiquinquirá al servicio de la humildad. Esta viuda y divorciada decidió resguardar su virtud atrincherada en la oración solitaria. Su amor por la Santísima Virgen María la llevó a convertirse en una herramienta para el diseño de un prodigio repetido por tierras y países lejanos. Ella, María Ramos, habló con la Madre de Dios, y la llamó Rosa del Cielo. El nuevo título, con sabor y acento de jaculatoria castellana, sirvió para que la Reina de los Ángeles se dignara venir a posar su morada en las tierras de Colombia.
Y María Ramos, pudo por gracia celeste, repetir las palabras de santa Isabel: “…¿De dónde a mí que la Madre de mi Señor venga a mí?...” (Lucas 1, 43).
Desde entonces y por 430 años el nombre de esta primera devota se anudó a la garganta de los promeseros, juglares, sacerdotes e historiadores que predican la historia de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá.

1550. María Ramos Hernández nació en Guadalcanal de la Ronda, provincia de Sevilla, España.

1566. María Ramos se casó con Alonso de Hernández. De ese matrimonio nació en Sevilla (España) Ana de los Reyes.

1572. María Ramos viuda de Hernández aparece casada con Pedro Santana. Con él tuvo un hijo que nació en ese año.

1573. Los sobrinos de Antonio de Santana, Pedro y Francisco de Aguilar Santana, llegaron a Tunja. Francisco regresó a España en 1583 para volver con María Ramos, la mujer de su hermano, en 1585.

1584. El 31 de julio. María Ramos Hernández de Santana presentó recurso de súplica mediante oficio al príncipe Felipe donde pidió licencia para venir al Nuevo Reino de Granada con sus dos hijos y en compañía de su cuñado y una criada. “Muy poderoso Señor: María Ramos, vecina de Sevilla y mujer de Pedro de Santana, dice que atenta que el dicho su marido está en el Nuevo Reino de Granada, en la ciudad de Tunja, en la cual reside, y le ha enviado a llamar a ella y sus hijos con su hermano el dicho su marido, dice y suplica a Vuestra Alteza la mande dar licencia para ella y para un hijo de edad de doce años, y una hija de diez y ocho años, y que pueda llevar una criada para su servicio, en lo cual le fara Vuestra Alteza bien y merced detalle ir y faced vida con sus marido. María Ramos. (Cf. Archivo General de Indias, Indiferente general 1395, 1396).

Bibliografía tomada de la Asociación Cultural Benalixa Guadalcanal (blog) en el artículo titulado: “María Ramos, Vestigio de Guadalcanal en Colombia”. (2 de 2) por Rafael Ángel Rivero del Castillo. Revista Guadalcanal año 2014.

“Expediente de concesión de licencia para pasar a Tunja a favor de María Ramos para vivir con su marido Pedro de Santana” Archivo General de Indias. Ref. ES.41091 AGI/22.15.2164/INDIFERENTE 2094 N.4

 “Licencia de pasajeros a Indias de María Ramos, casada con Pedro de Santana, con sus dos hijos Ana de los Reyes y Sebastián al Nuevo Reino de Granada” Archivo General de Indias. Ref. ES.41091.AGI/10.42.3.15/CONTRATACION,5229,N.6,R.13.

1585. María Ramos Hernández de Santana llegó de España con su cuñado Francisco de Aguilar Santana y se radicó en Tunja, Boyacá.

Nota: María Ramos se casó con Alonso Hernández de quien tuvo a Anita de los Reyes. Al quedar viuda contrajo nuevas nupcias con Pedro Rivera de Santana, sobrino del encomendero de Chiquinquirá, Antonio de Santana


1586. A principios. María Ramos y su hija del primer matrimonio, Anita de los Reyes, se trasladaron, por invitación de Catalina García de Irlos, viuda del encomendero Antonio de Santana, a vivir en los Aposentos de Chiquinquirá. Ramos encontró destruida, entre los aperos de los Aposentos de Chiquinquirá, la manta de algodón donde Alonso de Narváez pintó a la Virgen del Rosario con san Antonio y san Andrés. Ramos le construyó un bastidor y la colocó en la capilla de la hacienda.

1586. El 26 de diciembre. María Ramos comenzó a orar en la Capilla de los Aposentos de Chiquinquirá. Las preces se hacían frente al bastidor donde se instaló el desgastado lienzo en que estuvo pintada la Santísima Virgen María en compañía de los dos santos. “…Hasta cuándo Rosa del Cielo habéis de estar tan escondida, cuando será el día en que os manifestéis y dejéis ver a lo descubierto para que mis ojos te regalen en su soberana hermosura, que llene de gustos y alegrías mi alma…”  (Cf. Fray Pedro de Tobar y Buendía, O.P., Verdadera histórica relación del origen, manifestación y prodigiosa renovación por sí misma y milagros de la imagen de la Sacratísima Virgen María Madre de Dios Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá). Edición facsimilar de la primera edición de 1694. Instituto Caro y Cuervo, Bogotá 1986.

1586. El viernes 26 de diciembre. (Fiesta de san Esteban Protomártir). La imagen de la Virgen del Rosario con dos santos a su lado, san Andrés y san Antonio, se renovó milagrosamente en presencia de María Ramos. La india Isabel, del caserío de Turga (Muzo), acompañada de su hijo Miguel le dijo a María Ramos: “…Mira, mira señora que está Nuestra Señora, la Madre de Dios parada en tu asiento…” (Cf. Proceso jurídico-canónico de la Renovación del cuadro de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá).

1586. El  26 de diciembre. Juana de Santana acudió a la capilla ante las voces de la india Isabel. Fue la primera mujer en llegar a la escena después del milagro. María Ramos, la india Isabel y Juana de Santana, después de una breve oración, colocaron el sagrado lienzo en el bastidor de donde se bajó por causa desconocida.

1587. El 10 de enero. María Ramos rindió declaración jurada ante el cura de Suta, Juan de Figueredo, y ante el escribano de Su Majestad Diego López Castiblanco sobre el fenómeno de la renovación del cuadro de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá. “…Ábranme, pues, las puertas de justicia para entrar a dar gracias al Señor…” (Salmo 118, 19).


1587. El 12 de septiembre. En los aposentos de Chiquinquirá, de la encomienda de la viuda Catalina García de Irlos, vecina de la ciudad de Tunja, rindió declaración juramentada doña María Ramos sobre el milagro de la renovación del cuadro de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá ante el cura y vicario de Villa de Leiva, Jerónimo de Sandoval. En el acto estuvo presente el notario de su majestad, Andrés Rodríguez.

1587. El 14 de septiembre. En los aposentos de Chiquinquirá,  el vicario Jerónimo de Sandoval, después de revisar la capilla de la Virgen de Chiquinquirá, “…Hallo que en la culata de ella está hecho un aposento apartado adonde está la dicha María Ramos, la cual tiene cuidado de barrer y aderezar la dicha iglesia y capilla…” Jerónimo de Sandoval. Andrés Rodríguez, notario. “…Y desde aquella hora el discípulo la recibió en casa…” (Juan 19,27).



1588. El 15 de agosto. El arzobispo de Santafé de Bogotá, Luis Zapata de Cárdenas, se instaló en Chiquinquirá y dirigió personalmente la investigación sobre el milagro de la renovación. El prelado llamó a declarar a María Ramos y a las personas que fueron testigos de los hechos del 26 de diciembre de 1586.

1598. El 15 de octubre. El cura doctrinero Gonzalo Gallegos falleció en Chiquinquirá. El presbítero le dejó sus bienes a María Ramos.

1599. El primero de enero. María Ramos traspasó los bienes heredados del padre Gonzalo Gallegos a su otra hija María Ramos. La diligencia se hizo ante el escribano Diego de Pareja. La diligencia se ejecutó en Chiquinquirá. (Cf. Archivo Histórico de Tunja. Notaría Segunda, año 1599, t. A. f. 1.)


1618. El 26 de abril. La primera devota de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá María Ramos hizo su testamento en Chiquinquirá. “Ana de los Reyes mujer de Gonzalo de Puerta vecina de este sitio de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá” hizo su testamento en Chiquinquirá. Ana de los Reyes era hija de María Ramos.

1623. María Ramos Hernández, viuda de Santana, falleció en Chiquinquirá. (Terciaria dominica).Tenía 73 años de edad.

1630. El 9 de octubre. En el sitio de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá, entre el grupo de mujeres españolas que fundaron la Hermandad de la Purísima en honor de la Virgen María aparece citada Ana de los Reyes, hija de María Ramos la vidente de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá.

1910. El 11 de junio. En Chiquinquirá. Fray Andrés Mesanza, O.P., hizo levantar el presbiterio de la Iglesia de Jesús, María y José en busca de los restos de María Ramos. No se encontró evidencia al respecto.

1918. El 2 de julio. El periódico El Tiempo anunció que había sido encontrado el testamento de María Ramos en una notaría de Villa de Leiva, Boyacá.

1918. En septiembre. El semanario Veritas publicó el testamento de María Ramos. Ella fue testigo del fenómeno de la renovación del lienzo de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá.

1950. El 22 de febrero. El semanario Veritas tituló: “Centenario de María Ramos”.

1952. El 5 de noviembre. El semanario Veritas tituló: “Para la historia de Chiquinquirá. Los restos de María Ramos”. El documento relata la búsqueda de un cadáver que no fue hallado

1962. El 19 de marzo. Las autoridades de Chiquinquirá inauguraron el monumento a María Ramos.

1964. El 21 de junio. El semanario Veritas tituló: “El Cerro María Ramos”.

1978. En mayo. La revista de María (Hermanas Dominicas del Rosario Perpetuo) publicó la canción Ave María a la Reina de Colombia.

“Feliz María Ramos
que verla logró
en claros fulgores
de Renovación”.

1983. El 13 de octubre. El Gobierno Nacional expidió la ley 23 por la cual la Nación rinde Tributo de Admiración a doña María Ramos, fundadora de Chiquinquirá; se asocia a la conmemoración del IV Centenario de la Ciudad, y se dictan otras disposiciones.

1989. En mayo. Fray José de Jesús Gamboa, O.P., publicó el folleto María Ramos para promover la beatificación de la mujer que fue testigo de la renovación del cuadro de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá.

2009. En mayo. El almacén El Escapulario de Chiquinquirá editó la revista Rosa del Cielo en homenaje a Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá y a María Ramos.
2010. El primero de septiembre. En Chiquinquirá. Durante la conmemoración de los 200 años de la villa republicana, el gobernador de Boyacá, José Rozo Millán, entregó dos certificados de disponibilidad presupuestal por la suma de 3.300 millones de pesos. El primero, por 1.899 millones de pesos, está asignado para el mejoramiento y ornato del paseo “María Ramos”.


“...Pues sois de los pecadores el consuelo y la alegría. Oh madre, clemente y pía, escuchad nuestros clamores...”



jueves, 7 de abril de 2016

Una catequista en la Peña


El relato de una visita dominical a la Patrona de Bogotá guarda el  histórico sabor del costumbrismo en su primera romería. Enero de 2016.

Por Dora Abigaíl Castellanos Pulido.

Paz y bien.

Voy a tratar de recordar lo que hicimos en la peregrinación al Santuario de Nuestra Señora de la Peña:

Salimos como a las 7:20 a.m., Susanita, Jorge (el esposo) y yo.

Como Jorge ya había ido, nos indicó que debíamos irnos en la buseta que pasa cerca de nuestras casas, (habitamos en el barrio Boitá, al sur de la ciudad, cerca de los barrios Villa del Río, La Chucua y Timiza). Efectivamente en el aviso de la buseta decía “Laches”.

Yo me alegré porque pensaba que nos iba a tocar tomar varios buses, pero no fue así.  En el recorrido que fue como de 40 minutos aproximadamente, Susanita me contó sus penas (tiene una casa grande y dentro como cuatro apartamentos para arrendar, en uno de ellos había un señor que fumaba marihuana; ya te puedes imaginar el caos. Además, estaba disgustada con su esposo, pues era él quien había arrendado, casi no se hablaban ni se miraban. Tan pronto nos subimos, él se ubicó en un asiento y nos hizo señas que nos ubicáramos las dos, en otro).

En fin, cuando íbamos llegando, Jorge nos dijo que por ahí era y empezamos a mirar por las ventanas. Yo ni idea de dónde estábamos, entonces él dijo bajémonos aquí, cuando cruce la buseta.

Eso hicimos y Jorge le preguntó a alguien por donde se subía al Santuario, el señor le hizo señas y nos dirigimos allí y lo primero que vi fue una cantidad de escaleras impresionante, hasta creí que tendría que hacer varias paradas, para poder ascender, y sin embargo no fue tan difícil, ellos se tomaron de la mano y yo detrás. En un momento Jorge me extendió la mano, pero yo mejor lo cogí de gancho y así subimos los tres. Jorge hablaba mucho de lo que había hecho cuando vivía allí y de que se había accidentado en una bicicleta. De vez en cuando Sussy metía la cucharada y decía, que eso le pasaba por loco...

Luego me “desenganché”  y seguí subiendo sola, saqué mi celular y tomé varias fotos del paisaje lateral, se veían unas casas con cinco escalones en la puerta para entrar. Me parece haber contado 110 escalones. La verdad no fue muy fatigante, teniendo en cuenta que me duelen las rodillas, por aquello de mi juventud (acaso, ¿qué son 62 añitos?) pues nada. Vieja es mi forma de lavar, decía una propaganda de TV.)

Al llegar a la cima Jorge nos invitó a tomar tinto, yo no tomé nada, por el momento, pensando en la evacuación tú me entiendes, ¿no?

Luego Sussy tomó su camándula, se sentó en una baranda delgadísima de concreto y empezó a rezar el rosario, cerca se sentó Jorge, yo buscaba donde sentarme pero no encontraba nada, al fin me quedé de pie y rezamos así. Estaba  un poco cansada, entonces intenté sentarme en la baranda pero no pude, no sé como permanecieron ellos sentados todo el tiempo que duró el rosario.

Yo tomé algunas fotos. Cuando sea grande y aprenda a enviártelas por correo, lo haré con mucho gusto. Fotografié la fachada, las inscripciones y una especie de seminario que había cerca. 

Como a las 10 abrieron el templo. Al entrar y atravesar la puerta santa había un placa en el suelo en donde se leía: “Quien pisare estos umbrales salúdeme con amor pues soy la Madre mejor que han tenido los mortales”. Me pareció muy hermoso, sentí un gran amor hacia la Santísima Virgen, y entré lentamente, pidiéndole a Dios,  perdón por todos nuestros pecados. 

La Parroquia me pareció muy pequeña, para ser un Santuario. Había unas bancas medianas a ambos lados, y preciso en donde se sentó Sussy había una columna que no dejaba ver el altar, luego nos corrimos y escasamente cabíamos los tres.

Como queríamos confesarnos, le preguntamos a un muchacho a qué hora eran las confesiones y él dijo que iba a preguntar. En fin, después de un rato, ya iban a ser las 10 a.m. hora en que comenzaría la Santa Misa, salió un sacerdote que nos hizo señas y fuimos a confesarnos. Fue rápido (bueno, claro está es que no somos tan pecadores, apenas lo suficiente).

Como penitencia el sacerdote me dijo que: “pusiera mucha atención a las lecturas”. Me encantó que leyeran al profeta Jeremías, y sobre todo esa parte que dice: “Antes de formarte en el vientre te escogí” porque yo empecé viejita a estudiar en el Espac para ser catequista. Y pensé: a cualquier hora Él llama, ya me había elegido y punto.

En la lectura de san Pablo, confirmé que Dios nos da los carismas para cumplir la misión que nos encomienda.

Del evangelio no me acuerdo. 

El templo se llenó en un segundo y quedaron algunas personas de pie. Al terminar la Santa Misa, Sussy se dirigió al altar a hablar con el sacerdote. Me dijo que iba a hacer algo que quería hacer desde hace tiempo. Nos quedamos sentados Jorge y yo, mirando lo que hacía. Entonces sacó una bolsa y como unas 50 o más camándulas que ella hace, no con pepitas como yo las hago sino con nudos, y se las entregó. Jorge y yo nos acercamos, al altar y ella le estaba diciendo que a $2.000, Jorge dijo en voz baja que $5.000. El caso es que el padre cogió el micrófono y dijo que había una señora que había donado unas camándulas que valían $5.000 pero que ellos las iban a dejar a $2.000.   

Luego sacamos las fotocopias de la canción que habíamos ensayado, y empezamos, mejor dicho empezó Sussy a cantar (ella cuando estaba sana, cantaba en las misas, en la Parroquia Nuestra Señora de la Salud, tiene voz fuerte). Se acercaron dos personas, ya estaba casi vacío el templo, porque la mayoría estaba subiendo unas escaleritas para ver la imagen de la Virgen, y con esta voz de tarro, las dos señoras y Sussy, le cantamos a Nuestra Madre Bendita. Misión cumplida: Eso queríamos, eso hicimos.

Enseguida fuimos al camarín creo que se le dice así, subiendo las escaleritas y vimos la parte de atrás de las imágenes de la Santísima Virgen, san José, y un ángel. El Niño Dios no se veía, claro lo estaba cargando la Mamá.

Cada uno de los peregrinos, tocaba las imágenes y bajaba la cabeza, lo mismo hicimos nosotros. Al bajar la cabeza, le pedí ayuda a nuestra Madre Santa del Cielo...

Era bastante estrecho el lugar, escasamente cabían los que subían y los que bajaban. Todo en el mayor silencio. Fue bonito.

En la parte de abajo había un osario y un poco más retirado de las tumbas, estaba la imagen de san José y de Nuestro Señor, como Buen Pastor, si no estoy mal y no me falla la memoria.

Cuando salimos, ahí sí le acepté a Jorge una aromática, me dijo que era deliciosa; y sí, muy rica.

Luego empezamos a descender y yo iba pensando en el almuerzo, le dije a Jorge y él dijo que conocía un restaurante por la avenida. 19, le dije que si querían que fuéramos allá. Aceptado el plan.

Yo los invité. Sussy comió bien, y eso fue bueno. Luego tomamos la misma ruta en la que nos vinimos y oh sorpresa cuando miré el reloj eran como las 3:00 p.m., se pasó el tiempo volando.

Entendí que Sussy quería seguir yendo todos los meses a regalar camándulas, creo que me dijo que eran 100 las que había llevado.

Todo fue muy bonito. Yo me acordé de ti, cuando me enviaste un correo diciendo algo así como: ¿Piensas almorzar en los Laches? y fíjate que así salieron las cosas.   
   
Bueno, fin de la historia. Te quedo debiendo las fotos.