jueves, 31 de enero de 2019

Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá, realeza y centenario.




Por Julio Ricardo Castaño Rueda
Sociedad Mariológica Colombiana

La Patrona es parte vital de la intimidad del alma colombiana. Su historia sembró las semillas del amor de Dios en los surcos del Nuevo Reino de Granada, labranza del Evangelio.

Ella tendió un horizonte de auroras sobre un país destinado a la grandeza. La Virgen Morena tomó como trono una manta de algodón para plasmar una época iluminada por la cruz y la redención.

La Madre del Verbo encarnado asumió la esencia de ser una campesina. Ella escuchó las súplicas heridas de María Ramos y le rogó al Omnipotente dejarla florecer como la Rosa del Cielo en el Jardín Mariano.

La misericordia infinita del Creador, en un acto excesivo de su bondad, le regalo a la Nación a su hija predilecta:  María Santísima.

Ante ese nombre, de eternos linajes raizales, se postran reverentes los ángeles y los hombres porque en su alma tiene tatuado el rostro de la patria tricolor. Gloria mística que este texto destaca con cien reminiscencias.

María de Chiquinquirá vive en su baldaquino para besar lágrimas y dichas. Allí recibe salves y senderos. Salmos y heridas. Inciensos y peticiones. Romerías y promesas. Sentimientos y dolencias. Arrepentimientos y renovaciones porque la Virgen de Chiquinquirá es de Colombia el consuelo y su alegría.

1.    La crónica de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá es un archivo invaluable de la memoria cultural de la Nación.

2.     El milagro del 26 de diciembre de 1586 no es, no puede ser, sinónimo de leyenda, cuento, mito, imaginería, folclorismo y locuacidad.

3.    Los personajes que tejieron esa memoria no surgieron de la literatura, oral o escrita. Ni son producto del canto de los juglares europeos. El pintor Alonso de Narváez, el encomendero Antonio de Santana, su esposa Catalina García de Irlos, el fraile dominico Andrés de Jadraque, María Ramos, la india Isabel, el niño Miguel, el cura Juan de Figueredo, el arzobispo Luis Zapata de Cárdenas, O.F.M, y Juan de Castellanos, entre otros, tienen su sitio en los archivos históricos de España y Colombia.

4.    El prodigio es una realidad dinámica que construyó un proceso de evangelización al servicio del credo apostólico. Lo atestiguó la india ladina, Isabel de Turga.

5.    Chiquinquirá es una voz del grupo lingüístico chibcha que significa: “tierra de sacerdotes”.

6.     La capilla de los Aposentos de Chiquinquirá fue el humilde sitio escogido por el Todopoderoso para realizar la renovación de una deteriorada pintura. Pieza elaborada al temple por Alonso de Narváez en Tunja, 1562.

7.    Lo que no pudo edificar el régimen cruel de la encomienda lo logró en un instante el Espíritu Santo sobre una tintura desteñida. “…Y la virtud del Altísimo te cubrirá con su sombra… Lucas 1, 35”.

8.    La Madre de Dios ni se renovó ni se apareció en Chiquinquirá. Pero la presencia de María Inmaculada no deja de predicar su mandamiento: “Hagan lo que Él les diga”, Juan 2,5.

9.    El pueblo de indios de Chiquinquirá que estaba en las tinieblas de la idolatría vio la luz de Cristo en los brazos de la Consoladora de los Afligidos.

10.         Durante los primeros años, Chiquinquirá fue conocida como “La Iluminación”. Palabras que algunos raizales aún utilizan en sus peregrinaciones pedestres.

11.         La jerarquía de la Iglesia, por aquella época bajo el liderazgo del arzobispo Luis Zapata de Cárdenas, O.F.M., realizó una pesquisa minuciosa que no dejó dudas. El obispo inquisidor indagó personalmente a los testigos.

12.         El texto de la investigación está en el archivo provincial de los frailes dominicos. Convento San Alberto Magno, Bogotá.

13.         Los indígenas de Ráquira fueron los primeros en reproducir en tabletas de barro la sagrada imagen renovada.

14.         La inteligencia arquitectónica de los muiscas fue la encargada de edificar la primera capilla para la veneración de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá, sin aportes económicos de la corona o del gobierno de Santafé de Bogotá.

15.         La encomienda de Chiquinquirá se convirtió en parroquia, la parroquia en villa y la villa en la Capital Religiosa de Colombia.

16.         Los indígenas, testigos de la vida útil y del deterioro de la obra de Narváez, se encargaron de llevar por todos los rincones del reino y fuera de sus fronteras la noticia celeste de la renovación.

17.         Las circunstancias de tiempo y modo cambiaron. Los aborígenes se bautizaron. Y ellos catequizaron, con su testimonio, a la España colonial.

18.         El suceso del lienzo se extendió a las almas de los nativos, españoles, esclavos y mestizos. Ellos fueron testigos de la curación de la peste en Tunja, 1587. Primera salida de la Virgen de Chiquinquirá.

19.         La gente de Tunja fue librada de una espantosa epidemia de viruela. Ellos llevaron la noticia. Ellos vivieron la ratificación de lo maravilloso. Ellos, los laicos, edificaron una razón para orar en acción de gracias.

20.         El proceso de evangelización en las doctrinas neogranadinas pasó de la cosmogonía muisca al Evangelio de Cristo por convencimiento y no por sometimiento. El episodio del lienzo renovado fue la base para establecer la doctrina de la fe.

21.         La realidad se sometió al veredicto del asombro: “Y respondiendo Jesús, les dijo: Id, haced saber a Juan lo que habéis visto y oído: los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos son limpiados, los sordos oyen, los muertos son resucitados, y a los pobres es anunciado el evangelio”.  (Lucas 7.22-23).

22.         El estruendo del cambio en las costumbres ancestrales de los aborígenes llegó a Europa y a los dominios asiáticos de España.

23.         La revolución mística de Chiquinquirá generó en la comunidad muisca una devoción profunda por la Madre del Salvador, bajo el culto de hiperdulía.

24.         El villorrio, sin linajes cortesanos, pero autóctono y profundo en sus convicciones predicaba la fuerza del Evangelio desde la escuela de María.

25.          La romería, por sus rutas ancestrales, cambió el rumbo. Su impulso irrevocable atrajo al español y al cura de almas. El alguacil, el alcalde, el escribano, el arzobispo, el cronista, el enfermo, el curioso, el labriego, el militar, el aventurero, el comerciante, el médico, el yerbatero, el encomendero, el ateo y el gentío femenino del reino se postró de hinojos en el sitio de Chiquinquirá.

26.         El privilegio de tener una narración escrita por la convivencia entre los hombres y los hechos hizo de la devoción por la Reina de los Ángeles un punto de referencia en la vida de los abuelos.

27.         Los dos primeros años, 1586-1588, comprobaron la ocurrencia del milagro suigéneris Sí. Es un sí humilde, pero total.

28.         Las pruebas crecieron copiosas y, por misericordia divina, los sucesos extraordinarios continúan sobre la línea del tiempo de forma inmutable.

29.         Chiquinquirá dejó de ser el centro de la formación de los jeques muiscas. La restauración de una tela convirtió a una choza sin puertas en la Parroquia de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá. Entidad bajo el amparo del clero secular neogranadino (1588).

30.         Los oportunistas de la Colonia aprovecharon la ocasión para fomentar la industria del negocio turístico. Las posesiones de los resguardos pasaron a manos de los particulares. Si allá, en aquel lugar mariano, no sucedieran milagros, pues la quiebra de los españoles agiotistas hubiera sido de proporciones caóticas.

31.         La operación comercial de los laicos es una prueba superior. Estrictamente mundana, pero irrefutable. No hay dogma, ni fe, ni catecismo. Solo oro. Las transacciones dejaban ganancias pingües. Eran las curaciones sin médico las que sostenían el flujo de caja de la aldea.

32.         La economía y no la teología fue la encargada de predicar que Chiquinquirá es la Villa de los Milagros.

33.         El peregrino se convirtió en el motor de una realidad fascinante. Condición sine qua non que pasó de generación en generación. Las dudas maliciosas quedaron aplastadas por la contundencia de la obra de la Divinidad.

34.         El relato de la nacionalidad se redactó con la tinta indeleble de ese misterio que asombra a las centurias porque su secuencia de favores celestiales no termina. Lo ratifican las épocas y sus procesiones llegadas de los cuatro puntos cardinales.

35.          El Santuario de Chiquinquirá es el primero por su antigüedad en la America del Sur. El primero en sustentar los hechos con una documentación radicalmente oportuna y abundante.


36.         El magisterio de la Iglesia se pronunció. La mariología chiquinquireña llegó a Roma.

37.          El papa Clemente VIII (1596) y el papa Paulo V (1613) iniciaron una larga trayectoria de apoyo pontificio al tema de la Virgen de Chiquinquirá.

38.          La peste de la viruela reapareció en Tunja, 1633. Las autoridades recurrieron a la Virgen de Chiquinquirá. El arzobispo Bernardino de Almanza otorgó el permiso para sacar a la Madre Castísima de su santa casa.

39.         Las filas de indios cargueros llevaron a Tunja a la nueva Arca de la Alianza para que por su intercesión se aplacara el mal.

40.         En Tunja, el cerro de San Lázaro recibió como testimonio de los favores recibidos una ermita donde se guarda un cuadro de la Virgen de Chiquinquirá. 

41.         Los frailes dominicos se encargaron del cuidado pastoral del santuario. Ellos son los guardianes del sagrado lienzo, 1636. Fin de la segunda salida de la Patrona.

42.         El notario apostólico y rector del Santuario de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá, fray Juan de Pereira, O.P., escribió el libro: Memorias de los sucesos raros que ha obrado Nuestro Señor por intercesión de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá. Inicio la investigación en 1639.

43.         Los tiempos de la paz virreinal se alebrestaron. La incomodidad de un régimen tiránico comenzó a tallar sobre el hombro del agricultor y afectó a los bienes del notablato, cosa grave.

44.         Los jefes de Revolución de los Comuneros fueron a misa al Santuario de Nuestra Señora del Rosario Chiquinquirá. La gente del común de Táchira (Venezuela) enarboló como su bandera, de guerra y rebelión, la imagen de Nuestra Señora del Rosario Chiquinquirá de Lobatera (1781).

45.         Las capitulaciones de Zipaquirá escribieron un punto para reclamar por el puente de Chiquinquirá, pieza clave para el ingreso de peregrinos (1781).

46.         El virrey José Manuel de Ezpeleta visitó el Santuario de la Virgen de Chiquinquirá (1790). Los frailes dominicos compraron unos solares para edificar un templo que pudiera albergar a los devotos. Largo episodio de dificultades en pro del progreso material y espiritual.

47.         El arquitecto capuchino Domingo Ruig de Petrés definió que la nueva iglesia para la Santísima Virgen María se levantaría en la Plazuela Alta (1795). Hoy plaza de la Libertad.

48.          Los artistas en grabados y pinturas dejaron sus testimonios. Ejemplo: “Milagrosa imagen de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá que se venera en el Nuevo Reino de Granada”.

49.         La certeza del prodigio vivió en la conciencia colonial del Virreinato de la Nueva Granada. La devoción por Nuestra Señora de Chiquinquirá era parte integral del oficio cotidiano de levantar una familia.

50.          Capillas con el nombre de la Patrona se edificaron a lo largo y ancho del territorio del Virreinato y fuera de sus fronteras.

51.         Las partidas de bautismo en Venezuela y en la Provincia de Antioquia muestran con orgullo el nombre de “María de Chiquinquirá”.

52.         La Conspiración de Maracaibo tuvo como referente histórico a Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá. (Venezuela, 1799).

53.         Las romerías del siglo XIX permanecían fieles al legado de sus padres. Villa de Leiva mantuvo sus votos de ir a visitarla anualmente. Promesa hecha en 1587.

54.         La Parroquia de Nuestra Señora de Chiquinquirá participó del intento de independencia administrativa de España y se convirtió en Villa (1810).

55.         La comunidad de frailes dominicos cedió una importante parte de las joyas de la Virgen de Chiquinquirá para financiar la campaña militar de 1815. (¿A dónde fue a parar ese dinero?) En Cachirí murió el simulacro de una república manejada por las Altezas Serenísimas del altiplano. Cartagena de Indias rechazó al señor Bolívar que se fugó para Jamaica.

56.         El mercenario francés Manuel Serviez profanó el altar y se llevó el lienzo de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá para cubrir su escape hacia los Llanos. Lo dejó tirado en al Alto de Sáname. Cáqueza, Cundinamarca. Tercera salida. La Virgen secuestrada (1816).

57.         Las tropas del pacificador Pablo Morillo rescataron el venerado cuadro y lo trajeron de regreso a Santafé de Bogotá con los honores respectivos.

58.         El rey Fernando VII de España aprobó la fiesta votiva en honor de la Virgen de Chiquinquirá (1819) decretada por el Cabildo de Santafé en 1817.

59.         El campo de Ayacucho vio la victoria de los libertadores de pata al suelo. Los héroes anónimos dejaron como recuerdo una imagen de Nuestra Señora del Rosario Chiquinquirá (1824).

60.         El señor Ignacio Gutiérrez se robó unas joyas de la Virgen de Chiquinquirá. Gran escándalo social y mediático. Las alhajas fueron recuperadas (1826).

61.         La bella cúpula del templo principal de Nuestra Señora de Chiquinquirá se vio seriamente afectada por un temblor. Las romerías cubrieron los gastos. Los dominicos redoblaron fatigas y sudores (1827).

62.         El magisterio de la Iglesia y la Virgen de Chiquinquirá. El papa Pío VIII confirmó el título de Patrona Principal de la República de Colombia y el oficio litúrgico (1829).

63.         Las hermanas del Monasterio del Carmen de Villa de Leiva fueron testigos de la renovación milagrosa de una figura de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá. El hecho ocurrió el 27 de diciembre de 1836. Mamá Linda Renovada. La documentación sobre el proceso jurídico-canónico es amplia y suficiente.

64.         Las hermanas del Monasterio del Carmen de Villa de Leiva cambiaron el trazado urbanístico de la ciudad. La comunidad levantó un templo sobre la calle. La edificación es un monumento al agradecimiento. La Iglesia de Nuestra Señora de Chiquinquirá fue anexada al convento del Carmen.

65.         Las guerras civiles, las que mataron la independencia, continuaron su tarea de asesinar a un país católico. Los huérfanos y las viudas llegaron al santuario de la Virgen Morena. La gente le pedía al Redentor que los librara de sus liberticidas.

66.           La peste regresó como herencia de las contiendas entre gamonales, el vicio de los amos del desastre decimonónico. La patria ensangrentada volvió sus ojos hacia el santuario boyacense. La Virgen de Chiquinquirá fue traída a Santafé de Bogotá como remedio contra el mal que los agobiaba, 1841 (cuarta salida).

67.         Sobre ese episodio, El Papel Periódico Ilustrado (núm. 113) del primero de abril de 1887, guarda el relato de la conversión del enemigo de la Iglesia, el señor Bonilla. Hecho ocurrido ante el lienzo de la Virgen de Chiquinquirá (1841).

68.         Nuestra Señora del Rosario Chiquinquirá fue llevada a Tunja por causa de la misma peste, 1841. (Quinta salida). El mal cesó.

69.         El tercer centenario de la renovación del lienzo de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá unió a los poetas de Colombia (1886).

70.         Jesús Casas Rojas publicó el libro Homenaje de la Santísima Virgen del Rosario de Chiquinquirá, en el tercer centenario de la renovación de su imagen (1886).

71.          Los frailes dominicos y la comunidad civil hicieron esfuerzos sobre humanos para poder salvar el sagrado lienzo del incendio del templo, 1896.

72.         La matanza civil volvió a los feudos nacionales. La Guerra de los Mil Días vio al general Prospero Pinzón regresar vencedor de Palonegro para postrase a los pies de la Patrona (1900).

73.         El papa Pío X decretó la coronación de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá, 1910.

74.         Los frailes dominicos llevaron por las diócesis nacionales y sobre sus hombros a Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá, La Peregrina, querían recaudar fondos para la coronación.

75.          La fuerza de la estulticia atada a la brutal soberbia de los odios partidistas atacó la tela a cuchillo. El rostro de la Virgen fue destazado. Pamplona (Norte de Santander) 20 de enero y el 21 de abril de 1913 en Rionegro (Santander). Este último municipio respondió por la profanación y celebra anualmente la Fiesta del Desagravio.

76.         La abominación del sectarismo y sus normas no pudieron acatar el decreto del Obispo de Tunja, monseñor Maldonado Calvo, sobre la coronación de la Virgen en Bogotá. La pequeñez del crimen al servicio del motín generó el triste entredicho canónico para la ciudad. El templo fue profanado por una turba manipulada por la mentira. Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá fue sacada de su casa y llevada por un “comité guardián” a la Capilla de la Renovación. Atentado sacrílego (junio de 1918).

77.         Hombre y mujeres cargaron sobre sus hombros unas andas de 30 arrobas para llevar a su Señora desde Chiquinquirá hasta Bogotá, 1919.


78.         Nuestra Señora del Rosario Chiquinquirá fue coronada como Reina y Patrona de Colombia. El 9 de julio de 1919 en Bogotá durante el Primer Congreso Mariano Nacional. Ningún enemigo del catolicismo desconoció el acto fundamental para el alma del país.

79.         El periódico Veritas, órgano de difusión del Santuario de Nuestra Señora del Rosario Chiquinquirá, publicaba los favores recibidos por los devotos. Tarea que desempeñaba desde 1916.

80.         El papa Pío XI le concedió el título de Basílica Menor al templo de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá. Las razones tienen un peso histórico digno de un país heroico (1927).

81.          Colombia celebró las Bodas de Plata de la coronación de su Patrona y le entregó un cetro imperial.  9 de julio de 1944.

82.         El santo padre Pío XII en su alocución del 16 de julio de 1946 expreso: “Colombia, tierra de la Virgen, jardín mariano”.

83.         La Virgen de Chiquinquirá retornó a Bogotá para presidir el Tercer Congreso Mariano Nacional. La Colombia mariana se postró reverente a sus pies. La Patrona recibió la Cruz de Boyacá, 1954.

84.          El papa Juan XXIII envió un gran cirio votivo para que ardiera, en la Basílica de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá. Motivo: invitación a orar por el futuro Concilio Vaticano II (1960).

85.          La Reina regresó a Bogotá para presidir la cruzada del rosario por la paz del mundo, el éxito del concilio ecuménico y el progreso del país. Recibió los homenajes de sus queridos hijos. Octava salida, 1962.

86.          Un terremoto afectó seriamente la Basílica de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá, 1967. Las gentes honradas y los frailes dominicos la restauraron.

87.         Colombia celebró el cincuentenario de la coronación de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá. La Virgen fue obsequiada con una medialuna de oro, 1969.

88.         El papa Juan Pablo II visitó como peregrino a Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá, 1986.

89.         Colombia celebró las Bodas de Diamante de la coronación de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá, 1994.

90.         El lienzo de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá se iluminó en la basílica por gracia celestial (marzo de 1999).

91.          Los frailes dominicos llevaron a Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá a Bogotá, oración por la paz. Novena salida, 1999.

92.         La Arquidiócesis de Bogotá, el obispo de Chiquinquirá, Héctor Gutiérrez Pabón, la comunidad de frailes dominicos y la Editorial Grupo C- Cream Editores presentaron la primera edición de la Sagrada Biblia dedicada a Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá. El acto tuvo lugar en la sede central de la Universidad Santo Tomás (Marly).  2002.

93.         Los frailes dominicos realizaron una procesión por el río Magdalena con Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá, La Peregrina, la del rostro destazado (1913). Las ciudades porteñas escucharon un llamado a la reconciliación del país, 2013.

94.         Las pruebas historiográficas abundan. La investigación jurídica canónica terminó en 1588. Pero la fuerza de la caridad se incrementó con las multitudes. Basta con preguntarle a la muchedumbre en la fiesta de la Promesa Grande, 26 de diciembre de 2019, si hay o no milagros en la Ciudad Promesa.

95.         Las razones de esta advocación son parte de la identidad religiosa de Colombia, Venezuela, Ecuador, Perú y varias ciudades más en 11 países.

96.         La respuesta atronadora de los siglos sumará certezas en las conciencias de los peregrinos que colmarán los templos, las plazas y las calles de Chiquinquirá hasta el fin de los tiempos.

97.         La Virgen Morena realizó su décima salida del santuario en un helicóptero. El primero de septiembre de 2017 llegó a Bogotá bajo la tutela de los frailes dominicos.

98.          El papa Francisco se encontró y oró con Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá en la Catedral Primada (2017).

99.         El papa Francisco declaró un año jubilar para celebrar el centenario de la coronación de la Virgen de Chiquinquirá.  Indulgencia plenaria. (2018-2019).

100.      Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá arropó su corazón inmaculado con el pabellón nacional, 9 de julio de 2019.

miércoles, 23 de enero de 2019

Las preces de san Ildefonso de Toledo a María Santísima

Oh clementísima Virgen!,
que con mano piadosa repartes vida a los muertos,
salud a los enfermos,
luz a los ciegos,
solaz a los desesperados
y consuelo a los que lloran.
Saca de los tesoros de tu misericordia
refrigerio para mi ánimo quebrantado,
alegría para mi entendimiento
y llamas de caridad para mi durísimo pecho.
Sé vida y salud de mi alma,
dulzura y paz de mi corazón
y suavidad y regocijo de mi espíritu.
Y, pues, tú eres estrella clarísima del mar,
madre llena de compasión,
endereza mis pasos,
defiéndeme de riesgos de enemigos,
aléjame de todo mal y maldad,
hasta aquella postrera y suspirada hora en la cual,
asistido de tu auxilio,
enriquecido con tu gracia,
vencidas las enemistades del infernal dragón,
salga de este mundo
para los eternos y seguros gozos
de la vida bienaventurada.
Amén.