Conferencia Episcopal Colombiana, 2017
La fiesta de Jesucristo Sumo y Eterno Sacerdote y del
Sagrado Corazón de Jesús, se constituye en una
oportunidad para que todos oremos por la
santificación de nuestros sacerdotes, para agradecerle
a Dios el don inmenso de la vocación sacerdotal; es
un tiempo para amar el sacerdocio de Jesucristo,
prolongado en sus ministros ordenados.
El prefacio de la celebración de la Eucaristía de
Jesucristo Sumo y Eterno Sacerdote, resume
perfectamente el sentido de nuestra oración:
“constituiste a tu único Hijo Pontífice de la Alianza
nueva y eterna por la unción del Espíritu Santo y
determinaste, en tu designio salvífico, perpetuar en la
Iglesia su único sacerdocio. Él no sólo ha conferido el
honor del sacerdocio real a todo su pueblo santo, sino
también, con amor de hermano, elige hombres de este
pueblo para que, por la imposición de las manos, participen de su sagrada misión. Ellos
renuevan el nombre de Cristo, el sacrificio de la redención, preparan a tus hijos el banquete
pascual, presiden a tu pueblo santo en el amor, lo alimentan con tu palabra y lo fortalecen
con tus sacramentos. Tus sacerdotes, Señor, al entregar su vida por ti y por la salvación de
los hermanos, van configurándose a Cristo, y han de darle así testimonio constante de
fidelidad y amor.”
Vivimos momentos muy difíciles en la Iglesia, se resaltan los pecados de los sacerdotes, se
revelan hechos muy dolorosos, algunos sectores de la sociedad intentan desvirtuar el estilo
de vida sacerdotal. Ante este panorama, la Iglesia nos invita a agradecer a los sacerdotes su
entrega radical, su testimonio de vida, su pasión por la Iglesia, el dejar ver a través de su ser
a la persona de Jesús.
Hoy tenemos que hablar con valentía de lo bueno y positivo del ministerio sacerdotal, del
estilo de vida sencillo, orante y caritativo del que consagra su vida en el sacerdocio
ministerial. Hoy los sacerdotes, ministros ordenados, debemos renovar e interiorizar lo que
significa “actuar en la persona de Cristo”
La santificación de los sacerdotes no depende solamente de las propias fuerzas de quien ha
recibido esta gracia, desde luego, el Señor cuenta con nuestra libertad y la decidida
voluntad de ser sus discípulos, sin embargo, se requiere pedir insistentemente la gracia de la
fidelidad, de la perseverancia; estas fuerzas vienen de lo alto y hay que pedirlas todos los
días.
La Comisión Episcopal de Ministerios Ordenados de la Conferencia Episcopal de
Colombia, invita a elevar plegarias por la santificación de los sacerdotes, con motivo de las
fiestas de Jesucristo Sumo y Eterno Sacerdote y el Sagrado Corazón de Jesús. Desean que
todos, ministros ordenados y fieles, sientan en su corazón la urgencia de pedir con fe la
santificación de todos los que han sido llamados a ser ministros del Señor, obispos,
presbíteros y diáconos.
El material que encontrará junto con este breve mensaje, puede ayudar en el fomento de la
oración por la santificación, vida y ministerio de los sacerdotes, esperamos que cada
jurisdicción eclesiástica del país, lo replique en las comunidades parroquiales, de tal manera
que los fieles se puedan unir en la adoración eucarística, el rezo del santo rosario y la
celebración de la Eucaristía por la santificación de los ministros ordenados y el aumento de
las vocaciones a la vida sacerdotal y consagrada.
Oración por la santificación de los sacerdotes.
Oh Jesús, que has instituido el sacerdocio para continuar en la tierra la obra divina de
salvar a las almas, protege a tus sacerdotes, especialmente a N.N. en el refugio de tu
Sagrado Corazón. Guarda sin mancha sus manos consagradas, que a diario tocan tu
Sagrado Cuerpo, y conserva puros sus labios teñidos con tu Preciosa Sangre. Haz que se
preserven puros sus corazones, marcados con el sello sublime del sacerdocio, y no
permitas que el espíritu del mundo los contamine. Aumenta el número de tus apóstoles, y
que tu Santo Amor los proteja de todo peligro. Bendice sus trabajos y fatigas, y que como
fruto de su apostolado obtenga la salvación de muchas almas que sean su consuelo aquí en
la tierra y su corona eterna en el cielo. Amén
De Santa Teresita del Niño Jesús.
Es deber nuestro orar y ayudar a nuestros Sacerdotes en su misión única y necesaria para la santificación de todos.
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