jueves, 5 de junio de 2025

El latido del amor


Foto Julio Ricardo Castaño Rueda

Por Pierre de Bérulle, cardenal

 Escritos

«María, por su parte, guardaba todas estos recuerdos y los meditaba en su corazón.» (Lc 2,19)

Jesús crece en María y es parte de ella y el corazón de Jesús está íntimamente unido al corazón de María. También María vive en Jesús que es su todo y el corazón de María está íntimamente unido al corazón de Jesús que le insufla la vida. Así que Jesús y María son uno, viviendo en la tierra. El corazón del uno no vive ni respira más que por el del otro.

Estos dos corazones, tan cercanos y tan divinos, viviendo una única vida tan alta ¿qué no harán el uno para el otro, el uno en el otro? Únicamente el amor lo puede imaginar y sólo el amor divino y celestial. Únicamente el amor de Jesús lo puede comprender... ¡Oh corazón de Jesús viviendo en María y por María, oh corazón de María viviendo en Jesús y para Jesús, oh unión deliciosa de estos dos corazones!

El corazón de la Virgen es el primer altar sobre el que Jesús ha ofrecido su corazón, su cuerpo, su espíritu en hostia agradable de alabanza perpetua, y donde Jesús ofrece el primer sacrificio y la primera y eterna oblación de si mismo.

jueves, 29 de mayo de 2025

«No tengas reparo en llevarte a María, tu mujer»

Foto Julio Ricardo Castaño Rueda

 

San Juan Pablo II, papa
Redemptoris custos, 18-19


Dirigiéndose a José a través de las palabras del ángel, Dios le habla como esposo de la Virgen de Nazaret. Lo que se ha realizado en ella por obra del Espíritu Santo, expresa al mismo tiempo una confirmación del vínculo esponsal que ya existía entre José y María. El mensajero dice claramente a José: «No tengas reparo en llevarte a María, tu mujer». Así, lo que había tenido lugar antes –su desposorio con María- era voluntad de Dios y, por tanto, se debía mantener. En su maternidad divina, María debe seguir viviendo como «una virgen, esposa de un marido» (cf Lc 1,27)

En las palabras que se le dicen a José en la «anunciación nocturna» éste comprende la verdad divina sobre la vocación inefable de su esposa, y al mismo tiempo comprende también la verdad sobre su propia vocación. Este hombre «justo», que dentro del espíritu de las más nobles tradiciones del pueblo elegido, amaba a la Virgen de Nazaret y estaba unido a ella por un amor esponsal, es nuevamente llamado por Dios para vivir este amor.

«José hizo lo que le había mandado el ángel, y se llevó a casa su mujer»; «la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo»: ante estas expresiones ¿no debemos concluir que su amor como hombre fue también regenerado por el Espíritu Santo? ¿No es preciso también pensar que el amor de Dios que ha sido derramado en el corazón del hombre por el Espíritu Santo (Rm 5,5) construye de la manera más perfecta todo amor humano? Moldea también –y de manera totalmente singular- el amor esponsal de los esposos, y en él hace más profundo todo lo que es humanamente digno y bello, lo que lleva los signos del olvido exclusivo de sí, la alianza de las personas y la comunión auténtica del Misterio trinitario.

 

 

jueves, 22 de mayo de 2025

¿La compasión de María fue corredentora?

Fuente: FSSPX

La teología nos ha demostrado que la compasión de María participó a nuestra salvación como meritoria, como satisfactoria, como sacrificial, a imagen de la Pasión de Cristo. La última característica es: redentora, o más precisamente, en el caso de la Virgen María, corredentora.

El estudio teológico del papel de la Pasión en la Redención comenzó en la Edad Media. Lo mismo ocurre con el estudio de la compasión y la corredención. El concepto de corredención se encuentra en la tradición solo implícitamente en las expresiones: nueva Eva, sociaadjutrix (asociada, ayudante).

La enseñanza de los Papas

León XIII, en su encíclica Adjutricem populi: llama a María la "Reparadora del mundo entero".

Benedicto XV, en su carta apostólica, Inter Sodalicia: “Con su hijo que sufre y agoniza, María soportó el sufrimiento casi como si hubiera muerto ella misma. Para procurar la salvación de la humanidad y apaciguar la divina justicia, renunció a sus derechos como madre de su Hijo. En la medida en que pudo hacerlo, inmoló a su Hijo. Por lo tanto, se puede decir que, junto con Cristo, ella redimió al género humano”.

Pío XI, en su alocución del 30 de noviembre de 1933: “Por la naturaleza de su obra, el Redentor debió asociar a su Madre a su obra. Por esta razón la invocamos con el título de Corredentora".

Razones teológicas

Era conveniente que una mujer participara en la Redención puesto que una mujer participó en la caída: la caída es obra de toda la humanidad, y Dios hizo que la recuperación fuera obra de toda la humanidad.

1) La Redención designa metafóricamente la obra de salvación de los hombres a través de una doble relación:

– Desde el punto de vista de los efectos: se comparan con una liberación de la esclavitud del demonio, del pecado y de la pena incurrida por el pecado.

– Desde el punto de vista de la acción realizada para obtener estos efectos: se compara con una compra, donde el comprador aporta su propio bien para obtener el bien que desea. Solo es comprador si:

* Él mismo lleva a cabo el intercambio.

* Si la parte que aporta le pertenece propiamente.

Este es el caso de Jesucristo que paga Él mismo el precio, y este precio es su Sangre. Por estas razones, le corresponde por derecho propio a Cristo ser Redentor.

2) Hablar de Corredención, es designar una participación en esta obra. En lo que se refiere a la Madre de Dios, podemos comprender su manera de participar en la Redención comparando su papel con el de Cristo:

– Respecto a los efectos: Nuestra Señora obtiene en conveniencia lo que Jesús obtiene en justicia. Se producen los mismos efectos, pero con una eficacia subordinada, aunque universal.

– Respecto a la acción que produce estos efectos, comparada con una compra:

* Únicamente Cristo ofrece el sacrificio de su Sangre como sacerdote, pero Nuestra Señora se une a esta intención, después de haber proporcionado a la víctima.

* El precio ofrecido pertenece propiamente a Cristo, pero también es algo de María, por 3 razones:

- El precio principal, la Preciosa Sangre, se produjo a partir de la sustancia de María.

- Su aceptación (el Fiat) es la condición sine qua non de este rescate.

- Algunos de los dolores de la Pasión solo existen porque el Salvador tiene una asociada.

“La presencia y el sufrimiento de María dan a la Pasión de Cristo una cualidad de la que habría carecido. A una Redención que deseaba ser la ofrenda a Dios de todo el sufrimiento humano le habría faltado el sufrimiento de María. Jesús podía sufrirlo todo, excepto esta compasión por sus propios sufrimientos. Todo aquello que desgarra a dos seres que se aman, y el dolor de uno que resuena en el otro, esto es lo que la presencia de María cerca de Jesús, en su sacrificio redentor, le permitió vivir en nuestro nombre. Nicolás, Theotokos.

3) El lugar especial de la nueva Eva en la Redención puede comprenderse más claramente si lo comparamos con la participación de los demás justos en la Redención:

– En cuanto a los efectos:

* Los méritos de los justos tienen una eficacia particular, mientras que los de Nuestra Señora tienen una eficacia universal.

* Además, los justos obtienen solo la aplicación de los méritos de la Pasión, mientras que la Virgen participa en su adquisición.

– En cuanto al acto Redentor:

* Al igual que María, los fieles se limitan a unirse a esta intención, pero con una caridad menor.

* Aunque Jesús es de naturaleza humana, los fieles no pueden reclamar como suyo el precio ofrecido, o al menos no en la medida en que puede hacerlo la Madre de Jesús. Los fieles se limitan a ofrecer sus propios esfuerzos en unión con la Cruz. Nuestra Señora también lo hace, con más perfección.

Conclusión

La Redención se realiza así en tres etapas, en las que interviene el Hijo de Dios, como agente principal, y su Madre, de modo secundario:

– La Encarnación, que instituye al Mediador, Dios y hombre. Nuestra Señora interviene según la gracia de su maternidad divina.

– La Pasión, en la que Cristo lleva a cabo su mediación. Nuestra Señora participa a través de su compasión.

– La aplicación de las gracias, ejercicio de la gracia capital de Cristo. La Madre de Dios participa en esto según su papel de mediadora universal de las gracias

 

 

L

jueves, 15 de mayo de 2025

SAN AGUSTÍN, Sermón 215, 4.





Foto Julio Ricardo Castaño Rueda
 4. " Somos, podemos, en Jesucristo, nuestro Señor, nacido del Espíritu Santo y de la virgen María. También podemos compartir la misma buena fortuna que María compartió al creer en alguien que amó creer en nosotros.

 

Después de haberle prometido al chico, me pregunté cómo podría suceder esto, porque no sabía que valiera la pena. En realidad, sólo conocía un modo de concebir y dar luz; Aunque no lo hubiera vivido personalmente, había aprendido de otras mujeres –la naturalidad es repetitiva– que el hombre nace del hombre y de la mujer. El ángel te dará la respuesta: El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Todopoderoso te cubrirá con su sombra; Por tanto, el que nazca será santo para vosotros, y será llamado Hijo de Dios . Entre estas palabras del ángel, ella, llena de fe y habiendo concebido a Cristo antes en su mente que en su pecho, dijo: Aquí está el clamor del Señor; Hágase en mí según tu palabra . Cúmplase, digo, que una virgen conciba sin semilla de varón; nacido del Espíritu Santo y de una mujer virgen que hará renacer la Iglesia del Espíritu Santo, virgen también. Ocultad de Dios a aquel santo que nació de madre humana, pero sin padre humano, pues convenía que fuese hijo del hombre que nació en forma admirable de Dios, como Padre, sin madre alguna; de esta forma, nacido en aquella carne, cuando era pequeño, resucitó de un pecho cerrado, y en la misma carne, cuando era grande, resucitó, entró por puertas cerradas. Estas cosas son maravillosas, porque son divinas; son inefables, porque también son inescrutables; la boca del hombre no basta para explicarlo, porque pequeño es el corazón para investigarlo. Nosotros creamos a María, y en ella cumplimos lo que creamos. Creemos también el nuestro para que podamos demostrar que también lo cumplimos. Aunque este nacimiento es maravilloso, pienso, sin embargo, ¡oh hombre!, que vino a ti Dios, que es el Creador de la criatura: Dios que permanece en Dios, el Eterno que vive con el Eterno, el Señor igual al Padre, no olvidándose de tomar la forma de siervo para beneficio de los siervos, criminales y pecadores. Y esto no es por mérito humano, podemos merecer mejor el castigo por nuestros pecados; Sin embargo, si escondemos nuestros ojos en nuestros malos espíritus, ¿por qué se resisten los hubies? Así, por los siervos impíos y pecadores, el Señor fue digno de nacer, como siervo y hombre, del Espíritu Santo y de la Virgen María. "

 

Oración

 Dios te salve María y Sub tuum - Madre de Dios, Virgen, salve, llena eres de gracia, el Señor es contigo ( Lc 1,28); Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre ( Lc 1,42), porque has engendrado al Salvador de nuestras almas.

 Nos refugiamos en tu misericordia, oh Madre de Dios: no desprecies nuestras súplicas en las tentaciones, sino líbranos de los peligros, oh única pura, única bendita.

  Preparado por la Pontificia Facultad Teológica «Marianum»

 Roma

jueves, 1 de mayo de 2025

La servidora de los promeseros

Foto: archivo particular

Por Julio Ricardo Castaño Rueda

Sociedad Mariológica Colombiana

 

 “Y guardáis las tradiciones con firmeza, tal como yo os las entregué…” (1Cor 11, 2).

 La historia y la tradición oral de Chiquinquirá tienen una voz femenina con acento a caridad apostólica. La encargada de esa tarea restauradora es Jenny Madeleine Alfonso Peña, una enamorada de la cultura religiosa de su terruño.

Su oficio de guía, por las sendas de la nacionalidad, empezó en octubre de 2002 cuando venía del desierto de la fe. Era una joven que ignoraba la hagiografía mística de la Rosa del Cielo, pero el tejido de sus circunstancias y creencias tuvieron un choque con la realidad. Un día, cuando era estudiante del Servicio Nacional de Aprendizaje (SENA) en prácticas de secretaria general, cumplió con sus tareas de pasantía en la Parroquia de La Renovación y ejecutó un trabajo extra.

Fray Aldemar García, O.P., la envió al museo para acompañar a unos peregrinos. Momento crítico porque no sabía nada de la pinacoteca. El recorrido por los salones se limitó a leer los carteles informativos. ¿Qué otra cosa podía a hacer?

La revisión de contenidos le llamó la atención porque en un cuadro al óleo se reflejaba una luz sobre el vientre de María Santísima. Este signo lumínico cuestionó a su razón. La reflexión fue unida a la afirmación de los visitantes de haber visto algo en el pozo, cuyo vidrio estaba opaco. La acción sembró una semilla de acercamiento al misterio divino. La incertidumbre de las dudas fue resuelta con más preguntas. Los frailes dominicos celebraron la fiesta a la Virgen Peregrina, lienzo apuñaleado en Rionegro (Santander), 1913. Así se enamoró de aquella advocación martirizada y elegida para ser la Reina de Colombia.

El naciente amor tuvo esperanzas, desvelos y plegarias porque antes de entrar en las aulas de la Mariología dogmática e histórica debía prepararse con el catecismo, la práctica de los sacramentos y estudiar las cartillas del Sistema Integral de Nueva Evangelización (SINE). El tiempo de formación eclesial la mantuvo atenta al servicio de su prójimo.

Y en una de esas correrías de atención al turista se encontró con el cuadro de la Anunciación. El anuncio le indicó un rumbo distinto. La brújula de su catequesis le marcó la ruta de escuchar a los promeseros. Un campesino, repleto de arrugas y acervo, regresó de un rincón de la ignota geografía del país para adquirir el agua del pozo. El buen labriego persignó con el líquido a sus nietos y le pagó una salve a la Virgen. Esa escena costumbrista le movió su corazón hasta combinar el asombro con la incredulidad y la obligatoria investigación. El resultado de la instrucción fue superior.  Desde entonces se dedicó voluntariamente a cuidar a los forasteros cargados de ofrecimientos y dolores. Jenny compartió esa urgente necesidad de comprender un fenómeno de la gracia divina cuyo portento se expresa a través de la Esclava del Señor.

La misión ardua era explicar la escasa biografía de los protagonistas residentes en una encomienda del Nuevo Reino de Granada de 1562 a 1586. Las preguntas capciosas, las dudas maliciosas, la desmemoria temporal y el tumulto de gentes variopintas con afanes mercantilistas (pago y me voy) le complicaron el rato de clase. Tuvo que acudir a la sapiencia académica de fray Luis Téllez, O.P., y de sus textos auténticos sobre un milagro vigente. La devoción le invitó a complementar la tesis con la lectura de cierta cantidad de páginas desconocidas para el público.

El movimiento se volvió agotador y complejo.  Debía informar de lo ocurrido en aquella capilla de 1586 a un conglomerado diverso en su erudición. La mayoría de los colombianos ignoraban la extensa crónica sobre las maravillas ocurridas en un pantanoso sitio prehispánico. Allí los jeques muiscas cambiaron sus ritos idolátricos por el Evangelio de Cristo.

Testigo y huella

El ritmo vertiginoso de la romería trajo, por la calzada de antaño, la razón a tantas incógnitas. El jerarca de una familia de agricultores invitó a sus incrédulos bisnietos a vivir un secreto ancestral. Junto a un viejo totumo, enfundado dentro de una mochila de fique y tapa de corcho, les relató la forma correcta de valerse de la antiquísima técnica de la siembra del agua. Jenny dejó sus reparos y comprendió que las leyes de la física, bajo la voluntad del Altísimo y por la intercesión de Nuestra Señora, se rompen. Siete pozos de agua sembrada seguían funcionando en la vieja heredad del venerable anciano, desde el siglo pasado.

Los relatos asombrosos marcaron esos renglones de su vida. Una señora se presentó con una deuda a la Virgen. Su padre tuvo un accidente que le afectó la movilidad de una pierna. Sin recursos médicos no le quedó más remedio que una camándula y la súplica humilde a la Patrona.

El convaleciente le encendió velones blancos en su altar casero a la Virgen, el 9 de julio. Se curó y le encargó a su hija ir a Chiquinquirá a pagar la ofrenda. La demora del después se interpuso entre las buenas intenciones y la fe. El beneficiado enfermó y murió. Esa mujer tardó 35 años en cumplirle la promesa. Ella visitó la iglesia. Llegó movida por el recuerdo de su progenitor, un devoto de Maria de Chiquinquirá, la Madre Dios. Son tantas las emociones vividas a través del testimonio que bien podrían copar los capítulos de varios libros. Suspira y su exposición trae a colación otras declaraciones.

Un viajero argentino, cuya esposa no podía tener hijos, vino a visitar a la Virgen Morena porque quería, sí y sólo sí, que bajo aquella imagen milagrosa se le concediera el don de la maternidad a su consorte. Al año, el matrimonio feliz volvió desde las tierras del sur con su niño para consagrárselo a La Chinca.

La señora Alfonso cerró su lista de conversiones con el caso de un sujeto declarado ateo volteriano y confeso de anticlericalismo. Ese escéptico, al escuchar la salve en el Pozo de la Virgen, cayó llorando al suelo. Y de rodillas regresó al amor de Dios.

Baluarte de paciencia

El oficio de asistir tiene su senda de abrojos. El peregrinaje arrastra a ciertas personas de contradicciones evidentes.  Salen de comulgar en la basílica y pasan a la parroquia a insultarla. ¿Motivo? Porque no sabe dónde está la tumba de María Ramos. Y la querella: ¿por qué tiene lápida con el título de “Sierva de Dios” si la santa madre Iglesia no se lo ha otorgado? (Reclamo justísimo).

Ese inconveniente, de repetidas conductas grotescas, no cesa.

El otro tema del desacierto lo componen algunas empresas promotoras del ecoturismo. Esas instituciones olvidan en sus programas el carácter mariano que identifica a la ciudad. Y, además, surgen los oportunistas de ocasión para diseñar propuestas de formar jóvenes tutores sin haber hecho la primera comunión.

Al final de la conversación, es doña Jenny la que sienta un precedente formal contra el olvido, ese amante de la amnesia nacional.

Los chiquinquireños no queremos apropiarnos de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá renovada. Queremos relegar el legado ancestral. Y lo más grave de esa razón telúrica es pretender rescatar los mitos del Terebinto, pero no la historiografía del santuario. Ella se pregunta, ¿dónde está la identidad de nuestro patrimonio religioso?

jueves, 24 de abril de 2025

El novenario de un equívoco

Foto Julio Ricardo Castaño rueda

 Por Julio Ricardo Castaño Rueda

Sociedad Mariológica Colombiana

 

 “quien acepta la corrección gana en entendimiento”.  (Pro 15,32)

 

Los libreros de Chapinero guardan la memoria cultural de la antigua Atenas Suramericana. Lo fascinante de aquella profesión del libro es que permite adquirir rarezas bibliográficas en promoción.

 El ejemplo del buen suceso ocurrió en días pasados cuando se adquirió por un precio, entre simbólico e irrisorio, un ejemplar de la Novena a María Santísima del Rosario de Chiquinquirá por el P. Fr. Domingo Barragán, O.P.  (Edición aumentada con ejemplos), 1913.

 Al momento de pagarla, el vendedor se dio cuenta de la confusión. No se podía regalar por unos pocos y devaluados pesos colombianos esa obra maravillosa de la tradición religiosa raizal. Por un instante crítico dudó, pero mantuvo caballerosamente su oferta con un argumento doloroso: “sólo es una novena de Nuestra Señora”.

 Lo cierto, mi cachifo feriante, son las características particulares de esa pieza. Está encuadernada en cuero fino de color marrón en muy buen estado para sus 112 años de trajín. Su tamaño es de 15'6 x11'4 y 48 páginas en perfectas condiciones de lectura. Fue producida por la Imprenta de La Cruzada de Bogotá. Además, quizá, su primer dueño decidió coserle, antes del apéndice, un mohoso cuadernillo de cuatro páginas del Via crucis. Material aprobado por el arzobispo Bernardo Herrera Restrepo.

 Su crónica devocional sirve para aclarar un yerro del linotipista que aún confunde a los investigadores de estos temas tan especiales y específicos. El éxito particular del objeto en mención se remonta a principio del siglo XVIII con otro título.

 El 6 de febrero de 1734 en Sevilla (España) se otorgó la respectiva licencia para la impresión del Modo de rezar la novena, y culto devoto a la Rosa del Cielo María Santísima del Rosario en su milagrosa imagen de el pueblo de Chiquinquirá de el Nuevo Reyno de Granada. A cuidado y solicitud de M.R.P Mro. Fr. Pedro Masústegui, definidor y procurador general de la Provincia de S. Antonino de Predicadores.

 En mayo, de ese año, el impresor mayor, don Juan Francisco Blas de Quesada, la publicó por primera vez.  Casi medio siglo después, en Santafé de Bogotá, los frailes dominicos autorizaron la reimpresión en el taller de Antonio Espinosa de los Monteros, 1780. Luego de esa publicación pasaron 16 años y fray Domingo Barragán, O.P., mandó a prensa otra tirada. Santafé de Bogotá, 1796.  Este sacerdote era el prior del Convento de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá.

 La tarea de Barragán, O.P., espero 33 años para solicitarle al impresor Andrés Roderick de Bogotá una nueva copia titulada: Modo de rezar la novena y culto devoto a la Rosa del Cielo María Santísima del Rosario en su milagrosa imagen de Chiquinquirá del Nuevo Reino de Granada, 1829. Este material fue reimpreso en Lima (Perú) por el capellán Félix Moreno en la Imprenta de Instrucción Primaria, 1843.

 Sin embargo, don Nicolás Gómez estampó en 1841 un texto al cual le cambió el nombre y se lo adjudicó al difunto fray Domingo Barragán, O.P. El impreso fue titulado: Novena a María Santísima del Rosario en su milagrosa imagen de Chiquinquirá cuyo contenido es idéntico al texto de 1734. La Biblioteca Nacional de Colombia conserva un ejemplar.

El error de trocar encabezamientos, sin tocar el contenido original, continuó. En Barcelona (España) La Dominicana de R. de Valero divulgó la Novena a María Santísima del Rosario de Chiquinquirá.  Atribuyéndola a fray Domingo Barragán, O.P., 1907.

Y de regreso a nuestro ejemplar de 1913 vale la pena rememorar lo siguiente. Ese cumplió, en aquel mes de octubre, con un relanzamiento para reivindicar la devoción a la Rosa del Cielo. El ejemplar fue comercializado con el nombre impuesto por el tipógrafo barcelonés. Los fieles rezaron como reparación espiritual al lienzo peregrino de la Virgen de Chiquinquirá. El cuadro fue ferozmente cercenado a cuchillo dentro del templo de la Inmaculada Concepción de Rionegro (Santander), 20 de abril de 1913. Esto sin olvidar los atentados sacrílegos de Pamplona (Norte de Santander) y Simacota (Santander) en la misma peregrinación pro coronación de la imagen milagrosa de la Patrona. La “novena de Barragán” definitivamente se injertó en las costumbres religiosas de los devotos peregrinos después del famoso 9 de julio de 1919 cuando un pueblo creyente, y bajo la egida del santo padre, coronó a Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá como Reina y Patrona de Colombia.

El disparate de la errata volvió a la península ibérica con su carga de abolengos. En el año 2021, todocoleccion.net ofrecía la antigua novena con algunos suplementos añadidos producto de su recorrido histórico por las épocas nacionales.

“BARRAGÁN, Fr. Domingo (O.P.): NOVENA A NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO DE CHIQUINQUIRÁ, reina de Colombia. Edición aumentada con ejemplos y una reseña histórica. 15'6x11'4, 68p (impresión borrosa de págs. 11 y 14), reproducción en b/n en texto p.1. Rúst. roz, mermas en lomo. Imprenta de Veritas Chiquinquirá s.f - Edición posterior a 1944, año en que se celebraron las bodas de plata de la coronación de la Virgen, pormenorizadamente relatadas”.

Hoy, 2025, los almacenes de artículos religiosos de la Villa de los Milagros venden ediciones de dominio público en rústicos ejemplares. En estos papeles, de dudosa reputación editorial, aparecen los gozos de la primera novena, la del maestro Masústegui, O.P., 1734. El autor nunca reclamó derechos de autor y por esa razón los comerciantes le dan el crédito a fray Domingo Barragán, O.P. (1746-1829).

miércoles, 9 de abril de 2025

El futuro, conversación entre hermanos

Autor: el programa (IA) del profesor

Estimado

Julio Ricardo Castaño R. 

 

Te escribo para presentarte un informe sobre el uso de inteligencia artificial (IA) en la creación de imágenes específicamente al utilizar una base de datos única. Este trabajo se ha dado en un marco de investigación privada y creo que te resultará interesante.

Descripción

Desde hace un tiempo llevo a cabo un proyecto en el que se utilizó un modelo de IA para generar imágenes a partir de una base de datos única que contenía imágenes de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá. Material que se encuentran en la red de internet. La IA fue entrenada para aprender patrones y estilos específicos de estas imágenes, lo que le permitió crear nuevas representaciones visuales.

Proceso de creación

1. Selección de la base de datos: se eligió una base de datos única que contenía 20 de imágenes, cuidadosamente seleccionadas, para asegurar una variedad de estilos y temas. Cabe aclarar que a las imágenes escogidas se les quitarnos los metadatos.

Los metadatos de una imagen son un conjunto de información “oculta” que se incrusta dentro del archivo de la imagen. Se les llama “datos sobre los datos”, ya que describen y contextualizan la propia imagen.

La información que se puede encontrar en los metadatos de una imagen es variada y depende del formato del archivo y del software o dispositivo que la creó. Algunos de los datos más comunes incluyen:

Datos técnicos de la cámara: modelo de la cámara, objetivo utilizado, ajustes de exposición (apertura, velocidad de obturación, ISO), uso de flash, balance de blancos, etc.

Información de la imagen: dimensiones (ancho y alto), resolución, profundidad de color, formato del archivo (JPEG, PNG, etc.), perfil de color.

Fecha y hora de captura: cuándo se tomó la fotografía.

Ubicación geográfica (etiqueta GPS): coordenadas de latitud y longitud del lugar donde se tomó la foto (si la función de ubicación estaba activada en el dispositivo).

Información del autor o creador: Nombre del fotógrafo o propietario de los derechos de autor.

Descripción y etiquetas (palabras clave): texto que describe el contenido de la imagen y palabras clave para facilitar su búsqueda y organización.

Información de derechos de autor y licencias: detalles sobre la propiedad intelectual y los permisos de uso de la imagen.

Software utilizado: El programa con el que se editó o procesó la imagen.

2. Entrenamiento del modelo: se utilizó una Red Generativa Antagónica (GAN) para entrenar el modelo. Este proceso implicó alimentar a la IA con las imágenes de la base de datos permitiéndole aprender las características visuales y las relaciones entre diferentes elementos.

3. Generación de imágenes: una vez completado el entrenamiento, la IA fue capaz de generar nuevas imágenes. Por ejemplo, se le proporcionó la descripción “realizar una imagen basada en la base de imágenes que han sido cargadas” y, en respuesta, creó una imagen que capturaba esa esencia donde mostró colores vibrantes y detalles casi realistas.

Resultados y aplicaciones

El resultado han sido seis imágenes que mostraban un alto grado de originalidad sin llegar al error o profanación de la imagen que representa a Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá.

Consideraciones finales

Es importante mencionar que, a lo largo del proyecto, se consideraron aspectos éticos como los derechos de autor y no menos importante, la representación simbólica del arte y la imagen sagrada de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá. Se establecieron pautas para asegurar que las imágenes generadas no sean compartidas ni difundidas ni tampoco guardadas en bases de datos públicas.

Espero tu análisis sobre este ensayo y por supuesto cualquier indicación para que se enmarque este proyecto tecnológico, y se respete el dogma mariano. 

 

Saludo Atte.

Prof. Jaime Alfonso Castaño Rueda

  

Respuesta

Mi querido Jaime, Dios te bendiga. Mil gracias por acordarte de nuestra Patrona. Ella es el símbolo católico de una Colombia lacerada por la amnesia.

La Sociedad Mariológica Colombiana (Academia de Estudios Marianos) ha recibido tu interesante ponencia con el estupor propio de la sorpresa. Tu texto abarca varias disciplinas tecnológicas que invitan al adecuado cuestionamiento por la profundidad del tema.

Tu trabajo, profesional, es fascinante en su concepción gráfica e iconográfica como modelo experimental de una técnica pionera. Repetidas gracias por el proyecto mariano que abre, sin dudas, un campo extraordinario para la historia y la conservación del patrimonio cultural de esta nación. En tus manos, el talento reposa en la virtud de la responsabilidad.

Y es justamente en el ámbito de lo novedoso donde la vieja duda metódica asalta con su carga de interrogantes y futuros inmediatos. Me preocupa lo que pueda pasar en unos años, no más de un lustro. El programa está aprendiendo. Absorbe el conocimiento humano a un ritmo de memoria medida en gigas de capacidades infinitas de almacenamiento de información sólo digna de ser procesada por la especie creada a imagen y semejanza de Dios.

La muestra enviada, producto de tu programación, es una creación que tomó símbolos pictóricos con características sagradas para los devotos de María Santísima. Para mi análisis era una pieza única, desconocida, defectuosa, pero fascinante. Para mi alma de promesero había una duda punzante. La tecnología era gestora y reguladora, mediante un computador, de una realidad virtual que se apoderaba de experiencias y expresiones artísticas acumuladas por los siglos del saber. La genialidad, ante el lienzo plasmado por las manos destinadas para inmortalizar un concepto dogmático, estaba en vías de extinción.

Difícil no aplaudirte de pie por tu fidelidad a María de Chiquinquirá, pero imposible no preguntarte. ¿Terminará por esclavizar la inteligencia artificial a esa potencia del neuma llamada inteligencia?

Y este mundo, educado por emoticones y guiado por redes sociales, se postrará ante el gran ídolo de su ateísmo comercial. El hombre quiere dejar de pensar para que la máquina pueda razonar.

 

 Mi abrazo, de sangre y sentimiento, te cubre con una plegaria de hermano.