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Foto Julio Ricardo Castaño rueda |
Por Julio Ricardo Castaño
Rueda
Sociedad Mariológica
Colombiana
“quien
acepta la corrección gana en entendimiento”. (Pro 15,32)
Los libreros de Chapinero guardan la memoria
cultural de la antigua Atenas Suramericana. Lo fascinante de aquella profesión
del libro es que permite adquirir rarezas bibliográficas en promoción.
El ejemplo del buen suceso ocurrió en días pasados
cuando se adquirió por un precio, entre simbólico e irrisorio, un ejemplar de
la Novena a María Santísima del Rosario de Chiquinquirá por el P. Fr.
Domingo Barragán, O.P. (Edición
aumentada con ejemplos), 1913.
Al momento de pagarla, el vendedor se dio cuenta
de la confusión. No se podía regalar por unos pocos y devaluados pesos
colombianos esa obra maravillosa de la tradición religiosa raizal. Por un instante
crítico dudó, pero mantuvo caballerosamente su oferta con un argumento doloroso:
“sólo es una novena de Nuestra Señora”.
Lo cierto, mi cachifo feriante, son las
características particulares de esa pieza. Está encuadernada en cuero fino de
color marrón en muy buen estado para sus 112 años de trajín. Su tamaño es de 15'6 x11'4 y 48
páginas en perfectas condiciones de lectura. Fue producida por la Imprenta de
La Cruzada de Bogotá. Además, quizá, su primer dueño decidió coserle, antes del
apéndice, un mohoso cuadernillo de cuatro páginas del Via crucis. Material
aprobado por el arzobispo Bernardo Herrera Restrepo.
Su crónica devocional sirve para
aclarar un yerro del linotipista que aún confunde a los investigadores de estos
temas tan especiales y específicos. El éxito particular del objeto en mención
se remonta a principio del siglo XVIII con otro título.
El 6 de febrero de
1734 en Sevilla (España) se otorgó la respectiva licencia para la impresión del Modo
de rezar la novena, y culto devoto a la Rosa del Cielo María
Santísima del Rosario en su milagrosa imagen de el pueblo de Chiquinquirá de el
Nuevo Reyno de Granada. A cuidado y solicitud de M.R.P Mro. Fr. Pedro Masústegui,
definidor y procurador general de la Provincia de S. Antonino de Predicadores.
En mayo, de ese año, el impresor mayor, don Juan Francisco Blas
de Quesada, la publicó por primera vez. Casi
medio siglo después, en Santafé de Bogotá, los frailes dominicos autorizaron la
reimpresión en el taller de Antonio Espinosa de los Monteros, 1780. Luego de
esa publicación pasaron 16 años y fray Domingo Barragán, O.P., mandó a prensa
otra tirada. Santafé de Bogotá, 1796. Este sacerdote era el prior del Convento de
Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá.
La tarea de
Barragán, O.P., espero 33 años para solicitarle al impresor Andrés Roderick de
Bogotá una nueva copia titulada: Modo de
rezar la novena y culto devoto a la Rosa del Cielo María Santísima del Rosario
en su milagrosa imagen de Chiquinquirá del Nuevo Reino de Granada, 1829. Este material fue reimpreso
en Lima (Perú) por el capellán Félix Moreno en la Imprenta de Instrucción Primaria,
1843.
Sin embargo, don Nicolás Gómez estampó en 1841 un texto al
cual le cambió el nombre y se lo adjudicó al difunto fray Domingo Barragán,
O.P. El impreso fue titulado: Novena a
María Santísima del Rosario en su milagrosa imagen de Chiquinquirá cuyo contenido es idéntico al texto de
1734. La Biblioteca Nacional de Colombia conserva un ejemplar.
El error de trocar
encabezamientos, sin tocar el contenido original, continuó. En Barcelona
(España) La Dominicana de R. de Valero divulgó la Novena a María Santísima del Rosario de Chiquinquirá. Atribuyéndola a fray Domingo Barragán, O.P., 1907.
Y de regreso a
nuestro ejemplar de 1913 vale la pena rememorar lo siguiente. Ese cumplió, en aquel
mes de octubre, con un relanzamiento para reivindicar la devoción a la Rosa del
Cielo. El ejemplar fue comercializado con el nombre impuesto por el tipógrafo barcelonés.
Los fieles rezaron como reparación espiritual al lienzo peregrino de la Virgen
de Chiquinquirá. El cuadro fue ferozmente cercenado a cuchillo dentro del
templo de la Inmaculada Concepción de Rionegro (Santander), 20 de abril de 1913. Esto sin olvidar los atentados sacrílegos de
Pamplona (Norte de Santander) y Simacota (Santander) en la misma peregrinación
pro coronación de la imagen milagrosa de la Patrona. La “novena de Barragán”
definitivamente se injertó en las costumbres religiosas de los devotos peregrinos
después del famoso 9 de julio de 1919 cuando un pueblo creyente, y bajo la
egida del santo padre, coronó a Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá como
Reina y Patrona de Colombia.
El disparate de la
errata volvió a la península ibérica con su carga de abolengos. En el año 2021,
todocoleccion.net ofrecía la antigua novena
con algunos suplementos añadidos producto de su recorrido histórico por las
épocas nacionales.
“BARRAGÁN, Fr.
Domingo (O.P.): NOVENA A NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO DE CHIQUINQUIRÁ, reina de
Colombia. Edición aumentada con ejemplos y una reseña histórica. 15'6x11'4, 68p
(impresión borrosa de págs. 11 y 14), reproducción en b/n en texto p.1. Rúst.
roz, mermas en lomo. Imprenta de Veritas Chiquinquirá s.f - Edición posterior a
1944, año en que se celebraron las bodas de plata de la coronación de la
Virgen, pormenorizadamente relatadas”.
Hoy, 2025, los
almacenes de artículos religiosos de la Villa de los Milagros venden ediciones
de dominio público en rústicos ejemplares. En estos papeles, de dudosa
reputación editorial, aparecen los gozos de la primera novena, la del maestro Masústegui,
O.P., 1734. El autor nunca reclamó derechos de autor y por esa razón los
comerciantes le dan el crédito a fray Domingo Barragán, O.P. (1746-1829).
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