Por Julio Ricardo
Castaño Rueda
Sociedad Mariológica
Colombiana
La Patrona es parte vital de
la intimidad del alma colombiana. Su historia sembró las semillas del amor de Dios en los surcos del Nuevo
Reino de Granada, labranza del Evangelio.
Ella tendió un horizonte de
auroras sobre un país destinado a la grandeza. La Virgen Morena tomó como trono una manta de algodón
para plasmar una época iluminada por la cruz y la redención.
La Madre del Verbo encarnado asumió la esencia de ser
una campesina. Ella escuchó las súplicas heridas de María Ramos y le rogó al
Omnipotente dejarla florecer como la Rosa del Cielo en el Jardín Mariano.
La misericordia infinita del Creador, en un acto
excesivo de su bondad, le regalo a la Nación a su hija predilecta: María Santísima.
Ante ese nombre, de eternos linajes raizales, se
postran reverentes los ángeles y los hombres porque en su alma tiene tatuado el
rostro de la patria tricolor. Gloria mística que este texto destaca con cien
reminiscencias.
María de Chiquinquirá vive en su baldaquino para besar
lágrimas y dichas. Allí recibe salves y senderos. Salmos y heridas. Inciensos y
peticiones. Romerías y promesas. Sentimientos y dolencias. Arrepentimientos y
renovaciones porque la Virgen de Chiquinquirá es de Colombia el consuelo y su
alegría.
1.
La crónica
de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá es un archivo invaluable de la
memoria cultural de la Nación.
2.
El milagro del 26 de diciembre de 1586 no es,
no puede ser, sinónimo de leyenda, cuento, mito, imaginería, folclorismo y locuacidad.
3.
Los
personajes que tejieron esa memoria no surgieron de la literatura, oral o
escrita. Ni son producto del canto de los juglares europeos. El pintor Alonso
de Narváez, el encomendero Antonio de Santana, su esposa Catalina García de
Irlos, el fraile dominico Andrés de Jadraque, María Ramos, la india Isabel, el
niño Miguel, el cura Juan de Figueredo, el arzobispo Luis Zapata de Cárdenas,
O.F.M, y Juan de Castellanos, entre otros, tienen su sitio en los archivos
históricos de España y Colombia.
4.
El
prodigio es una realidad dinámica que construyó un proceso de evangelización al
servicio del credo apostólico. Lo atestiguó la india ladina, Isabel de Turga.
5.
Chiquinquirá
es una voz del grupo lingüístico chibcha que significa: “tierra de sacerdotes”.
6.
La capilla de los Aposentos de Chiquinquirá
fue el humilde sitio escogido por el Todopoderoso para realizar la renovación de
una deteriorada pintura. Pieza elaborada al temple por Alonso de Narváez en
Tunja, 1562.
7.
Lo
que no pudo edificar el régimen cruel de la encomienda lo logró en un instante
el Espíritu Santo sobre una tintura desteñida. “…Y la virtud del Altísimo te
cubrirá con su sombra… Lucas 1, 35”.
8.
La
Madre de Dios ni se renovó ni se apareció en Chiquinquirá. Pero la presencia de
María Inmaculada no deja de predicar su mandamiento: “Hagan
lo que Él les diga”, Juan 2,5.
9.
El
pueblo de indios de Chiquinquirá que estaba en las tinieblas de la idolatría
vio la luz de Cristo en los brazos de la Consoladora de los Afligidos.
10.
Durante
los primeros años, Chiquinquirá fue conocida como “La Iluminación”. Palabras
que algunos raizales aún utilizan en sus peregrinaciones pedestres.
11.
La
jerarquía de la Iglesia, por aquella época bajo el liderazgo del arzobispo Luis
Zapata de Cárdenas, O.F.M., realizó una pesquisa minuciosa que no dejó dudas.
El obispo inquisidor indagó personalmente a los testigos.
12.
El
texto de la investigación está en el archivo provincial de los frailes
dominicos. Convento San Alberto Magno, Bogotá.
13.
Los
indígenas de Ráquira fueron los primeros en reproducir en tabletas de barro la
sagrada imagen renovada.
14.
La
inteligencia arquitectónica de los muiscas fue la encargada de edificar la
primera capilla para la veneración de Nuestra Señora del Rosario de
Chiquinquirá, sin aportes económicos de la corona o del gobierno de Santafé de
Bogotá.
15.
La
encomienda de Chiquinquirá se convirtió en parroquia, la parroquia en villa y
la villa en la Capital Religiosa de Colombia.
16.
Los
indígenas, testigos de la vida útil y del deterioro de la obra de Narváez, se
encargaron de llevar por todos los rincones del reino y fuera de sus fronteras
la noticia celeste de la renovación.
17.
Las
circunstancias de tiempo y modo cambiaron. Los aborígenes se bautizaron. Y
ellos catequizaron, con su testimonio, a la España colonial.
18.
El suceso
del lienzo se extendió a las almas de los nativos, españoles, esclavos y
mestizos. Ellos fueron testigos de la curación de la peste en Tunja, 1587.
Primera salida de la Virgen de Chiquinquirá.
19.
La
gente de Tunja fue librada de una espantosa epidemia de viruela. Ellos llevaron
la noticia. Ellos vivieron la ratificación de lo maravilloso. Ellos, los
laicos, edificaron una razón para orar en acción de gracias.
20.
El
proceso de evangelización en las doctrinas neogranadinas pasó de la cosmogonía
muisca al Evangelio de Cristo por convencimiento y no por sometimiento. El
episodio del lienzo renovado fue la base para establecer la doctrina de la fe.
21.
La
realidad se sometió al veredicto del asombro: “Y respondiendo Jesús, les dijo:
Id, haced saber a Juan lo que habéis visto y oído: los ciegos ven, los cojos
andan, los leprosos son limpiados, los sordos oyen, los muertos son
resucitados, y a los pobres es anunciado el evangelio”. (Lucas 7.22-23).
22.
El
estruendo del cambio en las costumbres ancestrales de los aborígenes llegó a
Europa y a los dominios asiáticos de España.
23.
La
revolución mística de Chiquinquirá generó en la comunidad muisca una devoción profunda
por la Madre del Salvador, bajo el culto de hiperdulía.
24.
El
villorrio, sin linajes cortesanos, pero autóctono y profundo en sus
convicciones predicaba la fuerza del Evangelio desde la escuela de María.
25.
La romería, por sus rutas ancestrales, cambió
el rumbo. Su impulso irrevocable atrajo al español y al cura de almas. El
alguacil, el alcalde, el escribano, el arzobispo, el cronista, el enfermo, el
curioso, el labriego, el militar, el aventurero, el comerciante, el médico, el
yerbatero, el encomendero, el ateo y el gentío femenino del reino se postró de
hinojos en el sitio de Chiquinquirá.
26.
El
privilegio de tener una narración escrita por la convivencia entre los hombres
y los hechos hizo de la devoción por la Reina de los Ángeles un punto de referencia
en la vida de los abuelos.
27.
Los
dos primeros años, 1586-1588, comprobaron la ocurrencia del milagro suigéneris Sí. Es un sí humilde, pero total.
28.
Las
pruebas crecieron copiosas y, por misericordia divina, los sucesos
extraordinarios continúan sobre la línea del tiempo de forma inmutable.
29.
Chiquinquirá
dejó de ser el centro de la formación de los jeques muiscas. La restauración de
una tela convirtió a una choza sin puertas en la Parroquia de Nuestra Señora
del Rosario de Chiquinquirá. Entidad bajo el amparo del clero secular
neogranadino (1588).
30.
Los
oportunistas de la Colonia aprovecharon la ocasión para fomentar la industria
del negocio turístico. Las posesiones de los resguardos pasaron a manos de los
particulares. Si allá, en aquel lugar mariano, no sucedieran milagros, pues la
quiebra de los españoles agiotistas hubiera sido de proporciones caóticas.
31.
La
operación comercial de los laicos es una prueba superior. Estrictamente mundana,
pero irrefutable. No hay dogma, ni fe, ni catecismo. Solo oro. Las transacciones
dejaban ganancias pingües. Eran las curaciones sin médico las que sostenían el
flujo de caja de la aldea.
32.
La
economía y no la teología fue la encargada de predicar que Chiquinquirá es la
Villa de los Milagros.
33.
El
peregrino se convirtió en el motor de una realidad fascinante. Condición sine
qua non que pasó de generación en generación. Las dudas maliciosas
quedaron aplastadas por la contundencia de la obra de la Divinidad.
34.
El
relato de la nacionalidad se redactó con la tinta indeleble de ese misterio que
asombra a las centurias porque su secuencia de favores celestiales no termina.
Lo ratifican las épocas y sus procesiones llegadas de los cuatro puntos
cardinales.
35.
El Santuario de Chiquinquirá es el primero por
su antigüedad en la America del Sur. El primero en sustentar los hechos con una
documentación radicalmente oportuna y abundante.
36.
El
magisterio de la Iglesia se pronunció. La mariología chiquinquireña llegó a
Roma.
37.
El papa Clemente VIII (1596) y el papa Paulo V
(1613) iniciaron una larga trayectoria de apoyo pontificio al tema de la Virgen
de Chiquinquirá.
38.
La peste de la viruela reapareció en Tunja,
1633. Las autoridades recurrieron a la Virgen de Chiquinquirá. El arzobispo
Bernardino de Almanza otorgó el permiso para sacar a la Madre Castísima de su
santa casa.
39.
Las filas
de indios cargueros llevaron a Tunja a la nueva Arca de la Alianza para que por
su intercesión se aplacara el mal.
40.
En
Tunja, el cerro de San Lázaro recibió como testimonio de los favores recibidos
una ermita donde se guarda un cuadro de la Virgen de Chiquinquirá.
41.
Los
frailes dominicos se encargaron del cuidado pastoral del santuario. Ellos son
los guardianes del sagrado lienzo, 1636. Fin de la segunda salida de la
Patrona.
42.
El notario apostólico y rector del
Santuario de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá, fray Juan de Pereira,
O.P., escribió el libro: Memorias de los
sucesos raros que ha obrado Nuestro Señor por intercesión de Nuestra Señora del
Rosario de Chiquinquirá. Inicio la investigación en 1639.
43.
Los
tiempos de la paz virreinal se alebrestaron. La incomodidad de un régimen
tiránico comenzó a tallar sobre el hombro del agricultor y afectó a los bienes
del notablato, cosa grave.
44.
Los
jefes de Revolución de los Comuneros fueron a misa al Santuario de Nuestra
Señora del Rosario Chiquinquirá. La gente del común de Táchira (Venezuela)
enarboló como su bandera, de guerra y rebelión, la imagen de Nuestra Señora del
Rosario Chiquinquirá de Lobatera (1781).
45.
Las
capitulaciones de Zipaquirá escribieron un punto para reclamar por el puente de
Chiquinquirá, pieza clave para el ingreso de peregrinos (1781).
46.
El
virrey José Manuel de Ezpeleta visitó el Santuario de la Virgen de Chiquinquirá
(1790). Los frailes dominicos compraron unos solares para edificar un templo
que pudiera albergar a los devotos. Largo episodio de dificultades en pro del
progreso material y espiritual.
47.
El arquitecto capuchino Domingo Ruig de
Petrés definió que la nueva iglesia para la Santísima Virgen María se
levantaría en la Plazuela Alta (1795). Hoy plaza de la Libertad.
48.
Los
artistas en grabados y pinturas dejaron sus testimonios. Ejemplo: “Milagrosa imagen
de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá que se venera en el Nuevo Reino
de Granada”.
49.
La certeza del prodigio vivió en la
conciencia colonial del Virreinato de la Nueva Granada. La devoción por Nuestra
Señora de Chiquinquirá era parte integral del oficio cotidiano de levantar una
familia.
50.
Capillas con el nombre de la Patrona se edificaron
a lo largo y ancho del territorio del Virreinato y fuera de sus fronteras.
51.
Las partidas de bautismo en Venezuela y en
la Provincia de Antioquia muestran con orgullo el nombre de “María de
Chiquinquirá”.
52.
La Conspiración de Maracaibo tuvo como
referente histórico a Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá. (Venezuela,
1799).
53.
Las romerías del siglo XIX permanecían
fieles al legado de sus padres. Villa de Leiva mantuvo sus votos de ir a
visitarla anualmente. Promesa hecha en 1587.
54.
La Parroquia de Nuestra Señora de
Chiquinquirá participó del intento de independencia administrativa de España y
se convirtió en Villa (1810).
55.
La comunidad de frailes dominicos cedió
una importante parte de las joyas de la Virgen de Chiquinquirá para financiar
la campaña militar de 1815. (¿A dónde fue a parar ese dinero?) En Cachirí murió
el simulacro de una república manejada por las Altezas Serenísimas del
altiplano. Cartagena de Indias rechazó al señor Bolívar que se fugó para
Jamaica.
56.
El mercenario francés Manuel Serviez
profanó el altar y se llevó el lienzo de Nuestra Señora del Rosario de
Chiquinquirá para cubrir su escape hacia los Llanos. Lo dejó tirado en al Alto
de Sáname. Cáqueza, Cundinamarca. Tercera salida. La Virgen secuestrada (1816).
57.
Las tropas del pacificador Pablo Morillo rescataron
el venerado cuadro y lo trajeron de regreso a Santafé de Bogotá con los honores
respectivos.
58.
El rey Fernando VII de España aprobó la
fiesta votiva en honor de la Virgen de Chiquinquirá (1819) decretada por el
Cabildo de Santafé en 1817.
59.
El campo de Ayacucho vio la victoria de
los libertadores de pata al suelo. Los héroes anónimos dejaron como recuerdo
una imagen de Nuestra Señora del Rosario Chiquinquirá (1824).
60.
El señor Ignacio Gutiérrez se robó unas
joyas de la Virgen de Chiquinquirá. Gran escándalo social y mediático. Las alhajas
fueron recuperadas (1826).
61.
La bella cúpula del templo principal de
Nuestra Señora de Chiquinquirá se vio seriamente afectada por un temblor. Las
romerías cubrieron los gastos. Los dominicos redoblaron fatigas y sudores (1827).
62.
El magisterio de la Iglesia y la Virgen de
Chiquinquirá. El papa Pío VIII confirmó el título de Patrona Principal de la
República de Colombia y el oficio litúrgico (1829).
63.
Las hermanas del Monasterio del Carmen de
Villa de Leiva fueron testigos de la renovación milagrosa de una figura de
Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá. El hecho ocurrió el 27 de diciembre
de 1836. Mamá Linda Renovada. La documentación sobre el proceso
jurídico-canónico es amplia y suficiente.
64.
Las hermanas del Monasterio del Carmen de
Villa de Leiva cambiaron el trazado urbanístico de la ciudad. La comunidad levantó
un templo sobre la calle. La edificación es un monumento al agradecimiento. La
Iglesia de Nuestra Señora de Chiquinquirá fue anexada al convento del Carmen.
65.
Las guerras civiles, las que mataron la independencia,
continuaron su tarea de asesinar a un país católico. Los huérfanos y las viudas
llegaron al santuario de la Virgen Morena. La gente le pedía al Redentor que
los librara de sus liberticidas.
66.
La
peste regresó como herencia de las contiendas entre gamonales, el vicio de los
amos del desastre decimonónico. La patria ensangrentada volvió sus ojos hacia
el santuario boyacense. La Virgen de Chiquinquirá fue traída a Santafé de
Bogotá como remedio contra el mal que los agobiaba, 1841 (cuarta salida).
67.
Sobre ese episodio, El Papel Periódico Ilustrado (núm. 113) del primero de abril de 1887, guarda el relato de la conversión del
enemigo de la Iglesia, el señor Bonilla. Hecho ocurrido ante el lienzo de la
Virgen de Chiquinquirá (1841).
68.
Nuestra Señora del Rosario Chiquinquirá fue
llevada a Tunja por causa de la misma peste, 1841. (Quinta salida). El mal
cesó.
69.
El tercer centenario de la renovación del
lienzo de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá unió a los poetas de
Colombia (1886).
70.
Jesús Casas Rojas publicó el libro Homenaje de la Santísima Virgen del Rosario
de Chiquinquirá, en el tercer
centenario de la renovación de su imagen (1886).
71.
Los
frailes dominicos y la comunidad civil hicieron esfuerzos sobre humanos para
poder salvar el sagrado lienzo del incendio del templo, 1896.
72.
La matanza civil volvió a los feudos nacionales.
La Guerra de los Mil Días vio al general Prospero Pinzón regresar vencedor de Palonegro
para postrase a los pies de la Patrona (1900).
73.
El papa Pío X decretó la coronación de
Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá,
1910.
74.
Los frailes dominicos llevaron por las
diócesis nacionales y sobre sus hombros a Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá,
La Peregrina, querían recaudar fondos para la coronación.
75.
La
fuerza de la estulticia atada a la brutal soberbia de los odios partidistas atacó
la tela a cuchillo. El rostro de la Virgen fue destazado. Pamplona (Norte de
Santander) 20 de enero y el 21 de abril de 1913 en Rionegro (Santander). Este último
municipio respondió por la profanación y celebra anualmente la Fiesta del
Desagravio.
76.
La abominación del sectarismo y sus normas
no pudieron acatar el decreto del Obispo de Tunja, monseñor Maldonado Calvo, sobre
la coronación de la Virgen en Bogotá. La pequeñez del crimen al servicio del
motín generó el triste entredicho canónico para la ciudad. El templo fue
profanado por una turba manipulada por la mentira. Nuestra Señora del Rosario
de Chiquinquirá fue sacada de su casa y llevada por un “comité guardián” a la Capilla
de la Renovación. Atentado sacrílego (junio de 1918).
77.
Hombre y mujeres cargaron sobre sus
hombros unas andas de 30 arrobas para llevar a su Señora desde Chiquinquirá hasta
Bogotá, 1919.
78.
Nuestra Señora del Rosario Chiquinquirá fue
coronada como Reina y Patrona de Colombia. El 9 de julio de 1919 en Bogotá
durante el Primer Congreso Mariano Nacional. Ningún enemigo del catolicismo
desconoció el acto fundamental para el alma del país.
79.
El periódico Veritas, órgano de difusión del Santuario de Nuestra Señora del
Rosario Chiquinquirá, publicaba los favores recibidos por los devotos. Tarea
que desempeñaba desde 1916.
80.
El papa Pío XI le concedió el título de
Basílica Menor al templo de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá. Las
razones tienen un peso histórico digno de un país heroico (1927).
81.
Colombia celebró las Bodas de Plata de la
coronación de su Patrona y le entregó un cetro imperial. 9 de julio de 1944.
82.
El
santo padre Pío XII en su alocución del 16 de julio de 1946 expreso: “Colombia,
tierra de la Virgen, jardín mariano”.
83.
La Virgen de Chiquinquirá retornó a Bogotá
para presidir el Tercer Congreso Mariano Nacional. La Colombia mariana se
postró reverente a sus pies. La Patrona recibió la Cruz de Boyacá, 1954.
84.
El
papa Juan XXIII envió un gran cirio votivo para que ardiera, en la Basílica de
Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá. Motivo: invitación a orar por el
futuro Concilio Vaticano II (1960).
85.
La Reina
regresó a Bogotá para presidir la cruzada del rosario por la paz del mundo, el
éxito del concilio ecuménico y el progreso del país. Recibió
los homenajes de sus queridos hijos. Octava salida, 1962.
86.
Un
terremoto afectó seriamente la Basílica de
Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá, 1967. Las gentes honradas y los
frailes dominicos la restauraron.
87.
Colombia celebró el cincuentenario de la
coronación de Nuestra Señora del
Rosario de Chiquinquirá. La Virgen fue obsequiada con una medialuna de oro,
1969.
88.
El papa Juan Pablo II visitó como
peregrino a Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá, 1986.
89.
Colombia celebró las Bodas de Diamante de la
coronación de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá, 1994.
90.
El lienzo de Nuestra Señora del Rosario de
Chiquinquirá se iluminó en la basílica por gracia celestial (marzo de 1999).
91.
Los
frailes dominicos llevaron a Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá a Bogotá,
oración por la paz. Novena salida, 1999.
92.
La Arquidiócesis de Bogotá, el obispo de
Chiquinquirá, Héctor Gutiérrez Pabón, la comunidad de frailes dominicos y la
Editorial Grupo C- Cream Editores presentaron la primera edición de la Sagrada
Biblia dedicada a Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá. El acto tuvo
lugar en la sede central de la Universidad Santo Tomás (Marly). 2002.
93.
Los frailes dominicos realizaron una
procesión por el río Magdalena con Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá,
La Peregrina, la del rostro destazado (1913). Las ciudades porteñas escucharon
un llamado a la reconciliación del país, 2013.
94.
Las
pruebas historiográficas abundan. La investigación jurídica canónica terminó en
1588. Pero la fuerza de la caridad se incrementó con las multitudes. Basta con
preguntarle a la muchedumbre en la fiesta de la Promesa Grande, 26 de diciembre
de 2019, si hay o no milagros en la Ciudad Promesa.
95.
Las
razones de esta advocación son parte de la identidad religiosa de Colombia, Venezuela,
Ecuador, Perú y varias ciudades más en 11 países.
96.
La respuesta atronadora de los siglos sumará
certezas en las conciencias de los peregrinos que colmarán los templos, las
plazas y las calles de Chiquinquirá hasta el fin de los tiempos.
97.
La Virgen Morena realizó su décima salida
del santuario en un helicóptero. El primero de septiembre de 2017 llegó a Bogotá
bajo la tutela de los frailes dominicos.
98.
El papa Francisco se encontró y oró
con Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá en la Catedral Primada (2017).
99.
El papa
Francisco declaró un año jubilar para celebrar el centenario de la coronación
de la Virgen de Chiquinquirá.
Indulgencia plenaria. (2018-2019).
100.
Nuestra
Señora del Rosario de Chiquinquirá arropó su corazón inmaculado con el pabellón
nacional, 9 de julio de 2019.
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