jueves, 30 de mayo de 2024

La promesa de la ficción


 

 

Por Julio Ricardo Castaño Rueda

Sociedad Mariológica Colombiana

 

“y la verdad os hará libres”. Jn 8,32

 

 

La historia de la Independencia de Colombia es una materia donde tradicionalmente la investigación se reemplaza por el patrioterismo. La especulación y la literatura engendran la invención de la fantasía para oficializar el sofisma del mito.

El ejemplo contemporáneo de esa conducta quedó escrito en el libro Centenario de la Coronación de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá. Reina y Patrona de Colombia. 2019. Este volumen fue presentado por la Universidad Santo Tomás en el auditorio Petrés de Chiquinquirá (Boyacá) el 8 de julio de 2023.

En la página 90, titulada descensión y honores, fue consignado el siguiente texto:

“…Prior Conventual:

Acérquese el señor comandante del Batallón Guardia Presidencial. N.N. (Se antepone el grado militar del señor comandante y luego se dice el nombre).


Señor comandante

Presente


Prior Conventual:

Señor comandante del Batallón Guardia Presidencial: el 20 de enero de 1815, Don José Acevedo y Gómez Tribuno del Pueblo, recibió en este mismo santuario, de manos de los frailes dominicos las alhajas que adornaban la venerable imagen de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá, para contribuir a la Campaña de Independencia de nuestro pueblo colombiano.


El Libertador Simón Bolívar, agradecido por este noble gesto patriótico, visitó en tres oportunidades este santuario nacional haciendo memoria de tan honorable contribución a la libertad de nuestra nación y prometió que desde entonces su “Guardia de Honor" sería para siempre la “Guardia de Honor” de la madre de todos los colombianos, en defensa del honor hasta la muerte.

La Orden Dominicana, por mi representada, le solicita ahora, señor comandante que, en nombre de esta promesa del Libertador, reciba usted la custodia del lienzo milagroso de la Reina y Patrona de Colombia mientras ella esté ausente de su camarín, esta vez con motivo de la celebración del Centenario de su Coronación como Reina y Patrona de Colombia…”

El libreto de ese acto protocolario especula sobre unos temas imaginarios y sin sustento documental. El inconveniente del guion tiene dos puntos de tensión donde se rompe la virtud histórica. El primero radica en el supuesto agradecimiento y sus visitas a la Patrona. El segundo es la promesa de que su guardia de honor sería para siempre el centinela de la Virgen Nacional.

Al revisar el contexto de los acontecimientos, donde se ensambló el acto oficial, aparecen las diferencias y las sentencias de los hechos veraces. Según la placa que reposa en la Ciudad Mariana, esquina de la carrera 10 con calle 21, el señor Bolívar pasó por aquella villa el 6 y el 8 de septiembre de 1827. La apresurada cabalgata no dejó constancia de una visita a la casa de la Rosa del Cielo.

La siguiente parada sí tiene sustento, pero no de promesero. El hecho ocurrió el 20 de junio de 1828. Don Simón visitó a Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá a su regreso de Bucaramanga, después de la Convención de Ocaña.

Lo singular del asunto es que el general, 14 días antes de su visita a la Virgen de Chiquinquirá, dejó sus impresiones marianas en la libreta de apuntes de su edecán, Luis Perú de Lacroix, que consignó para su Diario de Bucaramanga lo siguiente:

1828. El 6 de junio.  “...Después de comer fuimos a dar un paseo por las calles, y entramos por casualidad en la iglesia, en medio de la cual se veía un angelito muy bien vestido y adornado con muchas flores. S. E. se detuvo por unos instantes a mirar aquel niñito que la muerte había segado tan temprano; luego se puso a observar algunos cuadros de santos y santas y a criticar las pinturas que, efectivamente, son lo peor que puede haber, y dijo: ¡Lo que es el pueblo! Su credulidad e ignorancia hace de los cristianos una secta de idólatras. Echamos pestes contra los paganos porque adoraban las estatuas, y nosotros, ¿qué es lo que hacemos? ¿No adoramos como ellos pedazos de piedra, de madera groseramente esculpidos, retazos de lienzos mal embadurnados, como estos que acabamos de ver, y como la tan reputada Virgen de Chiquinquirá, que es la peor pintura que yo haya visto, y quizás la más reverenciada en el mundo y la que más dinero produce? …”  (Cf. L. Perú de Lacroix. Diario de Bucaramanga ó, Vida pública y privada del libertador Simón Bolivar; publicado por primera vez con una introducción y notas por Cornelio Hispano. Editor: Paris: Librería Paul Ollenforff, 1912.  Pág. 211-212).

 “…Esa manipulación era clara en su trato con el clero y los laicos piadosos. No está muy claro lo que Bolívar pudo haber creído sobre asuntos divinos. Uno de sus edecanes, Daniel F. O’Leary lo califica de ‘completo ateo’ y piensa que es Bolívar, excesivamente indiscreto al respecto…”  (Cf. Frank Safford. Bolívar, el estadista triunfante y el demócrata frustrado: los orígenes de la polarización partidista en Colombia. Anuario Colombiano de Historia Social y de la Cultura. nro. 31 2004. Universidad Nacional de Colombia. Facultad de Ciencias Humanas. Departamento de Historia, Bogotá. Pág. 125).

Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar Ponte y Palacios Blanco ingresó al templo de María de Chiquinquirá como un miserable pecador. Los criminales vicios de la política criolla lo poseían. En esa época, de convulsiones constitucionales, debió suplicar la ayuda divina. En agosto, sus amigos lo convirtieron en dictador porque sus enemigos planeaban asesinarlo. El 25 de septiembre, el adúltero fue salvado por su concubina en la noche de los sicarios conjurados acaudillados por Pedro Carujo, un venezolano.

Por otra parte, el punto de los honores heredados se sale del curso narrativo de la historiografía y sólo deja las incógnitas del cuento. El 12 de febrero de 1815, desde Mompox, el señor Bolívar firmó una orden para la conformación de una unidad militar denominada “Guardia de Honor”. En ninguna parte de la ordenanza se hace referencia a la promesa de rendirle homenajes a la Virgen Morena.  (Cf. Bolívar. Documentado de la Libertad. Cortesía del Banco Central de Venezuela. Ediciones Presidencia de la República. Tomo 9. Págs. 98,99. Documento 99. Caracas, Venezuela, 1983. Creación de la Guardia de Honor del Libertador).

En esas mismas líneas, las del discurso del fraile, quedó un concepto injertado por el elogio y es necesario despejarlo. Se trata de la frase: “En defensa del honor hasta la muerte”. Esta es el lema del Batallón Guardia Presidencial creado por el presidente Abadía Méndez, el 16 de agosto de 1928. La decisión de otorgarle un emblema al recién fundado tercio no le perteneció a Bolívar, el hombre de las dificultades históricas que murió en la tierra del olvido.

1 comentario:

  1. Estimado Reductor: Una vez más usted, protege y resguarda la verdadera historia de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá. A la persona que mintió en la redacción de semejante falsedad, lo cito ante el tribunal Divino por hereje y profano, no se puede utilizar el nombre de nuestra señora del Rosario de Chiquiquirá, para acomodar los hechos históricos según le convenga al federalista, saqueador y masón de Simón Bolivar. A todos los involucrados en esa nueva falacia, no ruego piedad, ruego castigo eterno para toda esa estirpe de protectores de la mentira.

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