miércoles, 8 de mayo de 2024

María en los planes divinos


 


Revelaciones de santa Brígida

 

            Dios, que sea alabado, conoce todo desde eternidades. Mas entre todas las cosas   aún increadas había una que sobresalía en grado máximo, y lo eras tú, María Virgen purísima. Madre fecundísima. Porque en toda tu perfección estabas Tú desde toda la eternidad ante la mirada divina, aunque sólo más tarde recibiste de los cuatro elementos puros y claros la materia de tu bendito cuerpo.

             Oh, Consoladora de todos. Virgen, a Ti dirigieron los santos ángeles desde el primer momento de su existencia sentimientos de tanto amor que, a pesar de que gozaban alegría inefable en ver en sus visiones beatíficas la dulzura y claridad divinas, exultaron también muchísimo porque tú debías ser elevada aún más cerca de Dios que ellos mismos. Jubilaron ellos más porque Dios quería hacerte a Ti, que porque Él los había creado a los ángeles. Así fuiste Tú desde la creación de los ángeles para ellos motivo de alegría, oh Virgen Santísima.

             Mas después de que el mundo y todas las criaturas, menos los hombres, hubieran sido creados y todas estas cosas hubieron aparecido ante los ojos de Dios en su belleza, también se presentó ante Dios un mundo pequeño, aún no creado, en toda su perfección y hermosura, del cual Dios debía recibir más gloria, los ángeles más gozo y los hombres más bendiciones que de aquel mundo grande ya creado.

             Oh dulcísima Virgen y Señora, María, llena de amor y bendiciones para todos, con razón acudimos en este mundo a Ti.

  Tomado de Revista Regina Mundi Nro 6.

  Pie de foto: Monumento a Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá. Parque David Guarín. Fotografía: Julio Ricardo Castaño Rueda.

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