domingo, 8 de agosto de 2021

La Virgen de la Peña, doloroso olvido

  

Por Julio Ricardo Castaño Rueda

Sociedad Mariológica Colombiana

 

La mariología bogotana guarda sus secretos en las montañas orientales. Tres santuarios marianos lo confirman: Monserrate (1620), Guadalupe (1656) y la Peña (1685). Allí, las advocaciones de María Santísima conforman el triduo de una bendición para la urbe de la Inmaculada Concepción.

 

La trilogía tiene una escultura raizal de arte sacro que representa a Nuestra Señora de la Peña, patrona de la capital, pero entre los rolos solo unos miles saben dónde vive. Y de esa cantidad absurda quizás una decena podría hablar, con propiedad académica, de su rica historia, tan perseguida por el escándalo de las carnestolendas.

 

El pueblo neogranadino veneró a la Virgen de la Peña con delirio de incienso y la nobleza criolla, de rancio abolengo santafereño, la relegó por las descaradas comparsas del domingo de quincuagésima. En 1908, el periódico el Hogar Católico, en su edición del primero de marzo, informó que la Capilla del Sagrario celebraría las cuarenta horas de adoración al Santísimo “para contener los desórdenes del carnaval”. El impreso, dirigido por la Junta Central de la Doctrina Cristiana, omitió su esencia “de carácter popular y religioso”.

 

Así, la intimidad de la amnesia se incrustó profunda en la desmemoria de los afectos. La fiesta patronal, el 10 de agosto, será alegría para un reducidísimo conjunto de fieles porque los de la loma la celebran el 15, templo abierto para oficiar la misa dominical.

Y al final del festejo, una tarea. Hay un arcano de trazos recientes por descifrar. Las palabras “la cruz” fueron escritas con letras blancas en las rocas del cerro Aguanoso que contemplan el abismo. (¿2020?) Quedan las seis preguntas de la noticia para resolver ese epígrafe que identifica a la Virgen humilde, oferente al pie del lábaro.


 

2 comentarios:

  1. La Peña presencia viva de la Madre incolume y amorosa, velando sobre nuestra ciudad...

    ResponderEliminar
  2. Bendita sea la madre de Dios para siempre y por siempre AMÉN.

    ResponderEliminar