Foto Julio Ricardo Castaño Rueda |
Santa Teresa Benedicta de la Cruz
Edith Stein, (1891-1942)
A pesar de la unidad real existente entre la cabeza
y el cuerpo, la Iglesia está al lado de Cristo como una persona independiente.
Cristo, en tanto que Hijo del Padre eterno, vivía ya antes del comienzo del
tiempo y es anterior a toda existencia humana. Después, por el acto de la
creación, la humanidad vivía antes que Cristo tomara su naturaleza y se
integrara a ella. Pero por su encarnación, le trajo su vida divina; por su obra
de redención la hizo capaz de recibir la gracia de tal manera que la recreó una
segunda vez... La Iglesia es la humanidad rescatada, creada nuevamente de la
misma sustancia de Cristo.
La célula primitiva de esta humanidad rescatada es
María; es en ella que se llevó a cabo por primera vez la purificación y la
santificación por Cristo, ella es la primera que quedó llena del Espíritu
Santo. Antes que el Hijo de Dios naciera de la Virgen Santa, creó esta Virgen
llena de gracia y, en ella y con ella, a la Iglesia...
Toda alma purificada por el bautismo y elevada al
estado de gracia es, por esta misma razón, creada por Cristo y nacida para
Cristo. Pero es creada en la Iglesia y nace por la Iglesia... Así la Iglesia es
la madre de todos aquellos a quienes está dirigida la redención. Y lo es por su
unión íntima con Cristo, y porque permanece a su lado en calidad de Esposa de
Cristo para colaborar a su obra de redención.
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