Señora de la Peña :
Hemos subido hasta aquí para
rezarte.
Venimos con el cariño y la
esperanza de los hijos.
Con el cansancio y la debilidad
de los peregrinos.
No tenemos nada para darte.
Solo nuestra miseria y nuestra cruz.
Nuestra pequeñez y nuestro deseo
de ser más buenos.
Tú eres nuestra fortaleza,
Señora de la Peña.
Ahora seguiremos caminando.
Bajaremos del cerro, purificados
y cambiados.
Iluminados adentro.
Tú eres la inmaculada, la nueva
creatura,
La que ha sido como plasmada por
el Espíritu Santo.
Límpianos, purifícanos.
Que la sangre de Jesús nos haga
nuevos.
Que su palabra nos ilumine.
Virgen de la Peña :
Tú seguirás haciendo el camino
con nosotros.
Nos meteremos dentro de tu
corazón fiel.
Queremos decirle al Padre que sí
con toda el alma.
Decirle que sí a la pobreza que
no hace libres,
A la contemplación que nos hace
luminosos,
A la cruz que nos hace fecundos.
Que experimentemos siempre tu
presencia en nuestra vida.
Que al bajar del cerro, cuando
nos encontremos otra vez
Con lo difícil y lo triste,
Con lo alegre y lo esperanzado,
Oigamos siempre una voz que nos
está diciendo
Desde tu corazón bondadoso y
tierno:
“Aquí tienes a tu madre”.
Señora de la Peña : Gracias por todo. Ven
con nosotros a caminar. Amén.
Card. Eduardo F. Pironio.
Tomado de una estampa, recuerdo del tercer centenario del
hallazgo de las sagradas imágenes de la Peña. Bogotá.
Colombia. 1685-1985.
esta oracion tan poderosa se debe difundir
ResponderEliminarGracias virgen de la pequeña por tan grande milagro de llevarnos a est a peregrinación en familia. No te olvides de las gracias que allá te pedimos. Oh María sin pecado concebida, rogado por nosotros que recorrimos a voz
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