Por Julio Ricardo Castaño Rueda
Sociedad Mariológica Colombiana
“…El Santuario de Nuestra Señora de la Peña , sede del Centro Mariano
Nacional de Colombia y de la Sociedad Mariológica de Colombia se ha afiliado a
la Sociedad
Internacional de Sanctuaires
et pélérinages en París, quizá como primero de los santuarios marianos de
nuestro hemisferio…” Eso escribía el
padre Struve en la editorial de la revista Regina Mundi (num. 22) de 1962.
El inmenso honor
para la urbe de la
Inmaculada Concepción se lo tragó la progresiva apatía de un
catolicismo sin sangre redentora.
Su obra, padre
Struve, hoy es un templo jubilar trancado con el cerrojo del camino neocatecumenal. Pasó de
ser un Santuario Mariano Nacional a capillita privada del seminario sí, así
en una letrita pequeñita para que nadie lo note.
Lo evidente es
el imperio del desarraigo donde la ciudadanía bogotana pierde su identidad mariana.
Gravísimo que el bagaje cultural de sus mayores quede relegado a un olvido
formal. Su herencia, de tres siglos, fue repartida al capricho del horario del
mutismo.
La flor del
jardín de María Santísima quedó metida en la burbuja de un cristianismo indiferente.
¿Cómo predicar desde la loma de la ciudad rural? ¿Cómo vivir un jubileo en el Año
de la Misericordia ?,
si los peregrinos que suben, bordón en mano, lo encuentran cerrado.
Hay que ver la
cara del romero desolado para comprender la dimensión de su tristeza. La fatiga
solo le alcanza para contemplar una panorámica de incertidumbres y preguntar
como Nehemías:
“… ¿Por qué está la casa de Dios abandonada?...” (13:11).
Solo responden los ladridos de los perros, centinelas del
atrio, que aguardan las migajas del Evangelio.
Lamentable amigo Julio Ricardo el estado actual de la Sociedad Mariologica Colombiana. Instalaciones tan hermosas y " ......... abandonada " el jardín de María triste por situaciones ajenas y externas que afectan su organización no será perenne. La Madre de Dios nos ayudará a todos para redimir la obra del padre Struve para que vuelva a ser El Centro Mariano en honor a nuestra Madre del cielo. Animo amigo Julio Ricardo. Luis Alfonso Cruz Gómez
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