Amigos
lectores:
Una seguidora
del blog envío una singular protesta contra la manía nacional de apropiarse de
las pervivencias ajenas. Esa conducta,
que desprecia la esencia natural del país, hiere de un modo cruel el brillante ondear
de la bandera tricolor.
Señores:
Sociedad Mariológica
Colombiana.
Queridos académicos:
Con respeto me dirijo a
ustedes para solicitarles un espacio editorial donde compartir mi inconformidad
con la pobreza que plagia las expresiones de la piedad popular:
El pasado 12 de diciembre
el corazón se alegró al ver tantas manifestaciones de amor a la Virgen de Guadalupe. A los
mexicanos no les dio pena expresar su cariño a la Madre del Cielo. Ellos se
arrodillaron en su basílica desde las vísperas. Ellos rezaron el rosario con mística
cristiana. Ellos le trajeron regalos, le ofrecieron a sus hijos y la veneraron
con expresiones de profundo afecto.
Los mexicanos tienen su
identidad forjada en el respeto por sus tradiciones. No se dejaron robar sus valores
porque llevan a su “Lupita” como un tatuaje vivo. Sus canciones son propias y
en la Basílica
de Guadalupe no se canta la Guabina Chiquiquireña.
Queridos colombianos, por
favor cuidemos nuestro acervo de Nación. Ese es el mayor patrimonio cultural
para nuestras generaciones venideras. Es importante que en esta vida nos
conozcan por nuestra riqueza espiritual. Que no haya vergüenza al entrar de
rodillas a la Basílica
de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá,
Boyacá.
No olviden que es propio
de Colombia rezar el santo rosario con piedad mariana, digna de la Patrona. Por eso es
importante escuchar la sagrada eucaristía con devoción. Es urgente enseñar a
nuestros hijos el culto a la Santísima Virgen María y a Dios, Todopoderoso. El
templo merece la delicada atención de no masticar chicle, una postura correcta
y un silencio orante porque Dios y la
Virgen siempre nos esperan, aman y escuchan.
De otro lado, en estas
fiestas de romerías chiquinquireñas sería ideal evitar canciones foráneas y
particularmente el folclor mexicano. La razón es que existe, dentro del
imperativo moral de la creatividad, la genialidad nacional. Ella debe suplir el
defecto del espectáculo caótico del extranjerismo en tierras propias.
Hay miles de personas con
talentos superiores para componer canciones raizales. Ojalá, que nuestro
querido pueblo ame lo autóctono, lo extrañable, lo íntimo de su historia.
Colombianos, ¿ya compraron
la novena de la Virgen
del Rosario de Chiquinquirá? Comienza el 17 y termina el 25 de diciembre,
vísperas del milagro de la renovación.
¿Ya está el corazón
preparado para celebrar el centenario de la coronación de nuestra Virgen del Rosario
de Chiquinquirá?, 2019.
Colombianos, no se dejen
robar la esencia de la patria, nuestras tradiciones. Ese es el legado de los
abuelos que se guarda en Chiquinquirá, la Villa de los Milagros.
Por su atención, gracias.
Cordialmente,
Elsa María Sánchez B.
Estoy de acuerdo, sin embargo bien vale la pena considerar que el proceso "evangelizador" ha sido muy diferente en cada caso: mientras la población indígena en Colombia fue diezmada hasta desaparecer totalmente en muchas zonas, en México su cultura ancestral persiste, impactando de manera diferente en cada región, al punto que los propios indígenas construyeron el convento para las Clarisas en la Plaza de San Juan - hoy en día el templo a N. S. de Guadalupe. Tampoco se compara la impresión cultural de una aparición al representante indígena, con la restauración de un cuadro a un selecto grupo de españoles y aristócratas de época. Querer lo nuestro también es estudiar la historia para comprender el contexto escogido de manera sobrenatural para entregar cada mensaje. La respuesta de fe es una manifestación personal, no comparable de manera alguna.
ResponderEliminarEl primer capítulo de la evengelización en América se escribió sobre mantas indígenas. Comenzó en el cerro del Tepeyac y terminó en el cerro del Terebinto, Chiquinquirá. Allá la profecía de Isaías (la Virgen está encinta). Aquí el evangelio de Lucas. Fueron y encontraron al niño en brazos de María.
EliminarDe corazón muchas gracias,los contextos son diferentes el amor a la virgen igual, pero por favor tengamos una alta pertenencia de nuestras raices somos colombianos amemos lo nuestro. gracias
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
EliminarEl Santuario de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá es el primero en la América del Sur... Y Colombia le debe su historia, su herencia, su respeto y su tradición.
EliminarBuenas tardes, me encuentro realizando un estudio sobre la Virgen de Chiquinquirá, y deseo obtener su libro de la editorial epigrafe, cómo lo puedo conseguir. Gracias
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