miércoles, 11 de mayo de 2022

Sin noticias de la Reina

 

  Nuestra Señora de la Peña, la colonial patrona de Santafé de Bogotá. Foto J.R.C.R


 

Por Julio Ricardo Castaño Rueda

Sociedad Mariológica Colombiana

 

El pasado 27 de abril, el presidente de Colombia Iván Duque visitó el Santuario Nacional de Nuestra Señora de la Peña en su oficio de sembrador de árboles. La tarea, entre ecológica y mística, pasó casi inadvertida para la prensa. Especialmente para aquellos redactores cuyo ateísmo libertino es la hoz y el martillo contra el catolicismo, la iglesia de Dios.

Esta vez el mandatario no fue crucificado sobre las columnas, de corte transversal y vertical, de los periódicos editados con sarcasmos políticos. La razón de esa conducta editorial se debe al desconocimiento profundo de la Patrona de Bogotá.

Ella, la Virgen de la Peña, a pesar de la visita presidencial, volvió a quedar custodiada por el arcángel san Miguel y un ancestral olvido impuesto por el notablato a las ermitas de extramuros. Lo divino se volvió plebeyo y el tesoro del cielo, herencia de los desposeídos, se dejó allá, en el cerro oriental, como un punto de referencia en el mapa de los caminos.

La capilla, punto de encuentro, termina cobijada por una publicidad contra doctrinal donde algún turista inventa leyendas o mitos para cubrir ese rubor cultural teñido de ignorancia. La esencia del monumento sirve para un autorretrato fotográfico dentro del cotidiano ejercicio de la banalidad.

Y esa muralla de indiferencia es escalada por el vigor del rosario, en manos del promesero mariano. Cada domingo, medio millar de fieles suben para vivir la santa misa y poder oficiar una liturgia de amor contra la amnesia.

 

 

 

1 comentario:

  1. El total desconocimiento de este portento al menos se repara con la afluencia de los devotos cada domingo....

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