jueves, 26 de diciembre de 2024

La Chinca, renovación sin tregua

Foto: Julio Ricardo Castaño Rueda

 

Por Julio Ricardo Castaño Rueda

Sociedad Mariológica Colombiana

​​“El pueblo que andaba en tinieblas vio gran luz”. (Is 9,2)

La Villa de los Milagros recibió a los promeseros que celebraron los 438 años de la prodigiosa renovación de una pintura de la Virgen del Rosario. El misterio y las pervivencias permanecieron vigentes en el corazón de una patria mártir.

Los viajeros, aferrados a la fatiga y a la camándula, llegaron al santuario para suplicar una gracia especial contra la heterodoxia reinante en un país donde el error es un derecho inalienable.

Líbranos Señora, Madre de Dios, de la imposición de la opinión como criterio equivocado de la ignorancia absurda porque ella negocia el Evangelio en los escenarios sociales del ecumenismo, sin verdad ni misericordia.

Contra esa moda imperativa de la autoridad dictatorial, eclesial o civil, un pueblo creyente se levantó de madrugada a recorrer las trochas de la fe.

Allí frente a María Santísima, el Tabernáculo del Altísimo, las muchedumbres nacionales y foráneas se inclinaron reverentes para rendir un homenaje de vasallaje ante la Patrona.

Las almas angustiadas por el pecado disfrazado de virtuosismo modernista encontraron en la sala de la reconciliación la absolución, sacramento de la penitencia.  En Chiquinquirá, la Capital Religiosa de Colombia, cesan los conflictos ideológicos, colonia del sofisma, estigma que confunde el bien obrar. En la patria chica de María de Chiquinquirá el Espíritu Santo escribe con fuego la palabra Renovación.

 

 

miércoles, 18 de diciembre de 2024

Oración a la Virgen de la Dulce Espera

Foto archivo particular


La Santísima Virgen de la dulce espera bendice y protege a todas las mujeres embarazadas, en especial a aquellas que se encomiendan a ella a través de la oración.

María, tú que eres bendita entre todas las mujeres,

que recibiste cobijo al ascender al Cielo, y estar junto al Padre Todopoderosoacudo a ti buscando protección, porque confío en ti, y en tu santo manto.

Además, hoy me acerco con una petición especial,para que logres concederme tener un bebé en mi vientre,que crezca sano y salvo, y que el parto también suceda sin problema algunopara recibirlo con todo el amor que tengo, porque deseo esto con todo mi corazón.

Además, así podré educarlo con mucha responsabilidad,y mostrarle el camino del bien, el cual tú nos mostraste con tu hijo,para así ser otro hijo de Dios, cumpliendo su voluntad en mi vida conduciendo a ese niño, con tu ejemplo, Santa Madre.

Te agradezco por escucharme hoy, y siempre, confío en que me concederás esto que tanto deseo, porque eres madre,y sabes que es el mayor deseo de una mujer; hoy lo deseo, y sé que me encuentro preparada para afrontarlo.

Lleva mi plegaria a casa del Todopoderoso, para que me conceda el milagro.

Amén.

 

jueves, 12 de diciembre de 2024

Eva y María

Foto Julio Ricardo Castaño Rueda

 Del tratado de san Ireneo; obispo contra las herejías

(Libro 5, 19,1; 20, 2; 21, .1: SC 153,, 248,250. 260-264)

El Señor vino y se manifestó en una verdadera condición humana que lo sostenía, siendo a su vez ésta su humanidad sostenida por él, y, mediante la obediencia en el árbol de la cruz, llevó a cabo la expiación de la desobediencia cometida en otro árbol, al mismo tiempo que liquidaba las consecuencias de aquella seducción con la que había sido vilmente engañada la virgen Eva, ya destinada a un hombre, gracias a la verdad que el ángel evangelizó a la Virgen María, prometida también a un hombre.

Pues de la misma manera que Eva, seducida por las palabras del diablo, se apartó de Dios, desobedeciendo su mandato, así María fue evangelizada por las palabras del ángel, para llevar a Dios en su seno, gracias a la obediencia a su palabra. Y si aquélla se dejó seducir para desobedecer a Dios, ésta se dejó persuadir a obedecerle, que la Virgen María se convirtió en abogada de la virgen Eva.

Así, al recapitular todas las cosas, Cristo fue constituido cabeza, pues declaró la guerra a nuestro enemigo, derrotó al que en un principio, por medio de Adán, nos había hecho prisioneros, y quebrantó su cabeza, como encontramos dicho por Dios a la serpiente en el Génesis: Establezco hostilidades entre t¡ y la mujer, entre tu estirpe y la suya; ella te herirá en la cabeza, cuando tú la hieras

Con estas palabras, se proclama de antemano que aquel que había de nacer de una doncella y ser semejante a Adán habría de quebrantar la cabeza de la serpiente. Y esta descendencia es aquella misma de la que habla el Apóstol en su carta a los Gálatas: La ley se añadió hasta que llegara el descendiente beneficiario de la promesa.

Y lo expresa aún con más claridad en otro lugar de la misma carta, cuando dice: Pero cuando se cumplió el tiempo, envió Dios a su Hijo, nacido de una mujer. Pues el enemigo no hubiese sido derrotado con justicia si su vencedor no hubiese sido un hombre nacido de mujer. Ya que por una mejer el enemigo había dominado desde el principio al hombre, poniéndose en contra de él.

Por esta razón el mismo Señor se confiesa Hijo del hombre, y recapitula en sí mismo a aquel hombre primordial del que se hizo aquella forma de mujer: para que así como nuestra raza descendió a la muerte a causa de un hombre vencido, ascendamos del mismo modo a la vida gracias a un hombre vencedor.

jueves, 5 de diciembre de 2024

El véspero con raigambre inmaculista

Foto: Julio Ricardo Castaño Rueda

 Por Julio Ricardo Castaño Rueda

Sociedad Mariológica Colombiana

 

Porque tú eres mi lámpara, oh Señor; el Señor alumbra mis tinieblas”. (2 Sam 22, 29).

 

Zipaquirá, la ciudad de las huellas de sal, tiene en sus rincones coloniales a decenas de vendedores voceando la promoción de velas de colores.

El paquete, de nueve unidades de la Fabrica Imperial, cuesta 2000 pesos y bajará de precio por la necesidad de la tradición. Tenderos y feriantes aprovecharon el Evangelio para cautivar clientes en la temporada decembrina. La ocasión oferta las banderas plasmadas con imágenes de la Virgen. Estas se colocarán en puertas y ventanas de millones de hogares nacionales sin importar la guerra, como la de 1854, que los persigue con su trajín de macabro acoso.

La razón del acontecimiento lumínico tiene un peso histórico para las familias porque se aproxima la fiesta de las luces, la noche de las velitas. En el noctámbulo siete de diciembre, vísperas del aniversario de la declaración dogmática de la Inmaculada Concepción, Colombia se engalana con las candelas sin mancha, herencia de sus mayores.

La primicia inmaculista, que sacudió feliz a la devoción de los abuelos, quedó consignada en el Diario político y militar de don José Manuel Restrepo, 20 de febrero de 1855.

“…Llegó hoy el correo de Europa con la noticia de que el Papa declaró en 8 de diciembre último ante una reunión de 51 cardenales, 37 arzobispos y 57 obispos convocados en Roma de varias partes del mundo, ‘que es un dogma de fe su concepción, por privilegio y gracia especial de Dios, en virtud de los méritos de Jesucristo, Salvador del género humano, fue preservada y exenta de toda mancha de pecado original’. El Papa hizo esta declaratoria con mucha pompa y solemnidad. Un repique general de campanas anunció en Bogotá a los devotos de la Concepción de María, tan piadosas nuevas, que serán celebradas en las iglesias de la Nueva Granada; todas son católicas, y hasta ahora no se ha erigido templo ni capilla alguna de otra religión que la católica romana...” (Cf. Tomo IV 1849-1858.  Imprenta Nacional. Bogotá, 1954. Pág. 544). Son 169 años de una alegría mariana. El regocijo enciende la oración junto al pesebre para abrigar el corazón de la esperanza.

jueves, 28 de noviembre de 2024

Historia de promeseros

Foto: Julio Ricardo Castaño Rueda.

 

Por Julio Ricardo Castaño Rueda

Sociedad Mariológica Colombiana

 

Cuando a Dios haces promesa, no tardes en cumplirla; porque él no se complace en los insensatos. Cumple lo que prometes”. (Qo 5,4).

 

La oralidad, como relato histórico, fue rescatada por el trabajo investigativo de los alumnos de la Institución Educativa Técnico Comercial Sagrado Corazón de Jesús de Chiquinquirá, Boyacá. Los jóvenes, liderados por los profesores Carolina Muñoz Suancha y Luis Alejandro Maldonado Muñoz, publicaron sus tesis documentales en el libro Corpus milagros marianos.

Esa obra renovó la costumbre centenaria de narrar un milagro recibido por intercesión de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá, la Patrona de Colombia. La lectura sumerge a la nacionalidad en las profundidades del asombro. Los noveles reporteros les preguntaron a los protagonistas sobre el poder de Dios ante una oración humilde que destila fe postrada de hinojos.

Las respuestas, testimonios escritos con tintas de lágrimas en las almas angustiadas, se convierten en un legado sobre la axiología de la bondad, misterio divino. Esas declaraciones, con pruebas reveladas, son un escenario estremecedor que invita a la conversión por la fuerza del amor redentor.

Las plumas adolescentes trazaron un rumbo para hallar las razones místicas. Ellas salvaron los portentos de la misericordia del rigor de la amnesia con la perennidad de la imprenta. La ciencia de indagar ratificó la dinámica celestial de la Villa de los Milagros, tierra de promeseros.

 

jueves, 21 de noviembre de 2024

Homilía. Fiesta de la entrada de la Purísima Señora Theotokos en el templo.

Foto Julio Ricardo Castaño Rueda

 

Por San Gregorio Palamás.


Si un árbol es conocido por su fruto, y un buen árbol da buenos frutos (Matero 7:17; Lucas 6:44), entonces ¿no es acaso la Madre de la Bondad misma, aquella que dio a luz a la Belleza Eterna, incomparablemente más excelente que cualquier bien, tanto en este mundo como en el mundo arriba? Por consiguiente, la coeterna e idéntica imagen de la bondad, el pre-eterno, que trasciende todo ser, Aquel que es el preexistente y buen Verbo del Padre,  movido por su inefable amor por la humanidad y compasión por nos nosotros, se vistió de nuestra imagen, para reclamar para sí mismo nuestra naturaleza que había sido arrastrada al Hades, renovando así esta naturaleza corrupta y levantarla a las alturas del Cielo. Para este propósito, Él tuvo que asumir una carne que era tanto nueva como nuestra, para así restituirnos desde nosotros mismos. Ahora Él encuentra una Sierva perfectamente apropiada para sus necesidades, la proveedora de su inmaculada naturaleza, la Siempre Virgen a la que ahora cantamos, y cuya milagrosa Entrada en el Templo,  dentro del Santo de los Santos, ahora celebramos. Dios la predestinó a ella desde antes de los siglos para la salvación y el rescate de nuestro género. Ella fue elegida, no de cualquier multitud, sino de entre las jerarquías de aquellos elegidos a través de los siglos, renombrados por su piedad y entendimiento, y por sus palabras y obras que complacieron a Dios.


En el principio, hubo uno que se levantó en contra de nosotros: el autor del mal, la serpiente, la cual nos arrastró al abismo. Muchas razones lo incitaron a levantarse en contra nuestra, y de muchas formas él esclavizó nuestra naturaleza: envidia, rivalidad, odio, injusticia, tracción, malicia, etc. En adición a todo esto, él también tiene dentro de sí el poder de traer la muerte, la cual el mismo engendró, al ser el primero que cayó de la verdadera vida.


El autor del mal estaba celoso de Adán, cuando lo vio llevado de la tierra al Cielo, del cual él había sido desterrado justamente. Lleno de envidia, atacó a Adán con terrible ferocidad, e incluso deseaba vestirle con el manto de muerte. La envidia no solamente engendra odio, sino también asesinato, el cual está  serpiente aborrecedora del hombre hizo acaecer en nosotros. Pues él quería ser amo de los terrenales para la ruina de aquello que fue creado a imagen y semejanza de Dios.  Ya que no era lo suficientemente audaz para atacar cara a cara, el recurrió a la artimaña y el engaño. Este verdaderamente terrible y malicioso conspirador pretendió ser un amigo y consejero útil al asumir la forma física de una serpiente, y furtivamente tomó su posición. Con su consejo en contra de Dios, el infundió en el hombre su poder mortal, como veneno ponzoñoso.


Si Adán hubiese sido lo suficientemente fuerte para mantener el mandamiento divino, entonces se hubiera manifestado como vencedor de su enemigo, y hubiera soportado el ataque mortal. Pero ya que voluntariamente cedió al pecado, fue derrotado y fue hecho pecador. Siendo él  la raíz de nuestra estirpe, nos ha producido como retoños poseedores de la muerte.  Por eso, era necesario para nosotros, si él iba a pelear en contra de su derrota y clamar victoria, librarse a sí mismo del veneno mortal en su alma y cuerpo, y absorber vida, la vida eterna e indestructible.


Era necesario para nosotros el tener una nueva raíz para nuestro género, un nuevo Adán, y no solo uno que fuese sin pecado e invencible, sino uno que también fuese capaz de perdonar los pecados y liberar del castigo a aquellos sujetos a él. Y que no solo tuviese vida en sí mismo, sino también la capacidad de restaurar la vida, para así otorgar tanto vida como perdón de los pecados a aquellos que se adhirieran a Él y están relacionados con Él a través del  linaje, restaurando a la vida no solo a aquellos que viniesen después de Él, sino a también a todos los que ya habían muerto antes que Él. Es por eso, que San Pablo, aquel magnifico clarín del Espíritu Santo, exclama, “El primer hombre, Adán, fue hecho alma viviente; el último Adán, espíritu vivificante." (1 Corintios 15:45).


Excepto por Dios, no hay nadie que sea exento de pecado, o vivificador, o capaz de perdonar pecados. Por tanto, el nuevo Adán no debe ser solamente Hombre, sino también Dios. Él es al mismo tiempo: vida, sabiduría, verdad, amor, y misericordia, y cualquier otra cosa buena, para así poder renovar al antiguo Adán y restaurarle a la vida a través de la misericordia, sabiduría y justicia. Estas cosas son totalmente opuestas a aquellas que el autor del mal usó para darnos envejecimiento y muerte.


Así como el asesino de la humanidad se levantó en contra de nosotros con envidia y odio,  así mismo la Fuente de la vida fue levantada (sobre la Cruz) debido a su inmensurable bondad y amor por la humanidad.  Él deseaba vehementemente la salvación de su creatura, es decir, que su creatura fuera restaurada por Él mismo. En contraste con esto, el autor del mal quería llevar a la ruina a la Creatura de Dios, y entonces poner a la humanidad bajo su poder, y afligirnos tiránicamente.  Y así como él logró vencer y hacer caer a la humanidad por medio de la injusticia y la artimaña, con el engaño y la traición, así mismo el Libertador a través de la verdad, justicia y sabiduría causó la derrota del autor del mal,  y la restauración de su creatura.


Fue una obra de justicia perfecta que nuestra naturaleza, la cual voluntariamente fue esclavizada y abatida, entrara nuevamente en la batalla por la victoria y deshacerse voluntariamente de la esclavización. Es por eso, que Dios se dignó a recibir de nosotros nuestra naturaleza, uniéndose hipostáticamente a ella de una forma maravillosa. Pero era imposible el unir esa Naturaleza Altísima, cuya pureza es incomprensible para la razón humana, a una naturaleza pecadora antes de que fuese purificada. Por lo tanto, para la concepción y nacimiento del  Dador de pureza, era requerido una perfectamente inmaculada y Purísima Virgen.


Hoy celebramos la memoria de aquellas cosas que contribuyeron,  aunque sea una vez, a la Encarnación. Aquel que por naturaleza es Dios, igualmente sin origen y coeterno Verbo e Hijo del Padre Trascendental, se hace Hijo del Hombre, el Hijo de la Siempre Virgen.  “Jesucristo es el mismo ayer y hoy y por los siglos” (Hebreos 13:8), inmutable en su divinidad e inmaculado en su humanidad, solo Él, como el Profeta Elías presagió, “nunca hizo maldad, ni hubo engaño en su boca.” (Isaías 532:9). Solo Él no nació en iniquidad, ni fue concebido en pecado, en contraste con lo que el profeta David dice de sí mismo y todo otro hombre (Salmo 50/51:5). Incluso en aquello que asume, Él es perfectamente puro y no tiene necesidad de purificarse a sí mismo. Pero por causa nuestra, Él aceptó purificación, sufrimiento, muerte y resurrección, para poder transmitir esto a nosotros.  


Cristo nace de la inmaculada y Santa Virgen, o mejor dicho, de la Purísima y Santísima Virgen. Ella está sobre toda mancha carnal, e incluso sobre todo pensamiento impuro. Su concepción no fue resultado de la concupiscencia carnal, sino por el cubrimiento del Espíritu Santo. Este deseo siendo totalmente ajeno a ella, es a través de la oración y la presteza espiritual que ella declaró al ángel: “He aquí la sierva del Señor; hágase a mí conforme a tu palabra.” (Lucas 1:38), y concibió y dio a luz. Por lo tanto, con el fin de que la Virgen fuera digna de este sublime propósito, Dios marcó a esta Hija siempre virgen ahora alabada por nosotros, desde antes de los siglos, y de la eternidad, eligiéndola de entre sus elegidos.


Pongan entonces toda vuestra atención, en donde comenzó esta elección. De los hijos de Adán, Dios eligió al maravilloso Set, quien se mostró como un cielo viviente a través de su comportamiento, y la belleza de sus virtudes. Esa la razón por la cual fue elegido, y de quien la Virgen florecería como la carroza divinamente apropiada de Dios. Ella era necesaria para dar a luz y reunir a los terrestres a la filiación celestial. Por esta razón también todo el linaje de Set  fueron llamados “hijos de Dios,” porque de este linaje un hijo del hombre habría de nacer Hijo de Dios. El nombre Set significa levantamiento o resurrección, o más específicamente, significa el Señor, quien promete y da vida inmortal a todos los que creen en Él.


¡Qué tan precisamente exacto es este paralelismo!  Set nació de Eva, tal y como ella lo dijo, en lugar de Abel, a quien Caín había matado por sus celos (Génesis 4:25); y Cristo, el Hijo de la Virgen, nació para nosotros en lugar de Adán, a quien el autor del mal también mató por sus celos. Pero Set no resucitó a Abel, ya que tan solo era una figura de la resurrección. Mas nuestro Señor Jesucristo resucitó a Adán, ya que Él es la Vida misma y la Resurrección de los terrenales, por quien a los descendiente de Set les es concedida adopción divina a través de la esperanza, y son llamados hijos de Dios. Fue debido a esta esperanza que ellos fueron llamados hijos de Dios, como es evidente en el primero que fue llamado así,  fue el sucesor elegido. Este fue Enós, el hijo de Set, quien tal y como Moisés escribió, comenzó a invocar el Nombre del Señor (Génesis 4:26).


De esta manera, la elección dela futura Madre de Dios, comenzó con los mismísimos hijos de Adán y procedió a través de todas las generaciones del tiempo, por Divina Providencia pasó al Profeta Rey David y a los sucesores de su reino y linaje. Cuando llegó el tiempo elegido, entonces de la casa y posteridad de David, Joaquín y Ana fueron elegidos por Dios. Aunque no tenían hijos, debido a su vida virtuosa y buena disposición, eran los mejores de entre todos los descendientes del linaje de David. Y cuando orando buscaron a Dios para que los librase de su infecundidad, le prometieron a Dios dedicar a su hija desde su infancia.  Por Dios mismo, la Madre de Dios fue proclamada y dada a ellos como hija, para que de tan virtuosos padres  fuera criada la virtuosísima niña. De esta manera, la castidad unida con la oración dio fruto al producir la Madre de la virginidad, que dio a luz en la carne a Aquel que nació de Dios Padre antes de todos los siglos.


Ahora bien, cuando los justos Joaquín y Ana vieron que se les había concedido su deseo, y que la promesa divina se había realizado, entonces ellos por su parte, como verdaderos amantes de Dios, se apresuraron a cumplir el voto que habían ofrecido a Dios tan pronto como la infante dejo de amamantarse. Y ahora llevan a la que es verdaderamente santificada hija de Dios, la Madre de Dios,  la Virgen al Templo.  Siendo colmada con dones Divinos incluso a tan temprana edad,… Ella determinó, y no otros, lo que le habría de ocurrir. A su manera Ella mostró que más que ser presentada, fue Ella misma la que entró  en el servicio de Dios por su propia voluntad, como si tuviese alas, esforzándose en llegar a este amor sagrado y divino. Ella consideró deseable y adecuado el entrar en el Templo y habitar en el Lugar Santísimo.


Por eso, el Sumo Sacerdote, al ver a esta niña  que tiene  más gracia divina que nadie más, desea establecerla en el Lugar Santísimo. Él convenció a todos los presentes para que aceptaran esto, ya que Dios lo había causado y aprobado. A través de su ángel, Dios asistió a la Virgen y le envió su alimento místico, con el cual ella fue fortalecida en naturaleza, mientras corporalmente alcanzó la madurez y fue hecha más pura y más exaltado que los ángeles, al tener a los espíritus celestiales como sus siervos. No fue llevada al Lugar Santísimo tan solo una vez, sino que fue aceptada por Dios para morar allí con Él durante su juventud, para que a través de ella, se abrieran los Aposentos Celestiales y fueran moradas eternas para aquellos que creyeran en su milagroso alumbramiento.  


Así es, y es por eso que ella, desde el comienzo del tiempo, fue elegida de entre los elegidos. Ella quien se ha manifestado como la Santa de los Santos, quien tiene un cuerpo incluso más puro que los espíritus purificados por la virtud, es capaz de recibir… al Hipostático Verbo del Padre sin origen. En este día la Siempre Virgen María, como Tesoro de Dios, es colocada en el Lugar Santísimo, para que en el tiempo adecuado, (como pasaría después) Ella sirviera para el enriquecimiento, y la ornamentación, de todo el mundo. Por lo tanto, Cristo Dios también ha glorificado a su Madre, tanto antes, como después de su nacimiento.


Nosotros que entendemos que la salvación comenzó por causa nuestra a través de la Santísima Virgen, le damos gracias y la alabamos según nuestra capacidad. Y verdaderamente, si la mujer agradecida (de quien nos habla el Evangelio),  después de escuchar las palabras salvíficas del Señor, bendijo y agradeció a su Madre, levantando su voz sobre estruendo de la multitud y diciendo a Cristo, “Bienaventurado el vientre que te trajo, y los senos que te amamantaron” (Lucas 11:27), entonces nosotros quienes tenemos las palabras de vida eterna escritas para nosotros, y no solo las palabras, sino también los milagros y la Pasión, y el levantamiento de nuestra naturaleza desde la muerte, y su ascenso de la tierra al Cielo, y la promesa de vida inmortal e infalible salvación, entonces ¿cómo no hemos de cantar y bendecir a la Madre del Autor de nuestra Salvación y el Dador de Vida, celebrando su concepción y nacimiento, y ahora su Entrada en el Santo de los Santos?


Ahora hermanos, escapemos de las cosas terrenales y vayamos a las celestiales. Cambiemos la senda de la carne por la senda del espíritu. Cambiemos nuestro deseo de cosas temporales por el deseo de aquellas que perduran. Despreciemos los deleites carnales, que sirven como encantos para el alma y que pronto se desvanecen. Deseemos los dones espirituales, los cuales permanecen sin disminuir. Alejemos nuestra razón y nuestra atención de los afanes mundanos y levantémoslos a los lugares inaccesibles del Cielo, al Santo de los Santos, en donde ahora mora la Madre de Dios.  


Por la tanto, de la misma manera  nuestros cánticos y oraciones a ella obtendrán entrada, y entonces por su mediación, seremos  herederos de venideras bendiciones eternas, por la gracia y amor a los hombres de Aquel que nació de ella por causa nuestra, nuestro Señor Jesucristo, a quien le rendimos gloria, honor y adoración, junto con su Padre sin principio y su Espíritu Coeterno y Vivificador, ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén. 

jueves, 14 de noviembre de 2024

Plegaria a la Virgen de Agua Santa

 Foto: Archivo particular. Frailes dominicos

 

Al vernos ante tu imagen,

de Agua Santa

alivia nuestra honda pena,

remedia nuestras desgracias.

 

Entre el Pastaza rugiente,

y sublime Tungurahua,

se eleva, Madre, tu trono,

donde tu amor nos llama.

 

Somos pobres desterrados

en este valle de lágrimas

y en tu dulce amor confiamos

para que salves nuestra alma.

 

Habitas entre los riscos

de la sierra ecuatoriana,

para salvar tu pueblo

y a todos cuantos te alaban.


 A tus plantas acudimos

desde lejanas comarcas,

porque sabemos cuán buena

eres para cuantos te aman.

 

Con el rosario en las manos

con el rosario en el alma

imploramos socorro

Virgen pura de Agua Santa.

 

Te alabaron nuestros padres

te amamos desde la infancia,

que nuestros hijos te veneren,

que tu culto no decaiga.

 

Desde tu trono campestre,

oh Reina de la Montaña,

salva a tu pueblo querido,

a esta tierra ecuatoriana.

 

Tomado del libro Milagros de la Virgen de Agua Santa. Frailes dominicos. Baños de Agua Santa. Tungurahua. Ecuador.

jueves, 7 de noviembre de 2024

Oración de san Efrén de Siria a la Virgen María

 Foto Julio Ricardo Castaño Rueda

 

“Mi santísima Señora, Madre de Dios, llena de gracia, tú eres la gloria de nuestra naturaleza, el canal de todos los bienes, la reina de todas las cosas después de la Trinidad..., la mediadora del mundo después del Mediador; tú eres el puente misterioso que une la tierra con el cielo, la llave que nos abre las puertas del paraíso, nuestra abogada, nuestra mediadora. Mira mi fe, mira mis piadosos anhelos y acuérdate de tu misericordia y de tu poder. Madre de Aquel que es el único misericordioso y bueno, acoge mi alma en mi miseria y, por tu mediación, hazla digna de estar un día a la diestra de tu único Hijo. Amén.”

jueves, 31 de octubre de 2024

San Agustín, sermón 215, 4.

Foto: Julio Ricardo Castaño Rueda
4. Creamos, pues, «en Jesucristo, nuestro Señor, nacido del Espíritu Santo y de la virgen María». Pues también la misma bienaventurada María concibió creyendo a quien alumbró creyendo. Después que se le prometió el hijo, preguntó cómo podía suceder eso, puesto que no conocía varón. En efecto, sólo conocía un modo de concebir y de dar a luz; aunque personalmente no lo había experimentado, había aprendido de otras mujeres -la naturaleza es repetitiva- que el hombre nace del varón y de la mujer. El ángel le dio por respuesta: El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso, lo que nazca de ti será santo y será llamado Hijo de Dios 11 .
Tras estas palabras del ángel, ella, llena de fe y habiendo concebido a Cristo antes en su espíritu que en su seno, dijo:
He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra 12 . Cúmplase -dijo- el que una virgen conciba sin semen de varón; nazca del Espíritu Santo y de una mujer virgen aquel en quien renacerá del Espíritu Santo la Iglesia, virgen también. Llámese Hijo de Dios al santo que ha de nacer de madre humana, pero sin padre humano, puesto que fue conveniente que se hiciese hijo del hombre el que de forma admirable nació de Dios Padre sin madre alguna. De esta forma, nacido en aquella carne, de pequeño, salió de un seno cerrado, y en la misma carne, de grande, ya resucitado, entró por puertas cerradas. Estos hechos son asombrosos, porque son divinos; son inefables, porque son también inescrutables; la boca del hombre no es suficiente para explicarlos, porque tampoco lo es el corazón para investigarlos. Creyó María, y se hizo realidad en ella lo que creyó. Creamos también nosotros para que pueda sernos también provechoso lo hecho realidad. Aunque también este nacimiento sea asombroso, piensa, sin embargo, ¡oh hombre!, qué tomó por ti tu Dios, qué el creador por la criatura: Dios que permanece en Dios, el eterno que vive con el eterno, el Hijo igual al Padre, no desdeñó revestirse de la forma de siervo en beneficio de los siervos, reos y pecadores. Y esto no se debe a méritos humanos, pues más bien merecíamos el castigo por nuestros pecados. Pero, si hubiese puesto sus ojos en nuestras maldades, ¿quién los hubiese resistido? 13  Así, pues, por los siervos impíos y
pecadores, el Señor se dignó nacer, como siervo y como hombre, «del Espíritu Santo y de la virgen María».
5. Quizá te parezca poco el que haya venido, vestido con carne humana, Dios por los hombres, el justo por lospecadores, el inocente por los culpables, el rey por los cautivos y el amo por los siervos; el que se le haya visto en la tierra y haya convivido con los hombres 14 ; además de eso, fue crucificado, muerto y sepultado. ¿No lo crees? Quizá digas: «¿Cuándo tuvo lugar eso?». Escucha cuándo: «En tiempos de Poncio Pilato». Intencionadamente, se te puso también el nombre del juez, para que no dudaras ni del cuándo. Creed, pues, que el Hijo de Dios «fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato y sepultado». Nadie tiene mayor amor que éste: que alguien entregue la vida por susamigos 15 . ¿Piensas que nadie? Absolutamente nadie. Es verdad, Cristo lo ha dicho. Preguntemos al Apóstol y que él nos responda. Cristo -dice- murió por los impíos 16 . Y de nuevo: Cuando éramos sus enemigos, Dios nos reconcilió consigo por la muerte de su Hijo 17 . He aquí, pues, que en Cristo encontramos un amor mayor, dado que entregó su vida no por sus amigos, sino por sus enemigos. ¡Cuán grande amor el de Dios por los hombres! ¡Qué afecto el suyo, hasta el punto de amar incluso a los pecadores y morir por amor a ellos! Dios nos manifiesta su amor a nosotros -son palabras del Apóstol- en que, cuando aún éramos pecadores, Cristo murió por nosotros 18 . Cree también tú eso y no te avergüences de confesarlo en bien de tu salvación. Con el corazón se cree para la justicia, pero con la boca se confiesa para la salvación 19 . Además, para que no dudes ni te avergüences, al inicio de tu fe recibiste la señal de Cristo en la frente, como en la sede del pudor. Piensa en tu frente para que no te asuste la lengua ajena. Dice el mismo Señor: A quien se avergüence de mí delante de los hombres, el Hijo del hombre se avergonzará de él delante de los ángeles .

 


jueves, 24 de octubre de 2024

Alma humilde, corazón santo

Foto Julio Ricardo Castaño Rueda

 Por Julio Ricardo Castaño Rueda

Sociedad Mariológica Colombiana

 

“Vosotros, pues, sed perfectos como es perfecto vuestro Padre celestial”. (Mt 5,48).

 

La bienaventuranza es una virtud de María. Es un don superior de su concepción inmaculada. Es por tanto una gracia de su maternidad divina cuya condición celeste tiene la facultad de ser heredada a sus hijos adoptivos por medio del ejemplo.

Así, el cristiano tiene la capacidad de aprender a discernir, en cada acto de su conducta, el como construir una acción movida por el tríptico de la perfección: bien, verdad y belleza. La dinámica de edificar en la bondad lo hace digno de acceder a un estado cotidiano de ejemplaridad.

Y para asumir el reto necesita utilizar las herramientas básicas, asequibles y funcionales para cualquier fiel dispuesto a entregar su libre albedrio a la esclavitud del amor.

Esos instrumentos, de labor virtuosa, se aplican en el taller de la vida sin cortapisas ni legalismos. Sólo basta con incluirlos en la bendición diaria del suspiro orante. Los utensilios de la santidad son los mandamientos de la ley de Dios, los sacramentos, las obras de caridad y el santo rosario. Este cuarteto devocional, de funciones místicas, fue engendrado con el Verbo en María.

La Sierva del Señor coloca al alcance del corazón ese derecho formal de los pecadores. Ellos pueden alcanzar la gloria eterna porque la santimonia no es la utopía del dolor. Es el arte humilde de sacrificar el egoísmo en el altar de la voluntad del Dios.

jueves, 17 de octubre de 2024

Sobre la devoción al Santo Rosario

 Foto Julio Ricardo Castaño Rueda

 CARTA ENCÍCLICA


SUPREMI APOSTOLATUS


DEL SUMO PONTÍFICE


LEÓN XIII


El apostolado supremo que Nos está confiado y las circunstancias difíciles por las que atravesamos, Nos advierten a cada momento e imperiosamente Nos empujan a velar con tanto más cuidado por la integridad de la Iglesia cuanto mayores son las calamidades que la afligen.

Por esta razón, a la vez que Nos esforzamos cuanto sea posible en defender por todos los medios los derechos de la Iglesia y en prevenir y rechazar los peligros que la amenazan y asedian, empleamos la mayor diligencia en implorar la asistencia de los divinos socorros, con cuya única ayuda pueden tener buen resultado Nuestros afanes y cuidados.

Y creemos que nada puede conducir más eficazmente a este fin, que, con la práctica de la Religión y la piedad hacernos propicia a la excelsa Madre de Dios, la Virgen María, que es la que puede alcanzarnos la paz y dispensarnos la gracia, colocada como está por su Divino Hijo en la cúspide de la gloria y del poder, para ayudar con el socorro de su protección a los hombres que en medio de fatigas y peligros se encuentran en la Ciudad Eterna.

Por esto, y próximo ya el solemne aniversario que recuerda los innumerables y grandes beneficios que ha reportado al pueblo cristiano la devoción del Santo Rosario de María, Nos queremos que en el corriente año esta devoción sea objeto de particular atención en el mundo católico, a fin de que por la intercesión de la Virgen María obtengamos de su Divino Hijo venturoso alivio y término a Nuestros males. Por lo mismo hemos pensado, Venerables Hermanos, dirigiros estas Letras, a fin de que, conocido Nuestro propósito, excitéis con vuestra autoridad y con vuestro celo la piedad de los pueblos para que cumplan con él esmeradamente.

En tiempos críticos y angustiosos siempre el principal y constante cuidado de los católico refugiarse bajo la égida de María y ampararse a su maternal bondad, lo cual demuestra que la Iglesia católica ha puesto siempre y con razón en la Madre de Dios toda su confianza. En efecto, la Virgen, exenta de la mancha original, escogida para ser la Madre de Dios y asociada por lo mismo a la obra de la salvación del género humano, goza cerca de su Hijo de un favor y poder tan grande, como nunca han podido ni podrán obtenerlo ni los hombres ni los Ángeles. Así, pues, ya que le es sobremanera dulce y agradable conceder su socorro y asistencia a cuantos la pidan, desde luego es de esperar que acoja cariñosa las preces de la Iglesia universal.

Mas esta piedad tan grande y tan llena de confianza en la Reina de los cielos, nunca ha brillado con más resplandor que cuando la violencia de los errores, el desbordamiento de las costumbres, o los ataques de adversarios poderosos, han parecido poner en peligro la Iglesia de Dios.

La historia antigua y moderna, y los fastos más memorables de la Iglesia recuerdan las preces públicas y privadas dirigidas a la Virgen Santísima, como los auxilios concedidos por Ella; e igualmente en muchas circunstancias la paz y tranquilidad pública, obtenidas por su intercesión. De ahí estos excelentes títulos de Auxiliadora, Bienhechora y Consoladora de los cristianos; Reina de los ejércitos y Dispensadora de la paz, con que se la ha saludado. Entre todos los títulos es muy especialmente digno de mención el de Santísimo Rosario, por el cual han sido consagrados perpetuamente los insignes beneficios que le debe la cristiandad.

Ninguno de vosotros ignora, Venerables Hermanos, cuántos sinsabores y amarguras causaron a la Santa Iglesia de Dios a fines del siglo XII los heréticos Albigenses, que, nacidos de la secta de los últimos Maniqueos llenaron de sus perniciosos errores el Mediodía de Francia, y todos los demás países del mundo latino, y llevando a todas partes el terror de sus armas, extendían por doquiera su dominio con el exterminio y la muerte.

Contra tan terribles enemigos, Dios suscitó en su misericordia al insigne Padre y fundador de las Orden de los Dominicos. Este héroe, grande por la integridad de su doctrina, por el ejemplo de sus virtudes y por sus trabajos apostólicos, se esforzó en pelear contra los enemigos de la Iglesia Católica, no con la fuerza ni con las armas, sino con la más acendrada fe en la devoción del Santo Rosario, que él fue el primero en propagar, y que sus hijos han llevado a los cuatro ángulos del mundo. Preveía, en efecto, por inspiración divina, que esta devoción pondría en fuga, como poderosa máquina de guerra, a los enemigos, y confundiría su audacia y su loca impiedad. Así lo justificaron los hechos. Gracias a este modo de orar, aceptado, regulado y puesto en práctica por la Orden de Santo Domingo, principiaron a arraigarse la piedad, la fe y la concordia, y quedaron destruidos los proyectos y artificios de los herejes; muchos extraviados volvieron al recto camino y el furor de los impíos fue refrenado por las armas católicas empuñadas para resistirle.

La eficacia y el poder de esa oración se experimentaron en el siglo XVI, cuando los innumerables ejércitos de los turcos estaban en vísperas de imponer el yugo de la superstición y de la barbarie a casi toda Europa. Con este motivo el Soberano Pontífice Pío V, después de reanimar en todos los Príncipes Cristianos el sentimiento de la común defensa, trató, en cuanto estaba a su alcance, en hacer propicio a los cristianos a la todopoderosa Madre de Dios y de atraer sobre ellos su auxilio, invocándola por medio del Santísimo Rosario. Este noble ejemplo que en aquellos días se ofreció a tierra y cielo, unió todos los ánimos y persuadió a todos los corazones; de suerte que los fieles cristianos dedicados a derramar su sangre y a sacrificar su vida para salvar a la Religión y a la patria, marchaban, sin tener en cuenta su número, al encuentro de las fuerzas enemigas reunidas no lejos del golfo de Corinto; mientras los que no eran aptos para empuñar las armas, cual piadoso ejército de suplicantes, imploraban y saludaban a María, repitiendo las fórmulas del Rosario, y pedían el triunfo de los combatientes.

La Soberana Señora así rogada, oyó muy luego sus preces, pues que, empeñado el combate naval en las Islas Equínadas, la escuadra de los cristianos, reportó, sin experimentar grandes bajas, una insigne victoria y aniquiló las fuerzas enemigas.

Por este motivo, el mismo Santo Pontífice, en agradecimiento a tan señalado beneficio, quiso que se consagrase con una fiesta en honor de María de las Victorias, el recuerdo de ese memorable combate, y después Gregorio XIII sancionó dicha festividad con el nombre de Santo Rosario.

Asimismo en el siglo último alcanzáronse importantes victorias sobre los turcos en Temesvar, Hungría y Corfú, las cuales se obtuvieron en días consagrados a la Santísima Virgen, y terminadas las preces públicas del Santísimo Rosario. Esto inclinó a Nuestro predecesor Clemente XI a decretar para la Iglesia universal la festividad del Santísimo Rosario.

Así, pues, demostrado que esta forma de orar es agradable a la Santísima Virgen y tan propia para la defensa de la Iglesia y del pueblo cristiano, como para atraer toda suerte de beneficios públicos y particulares, no es de admirar que varios de Nuestros Predecesores se hayan dedicado a fomentarla y recomendarla con especiales elogios. Urbano IV aseguró que el rosario proporcionaba todos los días ventajas al pueblo cristiano; Sixto V dijo que ese modo de orar cedía en mayor honra y gloria de Dios, y que era muy conveniente para conjurar los peligros que amenazaban al mundo; León X, declaró que se había instituido contra los heresiarcas y las perniciosas herejías, y Julio III le apellidó loor de la Iglesia. San Pío V dijo también del Rosario que, con la propagación de estas preces, los fieles empezaron a enfervorizarse en la oración y que llegaron a ser hombres distintos a lo que antes eran; que las tinieblas de la herejía se disiparon, y que la luz de la fe brilló en su esplendor. Por último, Gregorio XIII declaró que Santo Domingo, había instituido el Rosario para apaciguar la cólera de Dios e implorar la intercesión de la bienaventurada Virgen María.

Inspirado Nos en este pensamiento y en los ejemplos de Nuestros predecesores, hemos creído oportuno establecer preces solemnes, elevándolas a la Santísima Virgen en su Santo Rosario, para obtener de Jesucristo igual socorro contra los peligros que Nos amenazan. Ya veis, Venerables Hermanos, las difíciles pruebas a que todos los días está expuesta la Iglesia; la piedad cristiana, la moralidad pública, la fe misma, que es el bien supremo y el principio de todas las virtudes, todo está amenazado cada día de los mayores peligros.

Además no sólo conocéis Nuestra difícil situación y Nuestras múltiples angustias, sino que vuestra caridad os lleva a sentir con Nos cierta unión y sociedad; pues es muy doloroso y lamentable ver a tantas almas rescatadas por Jesucristo, arrancadas a la salvación por el torbellino de un siglo extraviado y precipitadas en el abismo y en la muerte eterna. En nuestros tiempos tenemos tanta necesidad del auxilio divino como en la época en que el gran Domingo levantó el estandarte del Rosario de María, a fin de curar los males de su época. Ese gran Santo, iluminado por la luz celestial, entrevió claramente que, para curar a su siglo, ningún medio podía ser tan eficaz como el atraer a los hombres a Jesucristo, que es el camino, la verdad y la vida, impulsándolos a dirigirse a la Virgen, a quien está concedido el poder de destruir todas las herejías.

La fórmula del Santo Rosario la compuso de tal manera Santo Domingo, que en ella se recuerdan por su orden sucesivo los misterios de Nuestra salvación y en este ejercicio de meditación se incorpora la mística corona, tejida de la salutación angélica; intercalándose la oración dominical a Dios Padre de Nuestro Señor Jesucristo. Nos, que buscamos un remedio a males parecidos, tenemos derecho a creer que, valiéndonos de la misma oración que sirvió a Santo Domingo para hacer tanto bien, podremos ver desaparecer asimismo las calamidades que afligen a nuestra época.

Por lo cual no sólo excitamos vivamente a todos los cristianos a dedicarse pública o privadamente y en el seno de sus familias a recitar el Santo Rosario y a perseverar en este santo ejercicio, sino que queremos que el mes de Octubre de este año se consagre enteramente a la Reina del Rosario. Decretamos por lo mismo y ordenamos que en todo el orbe católico se celebre solemnemente en el año corriente, con esplendor y con pompa la festividad del Rosario, y que desde el primer día del mes de Octubre próximo hasta el segundo día del mes de Noviembre siguiente, se recen en todas las iglesias curiales, y si los Ordinarios lo juzgan oportuno, en todas las iglesias y capillas dedicadas a la Santísima Virgen, al menos cinco decenas del Rosario, añadiendo las Letanías Lauretanas. Deseamos asimismo que el pueblo concurra a estos ejercicios piadosos, y que se celebre en ellos el santo sacrificio de la Misa, o se exponga el Santísimo Sacramento a la adoración de los fieles, y se dé luego la bendición con el mismo. Será también de Nuestro agrado, que las cofradías del Santísimo Rosario de María lo canten procesionalmente por las calles conforme a la antigua costumbre. Y donde por razón de la circunstancias, esto no fuere posible, procúrese sustituir con la mayor frecuencia a los templos y con el aumento de las virtudes cristianas.

En gracia de los que practicaren lo que queda dispuesto, y para animar a todos, abrimos los tesoros de la Iglesia, y a cuantos asistieron en el tiempo antes designado a la recitación pública del Rosario y las Letanías, y orasen conforme a Nuestra intención, concedemos siete años y siete cuarentena de indulgencias por cada vez. Y de la misma gracia queremos que gocen los que legítimamente impedidos de hacer en público dichas preces, las hicieren privadamente. Y a aquellos que en el tiempo prefijado practicaren al menos diez veces en público o en secreto, si públicamente por justa causa no pudieren, las indicadas p reces, y purificada debidamente su alma, se acercaren a la Sagrada Comunión les dejamos libres de toda expiación y de toda pena en forma de indulgencia plenaria.

Concedemos también plenísima remisión de sus pecados a aquellos que, sea en el día de la fiesta del Santísimo Rosario, sea en los ocho días siguientes, purificada su alma por medio de la confesión se acercaren a la Sagrada Mesa y rogaren en algún templo, según Nuestra intención, a Dios y a la Santísima Virgen, por las necesidades de la Iglesia.

¡Obrad pues, Venerables Hermanos! Cuanto más os intereséis por honrar a María y por salvar a la sociedad humana, más debéis dedicaros a alentar la piedad de los fieles hacia la Virgen Santísima, aumentando su confianza en ella. Nos consideramos que entra en los designios providenciales el que en estos tiempos de prueba para la Iglesia florezca más que nunca en la inmensa mayoría del pueblo cristiano el culto de la Santísima Virgen.

Quiera Dios que excitadas por Nuestras exhortaciones e inflamadas por vuestros llamamientos las naciones cristianas, busquen, con ardor cada día mayor, la protección de María; que se acostumbren cada vez más al rezo del Rosario, a ese culto que Nuestros antepasados tenían el hábito de practicar no sólo como remedio siempre presente a sus males, sino como noble adorno de la piedad cristiana. La celestial Patrona del género humano escuchará esas preces y concederá fácilmente a los buenos el favor de ver acrecentarse sus virtudes, y a los descarriados el de volver al bien y entrar de nuevo en el camino de salvación. Ella obtendrá que el Dios vengador de los crímenes, inclinándose a la clemencia y a la misericordia, restituya al orbe cristiano y a la sociedad, después de eliminar en lo sucesivo todo peligro, el tan apetecible sosiego.

Alentado por esta esperanza Nos suplicamos a Dios por la intercesión de aquélla en quien ha puesto la plenitud de todo bien, y le rogamos con todas Nuestras fuerzas, que derrame abundantemente sobre vosotros, Venerables Hermanos, sus celestiales favores. Y como prenda de Nuestra benevolencia, os damos de todo corazón a vosotros, a vuestro Clero y a los pueblos confiados a vuestros cuidados, la Bendición Apostólica.

Dado en Roma, junto a San Pedro, el primero de septiembre de 1883, año sexto de Nuestro Pontificado.


 


LEÓN PP. XIII


jueves, 10 de octubre de 2024

El tejedor de la santidad

Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá. Foto JRCR.

 Por Julio Ricardo Castaño Rueda

Sociedad Mariológica Colombiana

El santo rosario es la historia de Dios narrada por María.

Y al recitar esta plegaria, los latidos del corazón inmaculado de la Santísima Madre del Redentor se escuchan en las profundidades del neuma. Sus ecos, meditados en  el misterio de la divinidad trinitaria, se convierten en la herramienta de la beatitud.  Las preces penetran insondables en la conducta del penitente.

Lentamente, el oficio de esta abstracción rompe las estructuras que atan la debilidad del creyente a la trasgresión del orden moral. Las invocaciones actúan silentes sobre la rutina y las distracciones propias del pensamiento ubicado en las imágenes del gozo o del dolor, luz y gloria de la crónica de la salvación. El poder infinito de la imprecación oficia como la medicina celestial, bálsamo para las llagas de la flaqueza. Su fuerza vigorosa detecta las razones desahuciadas de la conciencia donde las semillas de la malignidad tienen sus depósitos de insubordinada resistencia a la humildad.

Así, el rosario es un prodigio entretejido con los dedos del devoto. Es un dispositivo de tracción entre el Evangelio y la gracia santificante. Su acción virtuosa enciende en la conciencia catequizada la vivencia del amor de Cristo. El resultado de este encuentro con la vida del Verbo permite romper las talanqueras de la acedia. Ella impone y se adhiere a esta época de infortunio. Este tiempo, oscurecido por las dictaduras del derecho al pecado, impone como logro constitucional la muerte. Este fenómeno requiere un choque frontal con el salterio de María.

Allí, en la contienda, el fiel se inclina para implorar, con la dinámica serena de una camándula, el milagro de su conversión.

 

 

 

 

 

 

 

 

jueves, 3 de octubre de 2024

Oración compuesta por s. s. Pío XII para ser recitada por las mujeres cristianas

Foto Julio Ricardo Castaño Rueda

 

“¡Oh llena de gracia y bendita entre todas las mujeres, María! Te rogamos que extiendas la mano de tu maternal protección sobre nosotras tus hijas, que nos reunimos cabe tu trono de Reina, como falanges dóciles a tus mandatos y resueltas a realizar con tu auxilio en nosotras y en nuestras hermanas el ideal de la verdad y de la perfección cristiana.

 En Ti se fijan llenos de admiración nuestros ojos ¡oh Niña Inmaculada, predilecta del Padre! ¡Oh Virgen Esposa del Espíritu Santo! ¡Oh ternísima Madre de Jesús! Obtennos de tu Divino Hijo el que podamos reflejar en nosotras tus excelsas virtudes en toda edad y condición.

 Haz que seamos rectas y puras en los sentimientos y en las costumbres; y para con nuestros esposos, dulces, afectuosas y comprensivas; con nuestros hijos madres diligentes, vigilantes y sabias; administradoras cuidadosas de nuestros hogares domésticos, ciudadanas ejemplares en nuestra amada patria; hijas fieles de la Iglesia, dispuestas a dejarnos guiar por ella en el pensamiento y en la acción.

 Ayúdanos ¡oh Madre nuestra amorosísima! a ser en verdad observantes de los deberes de nuestro estado y a hacer de nuestras moradas centros de vida espiritual y de caridad activa, escuelas de formación de las conciencias y jardines de todas las virtudes. Asístenos con el fin de que también en la vida social y política sepamos ser ejemplos de fe profunda, de práctica cristiana constante y amable, de incorrupta integridad, y de justo equilibrio basado en los más sólidos principios religiosos.

 Bendice nuestros propósitos y nuestros esfuerzos; y del mismo modo que Tú nos incitas a ellos, así también con tu ayuda nos sea dado contemplar sus abundantes frutos en el tiempo y en la eternidad. Así sea.

 

jueves, 19 de septiembre de 2024

El Vaticano aprueba la experiencia espiritual de Medjugorje y no se pronuncia acerca de la sobrenaturalidad de los mensajes

 

Por Cari Filii 

Presentación de la aprobación vaticana a María Reina de la Paz.

El Vaticano acaba de aprobar con un nihil obstat la devoción internacional a María como Reina de la Paz, las peregrinaciones a Medjugorje, en Bosnia-Hercegovina, y el uso espiritual de una selección de mensajes, que deben considerarse «textos espirituales edificantes». Lo hace en su documento La Reina de la Paz.

Las apariciones seguirán siendo «presuntas apariciones», igual que los mensajes, y Doctrina de la Fe no entra en si pasó algo sobrenatural en Medjugorje o si sigue sucediendo.

Más aún, al presentar el dictamen vaticano ante los periodistas, el cardenal Víctor Manuel Fernández, prefecto de Doctrina de la Fe, detalló: «Pregunté al Papa, porque él podía decir que después de este Nihil Obstat seguiríamos [hacia una declaración de sobrenaturalidad]. Pero me dijo: para nada, considero esto suficiente, no iremos más allá hacia una declaración de sobrenaturalidad. Me dijo que le parecería muy difícil. Una cosa es decir: ‘pueden rezar a la Virgen de la Paz, hacer peregrinaciones y leer sin peligros estos mensajes. Eso, para el Papa, es suficiente», explicó en respuesta a las preguntas de periodistas.

El cardenal Fernández mostró un libro con una selección de mensajes recopilados, transmitidos por los supuestos videntes. «Estos mensajes los hemos analizado, distinguiendo su lenguaje, conectándolos. Los mensajes que vengan después, no sabemos. Pero los que lleguen, los podrá analizar el visitador y cada dos meses se podría publicar. Si hay algo dudoso, nos llamará y trataremos de contestar, no en dos años, sino en una semana», añadió el cardenal argentino.

«No estamos seguros que sean mensajes de la Virgen»

«No estamos seguros de que sean mensajes de la Virgen», detalló antes el cardenal Fernández, «y los acogemos solo como textos edificantes que pueden estimular una bella experiencia espiritual».

¿Por qué Roma no da más apoyo a los supuestos mensajes de Medjugorje? Fernández fue muy claro: «si digo que son sobrenaturales y que los dijo la Virgen serían más importantes que las obras de Teresa de Ávila. Por eso es tan difícil [declarar la sobrenaturalidad]. ¿Desde 1980 hasta hoy, cuantas declaraciones de sobrenaturalidad hubo? Sólo tres o cuatro, y ni siquiera estamos seguros, porque usan palabras como ‘la Virgen nos ha visitado’, que hay que ver qué significa eso. En cambio, ¿cuántas beatificaciones desde 1980? Pregunté al cardenal Semeraro [de Causa de los Santos] y me dijo que 3.159. ¿Por qué hay tantas beatificaciones y tan pocas declaraciones de sobrenaturalidad? Porque es muy difícil».

En la rueda de prensa el cardenal Fernández insistió en que lo que da Roma es una «autorización al culto público a María Reina de la Paz, no una declaración de sobrenaturalidad».

«El Espíritu hace cosas buenas en medio»

«Digo que el Espíritu Santo hace cosas buenas en medio de ese fenómeno. Para eso no necesitamos certeza moral. Seguiremos hablando de ‘presuntos’ hechos sobrenaturales, y decimos que el Espíritu obra en medio de peregrinaciones y de acciones pastorales en la devoción a la Reina de la Paz«, añadió.

«La Iglesia expresa, aprobando el culto público a María Reina de la Paz, que no quiere dejar solos a estos fieles. Mientras no se aprueben los mensajes, sólo se aconseja a los fieles considerarlos como «textos edificantes». Y se da autoridad al visitador vaticano en Medjugorje para trabajar en conexión con Doctrina de la Fe. Sería imprudente presentar los mensajes como llegados del Cielo. Alguien dirá: ¿pero es posible guardar silencio sobre algo que piensas que la Virgen comunicó? Pues sí, como se hizo con los secretos de Fátima.»

Una investigación sin entrevistar a los videntes

El cardenal Fernández respondió a preguntas de los periodistas que su equipo, al preparar este documento, no ha hablado con ninguno de los seis supuestos videntes implicados,sino que se ha basado en las entrevistas y trabajos recopilados por comisión Ruini, presentados en 2017, que investigó el caso por encargo de Benedicto XVI.

«No hemos hablado con ellos, pero les he escrito una breve carta con algunas sugerencias,es una carta reservada que conoce el visitador», dijo, refiriéndose a Aldo Cavalli, visitador apostólico al que el Papa encarga la supervisión espiritual de Medjugorje.

Un análisis de las investigaciones previas

El cardenal Fernández ha querido defender la buena fe de casi todos los implicados en la ya larga historia de Medjugorje. «Conocemos la opinión negativa del obispo emérito de Mostar sobre los hechos de Medjugorje, él tenía el derecho y deber investigar y pronunciarse. El episcopado de Yugoslavia hizo su comisión de estudio, la Declaración de Zara, que hablaba de que lo investigado ‘hasta ahora’ no permitía hablar de lo sobrenatural. Benedicto XVI creó la comisión internacional, la Comisión Ruini, que consideraba que en las 7 primeras apariciones los muchachos, mentalmente sanos, no se dejaron influenciar por nadie y testificaron haber visto a la Virgen, que daba mensajes de penitencia», detalló Fernández.

«Según votó esa Comisión Ruini, 13 de 15 miembros consideran que esas 7 primeras apariciones son sobrenaturales. Sobre las apariciones posteriores sólo 2 consideraron que no eran sobrenaturales, el resto votaron con ‘no podemos aún discernir’. Sobre los efectos, 11 los veían positivos y sólo 3 hablaban de «efectos mixtos». En 5 o 6 diócesis se produjeron problemas importantes con grupos ligados a Medjugorje, por esta razón algunos hablan de frutos mixtos, detalló el cardenal. Fernández repitió que el informe Ruini es «muy, muy bueno».

Fernández admitió que varios testigos orales confirman que Juan Pablo II tenía buena opinión de Medjugorje, o al menos un fuerte interés. Pero el cardenal argentino insistió en que Benedicto XVI pedía separar el aspecto de si las apariciones fueron sobrenaturales y reales, del aspecto de los frutos y la devoción que genera, con sus peregrinaciones.

«El problema no es la hipercrítica moderna, sino evaluar la ortodoxia y vitalidad de la vida religiosa que se desarrolla alrededor de esos lugares», escribió el cardenal Ratzinger, según cita Fernández, que adopta ese criterio en sus normas. «¿Hay vitalidad, fe, conversión, frutos positivos, se ve que Dios hace cosas buenas? No decimos «a causa de » sino «alrededor o en medio de». Ese criterio del cardenal Ratzinger es el mismo que usa Francisco y es el que se aplica en las normas». Francisco dijo que «el meollo del informe es el hecho pastoral, las personas que van y cambian de vida».

Detalló después que el primer visitador enviado por Francisco, Hozer, viviendo en Medjugorje un tiempo, hizo un informe con conclusiones aún más positivas que el Informe Ruini.

Aldo Cavalli, actual visitador, que vive allí, prefiere no opinar de los mensajes, pero sí tiene opinión positiva de los frutos. «Me dijo que es un oasis de paz y de fe donde Dios, a través de la Reina de la Paz, hace mucho, mucho bien», dijo Fernández.

«Los Pontífices muestran un gran respeto ante una devoción muy extendida en el Pueblo de Dios: en eso nos detenemos, más que en el origen sobrenatural o no del fenómeno. Los fieles están autorizados a dar su adhesión de manera prudente y se autoriza el culto público a María Reina de la Paz. Por estas experiencias, y no a causa de los supuestos fenómenos, se han producido efectos positivos. Sí, hubo problemas, pero esos efectos problemáticos no se extendieron por el pueblo de Dios», añadió.

El nihil obstat lo da el obispo local

Ese nihil obstat a la devoción y peregrinación lo dará el obispo local, por indicación de Roma. «Se quiere seguir con la tradición del decreto del obispo local con su nihil obstat. El decreto es del obispo, pero el Dicasterio interviene en diálogo con el obispo, por su dimensión mundial. El obispo explicita que los sacerdotes de su diócesis son libres de adherirse, o no, a la experiencia de Medjugorje. Pero la devoción a la Reina de la Paz se ha extendido por el mundo, hay grupos en todo el mundo y obras de caridad».

Fernández explicó lo que cree que atrae más en todo el mundo a quienes quizá ni saben nada de Medjugorje como lugar: «Es un fenómeno popular que no tiene muy en cuenta los mensajes o las discusiones sobre los videntes, sino que lo que atrae es la Reina de la Paz, su presencia que da paz. Yo vi la imagen de la Reina de la Paz en pueblos en América. Propuse a unos fieles hacer edículos de la Virgen y la primera que me propusieron fue la Reina de la Paz».

De los mensajes, destacó que suelen animar a la fe y la construcción de la paz. Sobre los mensajes poco exactos dice que usan «lenguaje popular, no teológico». Por ejemplo, cuando dicen que «los difuntos se alegran cuando ofrecen misa por ellos». Un teólogo puede decir «no hay alegría en el Purgatorio» o «hay difuntos condenados que no se benefician». Pero somos católicos y sí, ofrecemos misas por difuntos».

Continuó: «Estos mensajes no son un dictado, la persona escucha y se esfuerza por recordarlo y expresarlo, no se debe leer como un texto de magisterio o catecismo y buscar su mensaje profundo tras la imperfección de las palabras. Y que el Espíritu Santo actúe en una experiencia no significa que todo en esa experiencia esté libre de toda imperfección».

¿Por qué leer estos mensajes poco precisos habiendo textos doctrinales más precisos?,planteó el cardenal saliendo al encuentro de una objeción razonable.

«Si hiciéramos eso, no quedaría mucho por leer. Quedarían solo unos pocos textos muy precisos, se prohibirían textos de San Juan de la Cruz, a quien admiro, por su Llama de amor viva, que habla del «centro infinito de la sustancia del alma». Es un problema: ¿es infinito el centro del alma? Y luego dice, más problemático: «el centro del alma es Dios». ¿Es esto un lenguaje preciso, que no causa confusión? O la expresión de Santa Teresita: ‘no confío en mis méritos, que no los tengo, Él, cubriéndome con sus méritos, me hará santa’. ¿Este lenguaje es luterano?» El cardenal mencionó un par de textos de Trento sobre los méritos que chocarían con lo de Teresita. «No han faltado fanáticos que han propuesto prohibir a los fieles estos autores espirituales, ¡y eso que San Juan de la Cruz y Teresita se formaron en un convento! Pero es que el lenguaje místico busca fomentar el deseo de confiarse en Dios», insistió Fernández. Ese lenguaje, dijo, es más eficaz para ese fin que la Summa Teológica (el gran tratado medieval de Santo Tomás de Aquino, muy preciso).

Las enseñanzas de Medjugorje

La nota además pide «acoger y evaluar» los mensajes con una visión de conjunto. Más que los detalles lo que importa son las grandes exhortaciones de los mensajes. La primera, la propuesta de paz, que se transmite con la figura de la Reina de la Paz. También se valora el amor a las personas de otras denominaciones: «todos sois mis hijos, musulmanes, ortodoxos, católicos», dicen los mensajes, lo que no significa que todas las religiones sean iguales ante Dios, no hay sincretismo ni relativismo, pero sí que todos los hombres son amados por Dios. ¿Cómo no pedir la paz entre religiones en el contexto de una guerra marcada por las identidades religiosas?

«Hoy os invito a la conversión, este es el mensaje más importante que os he dado», insiste en sus mensajes. Y exhorta a luchar contra el mal, no dejarse intimidar por las pruebas. «Habéis permitido, sin daros cuenta, que Satanás se apodere de vosotros, no cedáis», dice otro mensaje citado por Fernández.

El cardenal argentino valora la invitación a la oración unida al amor fraterno. «Se os pide amar y dar», cita el cardenal. No es una devoción privada cerrada al mundo, sino abierta a hacer apostolado y salir al mundo, detalló.

Fernández siguió repasando objeciones. ¿Cuánto viene de Dios y cuanto de otras fuentes, deseos, cultura, etc…? «También pasa en la Biblia, hay que discernir lo que es cultura y lo que es el mensaje divino?

Objeciones hechas a Medjugorje

¿Cuáles serían entonces los puntos débiles de los mensajes de Medjugorje?

Para algunos, la frecuencia, su insistencia en escucharm exhortar… «Cansa, ¿no?», dice el cardenal. Y que hable de «mis planes», de la Virgen, como si fueran distintos a los de Dios.

Y «hay un riesgo, es cierto, de tener dependencia de los mensajes de la Virgen». Pero hay mensajes de Medjugorje que advierten de ese mismo riesgo. «No vayáis en busca de cosas extraordinarias, tomad el Evangelio, leedlo y todo os resultará claro», dice otro mensaje. Y también: «¿Por qué hacéis tantas preguntas? Las respuestas están en el Evangelio».

Esa insistencia se hace problemática en mensajes «más privados» con fechas, lugares y aspectos concretos, que «hay que discernirlas en comunidad, el párroco con el consejo pastoral, la Virgen no tiene que decirnos a qué hora celebrar la misa».

«Ese es el modelo de Virgen cartera que el papa Francisco rechaza. O cuando dice qué día hay que celebrar el nacimiento de María. Gracias a Dios ese tipo de mensajes no son frecuentes y muchos no han sido publicados. Se explican sólo por los deseos personales de los videntes. Se mezclan elementos edificantes y otros problemáticos».

La vida de los videntes ¡no requiere ser ejemplar!

Al inicio del pontificado de Francisco, Doctrina de la Fe se manifestó muy contrario a Medjugorje, incluso hablando de lo demoníaco (una alusión, parece, al cardenal Müller). «Algunos dijeron que la vida de los muchachos no era ejemplar, poniendo como ejemplo queuna niña fumaba, quizá robando cigarrillos a su padre. Eso se ha tomado una y otra vez como argumentación. O que reconocieron haber mentido dos veces, una para no difundir un mensaje privado, otra por petición del padre Vlasic. Otros señalan que no tienen virtudes heroicas, pero las personas que reciben mensajes o dones carismáticos no necesitan tener virtudes heroicas». Se necesitan para las beatificaciones, no para reconocer mensajes.

Y añadió: «Incluso si hubiera reconocimiento de algo sobrenatural en un fenómeno, eso no dice nada de la santidad del vidente. Si una persona tiene un carisma, por ejemplo de sanación, aunque caiga en pecado, la persona sigue sanando. Otra cosa es que la Iglesia prohíba el ejercicio por riesgo de escándalo».

Otra crítica: que ningún vidente se hizo monje o monja. Pero no tenían por qué.

O la acusación de que la Virgen supuestamente diga que todas las religiones sean iguales. Fernández considera que dice que son los hombres (de distintas religiones) los que son iguales ante Dios.

Otra acusación: que había sacerdotes pecadores, como el padre Vlasic, alrededor de los muchachos en los inicios. Pero no era su director espiritual, detalla Fernández. De hecho, hay quien los acusa de lo contrario: de no tener dirección espiritual. Los chicos estaban solos en las primeras apariciones, no estaban apegados a Vlasic, y las primeras apariciones sucedieron cuando no había sacerdote en el pueblo.


«El punto más oscuro y triste es el largo conflicto entre los franciscanos rebeldes y los obispos», admitió el cardenal, «algo que empezó antes de Medjugorje, en 1975, cuando Roma pide a los frailes dejar el lugar a los diocesanos. Los franciscanos rebeldes, que son un verdadero problema, no están relacionados con Medjugorje, según me confirman el obispo de Mostar y el visitador apostólico». Por eso, insiste, «el nihil obstat a María Reina de la Paz no es en absoluto una victoria de los franciscanos rebeldes que se colocaron fuera de la Iglesia y están en una situación realmente fea».

Más pegas: «hay rumores en redes de que una vidente compró un edificio entero muy caro». La realidad es que solo compró su piso, dice el cardenal.

«Sí, los videntes podrían y pueden pecar. Podrían pecar en el futuro, sí, pero eso no hace que las cosas buenas de Medjugorje se hagan demoníacas. El culto público a María Reina de la Paz se seguirá produciendo. Si hubiera escándalo, intervendría el obispo, el visitador y el Dicasterio. Este nihil obstat no soluciona todo para el futuro. Los supuestos videntes son personas casadas, con hijos, sujetos a tentaciones como todos», admite el prefecto.

Luego recuerda un importante criterio bíblico: San Pablo en 1 Corintios 14 dice que «los espíritus de los profetas están sometidos a los profetas», es decir, que los carismas que da Dios están sometidos al discernimiento del profeta. El mismo San Pablo consultó a los otros apóstoles en Jerusalén. «La Virgen no nos usa como títeres, deja espacio a nuestro discernimiento eclesial. No es una Virgen cartera, como dice el Papa Francisco».

El cardenal valoró también que muchos mensajes animan a pensar en el Paraíso y a buscar ir al Cielo, a recordar que somos peregrinos hacia la Vida Eterna. «Dios, en medio de las imperfecciones humanas, ha encontrado en Medjugorje un río de bien y belleza», dijo el cardenal para finalizar su ponencia ante la prensa.