¡Oh
piadosísima Virgen! Vos, que nueve siglos antes de existir fuisteis vista en
profecía por el siervo de Dios nuestro padre san Elías, y venerada por sus
hijos allá en el Carmelo... Vos, que en carne mortal os dignasteis visitarles y
les dispensasteis celestiales consuelos... Vos, que vigiláis siempre por la
virtuosa familia que tuvo por Superior a vuestro estimado hijo san Simón Stock,
por padres y reformadores a la seráfica virgen y mística doctora Santa Teresa
de Jesús y al esclarecido y extático san Juan de la Cruz , así como por una de sus
dignísimas hijas a la ejemplar esposa de Jesucristo santa María Magdalena de
Pazzis, vuestra devotísima sierva... Vos, que engalanasteis a dicha Orden con
la estimable prenda del Santo Escapulario.., y, en fin, Vos, que de tantas
maneras habéis demostrado vuestro cariñoso amor a los carmelitas y sus
allegados, recibid benévola mi corazón ardiente de fervoroso entusiasmo hacia
la más pura de las criaturas y la más candorosa de las madres. No permitáis,
Señora, que el león rugiente asuste mi espíritu en el camino de la perfección,
y haced que logre arribar a salvamento en la gloria, como lo habéis alcanzado
de vuestro divino Jesús para los que, invocándoos con fe e imitando vuestras
virtudes, murieron píamente con vuestra enseña. Amén.
Tomado del Devocionario Católico
No hay comentarios:
Publicar un comentario