1º. La profecía de Simeón (Lc. 2, 22-35) ¡Dulce
Madre mía! Al presentar a Jesús en el templo, la profecía del anciano Simeón te
sumergió en profundo dolor al oírle decir: “Este Niño está puesto para ruina y
resurrección de muchos de Israel, y una espada traspasará tu alma”. De este
modo quiso el Señor mezclar tu gozo con tan triste recuerdo. Rezar Avemaría.
2º. La persecución de Herodes y la huida a Egipto
(Mt. 2, 13-15) ¡Oh Virgen querida!, quiero acompañarte en las fatigas, trabajos
y sobresaltos que sufriste al huir a Egipto en compañía de San José para poner
a salvo la vida del Niño Dios. Rezar Avemaría.
3º. Jesús perdido en el Templo, por tres días (Lc.
2, 41-50) ¡Virgen Inmaculada! ¿Quién podrá pasar y calcular el tormento que
ocasionó la pérdida de Jesús y las lágrimas derramadas en aquellos tres largos
días? Déjame, Virgen mía, que yo las recoja, las guarde en mi corazón y me
sirva de holocausto y agradecimiento para contigo. Rezar Avemaría.
4º. María encuentra a Jesús, cargado con la Cruz
(Vía Crucis, 4ª estación) Verdaderamente, calle de la amargura fue aquella en
que encontraste a Jesús tan sucio, afeado y desgarrado, cargado con la cruz que
se hizo responsable de todos los pecados de los hombres, cometidos y por
cometer. ¡Pobre Madre! Quiero consolarte enjugando tus lágrimas con mi amor.
Rezar Avemaría.
5º. La Crucifixión y Muerte de Nuestro Señor (Jn.
19, 17-30) María, Reina de los mártires, el dolor y el amor son la fuerza que
los lleva tras Jesús, ¡qué horrible tormento al contemplar la crueldad de
aquellos esbirros del infierno traspasando con duros clavos los pies y manos
del salvador! Todo lo sufriste por mi amor. Gracias, Madre mía, gracias. Rezar
Avemaría.
6º. María recibe a Jesús bajado de la Cruz (Mc. 15,
42-46) Jesús muerto en brazos de María. ¿Qué sentías Madre? ¿Recordabas cuando
Él era pequeño y lo acurrucabas en tus brazos? Por este dolor te pido, Madre
mía, morir entre tus brazos. Rezar Avemaría.
7º. La sepultura de Jesús (Jn. 19, 38-42) Acompañas
a tu Hijo al sepulcro y debes dejarlo allí, solo. Ahora tu dolor aumenta,
tienes que volver entre los hombres, los que te hemos matado al Hijo, porque Él
murió por todos nuestros pecados. Y Tú nos perdonas y nos amas. Madre mía
perdón, misericordia. Rezar Avemaría.
Cf.http://www.santisimavirgen.com.ar/siete_dolores_de_maria.htm
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