Benedicto
XVI, papa 2005-2013
Hoy, en la fiesta de la Visitación , como en todas las páginas del
Evangelio, vemos a María dócil a los planes divinos y en actitud de amor
previsor a los hermanos. La humilde joven de Nazaret, aún sorprendida por lo
que el ángel Gabriel le había anunciado —que será la madre del Mesías
prometido—, se entera de que también su anciana prima Isabel espera un hijo en
su vejez. Sin demora, se pone en camino, como dice el evangelista (cf. Lc 1,
39), para llegar "con prontitud" a la casa de su prima y ponerse a su
disposición en un momento de particular necesidad.
¡Cómo no notar que, en el encuentro entre la joven María y la ya anciana Isabel, el protagonista oculto es Jesús! María lo lleva en su seno como en un sagrario y lo ofrece como el mayor don a Zacarías, a su esposa Isabel y también al niño que está creciendo en el seno de ella. "Apenas llegó a mis oídos la voz de tu saludo —le dice la madre de Juan Bautista—, saltó de gozo el niño en mi seno" (Lc 1, 44). Donde llega María, está presente Jesús. Quien abre su corazón ala Madre ,
encuentra y acoge al Hijo y se llena de su alegría. La verdadera devoción
mariana nunca ofusca o menoscaba la fe y el amor a Jesucristo, nuestro
Salvador, único mediador entre Dios y los hombres. Al contrario, consagrarse a la Virgen es un camino
privilegiado, que han recorrido numerosos santos, para seguir más fielmente al
Señor. Así pues, consagrémonos a ella con filial abandono.
¡Cómo no notar que, en el encuentro entre la joven María y la ya anciana Isabel, el protagonista oculto es Jesús! María lo lleva en su seno como en un sagrario y lo ofrece como el mayor don a Zacarías, a su esposa Isabel y también al niño que está creciendo en el seno de ella. "Apenas llegó a mis oídos la voz de tu saludo —le dice la madre de Juan Bautista—, saltó de gozo el niño en mi seno" (Lc 1, 44). Donde llega María, está presente Jesús. Quien abre su corazón a
Discurso del 31 de mayo en la gruta de Lourdes de
los jardines vaticanos de 2006 (trad. © copyright Libreria Editrice Vaticana).
No hay comentarios:
Publicar un comentario