Por Julio Ricardo Castaño Rueda
Sociedad Mariológica Colombiana
Nuestra
Señora del Rosario de Chiquinquirá volverá a Bogotá en helicóptero. El
transporte aéreo rompió la tradición, derecho de los pueblos, de ofrendar sus
mandas sobre la ruta terrestre. El país político insistió en mostrar su inmensa
pequeñez para hacer el ridículo.
La
absolutista medida causó malestar entre los chiquinquireños. Algunos raizales
piensan que el vuelo obedece a la necesidad de tapar el entuerto que hizo la Colombia laicista de no
incluir a la Ciudad Promesa
en el itinerario del sumo pontífice.
Increíble,
pero cierto. El primer santuario mariano de la América del Sur se quedó
sin la fiesta que por derecho histórico le pertenecía. En México, donde los
papas sí van al Tepeyac, sin importar la guerra entre narcotraficantes, quedaron
estupefactos ante esa situación. El porqué de la chambonada es simple: Colombia
es una nación divorciada de sus más caros valores ancestrales.
Y
como si la separación de lo autóctono no fuera un trágico pecado cultural algunos
redactores copiaron de la Internet
textos erróneos sobre la crónica viajera de la Reina chiquinquireña. La agenda mediática
justificó el yerro con mutismos.
Ante
la manipulación de la información se presenta un resumen que intentará frenar
la mitomanía al respecto. (Acto utópico). La síntesis tiene el sustento de los
archivos que conservan los documentos originales sobre el tema.
Primera peregrinación.
Pedestre. El 3 de diciembre de 1587. Nuestra Señora del Rosario de
Chiquinquirá salió de la capilla de los aposentos de
Chiquinquirá para Tunja (Boyacá) por petición de los notables de esa ciudad.
Fue llevada para que por su intercesión se acabara la peste que asolaba la
región. Como testimonio y agradecimiento por los favores recibidos se edificó
un templo en el cerro de San Lázaro de Tunja. El 23 de enero de 1588 regresó a
su casa.
Segunda
peregrinación. Pedestre. El 18 de
agosto de 1633. Nuestra Señora del
Rosario de Chiquinquirá salió de su
capilla con rumbo hacia Tunja. Objetivo interceder ante su Hijo para que cesara
la denominada Peste de Santos Gil. El mal, conocido como tabardillo (tifus),
cesó.
No
regresó inmediatamente a Chiquinquirá. Por petición del arzobispo de Santafé de
Bogotá, Bernardino de Almanza, la
Virgen tomó por la vía de Turmequé con destino a la capital
del Nuevo Reino de Granada, el 12 de septiembre de 1633. Llegó el 16 de
septiembre. La ciudad la retuvo por pleitos eclesiales y civiles que pretendían
apoderarse del sagrado lienzo y dejarlo en la catedral primada.
El
ciclo de controversias legalistas lo cerró el arzobispo de Santafé de Bogotá, fray
Cristóbal de Torres, O.P., al entregar el Santuario de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá a los
frailes dominicos, el 20 de enero de 1636. La Patrona
salió de Bogotá con destino a Chiquinquirá el primero de febrero de 1636.
Tercera salida. Pedestre.
Encajonada y envuelta en un toldo. El 21 de abril de 1816. La Virgen fue hurtada por la
fuerza de las bayonetas.
El mercenario francés,
Manuel Serviez, profanó el templo de
Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá y sacó el lienzo de la Patrona. Lo dejó
tirado en el alto de Sáname Cáqueza (Cundinamarca),
en su huida hacia los llanos, cuando era perseguido por el Escuadrón de Carabineros Leales de Fernando
VII. Por favor evitar las falacias greco-latinos de los encargados de
maquillar los desastres morales de las altezas de la Patria Boba con
verborrea de cuenteros. No hubo epopeya sino un vil atraco por parte de un
rufián que saqueaba iglesias a su paso de fuga.
Cuarta peregrinación. Pedestre. El
9 de mayo de 1841. Nuestra Señora del Rosario
de Chiquinquirá salió del templo principal (basílica) para Bogotá. El motivo de
la visita era interceder ante su Hijo por la salud del pueblo. La peste,
herencia de la matanza denominada Guerra de los Supremos, azolaba la ciudad y
pueblos circunvecinos. El mal de la viruela se acabó. Salió de Bogotá con
destino a Chiquinquirá, el 24 de agosto de 1841.
Quinta peregrinación. Pedestre. El
4 de septiembre de 1841. Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá, sin tregua ni reposo, viajó
para Tunja. La epidemia de viruela requería su eficaz intercesión. La
enfermedad finalizó sus estragos. Después de una estadía en Villa de Leiva, de
mes y medio, regresó el 16 de noviembre de 1841.
Sexta peregrinación. Pedestre. El 28 de
junio de 1919. Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá salió de su templo para Bogotá. Objetivo: la
coronación como Reina y Patrona de Colombia, el 9 de julio de 1919.
El 21 de julio se despidió de Bogotá y tomó la ruta
para Tunja a donde llegó el 3 de agosto
de 1919. De allí partió el día ocho con destino a Chiquinquirá a donde arribó
el 14 de agosto, vísperas de la fiesta de la Asunción.
Séptima peregrinación. Tren. El 4 de diciembre 1954. Nuestra
Señora del Rosario de Chiquinquirá entró a Bogotá. Llegó para presidir el
Tercer Congreso Mariano Nacional. El evento fue organizado como un homenaje al
centenario de la proclamación del dogma de la Inmaculada Concepción.
La Patrona
fue colocada en el Estadio El Campín (Campo Mariano). Bogotá tenía en su memoria
la matanza del 4 de diciembre de 1854 con la toma de la ciudad por los
gamonales legitimistas que derrocaron la dictadura del general José María Melo.
La Bienaventurada
no visitó el centro histórico donde ocurrieron los nefastos hechos. El cielo no
olvida. La Santísima
Virgen María regresó en un vagón de ferrocarril a
Chiquinquirá, el 9 de diciembre de 1954.
Octava peregrinación. Autoferro.
El 6 de diciembre de 1962. Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá viajó a Bogotá para liderar
la plegaria nacional por el éxito del Concilio Vaticano II. Visitó la catedral primada. A su morada retornó
el 9 de diciembre de 1962.
Novena peregrinación. Carro
de bomberos.
El 9 de julio 1999. Nuestra
Señora del Rosario de Chiquinquirá entró a Bogotá de noche. Visitó el templo
votivo de Chapinero edificado en su honor y la catedral primada. El motivo fue
una súplica general por la paz del país y la celebración de los 80 años de su
coronación como Reina de Colombia.
La
décima salida del santuario (septiembre de 2017) pasará a la historia por la
cantidad de notas oficiales con sofismas de Perogrullo. “Viajará en helicóptero
para proteger el lienzo porque es muy antiguo, 400 años”.
Ante
el embuste sistemático vale la pena recordar que para 1999 cuando llegó
escoltada por varios sujetos ebrios, como parte de la romería folclórica, la imagen
ya tenía 455 años de antigüedad. Había soportado el abandono virreinal (1589-1633),
un secuestro (1816), los robos de sus joyas (1826 y 1886), un incendio (1896),
otro secuestro (1918) con entredicho canónigo, el terremoto de 1967, un examen
radiológico (1986) a lo que se suman los siglos en que el cuadro fue manoseado
por miles de promeseros en la fiesta grande y siguió intacto…
Afortunadamente,
el santo padre Francisco reclamó la presencia de María Santísima de
Chiquinquirá en su visita apostólica…
Señor,
ten piedad de mi tristeza inmarcesible porque tú sabes que la Colombia de María es del
rosario y no del adversario.
No hay comentarios:
Publicar un comentario