“Reina
Madre del Rosario de Chiquinquirá, bella flor de nuestra tierra, renovada en
destellos de luz y de hermosura, luces radiante en tu imagen soberana los
colores del patrio pabellón. Eres tú nuestra gloria y el orgullo de nuestra
raza, madre de Dios y madre nuestra. En rústico lienzo tu rostro se ilumina y
renuevas tu imagen en celestial fulgor, dando a tus hijos la graciosa prenda de
la luz inmortal de tu Hijo Salvador.
Ciñe
tus sienes la real diadema que corona tu hermosura y tu maternal bondad,
símbolo fiel de nuestro entrañable afecto y de tus hijos el filial amor. A ti te cantan celestiales voces que te
aclaman por Reina de la Paz
y el pueblo entero jubiloso te presenta el don de su fervor. En los difíciles
tiempos de dolor y angustia, tú que eres Madre de Misericordia, vida, dulzura y
esperanza nuestra, extiendes tu cetro soberano y cubres gloriosa con tu egregio
manto a todos los que sufren la tribulación.
Hermosas
flores mezcladas con tierra colombiana dieron a tu precioso lienzo celestial
color; brote la tierra perfumadas flores que rinden culto a tu sagrada imagen,
madre llena de gracia y de virtud. Tu divina presencia renovada, Reina Madre
bendiga nuestra amada tierra y renueve a tus hijos en la luz de la verdad.
Vuelve
a nosotros tus ojos misericordiosos, inagotable fuente de gracia y de ternura;
recibe complacida Madre y Señora, la humilde romería de nuestro inquieto
corazón que llega peregrino a tu Santuario, casa del consuelo y la alegría, donde
tú, Oh Madre Clemente y pía, escuchas nuestros clamores. Amén.
Tomado
de un volante entregado por los padres dominicos en la basílica de Nuestra
Señora del Rosario de Chiquinquirá el 25 de diciembre de 2014.
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