jueves, 1 de octubre de 2020

La advocación del agasajo perdido



Por Julio Ricardo Castaño Rueda

Sociedad Mariológica Colombiana

Las festividades en honor de la Patrona de Bogotá, Nuestra Señora de la Peña, tuvieron su esplendor y su olvido con las carnestolendas, desde el domingo de quincuagésima hasta el martes de carnaval.

Paradójicamente, la efeméride del 10 de agosto de 1685 quedó como parte del inventario folclórico de la capellanía. La conmemoración del hallazgo de la escultura de la Santísima Virgen María, su Hijo, su esposo José y la corte de ángeles por parte del platero don Bernardino de León dejó de ser parte de la ciudad capital y por ende del país.

La razón está en el mes de Octavio Augusto porque este tiene sus días especiales repletos de acontecimientos y preparativos oficiales. Eso terminó por colocar un telón sobre el festejo patronal.

Las fechas, impuestas por las circunstancias de su fama, coparon las páginas de los periódicos. La fundación de Bogotá (6 de agosto), la Batalla de Boyacá (7 de agosto), la Independencia del Ecuador (10 de agosto) y la Asunción de Nuestra Señora, la apoteosis de María, (15 de agosto).

Además, el santuario celebró con sus fieles otras fiestas del calendario litúrgico que tenían una relevancia especial para la historia de la advocación. Ellas son: san José (19 de marzo), la Anunciación (25 de marzo), san Miguel Arcángel, guardián de la ermita, (29 de septiembre), la Inmaculada Concepción, (8 de diciembre) y la Sagrada Familia, (30 de diciembre). El punto final lo colocó un presidente de Colombia, con apellido de hagiografía. Él cumplía años con la bogotanísima Virgen de la Peña. Ella optó por ceder su día a las alegrías de una patria amnésica. 

 

1 comentario:

  1. Muy cierto: se olvidó el festejo a la Patrona de esta ciudad aunque celebramos a cada uno de los componentes del milagroso hallazgo en distintas fechas. Quienes lo sabemos la llevamos siempre!!.

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