jueves, 15 de diciembre de 2022

jueves, 8 de diciembre de 2022

La Inmaculada, principio de la redención


 

 


Por Julio Ricardo Castaño Rueda

Sociedad Mariológica Colombiana

La concepción impoluta de la Santísima Virgen María fue el preámbulo para una súplica de urgente santidad: “Venga a nosotros tu Reino”. (Mt 6,10).

La humanidad vencida y divorciada de su Creador por la dupla del pecado, desobediencia y vanidad, necesitaba obtener una renovación restauradora en su origen femenino.

Eva, la fémina indiscreta y carne de Adán, permitió que la astuta serpiente la convenciera de comer el fruto prohibido. El garoso mordisco abrió la puerta a la condenación eterna. La gustativa insubordinación de un capricho al paladar rompió la gracia divina otorgada a su ser. La luz del Espíritu se oscureció en el interior de la obra maestra de la Divinidad, el hombre.

La reparación de esa catastrófica felonía requería de una invención superior e innovadora, una especie de blindaje, virtud impenetrable para las fuerzas de la iniquidad. La coraza, diseño celestial, es la derrota permanente del Maligno. Son hilos de pureza tejidos en la rueca de la humildad.

Así, la mujer castísima fue gestada bajo el omnipotente arte de la oposición misericordiosa contra la vileza de la maldad. (Gén 3,15). La flamante criatura, procreada para la gracia universal, fue concebida sin macula en la perennidad del amor de Dios. Ella sería la primicia de un anuncio salvador. María Purísima, aurora de la esperanza santificante, ofició su preparación para la esclavitud corredentora.

La pulcritud del fiat engendró al Redentor, su unigénito.

jueves, 1 de diciembre de 2022

La Virgen desconocida


 


 

Por Julio Ricardo Castaño Rueda

Sociedad Mariológica Colombiana

Nuestra Señora de la Peña, la estatuaria de Dios para el pueblo de Santafé de Bogotá, enfrenta un reto de ausencias. La amnesia cultural de la capital la ignora. La urbe, inundada por la desinformación de la imagen y la dictadura del ciberespacio, no tiene sitio para la dimensión de lo trascendental. Además, el bellísimo santuario, joya de los Andes, engarzado en la loma oriental no usa los medios para difundir su rica historia y su compleja estructura mariológica.

Por esos motivos, entre sus empinados senderos, la gente se pregunta dónde encontrar información sobre aquel tesoro colonial y celestial. Los turistas, los lugareños y los promeseros, extranjeros y raizales, llegan, con algo de esfuerzo en la sumatoria, a las cuatrocientas personas en promedio para las dos eucaristías de la semana. 12 y 4 de la tarde, en el día del Señor.

Y la queja de los peregrinos entró a estos rincones de la academia con cierto acento de desilusión y tribulación. “Subimos el pasado domingo, 27 de noviembre, a la santa misa y en el saloncito de atención no hay novenas, estampas ni medallas alusivas a la Patrona”, afirmó uno de sus leales devotos.

El inconveniente, con rostro de problema, tiene una solución, vigente:

 “…La mayoría de nuestros santuarios están dedicados a la piedad mariana. Aquí, la Virgen María abre de par en par los brazos de su amor maternal para escuchar la súplica de cada uno y concederla”, expresó el papa Francisco en la Universidad Lateranense de Roma, en el I Congreso Internacional para Rectores y Operadores de Santuarios, 2018. El milagro viene por el empedrado camino de la esperanza…