jueves, 25 de agosto de 2022

El milagro del orfebre


                                                   Foto: archivo frailes dominicos



 Por Julio Ricardo Castaño Rueda

Sociedad Mariológica Colombiana

 

“Hay oro y abundancia de joyas, pero cosa más preciosa son los labios con conocimiento” (Pr 20,15)

El maestro Pablo Felipe Arango restauró las alhajas de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá destrozadas por el aleve ataque, criminal y sacrílego, perpetrado por Luis Fernando Malaver el 9 de julio de 2021.

La disertación del artista sobre la obra de reparación fue trasmitida por el canal Cristovisión el pasado ocho de julio. Evento que formó parte de los homenajes de veneración y expiación a la Patrona de Colombia.

La rehabilitación del ajuar trajo el reto del enigma por el complejo diseño de las joyas. El experto se dio a la tarea de recomponer los objetos menos afectados por la ferocidad del agresor, razón prudente. Arango debió trasladar su taller desde Bogotá hasta la Ciudad Promesa y llevar vida conventual para ejecutar una labor ardua, del amanecer al ocaso.

El conferencista inició su intervención con el collar del faldón, la pieza más antigua, y el rosario del Niño.

El arte de la filigrana

La camándula de la Virgen, regalo de su santidad Juan Pablo II (1986), fue limpiada de las manchas de sangre. Este líquido, estigma del delito, dejó como prueba la desaparición de eslabones y algunas partes invaluables. Ellas debieron ser creadas, tarea renovadora.

La corona del Niño Jesús, diseñada por el pintor Ricardo Acevedo Bernal, tenía huellas de plasma y sus esmeraldas estaban fracturadas, producto del violento raponazo. Lo fascinante de esa aureola son sus segmentos asegurados con tornillos y tuercas de oro. Componerlos le costó días de grandes esfuerzos para mantener la armonía original. Además de restituir una gema perdida y encontrada en la ruta de fuga del forajido.

El cetro no pudo ser robado. El signo de poder y dignidad de la Reina, por alguna casualidad misteriosa, se cayó dentro del marco del lienzo y no formó parte del botín. El golpe sí resquebrajó una esmeralda y zafó varios diamantes. Los brillantes fueron recuperados entre los vidrios rotos caídos sobre el presbiterio.  Triunfo de la búsqueda.

Ese bastón de mando, compuesto por dos partes, fue diseñado por fray Pablo Enrique Acebedo Serrano, O.P., y está firmado por el orfebre: “Óscar Gómez F., joyero y grabador. 1944”. Valioso dato que refresca la memoria del olvido.

La tiara descoyuntada

La corona de la Rosa del Cielo resultó la más deteriorada y compleja de reparar. El impío la dobló como si fuera una lata para el reciclaje, oficio laboral del ladrón. El arreglo tropezó con el inconveniente complicado de haber sido manufacturada con partes de gemas de épocas pretéritas.

El restaurador tuvo que copiar y engendrar las partes faltantes con oro de 22 quilates. En ese proceso, agotador por falta de referencias sobre aquellas técnicas antiguas, descubrió un lugar curioso. La joya central de la diadema tapaba un orificio, ¿desliz del diseño de Acevedo Bernal, error del dibujante y cincelador, el hermano de La Salle, Benjamín Geric?, ¿equívoco del delegado arzobispal, Manuel M. Madero, encargado de la distribución de las gemas?

El rompecabezas, literal y metafóricamente, quedará sin solución porque entre los vericuetos del dilema los doctos dominicos optaron por corregir un detalle. Se trató de incluir un concepto teológico inexistente en la aureola. La guirnalda tenía diez estrellas. Así que pidieron la elaboración de dos más para completar la simbólica docena.

 Apareció en el cielo una gran señal: una mujer vestida del sol, con la luna debajo de sus pies, y sobre su cabeza una corona de doce estrellas”. (Apoc. 12, 1).

El astro eclipsado

La media luna sufrió la desproporción de la furia. El saqueador la dobló en un ángulo de casi 90 grados. La acción, descomunal en su agravio, generó fisuras en las joyas y la desaparición de sus cajas contenedoras. El cabello y la linfa del hampón seguían presentes como testimonio del calvario chiquinquireño.

Esa pieza fue diseñada por fray Pablo Acevedo, O.P., y el fabricante, contratado por el convento dominicano de Chiquinquirá, firmó: “C. Atapuma”.  En este espacio escondido vio la luz una leyenda: “Coronación de la Virgen, 1919. A su Reina y Patrona. Comunidad dominicana y los hijos de Chiquinquirá”. Era el homenaje de sus devotos en el cincuentenario de su realeza, 1969.

Así mismo, el señor Ramón Gómez, de la Joyería Piedras del Mundo, donó unas esmeraldas del tipo trapiche para reemplazar las faltantes o rotas. El obsequio ratificó el consuetudinario cariño de sus fieles promeseros. Tradición colonial.

La recuperación del tesoro estropeado contó con un delicado gesto restaurativo ante la dignidad ofendida. Los frailes predicadores, en un acto de profundo y místico desagravio, le donaron un orbe globus cruciger. Deuda del centenario. Este valioso elemento fue confeccionado con un crucero del rosario de fray Alberto Epaminondas Ariza Sánchez, O.P., eminente historiador de la Chinca en su Villa de los Milagros. Doña Valentina Figueroa se encargó de realizar el grabado sobre la esfera. Entre las figuras labradas incluyó unas mazorcas como homenaje a la tierra boyacense y sus ancestros.

La Virgen de Chiquinquirá, luego de un año del despojo, volvió a sonreír. Ella, doncella maternal, contempló a su Hijo coronado como el rey del país del Sagrado Corazón de Jesús.

lunes, 15 de agosto de 2022

Solemnidad de la Asunción de Nuestra Señora


 

Liturgia latina

Secuencia de los siglos XIV – XV

“Se alegra mi espíritu en Dios mi salvador”

Oh Virgen, Templo de la Trinidad, el Dios de bondad se fijó en tu humildad; te envió a un mensajero para anunciarte lo que iba a nacer de ti. El ángel te trajo el saludo de la gracia, te explica, y consientes, y en seguida el Rey de gloria se encarna en ti. Por este gozo, te rogamos, que nos hagas dignos de este gran Rey...

 

Tu segundo gozo: cuando diste a luz al Sol, tú la estrella este alumbramiento no produce en ti cambio ni pena. Como la flor que no pierde su esplendor dando su perfume, tu virginidad no se perdió cuando el Creador se dignó nacer de ti. María, madre de bondad, sé para nosotros el camino recto que nos conduce a tu Hijo...

Una estrella te anuncia el tercer gozo: aquella que ves posarse sobre tu hijo, para que los magos lo adoren y le ofrezcan las variadas riquezas de la tierra... María, estrella del mundo, purifícanos del pecado

El cuarto gozo, lo tuviste cuando Cristo resucitó de entre los muertos: la esperanza renace, la muerte es aniquilada. ¡Cuánta parte tienes en estas maravillas, Llena de gracia! (Lc 1,28) El enemigo es vencido, el hombre es liberado y se eleva hasta los cielos. Madre del Creador, dígnate rogar con perseverancia: que por este gozo pascual, después de los trabajos de esta vida, seamos admitidos en los coros celestiales.

Tu quinto gozo: cuando viste a tu hijo ascender al cielo, la gloria de la que fue rodeado te reveló más que nunca a aquel del que eras la madre, tu propio Creador. Ascendiendo a los cielos, mostró el camino por donde el hombre asciende a los atrios celestes... Por este nuevo gozo, María, haznos ascender al cielo para gozar contigo y con tu hijo de la felicidad eterna...

Es el divino Paráclito quien, bajo la forma de lenguas de fuego, fortificando... e inflamando a los apóstoles, te produce el sexto gozo: para curar al hombre, al que la lengua había perdido y purificar su alma del pecado. Por el gozo de esta visita, ruega a tu hijo, Virgen María, que se borre en nosotros toda mancha hasta el día del juicio.

Cristo te proporcionó el séptimo gozo, cuando te llamó de este mundo a su reino celeste, cuando te elevó sobre el trono donde recibes honores incomparables. Una gloria que te rodea más que a ningún otro habitante del cielo... Oh Virgen, madre de bondad, haznos sentir los efectos de tu ternura... Por este gozo, purifícanos, condúcenos a la alegría eterna. Llévanos contigo al gozo del paraíso. Amén.

 

jueves, 4 de agosto de 2022

Santuario Mariano Nacional Nuestra Señora de la Peña, Bogotá


  Foto Julio Ricardo Castaño Rueda.


Quien pisare estos umbrales

Salúdame con amor,

Que soy la Madre mejor

Que han tendido los mortales”.

lunes, 1 de agosto de 2022

Novena en obsequio del glorioso mártir san Lorenzo

 


Abogado contra las fiebres y todo voraz incendio;

 

Tesorero de la Iglesia.

 

Elegido patrón de la Ermita de las imágenes de la Peña, por haber sido halladas dichas efigies el día del santo, viernes 10 de agosto de 1685.

 

IHS

 

Bogotá.

Imprenta de Nicolás Gómez.

 1873.

 

 

 

 

 

 

 

Acto de contrición

 

Padre Amorosísimo, Señor de toda majestad, en cuya presencia me postro conociendo vuestra grandeza, y mi miseria, y cuanto ha sido mi atrevimiento en ofenderos, haciéndome por esto más despreciable e indigno de ser hijo vuestro y heredero de tu gloria, y que no puedo volver a lograr estos beneficios, sino con un verdadero arrepentimiento de todos mis pecados: desde este momento, lleno del mayor sentimiento, me pesa de haberos ofendido con mis pensamientos, palabras, obras y deseos: quisiera que mi dolor llegase a tan alto grado, que muriese al mirar, que no he empleado los instantes de mi vida, sino en quebrantar vuestros santos mandamientos; esta voluntad con que me vuelvo a vos, no puede subsistir sino fortificada con vuestra ayuda, esta es la que os pido por vuestro paternal amor, por los méritos de mi redentor Jesús, por los de mi madre María Santísima y los del glorioso san Lorenzo, para que restituida tu gracia haga seria penitencia de mis culpas, con la que refrene mis pasiones, y pueda contarme en el número de vuestros hijos para bendeciros por toda la eternidad. Amén.

 

Oración para todos los días

 

Alabado sea el Omnipotente Dios, que así quiso enriquecer y adornar la celestial Jerusalén con astros tan brillantes, que su resplandor lo manifiesten desde la militante iglesia; así admiramos uno de ellos en el bienaventurado san Lorenzo el que, adornado de todas las virtudes, hizo ostentación de ellas desde su nacimiento, elevándose a la perfección de vida con el amor de Jesucristo, que todo lo desprecio, y hasta la misma vida la rindió entre crueles tormentos de sangre y fuego , antes que separarse de su divina ley, haciéndoles tan suave el martirio que su paciencia y constancia convirtió a los que atormentaban, quedando victorioso de la muerte, y del infierno: dándonos con estas virtudes a conocer el poder divino de que estaba adornado, el cual mediante por sus precioso méritos, esperamos conseguir vernos libres del fuego de la impureza alcanzándonos constancia para vencer las tentaciones, fortaleza en la defensa de la fe, y defendiéndonos del feroz elemento del fuego que todo lo consume, para que, libres de él, en este mundo solo arda en nosotros el amor de Dios y de esta suerte seamos libres del fuego eterno. Amén

 

Día primero

Humildísimo señor san Lorenzo, que habiendo nacido ilustre, y colmado de riquezas mundanas conociste la vileza de ellas, y la vanagloria de las honras, en cuyos lazos perecen los hombres ensoberbecidos hasta despreciar a su Dios, y a sus prójimos: por lo cual los abandonasteis, con vuestros virtuosos padres, buscando a su Divino Maestro Jesús lo que te hizo dejar tu patria Huesca y pasar a Roma, sin más aparato que la humildad y pobreza, elevándote el Señor, según sus promesas, a tan alta dignidad que fuiste un levita y arcediano, gozando ahora de sublime gloria, por cuyos favores os pedimos nos alcancéis la preciosa virtud de la humildad, para que siguiendo vuestros pasos demos de mano a cuanto pueda ensoberbeceros amando a nuestros semejantes y logremos en vuestra compañía, ser exaltados para alabar a Dios nuestro Señor, por toda la eternidad. Amén.

Aquí se hace la petición, presentando al santo la necesidad que nos oprime para su remedio, si conviene y sino que nos alcance conformidad esa la voluntad de Dios.

 

Tres veces padrenuestro y tres avemarías con gloria patri &a.

 

 

 

 

Oración a Nuestra Señora

 

Santísima María, fuente inagotable de divinas virtudes y gracias, las que dispensaste con manos misericordiosas a todos los santos, muchas gracias te damos por las que comunicaste al mártir de Jesucristo, señor san Lorenzo, y os pedimos por su méritos que mirándonos como hijos tuyos, rescatados con la preciosa sangre de Jesús, nos alcancéis de este Señor gracia para imitar a aquel glorioso mártir, especialmente en amaros que es lo que después de nuestro Dios, desean nuestros corazones como prenda segura de la bienaventuranzas en la cual os alabemos por todos los siglos de los siglos. Amén.

Se rezan dos avemarías.- La Salve a la Virgen.

 

Antífona

Dios mío, oprimido en la parrilla no os negué. Aplicado a ella el fuego, he confesado a mi señor Jesucristo. Señor provocaste mi corazón en medio de la tribulación. En las mayores congojas de aquella noche funesta me visitaste. Me examinaste en el fuego: y en mí no hallaste iniquidad.

V. Lo coronaste, Señor, de gloria y honor.

R. Y lo estableciste sobre las obras de tus manos.

Oración

Dios Todopoderoso, te rogamos nos concedas tus auxilios para consumir las llamas de nuestros vicios, así como le concediste al bienaventurado san Lorenzo que venciese los incendios de todos los tormentos que padeció. Por Jesucristo Nuestro Señor que, contigo, y el Espíritu Santo, vive y reina por todos los siglos. Amén.

 Los elogios y la salve al santo.

 

 

Día segundo

 

Liberalísimo señor san Lorenzo, que no solo con el desprendimiento de los bienes temporales diste a conocer la posesión de esta virtud, sino también con la administración y distribución de los tesoros de la iglesia de Roma por la dignidad de arcediano, a quien corresponde este encargo, que desempeñaste con espíritu verdaderamente pobre, y manos poderosas para socorrer a los necesitados, que oprimidos de la miseria y cruel persecución hubieran perecido en las cárceles y lugares ocultos. Por esta largueza, os suplicamos, santo y abogado nuestro, que abominemos el vicio de la avaricia, y no pongamos nuestro espíritu en bienes terrenos, para que exentos de toda afición hacia ellos, los poseamos únicamente como medios que nos conduzcan al último fin, teniendo en poco su perdida, y que abracemos gustosos la pobreza, como amiga muy amada de Jesucristo, que nació, vivió y murió con pobreza, para de esta suerte poder alabar en unión vuestra al mismo Jesucristo, que, con el Padre y el Espíritu Santo vive y reina, Dios por todos los siglos de los siglos. Amén.

 

La petición. Tres páter noster, &a como el primer día.

 

 

 

 

 

 

 

 

Día tercero

 

Honestísimo señor san Lorenzo, que al ser elevado a los sagrados órdenes te afirmaste en la pureza por solemne voto de castidad, el que guardaste con tanto esmero, que ni los halagos ni los tormentos más crueles pudieron hacerte manchar esta virtud. Interponed los méritos que por ella adquiriste, para que huyamos del asqueroso vicio de las impurezas, de modo que no se nombre entre nosotros; para que adornados de la castidad, esté nuestra alma llena de la hermosura y pureza que iguala los hombres a los ángeles, y podamos lograr el premio de los limpios de corazón, que es ver a Dios y alabarle por toda la eternidad. Amén.

La petición &a. como el primer día.

 

Día cuarto

 

Pacientísimo señor san Lorenzo, que en medio de los azotes, que con garfio y plomadas descargaban sobre tu cuerpo con la mayor atrocidad, haciéndoos grandes llagas, en las que aplicaban hachas de cera encendidas, que apagaban en ellas manteniéndoos suspenso en el aire, os quemaban con teas encendidas las partes más delicadas de vuestro cuerpo, y con otros martirios insufribles de calabozos, potros y blasfemias, no consiguieron que abrieses vuestros labios, sino para albar a Dios y ofrecerle tantos padecimiento, haciendo peticiones fervorosas por tus perseguidores en que nos diste gran ejemplo de paciencia: por estos méritos alcanzad con nuestro Señor, que tus devotos destierren el vicio de la ira, y que llevemos con paciencia las injurias, contradicciones, hambres, cansancios y todos los trabajos de la vida, para que haciendo la voluntad de Dios en todo poseamos nuestras almas, y alcancemos la suma felicidad que es ver y alabar Dios para siempre. Amén.

La petición &a. como el primer día.

 

Día quinto

Abstinentísimo señor san Lorenzo, que con ayunos y otras asperezas sujetaste la carne al espíritu, disponiéndolo de esta suerte a padecer mayores tribulaciones en la que diste a conocer lo que vale la virtud de la templanza, por medio de ella, y vuestros ruegos esperamos tus devotos adornar nuestras almas, para que no tenga lugar en ellas el desordenado vicio de la gula, que hace poner su Dios en el vientre del guloso. Sino que imitándote en la abstinencia y sobriedad, tengamos a Nuestro Señor Jesucristo dentro de nuestros corazones, para que sujeta la carne al espíritu podamos seguir por el camino de la salvación y templanza que es el que nos lleva a alabar a Dios nuestro Señor, por toda la eternidad. Amén.

La petición &a. como el primer día.

 

Día sexto

Amabilísimo señor san Lorenzo, que vuestro amor para con los prójimos, le publican los necesitados socorridos, las viudas y huérfanos consolados, los enfermos milagrosamente curados; siendo mayor el ardor de vuestra caridad por la salvación de las almas, para lo que no excusabas medios en las prisiones, fuera de ellas en los lugares más ocultos, de instruir a los prójimos en el conocimiento del verdadero Dios, sintiendo los efectos de tu amor los mismos verdugos que os martirizaban, a quienes hicisteis conocer a mi señor Jesucristo de quien alcanzaste para ellos la corona del martirio. Extiende, santo mío, esta caridad a nosotros, y pues sabéis cuando desagrada al Señor el monstruoso vicio de la envidia que consume al hombre hasta los huesos. Sepáralo de entre nosotros para que nos abracemos en el amor de nuestro prójimo procurándonos el verdadero bien de la salvación que es la mayor dicha para poder alabar y bendecir a nuestro amoroso Dios, por todos los siglos. Amén

La petición &a. como el primer día.

 

Día setimo

Diligentísimo señor san Lorenzo, que con prontitud y alegría os dedicasteis al cumplimiento de tu sagrado ministerio, y a la práctica de todas las virtudes, aumentando los talentos que se os confiaron hasta  hacer participantes de la virtud de la diligencia a muchos, que instruidos por vuestra palabra hallaron el verdadero bien: te rogamos, santo mío que el despreciable vicio de la pereza desaparezca de entre nosotros con los vanos deseos de que se hallan mortificados los perezosos, para que libres de ella, sean nuestra operaciones diligentes en el cumplimiento de las obligaciones de nuestro estado, y en seguir la virtud hasta lograr la perfección, para poder gozar en unión de nuestro santo la felicidad eterna. Amén.

La petición &a. como el primer día.

 

Día octavo

Virtuosísimo señor san Lorenzo, que gustosos respondiste a la voz del esposo divino entregándole el corazón que recibió las santas inspiraciones con que obraste todas las virtudes, que practicaste aun en medio de los más crueles tormentos; interponed la privanza que te merecieron para que se humedezca y ablande al sequedad y dureza de nuestros corazones, y estén prontos a recibir las correcciones, a oír los llamamientos, a sentir los remordimientos, e inspiraciones con que nuestro buen Dios nos atrae al ejercicio de las virtudes, y al amor celestial, con el que lleguemos a gozar para siempre. Amén.

 

La petición &a. como el primer día.

 

 

 

Día nono

Fortísimo señor san Lorenzo, que después de estar vuestro cuerpo herido llagado, rotas las venas, y despedazados los nervios, aun no contento el infierno maquina por medio del inicuo juez apurar el cáliz de la amargura con la muerte más dolorosa para probar, si se puede derribar tu constancia, te hace poner sobre una parrilla, y aprisionado con enormes cadenas hace poner un fuego que vaya aumentándose por grados hasta que os consuma, en medio del que, no se turbó vuestra alma santa, sino que deseas se abrase el cuerpo con el fuego material, para que, perseverando en el amor de mi Señor Jesucristo, entregaste el alma, que se unió a él. Por este triunfo, santo glorioso, os suplicamos nos consigáis el don de la perseverancia final, y que por su grande misericordia desde este momento emprendamos una vida arreglada a su divina ley, que no permita que ninguno de los cristianos deje la conversión para la hora de la muerte, sino que arrepentidos los pecadores emprendamos una vida santa; y que los inocentes no se inficionen en la culpa para que todos en gracia de Dios perseveremos hasta entregar nuestras almas en sus manos unidos a él, la alabemos, y bendigamos por la eternidad. Amén.

 

La petición &a. como el primer día.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Elogios de san Lorenzo

Para el 1º. 6º. y 9º. Día

 

El que tu favor implora

Siempre pronto lo ha encontrado.

R. De todo fuego que dañe,

Líbranos Lorenzo Amado.

 

El ser Divino ha dotado

Tu alma y cuerpo de belleza,

Por eso naturaleza

En tu nacimiento ha dado

Noble sangre y gran riqueza,

Que por Dios has despreciado.

De todo fuego, &a.

 

Desde de niño aficionado

A practicar la virtud

Santo ya en la juventud,

Y todo a Dios consagrado

Dejas con gran prontitud

Tu patria, padres y estado.

De todo fuego, &a.

 

 

 

 Cuando a Roma has llegado

A ilustraros en la fe,

Allí relucir se ve

Vuestro espíritu elevado,

Y Sixto papa os promueve

Al ministerio sagrado.

De todo fuego, &a.

 

De virtudes adornado

Sirviendo a Dios con esmero

Por ser fiel, su tesorero

La iglesia os ha nombrado,

Y en vos un justo limosnero

Los pobres han encontrado.

De todo fuego, &a.

 

En la ciencia consumado

Y sin segundo en lo humano

El encargo de arcediano

Os ha sido encomendado,

Para que por vuestra mano

Fuese el clero doctrinado.

De todo fuego, &a

.

Estando bien reputado

El príncipe Valeriano,

Se convirtió en tirano,

Por sus dioses ha jurado

Destruir el nombre cristiano

Que ha su culto se ha negado.

De todo fuego, &a.

 

Para el 2º. 4º. y 7º día los 6 versículos siguientes

 

El papa Sixto es llevado

 A la cárcel sin piedad,

 Y tú por tu dignidad

Quieres, como él, ser tratado

Y que con toda igualdad,

Sea uno y otro atormentado.

De todo fuego, &a.

Sixto fue a muerte condenado;

Y tú libre os ha ofrecido

Que luego que hayas cumplido

Dando el tesoro a ti fiado

A todo pobre afligido,

Serás bien martirizado

De todo fuego, &a.

 

De codicia estimulado

El tirano emperador,

Quiere razón por menor

del tesoro a ti encargado;

Pero sin ningún temor

En los pobres lo has mostrado.

De todo fuego, &a.

 

Todo tormento inventado

Se prepara a tu firmeza,

Ni el halago y la promesa

Tu espíritu no han trocado;

más tú con gran entereza

Ser cristiano has confesado.

De todo fuego, &a.

 

Al infierno ha convocado

El emperador furioso,

Porque sin algún reboso

Sus dioses has desechado,

Y por este hecho valeroso

Muchos a Dios has ganado.

De todo fuego, &a.

 

 

A ser cruelmente azotado,

Como reo el más atroz

Con plomadas, garfios, hierros,

Con crueldad las más feroz,

Y hubieras muerto si Dios

No te hubiera confortado

De todo fuego, &a.

___________

 

Para el 3º. 5º. y 8º. Día.

 

Tu constancia se ha probado

En el tormento del potro

De suplicio en uno, y otro

Tu cuerpo ha sido pasado

Y la alegría de tu rostro

la victoria ha publicado.

De todo fuego, &a.

 El tirano ya cansado,

Y sin hallar más tormentos

Con qué rendir tus alientos

A muerte te ha sentenciado,

Para que con fuego lento

Sea vuestro cuerpo quemado.

De todo fuego, &a.

 

El lecho está preparado

Parrilla de hierro ardiendo,

Y carbones encendiendo;

Has de sufrir acostado,

Para que así padeciendo

Llegue vuestro fin deseado.

De todo fuego, &a.

Esteban tan admirado

Por su martirio precioso,

Y Jerusalén glorioso

Al vuestro lo ha comparado,

Porque Roma victorioso

La cristiandad ha aumentado.

De todo fuego, &a.

 

Por el amor has triunfado

del elemento del fuego,

por aquel divino, os ruego,

Que de este sea preservado;

Pues tu favor desde luego

Aquí lo pido postrado.

De todo fuego, &a.

 

 

Salve

Para el 1º. 6º. y 8º. Día

 

Salve Lorenzo abrasado

En el fuego del amor,

No dejéis desconsolado

Al que implora tu favor.

Tu cuerpo martirizado

Con azotes, con plomada,

Y todo roto y llagado

La carne despedaza.

Mas no contento el tirano

Manda asarte en la parrilla;

Pero su poder es vano

 Si la gracia de Dios brilla,

De este fuego material

Porque con valor no usado

Y con gracia celestial

Advertiste estar asado,

Y que ya podían comer

Al que habían sacrificado

Pues acababan de ver

Que del fuego había triunfado.

 

 

Pidamos el ser librados

Del elemento airado

Del fuego de los pecados

Teniendo muy gran cuidado.

 De servir agradecidos

Y que nuestro fin llegado

El espíritu enaltecido

 A Jesús sea entregado

Y por Él sea perdonado.

Amén.

 

Para el 2º. 4º. y 9º. Día.

 

Oh Dios, que eres el premio más dichoso,

Corona y galardón de tus soldados,

Absuelve de sus culpas y pecados

A el que aplaude a Lorenzo victorioso.

 

Este al ver los halagos, las caricias,

Y los gozos del mundo tan infieles,

Conociendo que están llenos de hieles

Llegó a gozar de del cielo las delicias.

 

 

 

 

Corrió esforzadamente a los tormentos,

Padiólos constante y animoso

Y tostando su carne generoso

Goza ya en posesión sumos contentos.

 

Por tanto con humildes oraciones

Te pedimos, oh Dios pio y clemente

Que en el triunfo tan noble y excelente

De este mártir, las culpas nos perdones.

 

Sea alabanza y gloria perdurable

 Al padre celestial, a su hijo amado

 Y al más divino amor, nuestro abogado

 Por los siglos y tiempo interminable.

Amén.

 

 

 

 

 

 

 

 

Oración para todos los días

 

Salve aurora refulgente

Estrella de la mañana

Que por la cima imponente

Iluminas la montaña;

Las altas torres dorando

Y la cabaña alegrando.

 

Tú eres la piedra que hirió

De frente la idolatría

Y en monte alto se cambió

Que toda la tierra henchía:

En altura quien le igualó

¿Tal vez de Jacob, la escala?

 Daniel C. 2º. V. 35

 

Tu luz todo lo ilumina

Hasta el corazón humano;

Guías al que errado camina

Y lo sacas salvo y sano:

Das la salud perdida,

Sois remedio, sois la vida.

 

 

 

Sois el todo de esta tierra

Y también del alto Cielo,

Dios te dio para consuelo

De todo lo que esto encierra,

Y para tanta clemencia

También os dio Omnipotencia.

 

Vuelve tus ojos hermosos

 Oh santa Virgen María

 Son clementes, son piadosos

 Son llenas de bizarría,

Tenemos con ambas manos

En la postrera agonía.