Por Julio Ricardo
Castaño Rueda
Sociedad Mariológica
Colombiana
Nuestra Señora de la Peña, la estatuaria de Dios para el pueblo de
Santafé de Bogotá, enfrenta un reto de ausencias. La amnesia cultural de la
capital la ignora. La urbe, inundada por la desinformación de la imagen y la
dictadura del ciberespacio, no tiene sitio para la dimensión de lo
trascendental. Además, el bellísimo santuario, joya de los Andes, engarzado en
la loma oriental no usa los medios para difundir su rica historia y su compleja
estructura mariológica.
Por esos motivos, entre sus empinados senderos, la gente se pregunta dónde
encontrar información sobre aquel tesoro colonial y celestial. Los turistas,
los lugareños y los promeseros, extranjeros y raizales, llegan, con algo de
esfuerzo en la sumatoria, a las cuatrocientas personas en promedio para las dos
eucaristías de la semana. 12 y 4 de la tarde, en el día del Señor.
Y la queja de los peregrinos entró a estos rincones de la academia con
cierto acento de desilusión y tribulación. “Subimos el pasado domingo, 27 de
noviembre, a la santa misa y en el saloncito de atención no hay novenas,
estampas ni medallas alusivas a la Patrona”, afirmó uno de sus leales devotos.
El inconveniente, con
rostro de problema, tiene una solución, vigente:
“…La mayoría de nuestros santuarios están
dedicados a la piedad mariana. Aquí, la Virgen María abre de par en par los
brazos de su amor maternal para escuchar la súplica de cada uno y concederla”,
expresó el papa Francisco en la Universidad Lateranense de Roma, en el I
Congreso Internacional para Rectores y Operadores de Santuarios, 2018. El
milagro viene por el empedrado camino de la esperanza…
Un verdadero milagro desconocido por la gran mayoría.
ResponderEliminarSaludos. ¿Dónde puedo encontrar el libro "Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá. Historia de una tradición", de Julio Ricardo Castaño Rueda?
ResponderEliminar