jueves, 10 de noviembre de 2016

El Señor de la Piedra

“Porque tú eres mi roca y mi fortaleza”. (Salmo 31-3).

                 Foto: Julio Ricardo Castaño Rueda.




 “El tres de diciembre de 1753, habiendo llegado Rosa Nieto a una quebrada que llaman la Moya a lavar ropa y estando lavando vio frente a ella entro de la misma agua una piedrecita que resplandecía, lo que le movió a agacharse y a seguir mirándola con cuidado. Le pareció tener estampado el rostro de Nuestro Señor, y habiéndomela traído llegó a casa… de donde mismo vive y mostrándome a mía Rosa Pérez y Francisca Rubiano esta piedra y diciéndome que era Nuestro Señor, y yo y las mujeres no reconocimos por entonces nada y esta Rosa guardó su piedra, afirmándose que era Nuestro Señor. Y lo que yo digo lo juro en verbo sacerdotal que se veía no muy perfecto y algún resplandores y no más, Motivo de no haber hecho caso de ello, después pasarían 15 días cuando volvió a mostrarme la piedra y reconocí yo y muchas personas, vecino e indios como estaba empezándose a figurar un señor sentado en la piedra, y notificándome a ello y ver que la vista no me engañaba y preguntando a las personas que lo miraban, afirmanse a que veían, un señor sentado a la piedra, di permiso por hallarme aquí en otro pueblo asistente de cura que a la presente lo es él D.D. Nicolás de Vargas… Por hallarse a la presente de Rector del Colegio de Nuestra Señora del Rosario en la Ciudad de Santa Fe… a que esta Rosa lo pusiera en la Iglesia y le encendiera luces y reconociendo cada día mayor perfección y devoción, y lo que puedo asegurar de mí que cuantas veces lo miro, tantas veces me mueve a devoción y voy viendo en tan poco tiempo el adoramiento a esta imagen: Doy esta anoticia porque me he hecho el juicio a que con el tiempo llegaría a mayor perfección para que sepan su origen. Doy esta noticia que llevo referida, su grandor como lo diría el cajoncito en donde está, es tanto de ancho como de largo, y la parte de abajo señala algunas puntas, tiene tres dedos de grueso por la parte donde está el Señor de la Piedra como sepillada y por la parte de la espalda es berrugienta ye n el medio le señala como una concha, su grandor es este.

Hoy lo certifico en este otro pueblo de Sopó, en dieciséis días del mes de marzo de 1754. Raimundo Forero de Chaves”.

Colaboración del Santuario del Señor de la Piedra. Sopó, Cundinamarca. (sopo-cundinamarca.gov.co).



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