sábado, 9 de julio de 2022

“Con corona regia ceñirán tu sien”



 

Por Julio Ricardo Castaño Rueda

Sociedad Mariológica Colombiana

 

“Y a tu diestra está la reina enjoyada con oro de Ofir” (Sl 45,10)

 

El séptimo año del pontificado de Pío X fue fundamental para la historia de la Villa de los Milagros. El 9 de enero de 1910, el papa firmó el decreto de la coronación canónica de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá.

 Ese día su santidad acogió benigno la impetración de la Colombia campesina que durante décadas habían suplicado, con la humildad del sustento histórico, una diadema real para su Patrona.

 El pueblo, devoto de María Santísima, asumió el reto de coronarla bajo la tutela de los frailes dominicos, guardianes del santuario. La tarea enorme demoraría nueve años de esfuerzos logísticos, peregrinaciones y generación de recursos económicos.

 La fecha asignada para el magno evento de la nacionalidad quedó para el 9 de julio de 1919, durante el Primer Congreso Mariano Nacional realizado en Bogotá.

 La Virgen fue llevada en hombros desde de su templo hasta la capital por los descendientes de los vencedores del Regimiento de Dragones de Granada. (Boyacá, 1819).  La travesía, del amor y del coraje, se realizó por trochas coloniales como muestra de una devoción sustentada en el heroísmo de la fe. Las andas pesaban 300 kilos.

 La ceremonia religiosa llegó al punto anhelado cuando el vicario apostólico de La Guajira, Atanasio Vicente Soler y Royo, solicitó, por medio del permiso protocolario, la consagración del país a Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá.

 “…Yo el último de los prelados colombianos e ínfimo siervo de la Santísima Virgen, postrados ante Dios tres veces santo, pido humildemente y respetuosamente a los arzobispos y obispos aquí congregados, que así como la República fue consagrada al Sacratísimo Corazón de Jesús, de la misma manera se consagre solemne y públicamente, por voto nacional, a la Santísima Virgen de Chiquinquirá, Reina de Colombia…”

 Al finalizar la santa misa, los padres Luis Adriano Díaz, Pedro Silva Gómez, Jenaro Jiménez quitaron del marco el cuadro y lo depositaron sobre el altar. El delegado pontificio, monseñor Eduardo Maldonado Calvo, bendijo las coronas y las colocó sobre la cabeza del Niño Jesús y después sobre la dedicada frente de Nuestra Señora. Así se notificó oficialmente la realeza de la Rosa del Cielo.

 La coronación canónica es, entonces, uno de los ritos litúrgicos de la Iglesia católica. Fue creada en el siglo XVII y posteriormente incluida como parte integral del ceremonial romano. El ritual destaca el fervor raizal por una advocación mariana. El acto culminante consiste en imponer una corona a la imagen escogida por su acervo cultural y sus prodigios documentados. El extenso proceso investigativo demostró que la tela chiquinquireña recibió el amor multitudinario de los promeseros durante más de tres siglos. Esa tradición gestó un profundo culto de hiperdulía (veneración) por la Madre de Dios a través de un signo sensible, el lienzo. Este es un modo por el cual la Medianera de todas las gracias logra conmover la misericordia divina de su hijo Jesucristo en favor de los pecadores.

 En síntesis, en 1919 la nación entera pagó una deuda de filial agradecimiento a su Reina por todos los portentos ocurridos después de la renovación de la pintura. Maravilla ocurrida el 26 de diciembre de 1586, en la capilla de los Aposentos de Chiquinquirá.


 

2 comentarios: