jueves, 28 de julio de 2022

Nuestra Señora de los Ladrones

 


De Eugenio de Castro.                                             A.B. Sanín Cano

 

Apagado el incendio quedó el templo en ruinas…

Hiedra: en vez de brocado. Las lívidas arañas

Con hilos envuelven las santas bizantinas.

 

De los rotos mosaicos brotan plantas extrañas,

Plantas de los abismos .... y la humedad sombría

Pone manchas verdes en muros y peñas.

 

Tras vidrio de colores, una Virgen María,

Como un rayo de luna, lilial y cansada,

En las sombras se yergue de la iglesia vacía.

 

Por lágrimas muestra la mejilla surcada;

Su lividez de tísica da a las almas pavura,

y hay tristezas de ángelus en su dulce mirada.

 

Siete espadas al rostro dan sello de amargura;

Los anillos, sin piedras, guardan solo el engaste,

y su pálida boca, temblorosa murmura:

 

¡Oh Jesús! ¡Oh hijo mío! Porque me abandonaste

En medio de estas ruinas de calma aterradora,

¿Do la luna es fantasma y es el sol un contraste?

 

Mi vestido y mi manto son harapos ahora

Mi diadema, sin joyas, ya cual antes no brilla,

y mi boca es un astro que la luz no colora.

 

Ya, contrito, a mis plantas ninguno se arrodilla

Nadie cirios me trae... y tan sólo oraciones

Oigo aquí de las almas que el pecado mancilla.

 

Nadie viene a pedirme dulces consolaciones,

Bálsamo para el alma por el dolor herida...

Soy ahora, hijo mío, Virgen de los Ladrones.

 

Las lágrimas dejaron ya mis ojos sin vida;

¡Yo que siempre refugio fui de humanos dolores,

¡Hoy aquí de murciélagos soy tan solo guarida!

 

¡Oh mi altar de otros días con sus luces y flores! ...

oh música del órgano! … Templo siempre aromado

Del incienso y la mirra con los gratos olores...

Hizo un búho en mis brazos suave nido abrigado,

Ya me el búho (los búhos son aves desgraciadas)

Y crie sus polluelos con materno cuidado.

 

Pero un día su vuelo por las ruinas calladas

Levantaron… y huyeron… De este abismo de espanto

Todos huyen por siempre, menos estas ... espadas.

 

¡Oh Jesús hijo mío! ¿No te mueve mi llanto? ....

Quiero en vez de la lluvia, la tristeza y el viento,

incensarios y música, y jazmines y canto!

 

De mis penas apiádate, de mi duro tormento.

¿Porque sola me dejas, y por qué no me abrigas,

Porque, tú que eres suave cual perfumado ungüento?

 

Mas si debo, con frío, quedarme aquí entre ortigas,

Si tal es el mandato de tus fallos divinos,

Dame un manto... Este manto parece de mendigas.

 

Dame anillos, rubíes diamantes peregrinos…

Los ladrones, a veces, tienen hambre, ¡cuídalos!

Tienen hambre: y no pueden, robar en los caminos.

Dame flores… no armiños, lirios embalsamados;

La flor azul lino; y miosotis en donde

Tiemble el rocío; rosas, y claveles rosados.

 

Así habló... más ninguno a la Virgen responde.

Todo es paz y silencio… La noche es negra y fría.

y Jesús ¿qué se hizo?... ¿Duerme acaso o se esconde?

 

Está triste la noche cual tu alma, ¡oh María!

Los murciélagos vuelan...melancólicamente

Van pasando fantasmas por la obscura arquería.

 

Más de pronto la luna se destaca en Oriente,

y robando colores a los altos vitrales

Ilumina, en las sombras, a la Virgen doliente.

 

A sus pies pone flores y fulgentes cendales;

Cambia en llamas el cinto y el manto hecho jirones;

Le da anillos y joyas de esplendores astrales.

De la Virgen María cantan las ilusiones

en las dulces pupilas Y clama entre guirnaldas:

“Oh ladrones; ¡Oh amigos! ¡Venid, venid, ladrones!

Robaos mis anillos. Robad mis esmeraldas.

 

Imp. de El Nuevo Tiempo

Traducción: Ismael Enrique Arciniegas. Biblioteca Nacional de Colombia.

 

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