En el nombre de
Dios Nuestro Señor. Amén.
Considerando en la
brevedad de esta vida y cuan cierta es la muerte, para la cual debemos, según
la doctrina del Señor, debemos estar vigilantes y apercibidos.
Yo, MARÍA RAMOS,
viuda, mujer que fue de Pedro de Santana, vecina en este sitio de Chiquinquirá,
términos de la Villa de Nuestra Señora de Leiva. hija de Juan Ramos y Catalina
Hernández de Ávila, vecinos de la Villa de Guadalcanal de donde soy natural, en
términos de España. Estando ya cargada de enfermedades y de edad y en razonable
salud y en mi entero y libre juicio natural a que Dios Nuestro Señor fue
servido de me dar.
Creyendo como
firmemente creo como católica y fiel cristiana en el alto misterio de la
Santísima Trinidad Padre e Hijo y Espíritu Santo, tres personas y un solo Dios
verdadero. Creyendo todo lo demás que cree y tiene nuestra Madre la Iglesia,
invocando por mi abogada a la Reina y Rosa de los Ángeles la Virgen María de
quien he sido y soy particular devota, a quien suplico interceda por mí ante su
preciosísimo Hijo que en su Divina Majestad por los méritos de su pasión y
muerte, perdone mis pecados y lleve mi alma usando de su divina clemencia a su
santo reino y gloria celestial. Teniéndome en peligro de la muerte que es a
todos natural, hago pues yo mi testamento en la manera siguiente:
Encomiendo mi
ánima a Dios Nuestro Señor, y si fuese servido de Él llevarme, mi cuerpo sea
enterrado en la Iglesia de este convento (Corregido convento y puesto casa), en
la sepultura que allí tengo. Acompañe mi cuerpo e mi entierro el cura de este
sitio y los sacerdotes que en él se hallaren. Dígase por mi ánima el día de mi
entierro una misa de réquiem de cuerpo presente. Mando que la dicha misa de
cuerpo presente se diga cantada con diácono y subdiácono, y se procuren traer
aquel día cuatro sacerdotes que se hallen a mi entierro.
Mando a mis
albaceas que gratifiquen con dos tomines de plata a cada uno de ellos.
Declaro que tengo
una imagen de Nuestra Señora del Pópulo en un retablo. Esta imagen quiero que
se le dé a Ana de los Reyes, mi hija y a Gonzalo de Puerta, su marido, y en fin
de sus días la doy a esta santa iglesia y en ella esté, sin que de ella sea
sacada y llevada a otra ninguna parte, ni mis hijos la enajenen ni dispongan de
ella, porque con este cargo se la dejo. Declaro por mis bienes una casa de
bahareque en que vivo y una cama blanca en que duermo.
Dejo y nombro por
mis albaceas testamentarios a Gabriel de Ribera Castellanos, presbítero, cura y
vicario de esta santa casa y a la dicha Ana de los Reyes. mi hija y a Gonzalo
de Puerta, su marido, a los cuales ‘in solidum’ doy poder para que cumplan este
mi testamento.
Cumplido este mi
testamento dejo y nombro por mi universal heredera a la dicha Ana de los Reyes,
mi hija, a la cual dejo el remanente de mis bienes y le encargo el recuerdo de
mi alma y la de Alonso Hernández, su padre, y haga por ambos el bien que
pudiere.
Revoco, anulo y
doy por ninguno y de ningún valor y escrito otros cualquier testamento,
codicilos y mandas que en cualquier manera haya fecho antes de ahora, salvo
este que le otorgo por mi testamento y última voluntad en la mejor forma que
haya lugar.
Fecho en este
sitio en veinte y seis días del mes de abril de mil e seiscientos y diez y
ocho, y sépase que la otorgante reconozco dijo no saber firmar. Firmólo un
testigo a su ruego. Testigos Alonso Rodríguez, García Varela, Juan de Mesa,
Matías Ramos, Juan de la Vega, presentes en este sitio.
(Firmados) a ruego
de la otorgante. ALONSO RODRÍGUEZ. GARCÍA VARELA, JUAN DE MESA, MATÍAS RAMOS,
JUAN DE LA VEGA. Ante mí: SIMÓN DE MONSALVE, escribano".
Nota: El R. P.
Jesús Martínez, agustino recoleto, fue el primero que encontró en la notaria de
Villa de Leiva el testamento de MARÍA RAMOS ante quien se renovó el sagrado lienzo
de la Virgen del Rosario de Chiquinquirá.
Posteriormente, y
después de repetidos y cuidadosas búsquedas fray Andrés Mesanza, O. P., logró
localizar otra vez el valioso documento histórico en el propio archivo de la
notaría de la Villa de Leiva.
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