jueves, 19 de octubre de 2023

El rosario, plegaria, arma y herramienta

 

                        Camándula donada a la Virgen de Chiquinquirá por el papa Francisco, 2017.



Por Julio Ricardo Castaño Rueda

Sociedad Mariológica Colombiana

 

“La práctica del Santo Rosario es grande, sublime y divina. El Cielo nos la ha dado para convertir a los pecadores más endurecidos y a los herejes más obstinados”.  San Luis María Grignion de Montfort.

 

El salterio de María necesita almas con capacidades extraordinarias para comprender la fuerza evangelizadora de su voz apostólica.

La razón de la urgente obligación es el avance del pecado sobre un mundo industrializado en el arte mediocre de su propia criminalidad, conducta de relapsos.

La religiosidad de la posmodernidad, de tórridas turbulencias espirituales y conceptuales, clama por el adecuado uso de la camándula. El relativismo moral, propio de aquellos que abandonaron su alma a la deriva de sus yerros quiere adaptar la Sagrada Escritura a la dictadura de sus vicios. El remedio contra esa manía del error socializado, disfrazado de misericordia, sigue vigente en las manos de la Iglesia fiel a su unigénito fundador. La medicina celeste se llama el Santísimo Rosario, oración de súplica interminable para diseñar un taller de santos.

Y su legado se extiende dentro de la más perfecta versatilidad del combate místico. Usa la contemplación para vencer las conspiraciones del traidor al cielo, el ángel caído al abismo de su miseria, soberbia egolátrica. Ese armamento, blasón y misterio, somete a Belcebú a la humillante derrota de escuchar la historia del Dios humanado narrada por el Corazón Inmaculado de María. La rogativa de sus cuentas tiene el poder de la herramienta de la evangelización para restaurarle al hombre su origen divino, a imagen de su Creador.


1 comentario:

  1. La santísima Virgen María y su Santo Rosario, sea siempre nuestro refugio de amor y divinidad.

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