jueves, 1 de febrero de 2024

La Virgen de la Peña, vigencia del acervo religioso

   

 Por Julio Ricardo Castaño Rueda

Sociedad Mariológica Colombiana

 

Nuestra Señora de la Peña guarda, dentro de su pétrea escultura, las preces y las peticiones de sus hijos, los bogotanos cuidadores de un legado colonial.

Un pequeño contingente de promeseros acude a su templo para mantener viva una tradición  netamente santafereña. Práctica que se conserva junto a la montaña boscosa, en uno de los cerros orientales.

La relación íntima con un pasado señorial y glorioso por la misericordia de Dios dejó un legado histórico. La devoción por la Virgen Inmaculada tiene una misión específica. Sus fieles suelen subir a la loma para pedir por las necesidades de la ciudad capitalina.

Ese espacio de fe no se ha alterado desde aquel 10 de agosto de 1685 cuando su trono fue descubierto por el oribe del barrio de San Victorino, don Bernardino de León.

El testimonio de aquella usanza mostró su vigencia con una petición escrita en el facebook Santuario Nuestra Señora de la Peña (Virgen de la Peña), el pasado 26 de enero de 2024.

Participante anónimo consignó:

Invitamos a la ciudadanía mariana de Bogotá a retomar las antiguas costumbres de la penitencia, la confesión y comunión como ofrenda a nuestra Reyna y Alteza de Bogotá, Señora de La Peña, para que libere a Bogotá de las plagas físicas y espirituales que la están asechando y la tiene sometida. Y proclamemos su reinado en la ciudad. Santísima Virgen de La Peña, rogad por Bogotá”.

 

 

 

 

 

 

 

 

                                           

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