jueves, 14 de noviembre de 2013

Miryam imakhenu[1]


Julián Andrés Orozco Ramírez
Sociedad Mariológica Colombiana

En este escrito acerca de la Mariología he querido argumentar de manera científica y proporcionada el grado de contenido en volumen[2] de cómo una partícula de procedencia femenil se sitúa y contextualiza como gen viril; para analizar las muestras establecidas con plena anterioridad dada la eventualidad de los sucesos conocidos como nucleótidos y que en las experiencias múltiples de diversos sucesos en la teología y más específicamente en la mística se les llama milagros Eucarísticos.

Hay una relación intrínsecamente comprobada entre la relación madre e hijo(a), según fuese el caso. Desde el mismo momento de la concepción son agrupaciones fenotípicas que se polimerizan en concepto genotípico causando la desoxidación; y si así son las relaciones embrionarias de tipo gestal por naturaleza de combinaciones bioquímicas y biofísicas, como será entonces la cadena de polímeros que en la esencia sobrenatural se desarrolla en María como Madre de Jesús y Madre Nuestra[3]?, de cómo el vinculo científico logra concatenar la acción tan humana para dar razón de una lógica celestial, preconcebida antes de todos los siglos y por tanto antes de todo proceso molecular.

En demasía se ha tratado a lo largo de la historia buscando un objetivo claro y un punto de conexión entre lo que presume la tradición y entre lo que sintetiza el Magisterio de la Iglesia, cuando se toca el tema de María. Sin embargo, lo que se refiere a consecuencia técnica de método especifico, han sido pocos los autores que se han dedicado a evaluar las causas asintomáticas de una generación heterogénea con participación sistémica genética.

La oxidación molecular suele producir cambios internos en las partículas. La más evidente transformación es la que se lleva a cabo en el ácido desoxirribonucleico[4], que hace parte de una macromolécula, pero que a su vez hace parte de todas las células superpuestas o interpuestas en el proceso generativo y de la estructura secuencial del polinucleótido, por lo que hace referencia que la sustancia genética suele compartir sus propiedades y establecer nucleótidos que no son otra cosa que la acción simple de las potencias energéticas del centro de productividad molecular las cuales generan la acción coordinada de secuencias monosacáridas que suelen participar en la sucesión de eventos y que no son aislados en sus desarrollo conceptual multicelular, por el contrario se enfatizan de tal manera que sus desarrollos internos dan un abastecimiento para la generación de energía que suele reaccionar concatenando plurimolecular que hace que la transmisión de esta misma carga energética genere un cambio insospechado pero que suele siempre ser benéfico para quien es el primeramente afectado de esta metamorfosis celular.

Se desenvuelve genéticamente en lo que se conoce como una base nitrogenada, que su conexión de modo intrínseco suele tener como mínimo una participación nitrogénica de dos átomos, por lo que es sistémicamente posible de captar energía de combustión, lo que da desarrollo a un proceso de mitosis, en lo que las células suelen ser objeto de una valoración genérica sistemática que producen otras nuevas moléculas atómicas y autónomas[5].

Hoy en día, cuando se habla de las famosas células madre, se obtienen criterios éticos que tratan de evitar el mal uso de los procesos moleculares que afecten tanto al hombre como a la mujer y por ende a la humanidad entera, puesto que el indiscriminado uso del proceso mitótico de la propia célula madre, puede producir cambios bruscos si no se hace de manera progresiva teniendo en cuenta sus procesos de adaptación en cuanto al ambiente en el cual se reproduce de manera independiente. Sin embargo, todo proceso orgánico molecular tiene sus riesgos en especial lo que se trata de células madres, puesto que su obtención éticamente no es la mejor y mucho menos su utilización, puesto que genera cambios degenerativos y contrarios a los que manifiestan los procesos orgánicos equivalentes, lo que hace referencia es a la mutación de la cadena genética equidistante entre la progresión del suceso y el resultado de la eventualidad.

Por tanto la independencia molecular puede llegar a ser un faltante en la sumatoria nitrogénica de los monosacáridos, ya que elevan su producción energética y crean en lugar de beneficios, son ocasionadores problemáticos en el transporte de la información genética. De forma que la manera menos ética y la que más pulula en el ambiente contemporáneo científico es la de la obtención de las células madres en el blastocito[6], de modo que la embriogénesis manifieste una secuencialidad negativa y una desaceleración de la metamorfosis embrionaria y molecular, es decir, una creación plurimolecular despectiva.

La genética como estudio detallado surgió a raíz de un experimento molecular de tipo fenotípico, contenido en el resultado orgánico de las vendas de un laboratorio en suiza[7], ya que en primera medida llamo nucleina que se extrajo de ácidos nucleares, hasta el día de hoy la investigación científica no ha dejado de elaborar experimentos para tratar de dar con el doble presupuesto filosófico del cual parten las referencias tanto cromosómicas como míticas en cuanto a esta misma situación; en la primera cuestión se elabora la pregunta histórica ascendente[8] y el segundo interrogante hace alusión al esquema espiritual trascendente[9], que a lo largo de las culturas y civilizaciones sean cuestionado y preguntando y hasta el día de hoy se siguen cuestionando los hombres en todos los niveles de la participación humanística.

Pareciese que estas preguntas quedaran sin respuesta, pareciese que estas mismas cuestiones filosóficas y científicas no tuviesen solución, ya que no sea había comprobado un suceso químico-orgánico de trascendencia histórica y sustancial[10], que en su primer principio físico-cuántico trata de explicar la reacción en cadena de sucesos inadmisibles para la crítica científica de ese entonces[11], cuando no había el método científico de simulación de pruebas y mucho menos la probabilidad aleatoria de los eventos[12], dos de las más grandes teorías significativas en el desarrollo científico que dan pie a la corporeidad del suceso por la vía metodológica.

Cinco partículas que su peso en gramos es equivalente a uno y que unidas las mismas partículas pesan igual que lo que pesa una, y lo más sorprendente aún es que si se pesa indistintamente un número de partículas todas pesan igual que una, por lo que la misma ciencia y los modelos científicos establecidos sólo conjeturan en diferenciación a lo que produce el método científico crítico.

De manera reiterativa, el evento ocasionado en esta región del nororiente Italiano hace emerger desde la misma probabilidad científica una enorme grieta entre lo tangible por la ley de captación física y lo imprescindible por método biológico, ya que la sustancia que produjo tal evento de tipo científico, fue una estructura molecular biológica llamada miocardio[13], lo cual ya forma una vacilación sistemática entre lo que puede ser y lo que puede llegar a ser, que es la base de formulación del mismo fenómeno físico, pero lo curioso después de las pruebas obtenidas a lo largo de la historia y después de la forma científica de análisis de este evento, es que ha habido otros sucesos similares al ocurrido hace ya más de 12 siglos y la equivalencia entre el proceso científico de datos y la resultante entre el ejercicio de la sistematización gradual en la obtención de los mismos es siempre el mismo resultado[14].

De modo que podemos admitir que es una ley física y una preponderancia química-biológica en el devenir científico, ya que se mantienen las normas y los procedimientos experimentales por parte del objeto analizado, ya que cambios en referencia a los cambios atmosféricos bruscos no ha variación y mucho menos a las variables específicas como son los momentos gestantes[15] y los momentos recíprocos en cuanto a densidad de volumen y variabilidad de masa[16].

Ante tales eventualidades científicas, se suelen observar de manera crítica movimientos con cierto rigor de escepticismo ante tal situación, que antes que provocar animadversión, lo que producen es capacidad de admiración, ya que se basa en un mecanismo científico empírico[17] y del cual muchos tienen pleno conocimiento de la causa y por ende de la resultante. Causa curiosidad que el Dios de los hebreos[18] en un primer momento, logre abarcar toda una catolicidad que, hoy por hoy, es una fuerza gestante dentro de la misma humanidad y que en el horizonte del saber es una potencia que busca el bien social, que no busca más que otra cosa es estar por encima de los movimientos efímeros al cual se ven sometida toda materia; pero lo que más causa admiración es el que luego de veinte siglos de historia, esta misma universalidad se mantenga en pie, incólume con sus mismos criterios y ponderaciones.

Es este mismo Dios, que con estos mismos métodos científicos hace posible que se crea en su existencia, se podría decir que son las pruebas indiscutibles de su participación a lo largo de la trayectoria de la humanidad en todo momento y en toda circunstancia; que dentro de esta trayectoria ha hecho que las miradas se dirijan hacia lo que por conocimiento teológico se conoce como Transubstanciación[19] y que ocurre durante el momento de la celebración máxima de los católicos[20], esto hace alusión al mismo fenómeno presenciado por muchos participantes de este mismo culto a Dios a lo largo de la propia historia y que han quedado consignado tanto en la mente de los testigos presentes, como en los documentos notariados como sustentación de tales eventualidades.
Según la creencia católica a la cual hacemos referencia es que en este prodigio científico que se mantiene por leyes estudiadas en cada fenómeno, es que se habla de una persona específica[21] y propiamente escriturada que sabemos por la historia que tuvo su punto de encuentro en el siglo I, donde la álgida relación entre el Imperio Romano y el pueblo hebreo era de un límite bajo de tolerancia y una determinación de sublevación ante las anomalías de una gestión de oposición.

Esta misma persona teniendo en cuenta el método científico, se hace presente en cada instante donde se celebra el culto de adoración máxima en la humanidad, que parte de una trascendencia sostenida por el esquema biológico-químico del procedimiento sistemático imprescindible llamado nucleósido[22], y que es sostenido por las mismas equivalencias y resultantes en toda evidencia. Por lo que es importante aclarar que su efecto final es siempre el mismo y no cambia, lo que lo hace una ley natural y su esquema bioquímico es auto-sostenible lo que lo hace una ley orgánica; es decir que no es ajeno a nuestra realidad como seres humanos.

Teniendo en cuenta las descripciones químico-físicas del método científico, cabe decir que ese personaje conocido a lo largo de la historia por miles de personas, es en realidad alguien congruente en su proceder y veraz en su manifestación, que además de estar contenido en los libros sagrados[23], se mantiene en su ambiente natural, que es el ser de Dios, es decir que su corporeidad es participativa[24] y su naturalidad es extensiva[25], no obstante se aleja de una situación y un esquema de integridad científica, por el contrario se mantiene tan cercano que todo modelo investigativo no le es ajeno.

Todos de una u otra manera participan de su situación bien sea por humanidad[26] o bien sea por divinidad[27], pero hay una persona[28] que participa directamente tanto por humanidad como por divinidad, que hoy en día es tan discutida su presencia y su manifestación, puesto que para algunos representa una contrariedad y para otros tantos indica indignación, pero para el grupo de seguidores del hombre que se encuentra de manifiesto por el método científico en el culto de la catolicidad, implica veneración y honra[29] por ser la gestora de la humanidad para quien es de condición divina[30], por lo que concierne a las leyes científicas, es la primera causa o causa posible en la consecución molecular inicial, esto hace referencia a que dentro del estudio efectuado en diferentes agentes patógenos a los reactores moleculares propios de estas muestras, se saca la conclusión de la participación genética bioquímica de cromatina en partículas histonas y proteínas que dan la base al nucleosoma, y es una constante en biofísica que sean 22 autosomas, sin ser una variable, lo que causa curiosidad es que siendo una participación de índole gameto femenil, en la resultante del genoma aparezca la misma capacidad cromosómica potenciada del ADN en el final de las pruebas científicas se dé un resultado enteramente igual al que está en cada mujer, lo que hace pensar y por tanto es lógico admitir que es una realidad que supera toda inteligencia a lo que podríamos llamar sabiduría. Pues la participación de la cual goza la observancia científica en el proceso de transubstanciación en la celebración propia de los católicos, inicia con la participación cromosómica 23 (2n) del gameto XX.

Por lo cual se diría que aquel hombre del cual hablan las escrituras hebreas y los libros del Nuevo Testamento en los católicos, se puede hacer referencia que la procedencia de este ser científicamente es inexplicable, ya que no tiene en su índice final de la cadena cromosómica el 23 XY propio de la varonilidad, es decir no tenemos referencia ni biofísica ni bioquímica para refutar tal tendencia tan marcada en un hombre que por motivos científicos no existiría, pero que el mismo método científico, y por la prueba del análisis orgánico sabemos que existe, es algo que simplemente supera nuestro sentidos y nuestra propia razón. Es algo que no tiene explicación por el método científico y que aplica a todo el género humano, puesto que todos participamos de su condición humana, pero que pocos participan de su condición divina.

Químicamente sabemos que si consumimos un alimento que contenga ciertas propiedades, por la desintegración enzimática adquirimos dichos componentes en nuestro organismo, pues son de uso vital para mantener una existencia corpórea y de bienestar bio-organísmico, a lo que haremos referencia a la bromatología[31] ya que nos da las bases para referirnos al tejido animal[32] el cual ingerimos de manera periódica dependiendo a la cultura y al medio adquisitivo propio de cada individuo, pero se podría decir que tan siquiera una vez en la vida cada ser humano a comido una porción de carne en su dieta alimenticia, por tanto al ingerir ese tipo de alimento nuestro organismo se hace partícipe de las cualidades propias benéficas para el desarrollo biológico.

Ahora bien, si en el culto agradable a Dios[33] se consumen el músculo del miocardio y se bebe la sangre, las consecuencias serán aún de mayor ganancia tanto somática como trascendente en el mismo hombre que lo consume, puesto que si es por composición orgánica, no hay mejor alimento que la ingestión del miocardio y el pericardio, pero según la cultura hebraica, desde antiguo se ha mantenido esa creencia, que el corazón es la totalidad del ser de la persona y es una tradición que hasta el día de hoy es válida y no sólo en la cultura semita sino es participativa a la Tradición Católica.

En efecto, si buscamos premisas para refutar la manifestación científica del hombre[34] a quienes los católicos han seguido a lo largo de más de veinte generaciones y en comprobaciones físico-químicas hace alusión al misterio contenido en la Revelación[35] como punto neurálgico de celebración tanto para las diferentes asambleas[36] de oriente como de occidente y que los hace partícipe sin distinción ni de raza, ni pueblo o nación[37], pero que todos concuerdan en que hay un solo Señor y un único Dios, que se manifiesta en la persona científicamente indagada en el músculo del miocardio y la sangre de tipo AB, que es un mismo Dios para todos.

Así pues, si es un mismo Dios para todos y su humanidad se generó de una mujer[38], ya que las investigaciones científicas comprueban que su participación cromosomática es enteramente femenil, quiere decir que aquella madre, es madre para todos, es un modelo de sencillez y virtud, que no quiere aparecer en nada ni quitarle la gloria de la manifestación a Su Hijo por la divinidad que recibió de Él y que a su vez por la humanidad que Él mismo recibió de Ella, pero que siendo Dios y que supera todo método científico y cualquier compuesto orgánico, hace a esta Mujer participativa de manera bio-químico por norma y bio-físico por ley en cada ser humano, puesto que la humanidad recibida por Él[39] hace parte de Ella.

Cuando se consume el Cuerpo y la Sangre de Jesús, se está consumiendo el Cuerpo y la Sangre de María Santísima, se experimenta críticamente por el método científico ya que una sustancia no puede ser cambiada por otra, puesto que prevalece en su estado original[40] y toda aceleración molecular genera una energía que produce un espacio temporal[41], por tanto es un campo electromagnéticamente comprobable y con una densidad en volumen típicamente disuelta en el organismo que la contiene.

De modo que el Hijo de María participa de su condición divina a toda la humanidad, así mismo La Madre de Jesús participa de Su Maternidad a todo el género humano[42].
María es el rostro maternal de Dios.




[1] María, Madre Nuestra.
[2] Segun criterios quimicos moleculares.
[3] Titulo del escrito mariológico.
[4] El ácido desoxirribonucleico, frecuentemente abreviado como ADN.
[5] Adenina A, timina T, citosina C o guanina G.
[6] Estructura embrionaria presente en las etapas tempranas del desarrollo durante el embarazo de mamíferos.
[7] Doctor Friedrich MiesCher.
[8] ¿De dónde venimos?
[9] ¿Hay vida más allá de la vida?
[10] Milagro Eucarístico de Lanciano (Italia).
[11] Año 700 d.C.
[12] La ley de gravitación universal y la teoría electromagnética clásica.
[13] Tejido muscular del corazón.
[14] La carne y la sangre tienen el mismo grupo sanguíneo (AB).
[15] En la sangre se encontraron las proteínas normalmente fraccionadas, con la proporción en porcentaje, correspondiente al cuadro Sero- proteico de la sangre fresca normal.
[16] La carne está constituida por el tejido muscular del corazón. En la carne están presentes, en secciones, el miocardio, el endocardio, el nervio vago y, por el relevante espesor del miocardio, el ventrículo cardiaco izquierdo.
[17] Fides et Ratio; nro 14.
[18] YAWHEW SEBAOT.
[19] Transformación de las esencias sin alterar las sustancias; pan por carne y vino por sangre.
[20] Santa Misa.
[21] Yeshu’a inzareth (Jesús de Nazaret).
[22] Fenómeno sustancial que da origen a la acción molecular.
[23] Sagradas escrituras.
[24] Presupuesto bioquímico que indica participación plurimolecular, es decir todos participan de su compuesto nucleico.
[25] Acción física-cuántica que desenvuelve la ley de reacción constante en todo género.
[26] Según concepto teológico: viatores.
[27] Criterio teológico-espiritual: bienaventurados.
[28] Miryam Geburah
[29] Hyperdulia.
[30] Maternidad divina.
[31] Ciencia que estudia los alimentos, su composición y conservación.
[32] Carne muscular que es consumida como alimento.
[33] Llamado así por los cristianos del primer siglo.
[34] Le decían El Galileo, por la región originaria de su nacimiento y de su crianza.
[35] La Biblia.
[36] Ekklesia, término utilizado para denotar el encuentro puesto de manifiesto para adorar a la divinidad.
[37] Lo que se conoce como el linaje del cordero. (Ap. 5,9).
[38] Un pasaje muy citado por los padres de la iglesia (Gn. 3, 15).
[39] Cristo, no hay mas seguridad para denotar el mesianismo de Jesús que este pronombre.
[40] Es una ley de la bioquímica.
[41] Ley biofísica.
[42] San Martín I, Papa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario