jueves, 27 de noviembre de 2014

Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa



espíritu del mal.


Los Legionarios de María portan en su cuello una razón más de veneración y agradecimiento por Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa.


Unas oraciones recuerdan el eterno milagro de su intercesión.

 "Postrado ante vuestro acatamiento,
¡Virgen de la Medalla Milagrosa!
y después de saludaros en el augusto misterio
de vuestra Concepción sin mancha,
os elijo, desde ahora para siempre, por mi Madre,
abogada, reina y señora de todas mis acciones,
y protectora ante la majestad de Dios.

Yo os prometo, Virgen purísima, no olvidaros jamás, ni vuestro culto, ni los intereses de vuestra gloria, a la vez que os prometo también
promover en los que me rodean vuestro amor.
Recibidme, Madre tierna, desde este momento y sed para mí el refugio en esta vida y el sostén a la hora de la muerte.

¡Oh María sin pecado concebida!
¡Rogad por nosotros que recurrimos a Vos!


   Oh medalla de María Milagrosa, en los momentos de peligro: Cuídame.
   Oh medalla de María Milagrosa, de las pestes y enfermedades: Cúrame
   Oh medalla de María Milagrosa, del enemigo de mi alma: defiéndeme
   Oh medalla de María Milagrosa, de los desastres naturales e imprevistos mi hogar y bienes materiales: Protege.


   Y en la hora de mi muerte, que la luz de tu Medalla Milagrosa, me guíe a la Gloria Eterna. Amén.

   Bendita sea tu pureza y eternamente lo sea, pues todo un Dios se recrea, con tan hermosa belleza, a ti, celestial princesa, Virgen Sagrada María, yo te ofrezco en este día, alma, vida y corazón, mírame con compasión, no me dejes Madre mía; mi corazón a tus plantas pongo bendita María, para que a Jesús lo ofrezcas junto con el alma mía. Amén.


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