viernes, 19 de junio de 2020

Recíbeme en tu divino corazón


Santa Gertrudis de Helfta (1256-1301)




Ahora, oh amor, mi Rey y mi Dios, ahora, Jesús mi bien-amado. Recíbeme bajo el cuidado misericordioso de tu divino corazón. Ahí mismo, para que viva enteramente para ti, apégame a tu amor. Ahora, sumérgeme en el vasto mar de tu profunda misericordia. Ahí mismo, confíame a las entrañas de tu sobreabundante bondad. Ahora, arrójame en la llama devorante de tu divino amor. Ahí mismo, haz que esté en ti hasta abrasarme y reducir a cenizas mi alma y mi espíritu. A la hora de mi muerte, entrégame a la providencia de tu paternal caridad.

Ahí mismo, oh mi dulce Salvador, consuélame con la visión de tu presencia tan dulce. Ahí mismo, reconfórtame con el gusto del precioso precio con el que me has rescatado. Ahí mismo, llámame con la voz viva de tu hermoso amor. Ahí mismo, recíbeme en el abrazo de tu perdón, infinitamente misericordioso. Ahí mismo, con el soplo suave de tu Espíritu, con fragancia de suavidad, atráeme a ti, tráeme a ti y atráeme. Ahí mismo, con el beso de la unión perfecta, sumérgeme en el disfrute eterno de ti. Dame entonces de verte, poseerte, disfrutar para siempre de ti en la más grande felicidad. Porque mi alma está enamorada de ti, oh Jesús, el más querido de todos los queridos. Amén.

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