jueves, 30 de julio de 2020

El capricho del rábula




Por Julio Ricardo Castaño Rueda
Sociedad Mariológica Colombiana

“¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que cerráis a los hombres el Reino de los Cielos!” (Mateo 23, 13).

La libertad religiosa en Colombia solo sirve para insultar la doctrina de la Iglesia católica con las conductas arteras del legalismo.

La holgazanería jurídica acusó al presidente de la República, Iván Duque, por exaltar un símbolo religioso sustentado en la devoción humilde de un país heroico, Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá.

La canallada, amparada por la argucia del tinterillo, mostró el espantoso chirrido mediático de la norma mezquina. La aberración desencajada del orden mental sentenció: el credo ajeno es un pecado.

El patético berrinche, tramoya expresada por un instinto disociador, usó un mecanismo legal para pisotear la ley superior de la Patria, la tradición ancestral. La afición por la intriga lo confirmó como un generador de ocio pestilente.

El acusete, envilecido por la tara de la necedad, buscó el espasmo del trueno, escándalo nebuloso. Delató al sol por crear la sombra.

La desmesura de su crespúsculo alquiló los aspavientos del pedante para vitorear su zafiedad en las páginas del odio, acto denigrante. La leguleyada tuvo el logro de la alevosía sacrílega, maniobra artera.

En fin, como el virus pernicioso del formulismo es endémico de las aulas del adocenamiento solo resta la absolución del olvido.

Alma alucinada, mendiga de las tinieblas, no olvide que su ultraje a una nación cristiana y mariana se convertirá en una fecunda tempestad de perdón.

1 comentario:

  1. Gracias a Dios, la reacción por parte de muchos ha estado en favor de nuestro presidente. Nuestra Madre lo bendiga y mantenga siempre fiel a Ella.

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