jueves, 27 de enero de 2022

María, ¡sé la guardiana de mi vida!

 

Santa Faustina Kowalska 
Pequeño diario, 161 

Oh María, Virgen Inmaculada,

Cristal puro de mi corazón

Eres mi fuerza, ancla poderosa,

Eres escudo y defensa del débil corazón.

Oh María, pura e inigualable,

Virgen y Madre al mismo tiempo,

Eres bella como el sol, sin mancha alguna,

A la imagen de tu alma, nada se puede comparar.

Tu belleza ha tanto subyugado la mirada del tres veces santo,

Que dejando el trono eterno, descendió del cielo,

Revistió el cuerpo y la sangre venidos de tu corazón,

Y se escondió nueve meses en el corazón de una Virgen.

Oh Madre, Virgen, nadie podría imaginar

Que Dios infinito divino hombre,

Solo por su amor e insondable misericordia,

Por Ti, Madre, nos es dado de vivir eternamente con Él.

Oh María, Madre Virgen y Puerta del Cielo,

Por Ti vino la salvación,

De tus manos brota para nosotros cada gracia,

Solo una fiel imitación de Ti me santificará

Oh María, Virgen, el más bello lis,

Tu corazón era para Jesús el primer tabernáculo sobre la tierra

Porque tu humildad era la más profunda,

Tú eres elevada más arriba de los coros angélicos y los santos.

Oh María, mi dulce Madre,

Te doy mi alma, mi cuerpo y mi pobre corazón,

Sé la guardiana de mi vida,

Particularmente a la hora de la muerte, en el último combate.

 

1 comentario:

  1. Hermosa descripción de la grandeza de Nuestra amada Madre. Gracias por compartirla.

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