Por Julio Ricardo
Castaño Rueda
Sociedad Mariológica
Colombiana
El Movimiento Rosario de Hombres está creciendo de forma primaveral en
Colombia, el Jardín Mariano. El surco
está abierto en el corazón de los fieles.
La iniciativa, de empuje mundial, tomó rápidamente una fuerza vital de
regreso a la tradición ortodoxa y cristiana de la santa Iglesia católica.
El retorno al asombro por descubrir el valor de la masculinidad, razón
superior del Dios encarnado en Santa María virgen, es la oportunidad feliz de
volver a la misión con la herramienta de la evangelización, el salterio
mariano.
La novedosa dinámica estableció su liderazgo en diferentes ciudades
nacionales con su fervor sin tregua y su concepción humilde. Las preces se
recitan de rodillas frente al templo parroquial o la catedral.
Urbes de nobles linajes como Santa Marta, Medellín, Ibagué, Cali, Pasto,
Pereira, Bucaramanga, la Villa de los Milagros, Bogotá y Soacha entre muchas
otras capitales, son hoy las generosas anfitrionas del santo rosario.
La respuesta viril de los padres de familia, hijos, hermanos, abuelos y
niños en tan variados lugares de la geografía nacional son la muestra pacífica
del coraje laico.
El hombre colombiano y sus pervivencias históricas han entrado de lleno
en el compromiso de llevar a cada hogar el dulce pan del evangelio de Cristo.
Este oficio misionero se cobijó bajo el amparo tutelar de Nuestra Señora del
Rosario de Chiquinquirá.
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