Redacción (Gaudium Press)
Después de crear el cielo, / los ángeles y el
firmamento, / Dijo Dios: “Que sea hecha la gracia, / y se cubran con mi
aliento”.
“Es para los racionales, / los hombres,
también los ángeles; / que esas meras criaturas, / se aviven en mi sangre”.
La gracia es sublime misterio, / que inyecta
la savia divina. / Es como si un bello día, / volviese a la vista un ciego.
La gracia es la sangre azul, / que corre por
venas divinas; / misteriosa transfusión, / que fecunda nuestras vidas.
La gracia a la lámina de acero, / impregna de
un rojo destello, / la enciende, abrasa y calienta, / haciéndola espada de
fuego.
La gracia es el pasaporte, / que abre las
puertas celestes; / en las murallas del fuerte, / convence a angélicas huestes.
Cristo adquirió la gracia, / gimiendo en el
alto Madero, / bañándolo de carmesí, / con la Virgen en pleno duelo.
La crea su Administradora, / para que regale
a toda hora; /Inmaculada Tesorera, / María la Corredentora.
Reina de la espléndida Gracia, / de las
fábulas y el Universo, / con la gracia riges la Historia, / para hacer de la
Tierra un Sueño.
Es solo que la pidamos, / para alcanzar el
consuelo, / para triunfar del pecado, / para morar en su seno.
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