jueves, 20 de septiembre de 2012

María y la fe ortodoxa

San Gregorio de Nisa (siglo IV) cuenta en los datos biográficos de san Gregorio Taumaturgo como éste, poco antes de ser ordenado sacerdote, recibió luces sobrenaturales de la Santísima Virgen:

            “Gregorio cavilaba tenazmente sobre algunas cuestiones teológicas que los herejes de su tiempo trataban de tergiversar. Pasaba la noche en estos pensamientos, cuando se le apareció una persona humana, avanzada de edad, envuelta en vestiduras sagradas, venerable en porte y aspecto. Sobresaltado Gregorio se paró de su lecho y le preguntó a la aparición, quién era y de dónde venía. Esta, con voz suave, calmó al exaltado y le dijo que venía por orden divina para explicarle la verdad de la fe ortodoxa. Animóse Gregorio y contempló al extraño con una mezcla de alegría y temor. El hombre extendió sus manos mostrando a un lado, y Gregorio, al mirar a ese lado, vio junto al aparecido otra persona humana, una mujer que se caracterizaba por algo sobrehumano. Sus ojos no resistieron el brillo que salía de ella, pero pronto oyó a los dos cómo conversaban precisamente sobre aquellos artículos de fe que lo habían preocupado causándole dudas. No sólo obtuvo por oírles un conocimiento exacto de la fe, sino también supo quienes eran estos dos personajes, porque se llamaban mutuamente por sus nombres. Así oyó cómo la señora se dirigía a Juan el Evangelista suplicándole que le aclarara al joven el misterio de la fe divina, y el varón contestaba que con gusto accedía al deseo de la Madre de Dios a lo cual prosiguió a decirle un credo ordenado y completo de la fe ortodoxa. Luego desaparecieron. Gregorio fijó en seguida por escrito la enseñanza divina de su misterioso maestro para predicarla después en las iglesias. Así legó esta doctrina a los posteriores, y su grey, hasta hoy día enseñada en esta verdad, nunca sufrió menoscabo por las herejías”.

            Este “Credo” se halla en los escritos de san Gregorio Taumaturgo.

Tomado de la Revista Regina Mundi



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